Yo y el sexo (capitulo 1)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por mimafer.
En el 1978 en España los adolescentes apenas disponiamos de una triste revista donde ver una teta, cuando a mi vecina Loli con 19 años en un descuido se le quedo sin abotonar el vestido a la altura de el chocho me volvi loco, vi sus bragas blancas clareando una enorme mata de pelos.
Era verano mi madre trabajaba, mi hermano y yo quedabamos al cuidado de Carmen que tenia otra hija pequeña ademas de Loli mientras los demas miembros de las dos familias trabajan.
Todos los dias despues de comer debiamos de dormir la siesta, en eso Carmen se mostraba inflexible, mis hormonas me lo impedian, y aprovechaba cuando todos dormian para buscar en el cesto de la ropa las bragas de mi diosa, las olia y ponia mi pija donde habia estado su coño y me la meneaba pensando en su mata de pelos.
Un dia la madre me sorprendio empalmado a punto de pajearme, me dijo de todo, y amenazo con contarselo a mi madre, me impuso como castigo no salir a la calle y permanecer junto a ella sentado en el sofa viendo la tele.
Carmen rondaba los cuarenta, todavia tenia un buen polvo y me tenia a su lado vestida solo con una combinacion, no llevaba nada debajo, se veian perfectamente sus tetas y tambien el chocho, en lugar de bajar mi ereccion crecia tanto que la polla asomaba por mi pantalon de deporte, ante mi sorpresa puso la mano sobre mi capullo empezando a acariarlo, yo quede inmovil mientras ella me la meneaba hasta que solte una cantidad enorme de leche, intente besarla pero se levanto y me ordeno que me fuera, amenzo con que si yo contaba algo ella lo negaria y diria lo de las bragas de su hija.
Al dia siguiente, cuando se fue con los peques a la siesta a mi me permitio verla tele en el sofa, cuando los nenes quedaron dormidos vino junto a mi otra vez solo en combinacion mi pija de nuevo salio del pantalon y volvio a masturbarme, esta vez me atrevi a tocarle las tetas duras lo que ayudo que mi corrida tambien fuera enorme, fue a lavarse la mano pringada con mi leche y cuando volvio yo seguia empalmado, volvio a menearmela, hasta tres veces mas me pajeo y si no hubiesemos oido despertar a los niños no habriamos parado.
Seguimos asi varios dias, aprendi a acariciarle las tetas, a besarlas y a morder los pezones. Esto la hacia volver loca y aproveche una ocasion para tumbarla echarme sobre ella y poner mi polla entre sus muslos, me corri solo con notar mi capullo rozando su vello, pero no perdi ni un apice de ereccion, Carmen se abrio un poco y sin esfuerzo entro en la cueva, mi vecina-canguro me estaba desvirgando.
Me corri hasta cuatro veces sin sacarla, ella tambien gozo mucho, paremos cuando se despetaron los monstruos, por suerte eran muy pequeños para entender lo que habia pasado.
Pase todo el fin de semana sintiendome un macho esperando el lunes, ella lo paso con la entrepierna irritada.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!