Violada a los 14.
Drogada en una fiesta fui violada por varios hombres. .
– Puedo ir con mi hermano? – le pregunté a mi amiga que me estaba invitando a una fiesta.
– No, porque tu hermano no te va a dejar sola ni un momento y van a estar unos amigos de mi novio que te van a gustar –
– Pero no me van a dejar ir sola, tu sabes que a todas partes voy con mi hermano –
– Pero dile a tu hermano que vas a ir conmigo y que no es necesario que el vaya –
– Mira, sinceramente no sé, lo voy a pensar –
– Bueno, me gustaría que fueras –
Tenia varios días para pensar, tenía que conversar con mi hermano primero antes de pedir permiso a mis padres.
Mi hermano es un muchacho grande, tiene 17 años de contextura atlética, mis compañeras están enamoradas de él y eso me pone celosa.
A mis 14 años nunca he tenido un novio, mi hermano también es celoso conmigo y no deja que nadie con intenciones amorosas se me acerque.
Cuando mi hermano tenía 14 años lo sorprendí masturbándose, yo lo había visto desnudo muchas veces antes de ese día, pero nunca como esa vez.
Estaba haciendo las tareas del colegio y mi hermano estudiando en su habitación. Me topé con un problema matemático que no pude resolver y él era muy bueno en matemáticas, siempre me ayudaba y no sólo con éso.
Me levanté de la mesa y fui a su pieza a buscarlo. Oh! Que sorpresa, mi hermano tenía en su mano un miembro que no había visto nunca antes. Su mano subía y bajaba a lo largo de su erección. Yo estaba parada, clavada al piso a un par de metros de semejante espectáculo.
De pronto mi hermano abrió los ojos y me miró, detuvo su movimiento dejando todo su miembro de cabeza rosada a plena vista.
– Qué estás haciendo? – le pregunté, aunque yo había oído a mis compañeras hablar de que los hombres se masturbaban, pero no es lo mismo que te cuenten que verlo.
– Y tú qué haces aquí? – me preguntó soltando su miembro y pasando de estar acostado de espaldas a sentarse en la cama. En esa posición su miembro me miraba fijamente por su único ojo.
– Yo, yo, es que…porqué lo tienes así, nunca te lo había visto antes? – dije tartamudeando, pero no tenía miedo.
– Ven, siéntate – dijo.
Me senté a su lado, tomó mi mano y la pudo en su miembro, hice dócilmente todo lo que me decía, lo acaricié con los dedos, lo apreté y terminé masturbándolo.
– Te gusta? – me preguntó, no sabía ni podía responder, tenía la boca seca y un nudo en la garganta no me permitía emitir sonido.
Mi mano subía y bajaba por su miembro manteniendo fija la mirada en él. Mi hermano se había echado para atrás apoyándose en los codos dejando su miembro a mi disposición, del cual no podía despegar mi mano. A mis 11 años no tenía voluntad propia, en ese momento me dijo que me sentara en su miembro. Me levanté y me puse entre sus piernas de espaldas a él y comencé a sentarme. Andaba con una falda corta por lo que su miembro suave, caliente y duro, que sostenía con mi mano, tocó mi vuelva por sobre el calzón.
– Bájate los calzones – dijo como una orden.
Me levanté y metiendo mis manos bajo la falda comencé a bajarme los calzones.
– No! No es necesario – dijo levantándose y abrazándome.
Yo temblaba como una hoja de emoción, puse mi cara contra su pecho y lo abracé fuertemente, ahora sentía su erección entre mis piernas, rozando mi clitoris. Lo único que pensaba en ese momento era que me iba a penetrar y yo no iba a hacer nada para impedírselo, lo que es más, deseaba que lo hiciera.
– Está bien – dijo acariciando mi pelo.
– Sólo quería que vieras un miembro en erección, lo tocaras y lo sintieras. Ahora ya lo sabes, eres mi hermana y te amo. Ahora tengo que ir al baño – dijo soltándome . Yo no quería que me soltara, me sentía bien en sud brazos, se desprendió de mi y se fue al baño.
Me agaché y tomé mis calzones que habían llegado a los tobillos y me los subí.
Al entrar al baño lo vi masturbandose. Me paré a su lado a mirar.
– Qué es éso – le pregunté al ver un líquido lechoso que salía a chorros de su miembro.
– Es mi lechita, te la hubiera echado toda en tus piernas se hubiéramos seguido abrazados – estiré mi mano y toqué ese líquido calientes y viscoso.
– Qué olor tiene? – me preguntó. Olí mi mano y no sentí ningún olor, ninguno conocido.
– No sé, no le encuentro ningún olor – respondí.
– Y qué gusto tiene? – me miré los dedos, metí uno a mi boca y lo chupé, tampoco encontré ningún gusto, metí un segundo dedo en mi boca y lo chupé, tampoco, luego un tercero.
– Siéntate – dijo indicando la tapa del excusado. Me senté y él parado frente a mí tomó se miembro y lo acercó a mí cara, este tenía una gota de líquido en la punta.
– Pásale la lengua – me ordenó. Le pasé la lengua y probé el sabor de la gota, aparte de darme cuenta que era algo salada no sentí ningún gusto.
– Ahora que gusto tiene? – sólo me encogí de hombros.
– Chúpalo – dijo acercando su miembro a mi boca, lo tomé con mi mano, tenía una cierta flacidez, lo metí en mi boca y lo chupé. Seguramente lo hice con muchas ganas porque se lleno mi boca.
– Despacio, con cuidado, sin los dientes – hice como me indicó y su miembro comenzó a ponerse rígido en mi boca, empujó y llegó a mi garganta produciéndome una arcada por lo que lo saqué de mi boca y me limpié los labios y el mentón.
– Te gustó? – me preguntó, no supe que responder.
-Párate – y me paré. Enseguida metió su mano por dentro de mis calzones tocando mi bulba.
– Me lo imaginé, estas mojada – dijo sacándo la mano y mostrándome sus dedos. Metí mi mano y me toqué, no estaba mojada, estaba estiilando.
Se fue a su habitación mientras me secaba con papel higiénico.
– Ya? Estas lista? – asentí con la cabeza.
– Bueno y qué era lo que querías? –
Lo tomé de la mano y lo llevé al comedor, se sentó a mi lado, le pasé mi cuaderno y le indiqué el problema.
Lo mire mientras lo resolvía, mi hermano era guapo, muy guapo, todo lo de él me había gustado.
Ahora sentía el gusto de su miembro en la boca, una sensación de que estuviera como una capa delgada encima de mi piel.
Miré hacia su bulto y pensé que me gustaría chupárselo de nuevo.
– Estas prestando atención de lo que estoy haciendo? –
– Si, pero mejor comienza de nuevo.
Siempre había amado a mi hermano, pero ahora lo adoraba y ninguna estúpida me lo podría quitar.
– Que bien que están haciendo las tareas – dijo mi mamá entrando a la casa….
Lo bueno que hicieron siempre las tareas ufffff y no nos podría compartir una fotito en ke sea como es tu hermano digo…. ???👍
Increíble esta historia me encantó quiero leer más
Waoo delicioso. Más estoy cachondo
Excelente relato
Me éxcito mucho al leer e imaginar tenerte alli
Que paso en la fiesta?