03 – HELADO DE “4 LECHES” Y LA PISCINA
Continuando los relatos «ficticios» .
Varias semanas ya han pasado, desde los últimos encuentros, con Almendrita, mi hermanita. Si bien, ella me tiene mucho cariño y confianza, no me he atrevido a ir un poco más allá, pensando en lo riesgoso que puede ser, que te pillen morboseando y deseando a tu pequeña hermanita. Al final, me he ido conformando con lo visual que ella me regala, verla en ropa interior en la casa, como parte de un secreto entre los 2, juegos, donde puedo “accidentalmente” acariciarla y hacerle cosquillas y una que otra fantasía que queda en mi mente solamente, por no atreverme a más.
Aunque dormíamos en la misma pieza, fuera de nuestros juegos diarios, no se me había ocurrido ver que podría pasar durante las noches (aun), así que con el pasar de algunas semanas, ya la idea la he ido desechando, de poder lograr algo más con ella, salvo darme placer pensando en ella.
Ya era fin de año y se aproximaba la época de los paseos de curso, los que normalmente son a la piscina, con asado, alguno que otro apoderado y los compañeros/as de curso.
Bueno, sería un fin de semana, para distraerme, ya que no estaría con mi hermana ese día, por lo que me ayudaría a despejarme y hacer otras cosas. Prácticamente, lo único que pensaba en la casa, era meter mi pene en ese melocotón, por lo cual, no podría concentrarme en nada.
Llegando el sábado, que era el del paseo de curso, llegamos temprano al colegio con mi mamá y mi hermanita (que estaba muerta de sueño, casi babeándose del sueño), y me indicó que no podría ir, pero que confiaba en que me podría cuidar solo. Por supuesto (con cara de enojo), le respondí, claro que puedo. Me despido de mi mama y me acerco a mi princesa, para despedirme, aprovechando que no había mucha gente aun, para (accidentalmente), rozarle una nalguita, encima del buzo, lo que me dejo muy caliente. Mala idea me dije, porque no podría hacer nada en casi todo el día para sacarme las ganas y tendría que darme la lata de estar allí, en vez de en casita mirando un culito tierno y delicioso.
Cuando llegaron mis compañeros, conversamos de que por fin se acabó el año de mierda, que las chiquillas se veían ricas y varios temas más, hasta que partimos al lugar designado. Cuando llegamos, algunos compañeros mas infantiles, se tiraron inmediatamente a la piscina, y nosotros que éramos mas “maduros”, nos quedamos viendo la piscina y ayudando a ordenar a algunas apoderadas que fueron con nosotros, en parte para mirar a la mama de una compañera, la Francisca (Pancha). Esa mamita, estaba en su punto, 40 y algo, piernas torneadas, espalda pequeña, de contextura medio delgada, medía aproximadamente 1,70m. Medio morena de tez y pelo negro algo ondulado, pero unos ojazos azules que derretirían a cualquiera. Cuando el Juan Carlos, un compañero, me dice que lo acompañé, no entendí mucho, pero era mi mejor amigo, así que fui.
JUAN CARLOS: Ven wn, te va a gustar. Te apuesto
YO: ¿Pa’ donde wn?
JUAN CARLOS: Vamos a ver a las chiquillas cambiarse de ropa, están en los vestidores, allá. Vamos wn. Creo que vi a la mama de la pancha ir también
YO: Ya! Vamos, vieja rica wn. Juro que me la tiraría.
JUAN CARLOS: si wn, veamos si se ve tan bien sin ropa, como con ropa
Efectivamente, estaban las compañeras, cambiándose de ropa y una que otra apoderada. Juan Carlos, que ya había ido a esa piscina con anterioridad, había hecho unos agujeros, por los cuales podíamos mirar los vestidores, sin que se dieran cuenta. Así estuvimos viendo a las chiquillas, algunas bien ricas, como la misma pancha. 14 años, piernas que se empiezan a formar en caderas prominentes, unas tetas bien proporcionadas, con su metro 50 de estatura, pelo idéntico a su madre, mas blanquita si, ojos azules, pero mas oscuros que su madre, y se le notaba una cantidad de vellos en la zona intima, porque el calzón que estaba usando, era semi transparente “hotpants”, algunos lo llaman cacheteros. Se veía bien rica, y entre que vamos intercambiando entre mi amigo y yo, se empieza a cambiar de ropa la mama. UFFFF que tremenda mujer me llego a parar el pico, mas encima que ya venía caliente, habiéndole rozado el culito a mi hermanita antes.
Cuando va pasando el día, los compañeros se bañan en la piscina, nosotros viendo de afuera y los papas tomando cervezas, preparando almuerzo y riendo, fue un buen día. Llega la mama de panchita y nos indica si queremos bebida, a lo que asentimos, cuando Juan Carlos dice:
JC: ¡Estoy verde por darle heladito de 4 leches!
Lo quedo mirando atónito, sin entender, a lo que se refería, cuando me ve y se ríe a carcajadas
JC: ¿Como no cachay lo que es el helado de 4 leches? Soy entero pa’o. Tienes que acercarte a la minita que estas mirando o tratando de conquistar y le ofreces heladito o tortita de 3 leches, pero con el ingrediente “especial”.
Nuevamente, quedo mirándolo, sin entender a lo que se refiere. No porque sea tonto como dice, sino, porque jamás se me había ocurrido hacerlo, a nadie.
JC: Sipo wn, tu leche, tu moco, tu semen, se lo echay y después te deleitas como se lo va tragando de a poquito sin cachar que te esta probando. Te llega a parar el pico, aunque te hayas venido hace poco.
