♫ COMPARTIR, COMPARTIR CON ALEGRÍA ♫, PORQUE EL MUNDO SE CANSÓ DE COMPARTIR♫… TERCERA PARTE.
Jeff y yo quedamos atónitos al ver aparecer en la sala a nuestras respectivas madres vestidas como auténticas prostitutas. La pasión, el morbo y el gozo se disparan como nunca antes..
ESCRITO POR SIREMIS.
Mi amigo Jeff y yo, en la sala, terminamos el primer porrito de marihuana, y, al ratico, el fuerte olor a nuestra estimulante maracachafa fue desplazado por el delicioso perfume femenino de nuestras apetitosas y complacientes madres, sus feromonas llenaron toda la estancia, notar que las hembrotas se acercaban nos colmó de gran alegría, pues sabíamos que por fin nuestras risueñas y vulgares madrecitas nos iban a dar chocha y culo, y en efecto las dos casquivanas se presentaron ante nosotros con esos diminutos y lascivos conjunticos de ropa interior con el fin de deleitarnos, parecían auténticas putas de calle.
JEFF: ¡Ojo!… ¡Ponte pilas David!… ¡Mira las tetas que están entrando a la sala!…
YO: ¡Uuff!… ¡Pero por mi puta madre Marcelita!… ¡Qué putonas veo llegar!…
Al verlas llegar así instantáneamente nos sentamos en nuestros respectivos sofás y casi se nos salen los ojos y la leche al contemplar de nuevo esos espectaculares cuerpazos, nuestros corazones latían de enorme emoción y nuestras vergas no hallaban el momento de explotar en tremenda lechada.
Las dos impúdicas señoras olían endemoniadamente rico, estaban muy maquilladas y se movían muy sensualmente.
Doña Stella llegó en hilitos y en un transparentoso y pequeñísimo brasier, sin usar nada más, ni siquiera zapatos.
Mi mamá se presentó también en un brasier demasiado putón y en una tanga tipo hilos con exagerada transparencia, pero a diferencia de doña Stella se había puesto un vulgar liguero cuyas ligas sostenían unas bonitas medias blancas y usaba unos zapatos rojos de tacón muy alto. En su cabeza llevaba unas eróticas orejitas de conejita.
Mamá traía una grabadora y puso una provocativa musiquita que más de modelaje era de puro estriptis.
DOÑA STELLA: ¡Hola mundo!… Jejeje… ¡Pues que llegaron las más putis del mundo a entretener a los más pajuelos!… Jejeje…
MAMÁ: Jejejeje… ¡Hola, papis!…
Jeff y yo seguíamos tan borrachos y drogados como al principio, no obstante, nuestras mamás ya no lo estaban tanto, su actuar no era motivado por su alicoramiento, tampoco se le podía atribuir a su estado de consumo de drogas ese inmoral proceder, no… definitivamente las dos señoras eran perfectamente conscientes de su lascivo comportamiento y su vulgar hablar.
Y mamá, moviendo su excelente cuerpazo al son de la música, añadió lo siguiente:
MAMÁ: ¡La comadre Stellita y yo queremos enseñarles estos conjunticos aprovechando el calor que está haciendo! ¡Son de los más lindos y putones que he confeccionado! ¡Queremos modelarles y que nos den sus opiniones mientras entretienen sus ojos mirando estos soberbios cuerpazos, mis amores!…
DOÑA STELLA: ¡Si!… ¡Y queremos que sean honestos y que nos digan con sinceridad qué les parece!
Mientras aumentamos el ritmo de nuestros deliciosos pajazos, por fin atinamos a decir:
YO: ¡Wow!… ¡No lo puedo creer!… ¡Están riquísimas!…
JEFF: ¡Por las barbas de Lucifer!… ¡Qué buenotas están estas dos hembrotas!…
YO: ¡Parecen auténticas pros…! ¡Pros…! ¡Prosti!… ¡Bueno, ustedes ya saben!…
MAMÁ: ¡¿Prostitutas?!
YO: ¡Mmm!… ¡Eso, mamá!… ¡Prostitutas!… ¡Parecen Auténticas prostitutas!
MAMÁ: ¡Uy!… ¡¿Estás seguro? cariño!… ¡¿Estás seguro que eso quisiste decir?!
YO: ¡Tal cual, mamá!… ¡Esto parece una invasión de putas!… Jejeje… ¡Pero de las putas bonitas y atractivas, claro está!…
MAMÁ: ¡Qué piropo tan tierno, mijo!… Jejeje… ¡¿Oíste eso? comadrita! ¡Mi hijo nos ha dicho que somos unas prostitutas!… ¡Así de sinvergüenzonamente nos dijo putas!…
DOÑA STELLA: ¡Eso, papito!… Jejejeje… ¡Así de honestos y sinceros necesitamos que sean!… Jejeje… ¡Cómo me gusta que me digan así con total franqueza!…
Las dos vulgares y propasadas señoras, entre bailando y modelando, empezaron a adoptar poses sumamente sensuales y provocativos al son de la estimulante música.
La sinvergüenza de doña Stella sugerentemente se metió una mano entre su tanguita tocándose su panochota y con gran morbo se atrevió a decir:
DOÑA STELLA: ¡Disculpen mi timidez, mis corazones!… ¡Mi intención es modelarles de la mejor manera!
Y su hijo Jeff, fijándose en la ironía manifestada por su voluptuosa madre sobre su supuesta timidez, le expresó:
JEFF: ¡Wow!… ¡Mamá!… ¡Pero qué tímida vas a ser si estás exhibiéndote con semejantes prendas tan chiquitas y putonas y además estás modelando metiéndote una manita ahí!
DOÑA STELLA: ¡¿Ahí?!… ¡¿En dónde? amor! ¡Se más preciso, cariño!…
JEFF: ¡Pues en tu cosota!… ¡La que nos mostraste en el patio hace un rato cuando te introdujiste esa botella!
