VIVENCIAS VI
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por XCITANTDLC.
A partir de aquella experiencia mi hermano Antonio le tomo el gusto por exhibirme, más por mi trabajo de edecán le permitía en muchas ocasiones nos fuéramos a casa con la ropa del trabajo que por lo regular eran leggins, minifaldas strech en su mayoría colores claros que dejaban ver la ropa íntima que usaba en ese momento, Antonio le gustaba que me vieran las nalgas, el ver la cara de deseo que se refleja en los hombres cuando me miran las nalgas, los pechos, es algo único, que solo podemos disfrutar ya que con el tiempo fue gustándome y compartir esta afición, ya que pasaba muy seguido, ya que gracias a mi gran culo era el manjar preferido de todos esos mirones que asisten a esos lugares y gustan de tomar fotos, y hasta les puedo decir que tenía mis admiradores, si, tipos que estaban a la caza de los eventos en donde yo y otras más solían ser contratadas.
Cuando toño podía estar presente en todos esos lugares, le era muy placido ver como se arremolinaban en mi entorno para tomarse fotos e intercambiar unas cuantas palabras, le fascinaba ver como mis admiradores al momento de fotografiarse posaban morbosamente sus manos sobre mi cintura y algunos más atrevidos ponían su mano a la altura de miss caderas casi rozando mis nalgas, en varias ocasiones cuando el evento finalizaba yo y mis amigas estábamos empacando nuestras cosas, algunos muchachos, se acercaban a mí por el frente con algún pretexto, mientras que otros más se me acercaban por detrás y de forma rápida me daban alguna nalgada o caricia, el como siempre, mirando a lo lejos todo el espectáculo, yo nunca quise hacer más alboroto de estos abusos con el personal de seguridad siempre fui de carácter dócil.
En esa ocasión salía de uno de esos eventos y me encontraba en el estacionamiento de una plaza comercial, guardando mis cosas, desde el comienzo del evento note que había tres chicos que me habían estado rondando, les puedo decir que los tres no pasaban los 20 años, supongo que cualquier muchacho de esa edad se volvería loco de lujuria al ver mis ricas nalgas en ese momento ya que debido al evento me habían pedido que llevara una licras blanca súper ajustadas que por lo regular solía usar con una diminuta tanga blanca pero por alguna razón ese día me había puesto una de color, negro, que como se imaginaran daba un espectáculo muy morboso ya que por detrás, la licra se me ajustaba muy bien delineando mis nalgas y por delante.
Era todo un show, se me veía un diminuto triangulo negro, además lo ajustado de la licra hacia que se me marcaran mis labios vaginales de sobremanera, lo que me excito más, fue la forma en que esos chicos me miraban las nalgas, era una forma más morbosa que los otros, se veía que en verdad les había fascinado, casi podría jurar que dos de ellos tuvieron una erección solo de estarme mirando, hasta que al fin uno de ellos se animó a acercárseme, desde donde estaba pudo ver que me pedían unas fotos y charlaban conmigo, mi hermano estaba a la expectativa por lo que espero unos minutos a ver qué pasaba, pensé que solo eran tentones ocasionales y que en cualquier momento cometerían su maldad para después salir corriendo, pero no los tres chicos estuvieron charlando y como era mi costumbre, les sonreía y acepte tomarme fotos.
Para ese momento el resto de las edecanes ya se comenzaba a retirar quedándome después de unos minutos, con los tres chicos, los cuales al verse solos y notar que me mostraba complaciente, digamos que se empezaron a desinhibir cada vez más, y empezaron a posar sus manos en mis caderas y cintura y el más atrevido hasta me pidió una foto abrazándome por detrás, Antonio estaba disfrutando tanto viendo como aquellos jóvenes me tocaban, que comenzó a tener también una erección, así que decidió acercase, un poco más, no quería llegar hasta nosotros, tal vez quería que lo viera, lentamente se acercó y a unos metros antes de llegar, lo vi y alce la mano en señal de saludo y tomando mis cosas corrí hacia su encuentro, los chicos al ver que su diversión se había finalizado comenzaron a caminar en dirección contraria.
Una vez que estuve con él me pregunto que si los chicos me habían tomado las fotos que querían, que si no deseaban más fotos, solo le mire y de inmediato supe lo que deseaba, sabía que me iba a pedir que siguiera provocando a los chicos, así que solo baje la mirada y me pregunto, que deseaba hacer, bien sabía que cuando decía eso es que ya había aceptado así que sonriendo me dijo, que los alcanzara y les dijera que era mi administrador y que si no deseaban más fotos en algún otro lado, solo di vuelta y salí corriendo hacia donde estaban los chicos, no iban muy lejos así que no tarde en alcanzarlos y comencé a charlar con ellos, y en menos de lo que pensó ya veníamos los cuatro de vuelta hacia donde estaba, charlando animadamente, una vez que tuvo de frente a los chicos lo presente con ellos diciéndole que era mi administrador que me estaba haciendo mi portafolio fotográfico para intentar que la contrataran en un programa de televisión, y que para eso necesitaba salir con más gente en eventos, debo confesar que los muchachos lo pensaron un poco y se mostraron un tanto desconfiados, así que dispuesto a no perder esa oportunidad, les dijo que las fotos podrían ser en ese mismo lugar, los chicos sabían que esa era una oportunidad de oro así que sin pensarlo mucho el más atrevido de los tres de inmediato acepto y decidimos que el mejor lugar era la planta alta del estacionamiento, se estaba acabando de construir y no había vigilancia, así pues, subí con los chicos y mi hermano condujo hasta encontrar el lugar indicado hasta el fondo del estacionamiento.
