Yo y el sexo (capitulo 4)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Comenze la vida de adulto, trabajaba y no volvi a follar con Carmen ni con Maria.
Salia los fines de semana con los amigos, en aquellos años las chicas de mi edad estaban muy reprimidas, podias darte por satisfecho si te dejaban tocar una teta, alguna te hacia una paja pero estas como era normal estaban siempre enrrolladas con alguien.
En el barrio vivia una familia, el matrimonio y tres hijos, el padre era alcoholico, la pobre esposa debia trabajar por los dos y la hija mayor cuidaba de sus hermanos bastante mas pequeños.
Existia buena relacion tambien entre su familia y la mia. Un dia la madre me pidio que llevara a su hija al cine, ya que la pobre apenas tenia tiempo de estar con las amigas y estaba muy ilusionada con la pelicula, y ellos no podian llevarla pues tenian que asistir a un compromiso, hice de tripas corazon y decidi hacerle el favor.
Marian era tres años mas joven que yo, para mi siempre habia sido una cria. A la hora convenida fui a su casa a recogerla ya se habian marchado todos y me recibio en batin maquillada como una puta, me pidio que le ayudara a elegir la ropa, pasemos a su habitacion y con toda la naturalidad del mundo se quito la bata quedando solo en braguitas.
Vaya la niña se habia convertido en toda una mujer, un cuerpo virginal con unas tetitas firmes de dulces fresitas por pezones y unos muslos deliciosos que terminaban en el tiangulo que formaba la prenda que ocultaba su peludio coño.
Yo estaba caliente como un burro, pero la chica se desnudo sin malicia, con la confianza de que eramos como hermanos (eso creia yo), mi pantalon cercio a la altura de mi entrepierna, ella lo vio y exigio verme la polla como yo la veia a ella, no me hice de rogar, la deje al aire y Marian la tocaba, diciendo que era mas grande que la de su padre a quien se la habia visto en mas de una ocasion cuando llegaba borracho y ella se escondia para ver como se follaba a su madre.
Mientras ella intentaba torpemente pajearme, le besaba las tetas y sorbia sus deliciosos pezones, meti una mano debajo de la braga y acaricie su chochito que en seguida se encharco, la tumbe sobre la cama, le quite las braguitas y puse mi cabeza tnre sus muslos, al principio ella se oponia por vergüenza peroen cuanto mi lengua toco su rajita desistio, lami la raja arriba y abajo, su pepitilla se hincho, la sorbi y de inmediato se corrio como una loca.
Me sente en la cama junto a ella con mi verga apuntado al techo, ella se incorporo abrio las piernas poniendo cada una al lado de cada uno de mis muslos y bajo su coñito hasta que la entrada dio con la punta de mi polla, poco a poco se la fue metiendo, cuando noto la pared de su virgo, se detuvo y de golpe se clavo la pija en su cuerpo, solo dio un pequeño grito y se puso a cabalgar mientras le besaba el cuello, las tetas, los pezones, volvio a correrse y por mi parte tuve que ponerme de pie y tirarla sobre la cama para no soltar mi leche dentro de ella, aunque si la derrame sobre su vientre y su lindo monte de venus.
Mientras se lavaba, le prepare un vestido el cual no usaba desde hacia un par de años, le venia ajustado y corto, precisamente lo que yo pertendia, el vestido no tenia mangas, la falda llegaba hasta medio muslo, muy corto para la epoca, pero a la nueva putilla le gusto ser exibiconista, mas le gusto aun cuando la rete a que no se pusiera bragas, para salir del barrio, los botones estaban abrochados hasta el cuello, pero cuando subimos al coche abrio tres de ellos dejando bien a la vista sus golosas tetitas que debido a su juventud no necesitaban nada que las sujetara.
Asi fue como inicie al sexo a la que se convirtio en una autentica viciosa, ya os contare mas cosas.
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