DOÑA STELLA: ¡¿En mi qué?!
Al ver que mi amigo se había apendejado metí mi cucharada respondiendo por él:
YO: ¡En su rajota, mi señora! ¡En su rica rajota!
JEFF: Jejeje… ¡Eso! ¡Eso!… ¡En tu rajota, mamá!… ¡En tu rica rajota!…
YO: ¡En su chochaza de putona, doña Stella!… Jejeje…
JEFF: ¡Eso! ¡En tu cucaza de putona, mamá!… Jejejeje…
DOÑA STELLA: Jejeje… ¡Así es!… ¡Espero que te guste a ti y a Davidcito!…
JEFF: ¡Wow!… ¡Nos encanta, mamá!… ¡Demasiado!…
YO: ¡Uuff!… ¡Claro que nos gusta, señora Stella!… ¡Mamasota rica!… ¡Nos fascina!…
Y para no quedarse atrás, mamá sacó pecho y dijo:
MAMÁ: ¡Miren estos brasieres! ¡Son un poco transparentones y atrevidos, pero así mismo muy atractivos!… ¡¿Les gustan? mis amores!
Mamá y su amiga doña Stella se ponían los dedos bajo las copas de sus respectivos brasieres y se levantaban las tetas con ellos mostrándonos y ofreciéndonos sus deliciosos atributos.
Nosotros no dejábamos de pajearnos con muchas ganas y de babear de excitación mientras contemplábamos con cara de antojados esos deliciosos pechotes, se les veían muy claramente las aureolas y los pezones de esas hermosas tetotas a través de la traslúcida tela, eran sencillamente hipnotizadoras esos dos pares de fascinantes glándulas mamarias.
YO: ¡Uuufff!… ¡Muy ricos, pero dijiste un error, mamá!
MAMÁ: ¡¿Cuál?!
YO: ¡Tú dijiste que esos brasieres son un poco transparentes!
MAMÁ: ¡Lo son!… ¡¿No te parece?!… ¡¿No se me ven las tetas tanto?!
YO: ¡No, mamá! ¡No son un poco transparentes, mamá! ¡Son MUY transparentes!… ¡Se te ven todas las tetas!
MAMÁ: Jajajaja… ¡Ah… bueno, si!… ¡Tienes toda la razón!… Jejeje… ¡¿Y cuál te gusta más? ¿el mío o el de mi comadre Stella?!
YO: ¡Me gustan más las tetas al aire!… Jejeje… ¡Pero como para responderte ahorita digamos que Juntos brasieres están deliciosos!
MAMÁ: ¡Pero debes decir cuál es el conjuntico más sexy, mi vida!
YO: ¡Bueno, calma!… Jejeje… ¡Siendo así, me fascina especialmente el de doña Stella!
DOÑA STELLA: ¡Bravo, mi amor! ¡Tú eres de los míos! ¡Me encantas, mi vida!…
JEFF: ¡Y a mí me encanta más el de mi madrina, viejo man!…
MAMÁ: ¡Gracias, ahijado!… ¡Veo que tienes muy buen ojo, amor!…
YO: ¡Uuff!… ¡Estamos hoy en el cielo!…
MAMÁ: ¡Pero subámosle un poco más el tono picante a este ambiente celestial, comadrita Stellita! ¡Pongámonos un poco… no sé… un poco… un poco más groseras!… ¡No sé… propongo que nos pongamos en un formato un poco más putón! ¡¿No crees? comadrita!…
DOÑA STELLA: ¡Si, comadre Marcelita!… Jejeje… ¡Pongámonos más putonas! ¡Convirtamos este ambiente tan celestial en un ambiente mucho más caliente y arrecho! ¡Así, como de un sensual y ardiente infiernito más bien!… Jejeje… ¡El clima está apenas para ello!… ¡Un poco más de estriptis!… Jejeje… ¡Un ambiente donde la excitación, el vicio, la sinvergüencería y el placer estén a la orden!… Jejejeje…
JEFF: ¡Bravo, mamá!…
YO: ¡Así se habla, señoras!
Mi amigo y yo soltamos un momento nuestras vergotas para aplaudir supremamente emocionadísimos.
Al parecer mamá y doña Stella decidieron acabar con su secretito bisexual y mostrarse tal como son porque empezaron a hacer numeritos de baile un tanto lésbicos y subiditos de tono, con algunos tocamientos y caricias entre ellas, se dieron eróticos piquitos en los labios y leves besitos esquimales y de lengua. Jeff y yo, pajeándonos de nuevo, no hallábamos que hacer de tanta excitación.
YO: ¡Uuff!… ¡Mamá!… ¡Te estás besando con tu comadre doña Stella!… ¡Qué rico!… ¡Toda lesbianita!… ¡No sabía que también te gustaban las mujeres, so putorra!
MAMÁ: Jajaja… ¡Tan lindo tú!… Jejeje… ¡No, mi amor, no soy lesbiana!… Jejeje… ¡A mí me gustan las vergas!… ¡Lo que pasa es que la comadre Stellita me derrite de una manera especial y yo caigo rendida ante su encanto, papito! ¡No lo puedo evitar!…
JEFF: ¡Pues debería hacerse novia de mi mamá, madrina Marcela!… ¡Ella se está dejando besar y tocar a gusto y también la manosea y la besa a usted! ¡La zorra quiere que usted se la coma otra vez!…
MAMÁ: ¡¿Otra vez?!…
El tonto de Jeff había metido las patas, se supone que las habíamos visto desde la rama del árbol en secreto haciendo sus actos lésbicos, y ahora él nos había delatado, sin embargo las palabras de doña Stella nos calmaron al instante.