Apenas y mis labios dibujaban una sonrisa, una vez que estuvimos todos en aquel rincón, me acomodo en medio de los chicos y les dijo que podían tomarse todas las fotos que desearan conmigo y que además podían abrasarme como quisieran, pero que todo fuera en orden uno o dos la abrazan y otro toma las fotos, ellos gustosos accedieron y el primero en pasar fue el más aventado quien de nuevo me abrazo por detrás nada más que en esta ocasión su cuerpo quedo más pegado a mis nalgas y sus manos quedaron a la altura de mi vagina casi rozándola, y después de él, los otros dos siguieron su ejemplo y comenzaron a abrazarme, se veían que en verdad lo estaban pasando bien ya que no había momento que no aprovecharan para rozar su miembro en mis nalgas, también aprovechaban cualquier pretexto para poder rozarme mis pechos o mis caderas.
Mientras tanto Antonio se dirigió al otro lado del auto y echo un vistazo para ver que siguiéramos solos, de seguro tenía en mente algo más interesante, se acercó a los chicos y les dijo que si deseaban podían pedir fotos más atrevidas, que también podían tocarme sin preocuparse de nada, al escucharme decir esto los rostros de aquellos calientes jóvenes se iluminaron, mas no el mío ya que bien sabía que iba a ser usada y tocada a diestra y siniestra, y las peticione no se hicieron esperar y uno de los muchachos se dirigió hacia Toño y le dijo que deseaba ver sus nalgas un poco más de cerca, gustoso mi hermano accedió y se dirigió a mi diciéndome que mis admiradores deseaban verme mis nalgas más de cerca, baje la cabeza y me pregunto qué era lo que deseaba, sin decir más me sujeto por la cintura me giro apoyando la mitad de mi cuerpo sobre el cofre del auto dejando así mi culo expuesto a los chicos, rápidamente los tres chicos se arremolinaron tras de mí, solo que ahora les puso como condición, que le dijeran que opinaban de mi culo, y claro los comentarios no se hicieron esperar, comenzaron a decir que tenía unas nalgas muy ricas y que les gustaría poderme coger por todos sus agujeros y que desde que me vieron les había provocado una erección, claro todos estos comentarios venían acompañados de caricias y apretones en mis nalgas y en la entrepierna, lo que provocaba ligeros gemido, un ruido de una sirena hizo que nos detuviéramos y sigilosamente ingresamos al auto saliendo lo más rápido de aquel lugar, buscamos un centro comercial y bajamos ahí a los chicos, decidimos y a cenar pues ya era noche, arrancamos y fuimos a una taquería, ahí estuvimos charlando, lo cierto es que mi hermano estaba tan excitado de todo lo acontecido, ya cuando íbamos a terminar recibimos una llamada de nuestros padres en la que nos decían que habían dejado cerrado ya que se habían ido a una fiesta y no regresarían hasta el otro día, supusimos que tendríamos toda la noche para nosotros y más por la calentura que ya teníamos.
Toño saco su cartera y pago la cuenta yo mientras tanto me dirigí al carro a a cambiarme pues la calza ya estaba un tanto mojada, me puse un top negro y un pantalón blanco que me gustaba como se ceñía a mi cuerpo, en especial a mi culo perfectamente redondo, se me marcaban unas piernas bien torneadas, en fin una ricura de mujer, mi hermano subió momentos después arranco el carro y habremos avanzado unos 50 metros cuando se detuvo el carro, en ese momento maldecimos la gasolina se había agotado, lo orillamos y regresamos al local de tacos donde solicitaríamos información de la gasolinera más cercana, pero para nuestra mala fortuna o fue así, ya estaba cerrada.
Esperamos por un rato hasta que paso un taxi el cual estaba libre le hicimos la parada y le pedimos nos llevara a la gasolinera más próxima, abordamos el taxi y nunca nos esperamos que aquel tipo comenzó hacernos platica nos preguntó que de donde veníamos, a lo que respondí que veníamos de trabajar pero que el auto se había quedado sin gasolina, habrán sido unos 10 0 15 minutos cuando hayamos la primera gasolinera y para el colmo de nuestros males solo era servicio de 12 hrs. buscamos otra gasolinera pero nuestra mala fortuna ere el mismo horario de servicio, por lo que regresamos al lugar donde habíamos dejado el carro en el transcurso aquel taxista nos preguntó que en donde trabajábamos por lo que le conteste que era edecán y que veníamos de haber trabajado en un centro comercial, le comento a mi hermano que era afortunado por tener una mujer tan bella y linda mi hermano sonrió al pensar que aquel tipo pensaba que éramos pareja, lo felicito joven por ser un hombre sin prejuicios, por lo que le contesto gracias.
En eso pasábamos por un bar y le comente a mi hermano que se me antojaba una michelada, aquel hombre nos escuchó y nos comentó, más adelante venden unas bien sabrosas, acepte encantada, llego al lugar se estaciono y mi hermano bajo por mi micheladas y unas cervezas para llevar, ya en el camino la plática iba subiendo de tono, en eso pasando un tope se me cayó un poco de michelada en el pantalón, llegamos al lugar donde dejamos el auto y nos bajamos mi hermano le pago y le dejo una cerveza, caminamos al auto para subirnos, ya ahí
le pregunte a Toño si tenía una servilleta me dijo que buscara en la guantera, al abrir en eso que se caen varios condones, le dije sonriendo mira nomas si vienes bien preparado, me contesto claro uno nunca sabe, le digo a ver de cuales usas, en eso veo uno con textura, y le digo yo nunca he probado uno de esto, ¿Cómo? Los probaras son bien buenos hermanita lo gozaras bien rico con estos, ¿En serio? Mira también traes lubricante ¿Ya se lo has hecho a alguien por el ano? Claro me contesté soy todo un experto para eso, ¿Ay si? No duele, nunca lo he hecho por el ano, hay Valery aparte con un trasero como el tuyo es un pecado no hacértelo por el ano, ¡Ay como dices eso te pasas! De verdad estas echa un forro me decía, insisto ha de doler mucho ¿No? Para nada me contesto lo que pasa es que necesita estar bien dilatado y bien lubricado tu hoyito para que te entre bien rico.
