Yo era su Pediatra de 35 años, ella mi paciente de 10 años.
Este será un relato que surgirá de mi imaginación, como todos los días al despertar sale de mi mente un inicio de algo y en cualquier ámbito de lo erótico y sexual. Espero poder dar con el ancho de estos exigentes lectores y que puedan al final hacerse una rica pajita.
Yo era médico pediatra de una prestigiosa universidad Chilena y tenía ya 35 años. 10 de ellos lo llevaba practicando la medicina y 5 la pediatría, en la ciudad de Viña del Mar, en una prestigiosa Clínica privada de esa ciudad.
A mi bella nínfula la conocí a los 10 años cuando fue a mi consulta por primera vez. La trajo su tía materna hace 4 años aquejada de una fuerte influenza que estaba ya en su 7mo día y no parecía parar. Darya. Cada vez que repito su nombre el sentimiento de amor hacia ella surge de inmediato. Alta para la edad de las niñas de su edad, dada por su influencia racial (Rusa, su madre era Rusa y su padre Chileno. Ella 30 años y el 35). Unos ojos verde claro maravillosos que extasiaban el mirarlos y sumergían en una mar de sentimientos cálidos amorosos y lujuriosos al mismo tiempo. Su cabello era rubio como el trigo, corto y ondulado. Una piel blanca que daba miedo tocarla y más aún palparla. Parecía que se iba a quebrar al hacerlo. De hecho, Darya era muy sensible a través de su piel, percibía mucho. Su tronco era largo al igual que sus piernas y ya se divisaba lentamente el crecimientos de sus senos a esa edad. En examen físico que le hice a sola y detrás de biombo, me percaté que aún no tenía bellos pubiano ni axilar. En verdad no tenía vellos en ninguna parte de su bello cuerpo de niña de 10 años. ¿Hable de su nalgas y sus piernas? No, no lo hice. Eran a esa sus 2 joyas más preciadas pues encendía grandes pasiones en hombres (y en mujeres también, como me daría cuenta después con mi técnica de enfermería).Su glúteos sobresalientes, duros y redondos como una bella manzanita. Y su piernas con un tono muscular que le daban a sus muslos y pantorrillas una imagen divina cercana a la de Venus del Milo. Su boca!.¡Dios mio su boca!. Pequeña y con unos labios carnosos maravillosos, sobre todo el inferior. Como debería ser besar esos labios que siempre estaban húmedos y Darya cada cierto tiempo pasaba su lengüita por ellos para lubricarlos de una manera inocente, sensual y lujuriosa.
Cuando llego esa primera vez mi consulta, fue en el verano del 2018 y la atendí a las 16 horas. Venia con una faldita corta afirmada con unas tiritas a sus hombros. Una sensualidad ultra inocente. La información de los signos vitales que me dieron de ella, me señalaba que tenía fiebre leve, estaba levemente sudorosa y taquicárdica. Le pedí que se sentara en la camilla para examinarla. Al palparle los ganglios de la garganta ella levantó, sin querer creo yo, su rodilla derecha y la apoyo en mi pene, pues yo estaba al frente de ella realizando el procedimiento. No pude evitar la erección. Lenta pero sostenida, mientras la examinaba, mi pene se iba llenando de sangre hasta alcanzar su máxima erección. En ese momento yo iba a revisar su garganta por dentro con una linterna y un bajalengua y nos miramos fijamente. Estábamos solo detrás del biombo y su tía al otro lado de la consulta que era grande. En ese instante me quede petrificado. Ella con su manita inocente, toma mi pene desde su glande y lo empieza a tocar por arriba de mi ropa, de manera circular de una manera sabia y única. Sabe lo que hace y ahí mirándome, sonríe levemente. Casi con un pequeño toque de maldad. Y me susurra; «Sigue hablando y examinándome que no parare hasta sentir los temblores de tu orgasmo y como se humedece mi mano con el semen que botes manchando tus pantalones.». No me demore más de un minuto y medio y la inocente, bella, sensual, impúdica y puta Darya de 10 años, me tenía en su mano temblando como un adolescente, mientras mis convulsiones me llevaban a un doloroso, silencioso y brutal orgasmo. Fue nuestra primera cita en mi consulta de muchas que se sucedieron hasta el día de hoy que ya tiene 14 y esta…Uffff!…Ni se los digo lo rica que esta esa dulce Lolita…Darya (Continuará, supongo).
Bien. Cómo preámbulo. Veremos cómo sigue.