DOÑA STELLA: ¡No te preocupes, Jeff! ¡Tú tampoco, comadre Marcelita! ¡Yo me di cuenta perfectamente que estos machotes nos observaban desde la rama del árbol a través de la ventana mientras se pajeaban como micos!… Jejejeje…
MAMÁ: ¡Ah caramba!… ¡Con que esas tenemos!… ¡Ya una no tiene privacidad!… Jejeje… ¡¿Y por qué no me lo dijiste que este par de morbositos nos estaban mirando? Stellita!
DOÑA STELLA: ¡Porque así podrías comportarte al natural junto a mí y poder dejar a estos chicos bien arrechitos y preparados para este numerito!
MAMÁ: Jajajaja… ¡Entonces nos vieron empelotas y teniendo sexo!… ¡De todas maneras no me explico cómo no se habían dado cuenta antes de nuestra relación bisexual si siempre había sido algo demasiado evidente!…
YO: ¡No lo sé, mamá!… Jejeje… ¡Éramos bien pensados!… Jejeje… ¡Pensábamos que era solo una buena amistad de ustedes sin nada sexual!
MAMÁ: ¡Ahora resulta que son bien pensados!… Jejeje… ¡Todo mundo sabe que ustedes dos son bien picarones y se mandan unas mentes muy dañadas!… Jejeje… ¡Bueno, pues ya saben lo nuestro!… Jejeje… ¡Continuemos con nuestro numerito, comadre Stellita preciosa!…
DOÑA STELLA: ¡Si, continuemos!… ¡Pero vengan, no se queden ahí, niños! ¡Toquen las telas de nuestros brasieres! ¡No sean tímidos con sus mamás! ¡Participen!… ¡Contemplen el trabajo de la comadre Marcelita! ¡Ella se esmeró confeccionándolos! ¡¿No le quedaron hermosos estos conjunticos?!
YO: ¡Uuff!… ¡Fenomenales!
JEFF: ¡Caracoles!… ¡Excelente trabajo, madrina Marcela!
DOÑA STELLA: ¡Eso, vengan!… ¡Toquen!… ¡Toquen que los conjunticos, al igual que nosotras, son demasiado putones!… Jejeje… ¡Palpen, nenes!… ¡Palpen!…
Nosotros nos levantamos para tocar la tela de esos brasieres, de paso aprovechamos para descaradamente sobarles las tetas sobre las copas de esas prendas a nuestras putísimas madres.
DOÑA STELLA: ¡¿Cómo les parecen nuestros brasieres? par de demonios! ¡Métannos mano!…
JEFF: ¡Wow!… ¡Muy bonitos, mamá! ¡Te quedan perfectos!
YO: ¡Uuff!… ¡Son de lo mejor!… ¡Muy sensuales y de gran calidad!… ¡Te luciste, mamá!…
MAMÁ: ¡Y observen lo bien hechos que me quedaron estos hilitos!
Juntas hembrotas se voltearon dándonos las espaldas y vimos los culotes más exquisitos de todos los que hemos visto en nuestras putísimas vidas. Los pusieron en pompa y empezaron a estremecerlos con toda la intención y la vulgaridad posibles.
YO: ¡Dios santo! ¡Qué culotes tan salvajemente ricos!…
JEFF: ¡Me lleva el diablo!… ¡Severas nalgotas!… ¡Uuff!… ¡Cuánta vulgaridad hay aquí!…
Esas nalgotas les vibraban muy rico a juntas putonas, naturalmente los hilos de esas endiabladas tanguitas estaban metidos por entre las rayas de sus soberbios culazos y no tardaron las putas en darse nalgadas así mismas. Luego mamá pasó a dárselas a doña Stella y la suculenta madre de Jeff a mamá.
Juntas reían como locas pervertidas y los sonidos de esas excitantes palmadas llenaban toda la sala, era una delicia todo lo que estaba ocurriendo.
Nosotros colapsamos de la emoción y la arrechera y nos fuimos para atrás como si nos hubiera dado un desmayo simultáneo, con nuestras lenguas afuera y con las vergas en mano caímos en nuestros sillones, sin embargo, no dejábamos de mirar semejante faena con ojos de muchísimo morbo y perversión.
DOÑA STELLA: ¡Pero colaboren, mijos! ¡No se la pasen solo ahí sentadotes jalándose las vergas y haciendo pura cara de maniáticos depravados!… Jejejeje… ¡Dennos palmadas en nuestras nalgas, diviértanse un poco con ellas, putitos! ¡Métannos mano!…
MAMÁ: ¡Si, mis amores! ¡Con confianza!… ¡Háganle!… ¡Cacheteen estos buenos traserotes!… Jejeje… ¡Disfruten de sus putísimas mamis y sus ofrecidos culazos!…
Las dos hembrotas se acercaron a nosotros nos agarraron las manos y empezaron a moverlas motivando nuestras nalgadas, Jeff y yo nos miramos a los ojos llenos de asombro y excitación, y, en efecto, tomamos gran confianza y empezamos a nalguear con mucho gusto y decisión a nuestras respectivas madres por nuestra propia cuenta, luego intercambiamos de mamá para seguirlas palmoteando de lo lindo, es decir, ahora Jeff le daba nalgadas a mi señora madre y yo a su apetitosa mamasota.
Con una mano nalgueábamos culotes y con la otra nos seguíamos pajeando.
MAMÁ: ¡Eso!… ¡Duro!… ¡Duro con estos culotes!…
JEFF: ¡¿Quiere que le azote más duro el culo? madrina!
MAMÁ: ¡Eso ni se pregunta, papi!… ¡Dame más duro!…
JEFF: ¡Pero delante de su propio hijo?! ¡¿No le importa eso? so bitch!…
MAMÁ: ¡Qué va! ¡El puto de mi hijo ya le está haciendo lo mismo a la puta de tu madre!