Hermanita aquí adelante hay un motelito tú dices ¿sí o no?, le contesto ¡vamos pues¡ a ver si de veras eres bueno. Llegamos al motel pedimos rápido una habitación, la verdad los dos ya andamos bien calientes, que entrando se fue sobre mí, me quería comer, solo gemía, me quito el top y mi brasiere y me empezó a mamar mis tetas se veían bien ricas y con los pezones bien paraditos, me mamo las tetas como desquiciado después se abalanzó sobre mi panochita le empezó a meter mano por debajo de mi tanguita pude sentir que ya me estaba poniendo bien húmeda, me volteo de frente al tocador y me bajo el pantalón me dejo con mi tanguita con mi culo expuesto a él, me hizo a un lado la tanga empezó a mamar mi pepita, me retorcía de puro placer, tan húmeda estaba que casi me venía, estuvo así buen rato, ya estaba bien mojada en eso me da la vuelta, se desabrocha el pantalón y se pone en cuclillas para mamársela, que rico es tener a una hermanita bien sabrosa mamándomela, con tanto lengüetazos sentía que iba a terminar, en eso me pone sobre la cama para metérmela, se me fue toda de golpe, subió mis piernas a sus hombros, que buena cogida me estaba dando, le decía que no parara que me la metiera hasta el fondo, estuvo así un buen rato, hasta que ya no pudo más y se dejó venir, quedo un poco cansado.
Yo tenía ganas de mas, le dije todavía me la debes por mi culito no creas que ya has terminado, me dijo como crees que voy a dejar este culito rico sin su buena ensartada, en eso que me voltea quedando en cuatro sobre la cama saco el lubricante, empezó a untar alrededor de mi hoyito masajeándolo hasta que se empezó a dilatar, comenzó a meter un dedo, gemí, se abrió más mi culito y me metió otro dedo, gimo más intenso y a retorcerme, mis gemidos hacen que nuevamente se le pare la verga, me digo ya métemela Toño quiero que me ensartes, se subió a la cama, así en cuatro como estaba me la dejo ir, solté un grito, aaaaaaaaaaay hijo de tu madre despacio cabron, me la dejo ir hasta el fondo una y otra vez, le dije ¡Aunque grite no me la saques, sigue, sigue, soy tu perra cógeme!, que rica está tu verga, tuve como tres orgasmos, quedamos algo agotados, descansamos un rato.
Cuando ya estábamos por irnos me agarro por detrás, así parada me recargo sobre el tocador y me lamio otra vez mi panochita y va pa’ dentro otra vez, otra vez me la metía bien rico, en eso le digo métemela otra vez por el culo, no se lo dijo dos veces me empezó a bombear por mi culito otra vez, cambiamos de posición me puso frente a el sobre el tocador y me la metió otra vez por mi culito hasta que se vino y me echo sus mecos sobre mi vientre. Que sabrosa cogida me metiste le decía ya que íbamos camino al carro ahí saco un garrafón y fue por gasolina y minutos después partimos a nuestra casa.
Después de unos meses de seguir con mi trabajo decidí trabajar por mi propia cuenta, es decir, deje la agencia de edecanes de Laura; en realidad no me preocupaba por qué pues en si no tenía la necesidad de trabajar simplemente era el querer ser independiente.
El primer día que estuve sin trabajar me aburrí terriblemente en mi casa sin hacer nada, así que por la tarde me fui a dar una vuelta al centro de la ciudad para despejarme. Me puse un pantalón de mezclilla y una playera de manga corta que marcaba de manera exagerada mis tetas. Estaba viendo las tiendas cuando vi que en una de celulares estaban solicitando cajera de medio tiempo, por lo que me decidí a divertirme un rato y compré una solicitud de empleo, la llené y me presenté en ese mismo momento a solicitar el puesto.
En cuanto entré, el joven que estaba atendiendo no pudo quitar su vista de mis tetas que eran demasiado notorias, me recibió la solicitud y me comentó que si quería esperar al dueño para que me entrevistara. Al poco tiempo llegó el dueño de la tienda, que en cuanto entró se me quedó viendo como queriendo desnudarme con la mirada. Jacinto (el joven que me atendió) entró con él a un privado que había y enseguida me mandó llamar. El dueño se llamaba Pedro y era un señor de unos 40 años, de buen cuerpo y atractivo, pero sumamente pesado de carácter, mal encarado, de mal genio y pedante. Entré a la oficina y no disimuló en lo absoluto su mirada hacia mis tetas, incluso se remojó los labios y apretó un puño para llevárselo a la boca sin creer lo que estaba viendo.
Se dirigió a Jacinto y gritándole le dijo que se saliera, que nos dejara solos y que nadie lo fuera a molestar. Me senté frente a él y no dejaba de ver mis tetas ni un segundo. Empezó a revisar mi solicitud y de repente me preguntó. ¿Cuánto le gustaría ganar? Porque el sueldo que yo pago es bajo, pero de usted depende si quiere ganar más, se puso de pie junto a mí acercándome su verga a la cara, que ya se veía totalmente parada de manera que si yo hubiera volteado, con solo sacar la lengua la alcanzaría a tocar. Yo puse cara de inocente y le contesté siguiendo mi juego ¿sería bueno que primero me probara, no cree? En eso recibió una llamada que al parecer era de su esposa y mientras hablaba con ella daba vueltas por la oficina sobándose la verga por encima del pantalón. Colgó y me dijo "nos vemos mañana a las 10 de la mañana para que empieces" y enseguida se fue de mal genio rumbo a su carro. Me acerqué a Jacinto que atendía a unas personas y le dije al oído "nos vemos mañana, ya me contrató.