JEFF: ¡Bueno!… Jejeje… ¡Está bien!… ¡Así sí!… ¡Por mí encantado, madrina gran putorra!…
Y la madre del bobo del Jeff era duramente nalgueada por mi abusiva manota sin contemplaciones de ningún tipo.
DOÑA STELLA: ¡Qué rico! ¡Cómo me gusta que me maltraten el culo y más me fascina que me lo joda bien duro un hijueputa pandillero de mierda!… Jejeje…
YO: ¡Pues para eso estoy aquí, mi señora! ¡Yo soy el hijueputa pandillero que se dedicará a maltratarle el culo todo lo que quiera, mamacita rica y putona!
En un momento cogimos las latas de cerveza y las vaciamos sobre esos espectaculares y entregados culotes, los cuales besamos y lamimos absorbiendo esa cerveza que resbalaba por esas majestuosas nalgotas.
Las lujuriosas y enloquecidas mujeres lo gozaban como nunca nada en la vida.
JEFF: ¡David, mira cómo nalgueo a la zorra de tu madrecita!… Jejeje…
YO: ¡Dale bien duro!… Jejejeje… ¡Y tú mira cómo le tengo de coloradas las nalgotas a la tuya!… Jejejejeje…
MAMÁ: ¡Eso, papasotes!… ¡Qué rico!… ¡Qué divertido!… ¡Estas nalgotas son para gozarlas! ¡Sigan nalgueándonos!… ¡Abusen de sus madres!… Jejeje…
DOÑA STELLA: ¡Efectivamente! ¡Y este caluroso día es para saberlo disfrutar!… ¡Qué suenen nuestras nalgotas! ¡Échennos más cervecitas en el culo, par de gamines!… Jejeje…
YO: ¡Putón!… Jejeje… ¡El día de hoy está como para violar estos santos culotes!… Jejeje…
Les echamos más cerveza a las señoras en esos espectaculares culazos, y seguidamente aceleramos nuestros pajazos y la dureza de nuestras nalgadas y así aumentó el nivel de sonido que estas producían en la sala.
Jeff y yo teníamos unas ganas descontroladas de meterles nuestras vergotas por sus tentadores ojetes, incluso a veces simulábamos penetrarlas analmente moviendo nuestras pubis sobre sus estimulantes culotes.
Mamá y mi amigo se decían:
MAMÁ: ¡Rico, papi! ¡Rico!…
JEFF: ¡Oohh!… ¡Madrina!… ¡Usted está súper buenísima!… ¡Qué culazo se gasta!
MAMÁ: ¡Gracias, mi vida! ¡Sigue nalgueando a tu hembrota, mi macho!…
JEFF: ¡A pedido del consumidor, perra!… Jejeje… ¡Qué zorrerío tan tremendo el de mi madrina!… Jejejeje…
Y a su vez la excitada doña Stella gemía un poco bajo mis nalgadas y abusivos movimientos, y decíamos lo siguiente:
DOÑA STELLA: ¡Aahh!… ¡Aahh!… ¡Aahh!… ¡Más fuerte, amor!… ¡Aahh!… ¡Aahh!… ¡Aahh!… ¡Más duro, Davidcito! ¡Nalguéame el culo más duro, papi!… ¡Mueve tu pubis más duro!…
YO: ¡Toma!… ¡Toma!… ¡Toma, mamá de Jeff!… ¡Uuyy!… ¡Qué nalgotas, juemadre!… ¡Severo culazo el que se menada esta santa señora y yo con estas ganas que tengo hoy de clavar culos!…
Las señoras rieron emocionadas. Yo no solo nalgueaba a la marrana, excitada y risueña madre de Jeff, también le apretaba esos maravillosos glúteos e incluso abusivamente le pasaba mi inquieta manota por entre toda la raya del culo.
DOÑA STELLA: ¡¿Te excitan mis nalgas y mi culote? mi amor!
YO: ¡Mi pipisote lo demuestra, cariño!… Jejeje… ¡Lo tengo bien parado!…
DOÑA STELLA: ¡Lo tienes gordote y largote, mi macho!…
YO: ¡Y usted tiene el culote más grandote y vibrante que haya visto en mi puta vida, mi hembrota!…
La descarada y golfona de doña Stella se bajó los tirantes de su brasier para dejar que este se fuera bajando por efecto de la gravedad y por sus deliciosos movimientos mientras yo, al tiempo que movía mi pubis en su culote simulando estar metiéndole la verga por el ojo del culo, empecé a hacer el amague de bajarle los hilos poco a poco para que Jeff se fijara muy bien en cómo su abusivo amiguito irrespetaba a su gozona madre bajándole los cucos.
YO: ¡Mira, Jeff! ¡Mira cómo le bajo los cucos a la fulana de tu madre!
Jeff observó mi acción y le dijo a mi mamá lo siguiente:
JEFF: ¡Uy!… ¡Mire, madrina! ¡El aprovechado de mi amigo ya le está bajando los cucos a la facilonga de mi mamá!… Jejeje…
MAMÁ: ¡Vaya!… ¡Definitivamente tienes una madre muy puta, mi Jeff! ¡Todo mundo le baja los calzones así porque sí y de buenas a primeras a esa perra!… Jejejeje…
JEFF: Jejejeje… ¡Así es, madrina Marcela!… ¡Mi mami es el colmo del puterío!… Jejeje… ¡Yo creo que mi amigo va a terminar clavándole la verga por ese culo!…
MAMÁ: ¡Vaya vieja buenota y putorra!… Jejeje… ¡Tu mamá es una facilonga, mijo! ¡De razón que los hombres de toda la región la irrespetan y se la comen!… Jejeje…
Y seguidamente, mi arrecho amigo Jeff me gritó lo siguiente mientras se pajeaba con mucho entusiasmo y frenesí:
JEFF: ¡Bájale los calzones a mamá de una buena vez, David!… ¡Hazlo de una para verle una vez más la raja!…
La puta mamá de Jeff ya casi tenía una teta por fuera y al escuchar lo que me dijo mi amigo, es decir, su propio hijo, me pidió con voz muy sensual lo siguiente:
DOÑA STELLA: ¡Ya oíste a tu amiguito, amor!… ¡Bájame los cucos, mi macho y déjame con la chocha y el culo afuera para que mi propio hijo vea que tan puta es su mami!
YO: ¡Como usted ordene, mi capitana!
Entre los gritos de sorpresa y gozo proferidos por mamá y mi amigo, le bajé la tanguita de hilitos sin más ni qué a la puta de doña Stella.
DOÑA STELLA: ¡Vaya! ¡Qué puta soy!… Jejeje… ¡Me dejé bajar los cucos de este hijueputa!… Jejeje… ¡Bueno, eso no es nada ¿cierto? mijo!… Jejejeje…
JEFF: ¡Rayos!… ¡Qué almejota!… ¡Uuff!… ¡Claro que muy cierto, mamá!…
Su panochota exquisitamente rasuradita y perfumada quedó a la vista de todos, quienes silbamos y aplaudíamos llenos de morbo.
JEFF: ¡Wow!… ¡Mamá!… ¡Qué cuca tan sabrosa tienes!… ¡Me gusta mucho!…
DOÑA STELLA: ¡Me alegra que te guste, papi!…
La señora levantó cada pierna en su momento para que yo pudiera apoderarme de sus hilitos, y después de olerlos y estirarlos se lo puse en la cabeza, ella se los quitó y se los tiró a su hijo Jeff por la cara, el cual los agarró, los extendió mostrándonoslos con mucho orgullo, luego, el muy malparido los olió y se los metió a mamá a su boca.
JEFF: ¡Tome pa’ que trague, madrinita!…
Mamá balbuceó y se quedó con los hilitos de su comadre en su boca.
Yo, como estaba tras de la mamá de Jeff, con todo mi abuso, pasé mi manota por debajo del culazo de la suculenta señora, le toqué la rasurada rajota y le abrí un poco los labios vaginales con mis dedotes, al hacer eso comenté:
YO: ¡Qué cucaza de pura puta!… ¡¿No es así? Jeff!… Jejeje…
JEFF: ¡Totalmente, panita!… ¡Oye, hazme un favor, amigo!
YO: ¡¿Cuál?!
JEFF: ¡Haz gozar a mamá!…
YO: ¡Claro que sí, amigazo del alma, haré chillar de gozo a esta mujerzuela!…
JEFF: ¡Uuff!… ¡Mírale esas tetotas a la puta!
El brasier de la mamá de Jeff se bajó solito completamente dejando su buen par de tetas totalmente al aire. Ella misma pasó a manosearse sus propias tetazas con gran erotismo para hacernos arrechar al máximo, y mientras mi amigo le manoseaba las tetas a mamá sobre su brasier, yo manifesté de inmediato:
YO: ¡Uuff!… ¡Qué delicia de tetotas se manda tu santa madrecilla, Jeff!…
JEFF: ¡Ooohhh!… ¡Son tremendamente bellas!… ¡Uuff!… ¡Y pensar que yo se las mamaba a la zorra cuando era bebé!… Jejeje…
YO: ¡Son inmensas!
JEFF: ¡Es que están llenitas de leche! ¡Acuérdate que mamá está lactando porque tiene una bebé de dos añitos!
YO: ¡Verdad! ¡Tu hermanita bebé se las chupa!…
Mi amigo, sin dejar de manosear las tetas de la risueña y balbuceante de mi mamá sobre las copas de su brasier, me sugirió lo siguiente:
JEFF: ¡¿Por qué tú no se las aprietas y se las chupas un poco?! ¡Como si fueras bebé también!… Jejeje… ¡Hazlo con toda confianza que yo sé que mamá se deja!… Jejeje… ¡Siempre se deja hacer todo, de todo mundo!… Jejeje… ¡Pues es una perra!…
La madre de Jeff miró a su hijo demostrando gran deleite en su rostro, y luego volteó su cabeza para mirarme a mí, y me dijo:
DOÑA STELLA: ¡Si, papi! ¡Yo me dejo!… ¡Yo me dejo hacer todito lo que quieran!… ¡Por eso tengo la fama de puta que tengo!… Jejeje…
Las copas del brasier de mamá seguían siendo manoseadas por el intenso del Jeff mientras ella continuaba con la tanga de hilos de su comadre metida en su boca. A mi mamá le dio cierta envidia de que estuviéramos poniéndole toda la atención a doña Stella, y sacándose los cucos de su amiga de su boca, dijo:
MAMÁ: ¡Putos perros!… ¡Yo también quiero sacarme las tetas y de que un niñito muy lindo llamado Jeff me las chupe con desespero y agresividad!…
JEFF: ¡Uy, madrinita!… ¡¿Se refiere a mí?!