Al día siguiente me vestí muy sexy para empezar a divertirme en mi nuevo trabajo, me puse una tanguita blanca de encaje que hacía juego con el sujetador transparente blanco, una blusa color beige cerrada de cuello redondo, de manga larga que me quedaba muy pegada, dejando ver claramente mis pezones, abajo me puse un pantalón a la cadera color blanco acampanado que parecía que lo traía pintado de lo pegado que me quedaba, incluso mi tanguita de encaje se me notaba claramente hasta por la parte de enfrente del pantalón y por detrás se alcanzaba a ver muy bien la parte del encaje de arriba, ya que se me metía en mis nalgas haciendo que se perdiera de vista.
Llegué a la tienda con Jacinto, el pobre no sabía que mirarme, ya que en cuanto me vio clavó sus ojos en mis tetas y en mi tanguita que se notaba por enfrente, lo saludé dándole un beso en mejilla, él no podía ni moverse de la sorpresa que se había llevado, me di media vuelta para dejar mi bolsa atrás de la tienda y vi cómo se llevaba las manos a la cabeza en forma de sorpresa cuando vio la forma en que se notaba mi culo resaltando mi tanguita. Regresé con él y le dije muy coqueta "yo creo que tenemos que hacer buena pareja y darnos buenas vibras, así que vamos a darnos un abrazo, sí, yo me le lancé abrazándolo del cuello repegándomele, como estaba más bajito que yo por mis tacones, quedó casi a la altura de mis tetas, me quedé así abrazada de él, alcanzaba a sentir su verga parada mientras lo tomaba de la cabeza y la recargaba sobre mis tetas.
Después le pedí que me ayudara a dar una limpiada a los estantes que tenían los teléfonos, por lo que me subí en un banco quedando mis nalgas exactamente a la altura de su cara y empecé a moverme para excitarlo aún más. El pobre ya no podía más y disculpándose se fue al baño que estaba al fondo del local, yo me acerqué a la puerta y escuché como jadeaba mientas se masturbaba "pinche vieja, está buenísima y esa puta tanga, no mames, que rica está, las tetas que se le ven, pinche puta, al final dio un suspiro largo mientras se corría en sus manos. Yo estaba loca de la risa, apenas podía taparme la boca para que no escuchara. Finalmente salió muy sudado y respirando agitadamente.
Pasó aproximadamente 1 hora cuando llegó el dueño, en cuanto llegó se me quedó viendo con la boca abierta y los ojos desorbitados llevándose la mano a su entrepierna y empezando a sobarse la verga. Yo fingí distracción, el me recorrió cada rincón de mi cuerpo de manera descarada, en eso me pidió que pasara a la oficina y entrando los 2 cerró la puerta. Me empezó a decir que me veía muy bonita y sin ofrecerme que me sentara caminaba a mí alrededor desnudándome con la mirada sin soltarse ni un instante la verga que ya se le notaba totalmente rígida. Se sentó en su silla y dándome una libreta me pidió que anotara en una lista los equipos que estaban en los estantes de su oficina, yo le sonreí muy sexy y tomando la libreta y un lápiz me dirigí a los estantes quedando de espaldas a él. Algunas veces volteaba a verlo metiéndome el lápiz a la boca y lamiéndolo con la lengua le preguntaba cualquier tontería sobre los teléfonos y me daba cuenta que se estaba tallando la verga sin parar.
Había pasado unos 30 minutos cuando de repente César me dijo "venga, acompáñeme al banco a hacer un depósito" a mí me dio mucho miedo, porque eso no lo había planeado; yo sólo me había propuesto darles una buena calentada y ya. No tuve más remedio que acompañarlo, afortunadamente el banco estaba a sólo 2 cuadras y fuimos caminando. Durante el trayecto todos los hombres me veían de una manera que yo sentía que en cualquier momento se iban a lanza sobre mí. Llegamos al banco y tomándome de la cintura con una mano fuimos a llenar una ficha, se me acercó aún más y no me soltaba de la cintura casi abrazándome, después nos fuimos a formar y con sus manos me tomó y me puso delante de él. Tendríamos unas 15 gentes antes que nosotros y repegándome su verga levemente me dijo ¿hay mucha gente, no? yo me volteé sonriéndole pero no dije nada. Empezó a tallarme cada vez más fuerte y descarado su garrote en mi culo, la gente nada más volteaba y algunos hombres también se empezaron a agarrar su entrepierna sin creer lo que veían. Cuando faltaba una persona para que nos atendieran, me recargué sobre él moviendo mi culo en círculos, aunque ese gusto sólo le duró unos segundo o al menos eso creía yo, porque al llegar a la ventanilla ya no tuvo ninguna discreción en dejarse ir sobre mí poniéndome su verga en mi culo y recargándose completamente encima de mí. Yo me sorprendí pero no dije nada y lo dejé hacer con total libertad.