Miré a Jeff con intensidad y algo de burla, y le exclamé:
YO: ¡Uyuyuy!… ¡Jeff!… ¡Claro que se refiere a ti, huevón!… ¡Aprovecha! ¡Tienes a mamá loquita y a tu completa disposición!… ¡Dale! ¡tócala! ¡Te doy permiso de que lo hagas! ¡Cógele y chúpale las tetorras! ¡Aquí hoy estamos en una fiesta putona, así es que yo te doy total permiso de que le hagas lo que quieras a mi mamá!… ¡Yo te la presto con muchísimo gusto, mi hermano! ¡Es rico compartir con los amigos! ¡Aprovéchate de la zorra!…
JEFF: ¡Uuff!… ¡Gracias! ¡Eres todo un amigazo que comparte sus objetos y propiedades desinteresadamente!…
Y yo le contesté lo siguiente:
YO: ¡Todo bien, Jeff!… ¡Mordisquéale y succiónale esas tetazas!…
Y mirando a mamá, a la vez que le apretaba las tetas a su comadre con mis manotas, le ordené:
YO: ¡Y tú… mamá… sácate las tetas que mi amigo te las quiere ver, manosear y chupar, so puta!… ¡Se buena perra y dáselas a Jeff!…
MAMÁ: ¡Como tú digas, amor!… ¡Gracias, mijo, eres genial!… ¡Te amo por ofrecerme de esa manera a tu amiguis!…
YO: ¡No hay de qué, mamá!… ¡Y hazme el favor de darle a tu ahijado lo que él quiera y te pida sin ninguna restricción!…
MAMÁ: ¡Hoy quiero sentirme más que puta!…
YO: ¡Excelente mamá! ¡Hazle competencia a la mamá de Jeff en ser putona!… Jejeje…
Mamá se sacó las tetas. Las dos putas no se cansaron de ofrecernos sus chichotas.
Jeff y yo, sin hacernos de rogar, empezamos a manosearles con más brusquedad esas inmensas puchecas y a chuparles los pezones con demasiado ímpetu a nuestras desvergonzadas y permisivas madres, él a la mía y yo a la suya, las señoras hacían unas caras de gusto y de putas indescriptibles, era una poesía verles esas expresiones tan marcadamente putonas en sus atractivos rostros.
Mientras tocábamos, agarrábamos, lamíamos, mordisqueábamos y chupábamos esas espectaculares tetorras, Jeff y yo comentábamos lo siguiente:
YO: ¡Uuff!… ¡Mmmm!… ¡Viejo Jeff!… ¡Le estoy agarrando, apretando y chupando las tetas a tu santísima madre!… ¡Mmmmm!…
JEFF: ¡Mmmm!… ¡Mamá no tiene nada de santa sino de diablota!… Jejeje… ¡Mmmm!… ¡Ella es una puta diabla igual que la ramera de tu mamá!… Jejeje…
YO: ¡Mmmm!… ¡Claro que la zorra de tu mamá es una puta diabla, pero sigo chupándole y apretándole las tetas a esa perra!… ¡Mmmm!… ¡Cómo chupo teta!… ¡Mmmm!… ¡Le saben muy rico los melones a tu madre!… ¡Mmmm!… ¡¿No te dan celos? so puto!
JEFF: Jajajaja… ¡¿Bromeas?!… ¡No me dan celos! ¡Para nada, amigo marihuanero!… ¡Yo se las estoy mordisqueando a tu puta madre ¿a ti te dan celos de que le esté comiendo las tetas a mi putísima madrinita?!
YO: ¡Ni pizca de celos, amigo!…
Mientras yo le mamaba las tetas a doña Stella mi mano empezó a palparle la mojada chochaza, la puta empezó a gemir de placer y a soltar tanto leche por sus tetas como líquido por su cuca.
YO: ¡Doña Stella! ¡Qué rica leche materna le sale de las tetas!… ¡Mmmm!… ¡Deliciosa al paladar!…
Su caliente leche materna caía en mi boca y en mi cara, yo me tomaba esa deliciosa bebida y me lavaba el rostro con ella, y mientras hacía eso, la muy turra me contestó:
DOÑA STELLA: Jajajaja… ¡Es la comidita de mi nenita! ¡Usted, ladronzuelo, le está robando el alimento a mi hijita, gañan condenado!… Jejeje…
YO: Jejeje… ¡Su nenita tiene a la madre más puta de todas!… Jejeje…
DOÑA STELLA: ¡Aahh!… ¡Eso sí! ¡No hay ninguna duda, soy la más perra y cochina de todas las putas del mundo entero, cerdito!… Jejeje…
YO: ¡Además usted está muy mojadita!… ¡Mire cómo me tiene los deditos de baboseados, so perra!
Saqué mis dedos de su encharcada vagina y se los mostré, estaban completamente babosos, la señora los miró y me los chupó.
YO: ¡Mira lo que me hace tu madre, viejo Jeff! ¡Me chupa los dedos untados de sus fluidos vaginales!
Mi amigo soltó la teta de mamá, observó cómo su madre me chupaba los dedos y dijo:
JEFF: ¡Muy bien, mamá! ¡Eres bien chuponcita!
DOÑA STELLA: Jejejeje… ¡¿Chuponcita?! ¡Esa palabra me encanta!… ¡Yo no sé, pero me voy a poner a mamar ya!… ¡No aguanto más las ganas de guamo!…
De repente y de manera sumamente rápida la madre de Jeff se agachó frente a mí, me agarró el erecto pepino y de una y sin preguntar se lo metió a la boca comenzando así tremenda y voraz mamada. Su hijo, mi mamá y yo dimos un grito y una risotada de suma emoción y sorpresa.
MAMÁ: Jajaja… ¡Wow!… Jejeje… ¡Así se hace, comadre!… ¡Uuff!… ¡Eres una mamona de respeto!… Jejejeje… ¡No te pudiste aguatar un poco más chupar la verga de mi nene!… Jejeje…
JEFF: Jajajaja… ¡Eso mamá!… ¡No lo puedo creer!… Jejejeje… ¡Aunque no lo pueda creer debo aceptar que desde hace rato se te notaba que no hallabas el momento de agacharte y ponerte a mamar la vergota de mi amigo!… Jejeje… ¡Eres una puta, mamá!… Jejeje…
Doña Stella se sacó mi verga de la boca por unos segundos solamente para contestarle a su depravado hijo:
DOÑA STELLA: ¡Puta no, papi, putísima!…
Y habiendo aclarado eso, doña Stella se volvió a meter mi verga a su boca y continuó con su espléndida mamada mientras que, alzando juntas manos, representaba con sus dedos índice y corazón la letra V de victoria, pues por fin obtuvo mi verga dentro de su aspiradora bocaza.