Salimos del banco y César ya me abrazaba por la cintura con toda la libertad del mundo, incluso mientras caminábamos en algunos momentos rozó levemente mis nalgas. De pronto me dijo; "necesito me acompañes a la agencia de autos porque quiero que veas si la camioneta que voy a comprar para la tienda es útil o mejor compro otra, pero vámonos en camión urbano porque va a ser muy difícil encontrar estacionamiento". Yo no entendía todavía lo que pretendía y tampoco entendía porque no nos íbamos en taxi. Mientras esperábamos el camión me tomó de la cintura y no decía nada, los señores que estaban junto a nosotros no quitaban su mirada de mi trasero que les dejaba ver claramente mi tanguita. Cuando por fin llegó el camión, Pedro me dejó subir primero y tocando levemente mis nalgas me levantó para que me subiera, el chofer se me quedó viendo también con ganas de desnudarme y se dio cuenta de lo que había pasado.
Pedro pagó el pasaje de ambos y me condujo a la mitad del camión diciéndome "es mejor que nos quedemos de pie, los asientos suelen estar sucios y podrías mancharte tu pantalón blanco" y acomodándose detrás de mí, empezó otra vez a tallarme su verga contra mi culo. Primero empezó muy suavemente, pero al cabo de unos pocos minutos ya lo hacía descaradamente, moviéndose como si me estuviera cogiendo ahí mismo y acomodando su garrote entre mis nalgas que, por la tela del pantalón y lo pegado que me quedaba, permitía que metiera su verga perfectamente en medio de ellas y por lo mismo yo lo alcanzaba a sentir totalmente parada y caliente.
El camión no venía muy lleno y todos los que venían adentro se daban cuenta de lo que estaba pasando, fue entonces cuando me di cuenta de cuál era su intención: me estaba exhibiendo como una puta y que ría que todos se deleitaran viéndome. Quería que todos me contemplaran y vieran que me manoseaba a su entero placer, quería que vieran que era su puta, quería enseñarles a todos que él traía una puta exquisita y que sólo él podía disfrutarla.
Yo me empecé a calentar y Pedro ya de una manera muy atrevida puso sus manos sobre mi cadera haciendo que yo también me moviera como si estuviéramos cogiendo ahí mismo. Yo tenía los ojos en blanco y ya no necesitaba que Pedro me tomara de la cintura para moverme, mis pezones se me marcaban totalmente a través de mi blusa pareciendo que iban a salirse y ya empezaba a mojar mi tanguita. En eso me di cuenta de que ya estábamos por llegar a la agencia de autos y quitándome de dónde estaba le dije "ya llegamos, hay que bajarnos" antes de bajar del camión sentí como varias manos me agarraban el culo y otras más atrevidas me alcanzaron a sobar las tetas. Llegamos a la agencia y nos atendió un señor que también recorría con su mirada todo mi cuerpo. Pedro me tomó por la cintura y bajó su mano hasta mis nalgas cuando íbamos de camino a la bodega para ver las camionetas. En eso, vi mi reloj y me di cuenta que ya pasaba de mi hora de salida, por lo que volteando a ver a mi jefe le dije sonriendo "perdón, pero ya se pasó mi hora de salida, no se preocupe yo puedo tomar un taxi a mi casa, ¡hasta mañana!" y dándome media vuelta me dirigí a la calle para abordar un taxi.
En cuanto llegué a mi casa y me cambie de ropa, enseguida busque a mi hermano Antonio de lo que me había ocurrido en mi primer día de trabajo y el muriéndose de la risa por lo que aquellos tipos les estaba sucediendo, hay hermanita solo te gusta calentar a esos pobres necesitados, inquietarlos y dejarlos con aquella calentura jajajajajajajaja, estaba excitada y en él podía ver ya una erección me acerque a él para darle un beso apasionado en la boca, correspondiendo a mi beso, introdujo su lengua acariciándola con la mía, entonces verdaderamente me puse muy caliente, estire mi mano y empecé acariciar su verga, sobre el pantalón se notaba muy dura y caliente, cuando la desabroche el pantalón salió un pene grande y precioso listo para actuar, mi hermano me empieza acariciar mis senos y le dijo espera Antonio, te voy hacer un Streptease y dime todo lo que quieras y sientas, después me podrás acariciar toda, para que después me metas esa verga dura y caliente para que me hagas tuya, para que me cojas con todas las ganas.
Valery que linda te ves, además luces muy bien, que grandes y lindos pechos tienes y tus piernas que sabrosas se ven, te voy a enseñar mis pechos, comenzando a desabotonar la blusa blanca que llevaba, abriéndola sin dejar de ver la cara de asombro de y de lujuria que puso cuando me vio con mi brassier rojo, te gustan, quieres que siga desvistiéndome o me lo quieres quitar tú. No hermanita, continua tú quitándote la ropa, pero espera, te voy a poner música para que te desvistas bailando de manera muy cachonda para mí hermanita, si, quieres Valery, claro que si Toño, estoy aquí para complacerte en todo lo que quieras y, aunque ya estoy muy caliente y quiero que me cojas, voy hacer todo lo necesario para darte el mayor placer de tu vida, la música inicio, mi hermano se sentó en la orilla de la cama y se dispuso a observar el espectáculo que le brindaría, solo a él.
Inicie a bailar de manera muy sensual, con movimientos de cadera, acariciaba mi todo mi cuerpo con mis manos, mientras acaricia mis pechos se los ofrecía, cuando puse mis manos en la pequeña falda que llevaba puesta, con una mano la subía y le mostraba los grandes cachetes de mi culo y escuche un gemido apagado que hizo mi hermano cuando vio mis nalgas, oooohhhh que ricas nalgas Valery me acerque a él para que las pudiera tocar, detalle que aprovecho, estirando sus manos me agarro el culo, sobando, acariciando mis nalgas, diciéndome que sabrosas, duras y al mismo tiempo suaves, lisas y tersas, sentía sus manos sobre mis nalgas y eso me tenía a mil por hora, me sentía muy ganosa.