JEFF: ¡Una reverenda putaza es lo que eres, cerdita!…
YO: ¡Oohhh!… ¡Qué mamada!… ¡Uuff!… ¡Tu madre es bien puta, Jeff!… Jejeje… ¡Mira con qué desespero la puta me lo mama!… Jejeje… ¡Se atraganta con mi vergota!… ¡Aaahhh!… ¡Qué engullidora!…
Antes de que mi amigo pudiera decir algo, mi mamá, hablando duro, dijo lo siguiente:
MAMÁ: ¡Ay! ¡Yo también quiero ponerme a mamar verga!
YO: ¡Oohh!… ¡Fabuloso, mamá! ¡Estabas demorada en pedirlo!… ¡Aaaahhh!…
Y mirando a Jeff, añadí la siguiente orden:
YO: ¡Aprovecha, Jeff! ¡Dale guamo a mamá, mi hermano!… ¡La zorra te lo está pidiendo!…
JEFF: ¡Wow!… ¡Yo propongo a mi verga para que la chupe un buen rato, madrinita querida!…
MAMÁ: ¡Dame ese falo! ¡Pero ya! ¡Hijo de tu puta madre!… ¡¿No ves que no puedo esperar por mamártelo?!
YO: ¡Chupa mucha verga, mamá!… ¡Oohh!… ¡Dale buena lengüita a la verga de mi amigo, putona!…
Mientras yo agarraba la cabeza de doña Stella con mis manos y la hacía meterse salvajemente toda mi verga hasta la garganta, mi mami tomó de la mano a Jeff, lo situó al lado mío y de doña Stella, se agachó frente a su ahijado y le comenzó a besar, a lamer y a chupar tanto huevas como verga para luego engullirse su pepino en toda su mamadora bocota y empezar a practicarle tremenda mamada a toda regla.
JEFF: ¡Aaayyy!… ¡Madrinita!… ¡Usted me lo está chupando muy rico!… ¡Me lo mama mejor que cualquier otra puta!…
Mamá miraba a los ojos a su cochino ahijado mientras seguía mamando su verga con total decisión, las orejitas de conejita que se había puesto en su cabeza se movían muy eróticamente.
YO: ¡Oohh!… ¡Qué espectáculo tan estupendo!… ¡Oohh!… ¡Juntas putas mamando verga al tiempo una al lado de la otra!… Jejeje… ¡Qué putería!… ¡Uuff!…
JEFF: ¡Aaaahhh!… ¡Esto es sencillamente maravilloso!… ¡Jueputa!… ¡Ooohhh!… ¡Qué placer!… ¡Uuhh!… ¡Mi madrina y mi madre son bien putas!… ¡Putísimas!… ¡Oohhh!… ¡Qué mamada me hace la puta!…
YO: ¡Aaaahh!… ¡Súper-mamadoras!… ¡Esto no tiene precio!… ¡Ooohh!…
JEFF: ¡Aaaggghhh!… ¡Se lo estoy metiendo toda a la boca a la puta de tu mamá, David!… ¡Oohh!… ¡Se la voy a meter hasta lo más profundo de la garganta una y otra vez!… ¡Le voy a hacer garganta profunda a esta ramera!… Jejeje… ¡Mira!…
Mi amigo Jeff tomó con sus manos las orejitas de conejita de mamá y jalándoselas hacia su vergota le empezó a hacer garganta profunda con gran entusiasmo y frenesí. Yo, complaciéndome en lo que veía, afirmé lo siguiente:
YO: ¡Oohh!… ¡Yo ya se la estoy haciendo a la prostituta de tu mamacita, amigo!… Jejejeje… ¡La perra está encantada de que se lo ensarte hasta el esófago!… Jajaja… ¡Oohh!… Jejeje… ¡Mírala no más cómo está de feliz chupándome el cipote!… ¡Uuff!…
JEFF: ¡Aahh!… ¡Qué delicia!… ¡Esto es lo mejor que me ha pasado en toda mi puta vida, carnal!… ¡Oohh!…
YO: ¡Oohh!… ¡Si, panita!… ¡Aahh!… ¡Sin dudas es lo mejor que a mí también me ha ocurrido!… ¡Qué suerte la nuestra, amigazo!… ¡Aahh!… ¡Qué chupada!…
Jeff y yo hicimos contacto muy amistoso de nuestros puños en señal de camaradería y placentero triunfo.
Minutos después, nuestras putísimas madres ya no aguantaron tanta agresividad bucal e hicieron que las soltáramos. Las dos mujeres cayeron hacia atrás, luego se pusieron rápidamente de rodillas al piso, tomaron mucho aire y escupieron sobre la alfombra, vomitaron una gran cantidad de líquidos, las dos tosían en gran manera, estaban bastante ahogadas, y sus llorosos ojos mostraban una intensa coloración debida a la excitante asfixia.