Continué con mi baile erótico, me quite mi minifalda de cuadros y después descubrí mis pechos y, se los mostré a mi hermano provocando su lujuria, entonces le dije saca tu verga, comienza a masturbarte, mi hermano me hizo caso y me mostró su linda, dura y sabrosa verga, no aguante la tentación, me arrodille colocándome entres sus piernas y comencé a darle una rica mamada, saboreé intensamente ese duro pene, para después colocarlo entre mis pechos y comenzar a masturbarlo con mis senos, me costó trabajo levantarme, ya que no quería dejar de mamar esa verga tan dura, pero tenía que terminar con mi desnudo, me levante y continué bailando, para quitarme las tanga que llevaba puesta, tomando todo el tiempo necesario y la manera más cachonda posible quede completamente desnuda ante la vista de mi hermano, él se quedó mirando fijamente mi vagina perfectamente afeitada, la cual, solo tenía una pequeña capa de vellos y, mostrándome la más puta posible empecé acariciar mi puchita, mostrando los labios vaginales e introduciendo un dedo en mi interior, dedo que después saboreé al introducirlo en mi boca, repetí la acción, solo que ahora le di mi dedo a saborear a mi hermano, yo estaba que no me aguantaba, mi deseo era ser penetrada ya por mi hermano.
Desvístete rápido, ya quiero ser penetrada por tu verga, te quiero sentir dentro. ¿Será necesario que use condón Valery? No, además no estoy ovulando, así que no puedo embarazarme. Te puedes abrir bien de piernas y pedirme que te coja, sí, me subí a la cama me abrí lo más que pude de piernas, mostrándole mi vagina que estaba ya bastante lubricada, cojéeme, cojéeme ya Antonio, méteme tu verga. Te voy a coger, como nunca, seré tu macho cogedor. Si, súbete ya, y méteme tu verga. Cuando me penetro, me sentí en la gloria, en el instante que me estaba poseyendo, me vine en un orgasmo muy intenso, aaahhhh, mmmhhh, cuando entro por completo y comenzó con el mete y saca, me viene otra vez con un orgasmo tan intenso que me hacía gritar de gusto ooohhhh, asíiiiiii, máaaassss, Toño, asíiiiiiii, máaaaas, máaaaas, ooohhh ¡¡¡asíiiii máaas rápido y fuerte!!!!! máaaass ooohhh….
Mostro ser un buen macho, logro controlar su venida y me seguía cogiendo con ganas, me cambio de posición, me puso de perrito, se agarró muy fuerte de mis caderas y que me la mete de un solo golpe, provocando un grito de satisfacción, por tan rica penetración, aaahhhhh, tomándome con fuerza me la empujaba hasta el fondo, con cada penetrada, me iba comenzando un nuevo orgasmo, más intenso que los otros y de plano le gritaba, ¡más fuerte! ¡Más fuerte, hasta el fondo!, ¡déjame bien cogida hermanito! Ooohhh asíiiii máaaas fuerte Ooohhhh, aaahhh, síiiiii, rico termine con otro orgasmo delicioso, en eso siento que eyacula dentro de mí, dejándome muy satisfecha, sudada, escurriendo de su leche entre mis piernas.
Hay que rico coges hermanita, no el que coge rico eres tú, descansamos un poco, y cerca de las 7:00 pm que ya era hora en la que llegarían mis hermanos, me fui a mi cuarto a seguir descansando de aquel momento intenso.
Muy temprano me prepare como era ya costumbre para irme a la escuela, las horas pasaron y cuando hubo finalizado el horario de clases me fui rápidamente al tocar para cambiarme e irme al trabajo. Este día decidí andar con más cuidado, porque ayer poco faltó para que las cosas se me salieran de control. Me puse un pantalón que me quedaba más flojo, era color beige con rayas blancas muy delgaditas que sólo era pegado de la cadera y a lo largo de las piernas era suelto, pero en cuanto me lo puse no lo podía creer, me quedaba tan pegado como el que me puse el día anterior y como el corte se volvía amplio terminando las nalgas, hacía que mi culo resaltara todavía más. Ya no disponía de tiempo para cambiarme y sólo me puse arriba una blusa de manga larga café de botones al frente y que me caía a la cintura exactamente, por lo que no me tapaba en absoluto el sorprendente culo que se me veía, ya que nuevamente mi tanguita de encaje se notaba incluso por delante.
Llegué a la tienda y ya estaban Pedro y Jacinto. Los dos se me quedaron viendo otra vez con ganas de quitarme toda la ropa y sólo movían la cabeza sin acabar de creer lo que sus ojos miraban. A Pedro sólo le dije buenos días de manera muy cortés y dirigiéndome con Jacinto lo saludé dándole un beso en la mejilla, el dueño respingó y me dijo ¿para mí no hay beso? Sólo para el empleado y no para el dueño. Eso está muy mal, si a él se lo das en el cachete a mi debe ser en otra parte y muy serio me dijo que nuevamente lo acompañara a la agencia de autos porque ayer no pudo ver las camionetas. Otra vez nos íbamos a ir en camión urbano pero ahora cuando lo estábamos esperando Pedro se separó de mí, se fue hacia atrás y se quedó contemplándome junto con otros que también esperaban el camión. Yo me sentí como una puta esperando cliente en plena calle, nunca me había sentido tan expuesta y el me exhibía como en un aparador, incluso hubo varios tipos que pasaban en sus carros y se paraban junto a mí ofreciendo llevarme o me decían insultos "mamacita, cuánto por una noche" "estás riquísima, mi amor" y él no decía nada.
Cuando llegó el camión yo ya estaba muy excitada, las cosas no estaban saliendo como yo quería y amenazaban con ponerse peor. Pedro nuevamente me tomó de las nalgas y me "ayudo" a subir al camión, el chofer se me quedó viendo con la boca abierta y me dijo "pásale mamacita, a ricuras como tú no se les cobra y si me quieres regresar el favor, por mi encantado" dijo mientras se agarraba la verga. En cuanto entré busqué un lugar para ahora si sentarme, pero Pedro me tomó de la cintura y deteniéndome a la mitad del autobús me dijo "aquí está bien que nos quedemos de pie para no estorbar", se puso nuevamente atrás de mí pero ahora no intentaba tocarme, o al menos no hasta ese momento.
El trayecto duraba de 15 a 20 minutos, porque apenas habrían pasado unos 5 minutos cuando nuevamente empezó a tallar su verga contra mis nalgas. Al igual que el día anterior empezó suavemente pero no tardó mucho en hacerlo más descarado, los dos teníamos nuestras manos en el tubo pasamanos de arriba, por lo que la imagen que veían los demás del autobús era realmente excitante. Sentía como acomodaba su rígida verga en medio de mis nalgas y como él se movía simulando que estábamos cogiendo ahí mismo. De repente caí en la cuenta que esta vez no sentía su respiración cerca de mi cuello, me fijé por el reflejo de las ventanas y vi que movía la cabeza hacia los lados como si estuviera perdido lo que en realidad pretendía era que la gente se diera cuenta perfectamente de lo que estaba haciendo conmigo! Nuevamente me exhibía como su puta pero esta vez de una manera más descarada que el día de ayer. Yo estaba calientísima, mi tanguita la traía totalmente empapada en mis jugos, mis ojos se me ponían en blanco y no hacía nada por detener esa situación, incluso bajé mis brazos para agarrarme de los respaldos de los asientos y así poder parar aún más el culo para sentir su verga más profunda en medio de mis nalgas.
Iríamos a medio camino aproximadamente cuando por el reflejo de la ventana vi que Pedro al parecer intentaba decir algo a una persona, en eso, se desocupó un lugar y se sentó rápidamente diciéndome que se le había dormido la pierna, yo apenas pude darme cuenta de eso porque seguía sintiendo que alguien estaba recargado sobre mí y me estaba tallando su verga en mi nalgas aún y cuando Pedro ya se había sentado a unos metros de mí. Volteé mi cabeza y vi que un señor estaba detrás de mí y se movía al mismo ritmo que sentía su tranca en medio de mi culito. Tendría unos 50 años y vestía un traje corriente y feo que hacía juego con una corbata espantosa, yo estaba excitadísima y este señor no dejaba de moverse como si me estuviera bombeando a través de mis nalgas rompiéndome el pantalón. Su descaro fue total cuando me empezó a agarrar de la cintura para repegarse más a mí, yo simplemente me dejé hacer y volteando a ver a Pedro cerré mis ojos y aflojé mi cuerpo para que hiciera de mi lo que quisiera, mi tanga a estas alturas estaba totalmente mojada y se me alcanzaba a notar un poco por encima del pantalón lo húmeda que me sentía.
Cuando llegamos a nuestro destino Pedro se levantó y tomándome de la mano me jaló hacia la salida, él pobre señor se sorprendió pero no dijo nada. Llegamos a la agencia de autos, salió el mismo tipo del día anterior que por su mirada pude notar que se alegró de verme, Pedro ya me abrazaba por la cintura como si fuera de su propiedad y yo no decía nada, le pidió que nos indicara en dónde estaba la camioneta y él nos respondió que en la bodega del fondo, nos pidió que lo siguiéramos pero Pedro le comento que nosotros iríamos por delante y que nos indicara por dónde ir. Me di cuenta que lo que realmente pretendía era seguirme luciendo como su amante, como su puta porque en cuanto empezamos a caminar por delante de él, bajó la mano para tocarme el culo y empezar a acariciármelo. Durante el recorrido todos los mecánicos que nos veía se me quedaban viendo como si me estuvieran quitando la ropa. Algunos se tallaban la verga por encima de sus pantalones y otros me chiflaban o decía piropos en voz baja.
Llegamos a dónde estaba la camioneta que era para el negocio Pedro se subió para encenderla y me pidió que junto con el vendedor revisara el motor, estaba claro que ahora pretendía que el vendedor me disfrutara un poco. Yo tuve miedo porque estábamos en un lugar apartado y solo, si ellos me quisieran hacer algo yo no podría hacer nada para evitarlo, pero afortunadamente no pasó nada. Pedro se bajó de la camioneta y le pidió al vendedor que se alejara un poco para que nosotros revisáramos los detalles de la unidad, se puso detrás de mí y otra vez acomodó su tranca en mis nalgas y se empezó a mover suavemente aunque su verga no había perdido su rigidez, yo estaba empinada como si estuviera viendo el motor y el vendedor no creía lo que estaba viendo. Pedro le pidió que se acercara e invitándolo a que ocupara su lugar, le dijo "desde aquí como que se ve un detalle en el motor" y el vendedor de inmediato se puso atrás de mí entendiendo las intenciones de él, por lo que se agarró la verga con la mano por encima del pantalón y colocándola en mi trasero se empezó a mover frenéticamente como si me estuviera Cogiendo. La excitación que yo sentía hacía que estuviera entregada totalmente, el vendedor bajó sus manos para ponerlas en mis caderas y empecé a gemir un poco más fuerte. Girando la cabeza vi que Pedro sólo sonreía viéndonos.