YO: ¡Uuff!… ¡Señora Stella, se lució usted con semejante mamada a garganta profunda! ¡Definitivamente qué puta es usted! ¡Mis respetos, perra!…
Doña Stella dejó de toser, rio un poco ante las palabras que le dije, y manifestó lo siguiente:
DOÑA STELLA: Jejeje… ¡Gracias por el cumplido, mi chino! ¡Me dejó totalmente encantada que me hubieras hecho mamar de semejante manera tan brutal!…
Y Jeff también elogió a mi mamá con el siguiente comentario:
JEFF: ¡Oh!… ¡Y usted también, madrinita!… ¡Su mamada me hizo estremecer hasta mi puta alma!… ¡Es usted tan cerda y ramera como mamá!… Jejeje…
La escena era la siguiente, Jeff y yo, estando de pie, frenéticamente nos hacíamos la paja prácticamente encima de las cabezas de nuestras madres, las mujeres estaban de rodillas, doña Stella se metía los dedos en su babosa chochaza, y mamá se manoseaba sus propias tetazas. Mi madre, habiendo soltado otra espesa babaza de su boca, la cual le cayó en sus amplios melones sirviéndole este como cremita, le respondió a su arrecho ahijado:
MAMÁ: ¡Si!… ¡Yo también te llevo en la buena, ahijado querido!… ¡El pipí te sabe y te huele muy a bueno!… ¡Tiene un saborcito bastante especial!… ¡Me gusta mucho ese chorizo, mi vida!…
Y en eso a doña Stella se puso de pie y se le ocurrió decir:
DOÑA STELLA: ¡Ahora deberíamos hacer algo más emocionante!… ¡Les sugiero que hagamos el amor!… ¡Es decir, que mi hijo se folle a mi comadrita y que Davidcito me penetre a mí!… ¡¿Qué les parece? comadre y muchachos!
Nosotros saltamos en una sola pata de la alegría y de la emoción al escucharle decir eso a la señora Stella, y mamá, llena de gozo y felicidad, aún arrodillada sobre la alfombra y tocándose sus tetazas todavía, expresó:
MAMÁ: ¡Eso, comadre! ¡Buenísima idea!… ¡Tengo ganas de que mi ahijado me encienda la panocha a vergazos!…
Nosotros también apoyamos la moción.
YO: ¡Súper-buenísima idea, señora Stella!… ¡Hagámosle! ¡Me quiero comer a la puta madrecita de mi buen amigo Jeff, o sea, a usted, cerdita!… Jejeje…
JEFF: ¡Oh! ¡Si! ¡Hagamos eso! ¡Me muero de ganas por follarme a mi madrina frente a su propio hijo! ¡Que el cabrón vea como el ladronzuelo de su mejor amiguito se tira bien rico a la perra de su mamita!… Jejeje…
YO: ¡Quiero ver cómo le deshaces la cuca a mi putísima madre a punta de duro guamo, hermano!… ¡Dale duro por esa experimentada rajota a mi perra madre!… Jejeje…
Mamá se levantó del suelo, se bajó y se quitó sus hilitos quedando en medias y liguero, y dando salticos de alegría y moviendo sus orejitas de conejita, muy contenta, dijo:
MAMÁ: ¡Ya!… ¡Dejen de hablar y manos a la obra!… Jejeje… ¡Si estaban oyendo la conversación que tuvimos la comadrita y yo mientras nos probábamos los conjunticos de ropita interior entonces ya sabes que quiero que me embaraces, ahijado!…
JEFF: ¡De una, madrina! ¡Yo la embarazo!…
MAMÁ: ¡Excelente, papito! ¡Dame duro chimbo por la cuca y expulsa toda tu lechita preñadora dentro de mí, mi amor!
JEFF: ¡Va pa’ esa, madrinita!… ¡Solo debo decirle que yo no respondo por si de verdad la dejo embarazada!
MAMÁ: ¡No te preocupes, mi vida! ¡Yo corro con toda la responsabilidad! ¡Lo que quiero, aparte de gozar la vida y de que me satisfagas con esa vergota, es tener un hijo tuyo, mi amor!
Doña Stella se me quedó mirando la jeta con su acostumbrada cara de puta y me dirigió las siguientes palabras:
DOÑA STELLA: ¡Por mi parte, debo recordarte, Davidcito hermoso, que quiero que me preñes también, mi machote lechero!… ¡Yo solita respondo por los gastos de la crianza del bebé que me engendres, cretino!
YO: Jajajaja… ¡Caramba!… ¡Qué viejas tan cerdas y voraces!… Jejeje… ¡Vamos, Jeff! ¡Tenemos trabajo que hacer! ¡Nuestra misión es embarazar a este par de perrillas!…
JEFF: Jajajaja… ¡Hagámosle entonces!… ¡A embarazar prostitutas, pues!…
YO: ¡Bien dicho!… ¡Embaraza a mi madre, amigo! ¡Quiero un hermanito! ¡Mientras tanto yo embarazaré a la tuya!
Mientras la señora Stellita y yo nos abrazábamos y nos comíamos a tremendos besotes ahí de pie, mamá se acostó boca arriba sobre la mullida alfombra y descaradamente se abrió de patas poniéndolas hacia arriba. Verla con sus zapatos de tacón alto, sus medias, su liguero y sin su tanga, la hacía ver genial.
Luego, dándose palmaditas en su peluda rajota y abriéndosela con sus dedos, mamá se la ofreció totalmente a su arrecho ahijado, inmediatamente mi pervertido amigo se echó entre ellas, colocando su cabeza frente a esa palpitante vagina y se dedicó a lamerle la concha y a mordisquearle y chuparle el clítoris a mi prostituida madre.
Pasado un rato, Jeff se agarró la verga y se la fue introduciendo en esa experimentada y palpitante vulvota a mi emocionada y entregada mamita.
Mientras yo acostaba sobre el sofá a la señora Stellita y le abría las piernas, Jeff afanadamente le estaba dando verga por la raja a mi rica madrecita.
Yo me entretenía metiéndole los dedos en la panocha a la madre de Jeff y a la vez observaba con ganas lo que ocurría entre ellos. Silbé y aplaudí al ver que mi panita había empezado a follar con terribles fuerzas y con gran agresividad a mi estupenda progenitora mientras le maltrataba las tetas con sus manotas y les propinaba sendos mordiscos a sus gruesos y largos pezones.
FIN DE LA TERCERA PARTE.
CONTINUARÁ…
ESCRITO POR SIREMIS.
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