De pronto sentí como Pedro me tomaba nuevamente de la mano y jalándome hacia él le comentaba al vendedor, "eso es suficiente para un buen descuento, me llevo la unidad". Firmó todos los papeles mientras me indicaba que lo esperara en la camioneta, no tardó mucho en salir y como si nada hubiera pasado nos dirigimos otra vez a la tienda. En cuanto llegamos recibió una llamada en su celular y se metió a su privado, yo estaba muy caliente y me quede sola en la camioneta. Pedro salió enojado de su privado, le dijo algo a Jacinto y se fue caminando. Yo no entendía, por lo que le pregunté a Jacinto que había pasado y sólo me dijo: "le llamó su esposa, me dijo que no va a venir en dos días y que guardara la camioneta, que tú ya podías irte a descansar. Me sentí aliviada, me despedí de Jacinto nuevamente con un beso y dándome media vuelta comencé a caminar, era pronto y decidí llamar a mi hermano al fin no estábamos muy lejos de donde realizaba sus prácticas. Bueno Toño donde estas, estoy cerca del lugar de tus prácticas que dices nos vamos juntos a casa o que, ok espérame en la parada de villa hermosa en unos minutos llego ok ahí te esperare.
Llegado mi hermano nos situamos en el andén, a esperar el metro. El tren llegó y de inmediato, la muchedumbre se arremolinó cerca de las puertas. Al abrirse, como impulsados por una catapulta, fuimos levantados en vilo por la masa de gente que querían abordar; sobra decirles que casi luego, luego, sentí varias manos que se apoderaban de mi culo y de mis muslos. En la confusión, quedé algo retirada de mi hermano pero él logró situarse cerca de mí después de bastante esfuerzo, aunque eso no fue suficiente para que las manos dejaran de tocar mi anatomía y para evitarle problemas a Toño, opté por callar el manoseo del que era presa en ese atestado vagón.
Yo llevaba aquel pantalón de tela bastante delgada, por lo que sentía claramente las manos que palpaban a conciencia mi trasero, especialmente una mano que tomaba gran interés en mis nalgas pero no descuidaba el delinear mi tanga en la parte alta, ya saben, la única que se puede sentir, ya que la tira de en medio, desaparece entre las nalgas. Al principio, yo sólo sentía tímidos roces de la mano en mi anatomía pero bastaron pocos minutos para que, una vez habiendo cogido confianza, me frotara descaradamente con la palma abierta, las carnes de mi culo, apretándome una nalga, para después pasar a la otra. En cierto momento, se metió bajo el pantalón y comenzó a palpar mi delgada tanga, entre los dos cachos de carnes de mis nalgas, ya que ese día no me puse medias, logrando tomar la delgada prenda y estirarla a tal grado que logró hacerla hacia un lado, no por completo pero sí lo suficiente como para, en lugar de estar en la raja del trasero, descansara alegremente en uno de mis preciosos glúteos.
A espaldas de mi hermano aquel tipo que sigilosamente me magreaba desabrocho el pantalón bajándolo a la altura del inicio de mis nalgas, como si eso hubiese sido un imán varias manos me tocaban, me imagino la cara de asombro de más manoseadores al notar que no existía algún estorbo entre sus manos y mis calientes carnes. Para mí, era increíble sentir varias manos desconocidas y anónimas, recorriendo de arriba abajo, mis piernas, mis nalgas, mi tanga, ya que casi de inmediato, una mano se posó en mi abultado sexo, para enseguida palpar mi raja y mis labios vaginales, delineándolos con los dedos sobre mi tanga; supongo que de inmediato, notó lo mojado de mi chucha, ya que para ese tiempo, no aguantaba mi propia calentura. Por su parte, la mano que desde hacía tiempo estaba en mi culo, de repente se retiró y no la sentí durante un tiempo después de unos segundos, por lo que pensé que había abandonado el vagón pero en su lugar, sentí un pedazo de carne caliente, grande y húmedo, que se acomodaba entre mis nalgas. De inmediato, pude adivinar que se trataba de un pene erecto, el que con delicados movimientos, se deslizaba de arriba hacia abajo, donde era increíble sentir su enorme capullo rozando mi vagina y mi anito, logrando sentir cómo me humedecía levemente mis grandes nalgas con líquido pre eyaculatorio.
En un determinado momento, unas manos se acomodaron en mi cadera, tomando mi tanga por los costados y arrancándomela de un fuerte tirón, para deshacerse de tal estorbo. Acto seguido, el pene se acomodó, ya lubricado por el líquido seminal, a la entrada de mi ano y yo me levanté levemente sobre las puntas de mis pies, presentándole lo más posible mi culo, para ayudar al desconocido, quien tomó los cachetes de mi culo y los separó, para que me penetrara sin dificultad. Situación que me asusto ya que ningún otro hombre me había cogido solo mi hermano, en eso volteo mi hermano y al mirar mi rostro, me preguntó si me sentía bien, a lo que le respondí que sólo era el calor que reinaba dentro del vagón, lo que me estaba incomodando pero que no era algo grave. Aquel fulano me tallaba con su verga intensamente como si me estuviera cogiendo habrán sido algunos minutos cuando siento en mi cola los chorros de semen y vaya que la fuerza con que me golpeaban era bastante y con qué abundancia, parecía que arrojó como un litro de mocos, que incluso sentía a la perfección cómo se deslizaban lentamente por mis nalgas. Simultáneamente, por las maniobras de la mano que jugaba con mi raja, humedecía por completo la tanga, llegando a escurrir mis flujos por mis muslos, la leche de ese tipo. Después de eso me acomode lo mejor posible mi ropa y hacer como si nada hubiera ocurrido. No sé si mi hermano se habrá dado cuenta o no pero que día había tenido.
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