Esa conversa me dejo loco, jamás me había imaginado hacer algo así y me imaginaba la mama de la Pancha, a la Pancha misma, tomándose el heladito, probando mi semen, cuando instantáneamente, vino ella de nuevo a mi mente. Demas esta decir, que, se me puso como piedra casi inmediatamente, pensando en esa boquita, viéndola disfrutar de su heladito, sin imaginar que esta probando mi lechita, de hecho, esta mas que claro, que jamás a probado ninguna lechita, así que sería la primera y mas me dejo enfermo. Me dio un escalofrío en la guata, que tuve que ponerme a pensar en otra cosa.
Pasando el día, y después de haber almorzado, Juan Carlos se acerca a la Mama de la Panchita y le dice si quiere un poco de helado, a lo que me mira, medio segundo, por la conversa que habíamos tenido y tiene una ligera mueca de risa en su rostro. Yo no pude contenerme y solo tiré a reírme, diciendo que me había acordado de un chiste. Cuando ella empieza a probar el helado y le dice que esta “rico”, debo reconocer que me pareció una sensación que quería llevar a cabo, así que fui a preguntarle al Juan, como lo podía hacer pa dárselo a la Panchita…
JC: Ahhhh te la tenias guardada wn, bueno. Si la panchita igual esta rica, no te culpo. Ya le di a probar de mi leche en algún momento también
Me dejo perplejo. ¿Cuándo wn? ¿Estaba yo?
JC: Creo que no estabas, pero hace rato
YO: ahh y dijo algo. ¿Como lo hago?
JC: Puta, lo que dicen todas, que esta rica y cosas así. Compita, al final a todas las minas les gusta el semen, es solo saber lograr que lo vayan probando, por lo otro, siempre es mejor directo de la fuente si tienes oportunidad, pero si cachay que no se va a poder, entonces, cómprate un tubo de ensayo, esas weas de química y lo echay ahí, guardado, hasta que tengas la oportunidad de dárselo a la que quieres.
Ya mi mente daba un millón de vueltas, pensando, pensando…y todos los pensamientos giraban en torno a ella, a mi pequeña princesa. Pero en este momento no estaba, así que empecé la faena de descargarme en el postrecito que le llevaría a la Pancha, cuando comencé a correrme. El postre mas mi semen, se combinaron, en una mezcla imperceptible, así que fui y se lo ofrecí a la panchita, la cual tomó y empezó a engullir y Juan Carlos, tenia razón, mi pene se empezó a poner tieso de nuevo, sabiendo lo que estaba tomando ella.
Ya con el día casi concluyendo, nos despedimos de todos y veo a mis papas que me pasan a buscar, para irnos a la casa. En eso mi mama me comenta que la Almendra, se había quedado a dormir en la casa de los vecinos, donde vive la Catita y que la había invitado para la casa mañana. La Catita (Uffff, 7,5 añitos, rubiecita, blanquita, 1 metro 30 aprox. Culito me atrevería decir igual que almendrita), vendría porque se bañarían en una piscina que habían instalado durante el día, porque a almendra le dio mucho calor.
YO: ¿Ok, necesitas que te ayude en algo?
Mama: Noo, mas que nada, que no hagas planes, por si pasa algo y debo ir a trabajar
YO: (Por supuesto) No hay problema.
El día llegó. Me desperté temprano y empecé a buscar, a ver si había algún helado o torta y no había nada, cuando llega la Catita a la Casa, con Almendrita, ambas en faldita de mezclilla, muy ajustada y ceñida. Catita usaba una polera color durazno, que decía “Girls’ Power” y Almendrita, una blanquita de a tirantes. Almendrita cuando me vio se puso contenta y me abrazo, muy fuerte, tirándose encima de mí, abriendo sus piernas. Por supuesto que nadie vio lo malo, al ser su hermano mayor, pero a mí, me dejo enfermo. Las niñas fueron a cambiarse, cuando para “desgracia” de mi mama, surgió un problema en el trabajo y tenia que partir. Como a la Catita ya la habían ido a dejar, no había nadie mas que las cuidara, por lo que mi mama me agradeció que no iba a salir a ninguna parte y que podría quedarme con las niñas mientras ella volvía.
YO: Anda tranquila, que yo me encargo, pero necesito pedirte un favor
MAMA: ¿Cuál?
YO: Podrías antes de irte, comprar un helado de cuatr…3 leches. Es para darle a las niñas después que almuercen.
MAMA: Pero que buena idea, de seguro les gustara mucho.
YO: Estoy seguro que si
Ya con el heladito en el refrigerador, me dispongo a descansar y dejar que las niñas se bañen tranquilas, cuando salen de la pieza, ya con su ropa de piscina lista. Catita llevaba un bikini, multicolor, que no le quedaba ni muy grande, ni se le caía, uno diría perfecto, no se le metía mucho en el culo, pero te daba una imagen preciosa, de esa belleza. Almendrita, era otra cosa, un bañador de 1 pieza, blanco, que ya le quedaba algo chico, se le notaba por lo apretado que se le marcaba su concha y a cada rato, se le metía en el culo, por lo que se lo iba sacando a cada rato.
Mientras veía a las nenas bañarse, mi pantalón ya podía demostrar mi erección, al ver esos bellos cuerpos, siendo absorbidos por el agua y darles un tono suave y brillante a sus frescas pieles. Sus cabellos mojados y sus partes marcadas, para el disfrute de un hombre, que le guste ese tipo de pequeños placeres.
Después de almorzar, las niñas, se fueron a bañar nuevamente y ahí estaba yo, entre la duda y el descaro de hacer lo que me había dicho mi amigo. ¿Y si se percatan? ¿Si me meto en problemas? ¿Catita sabrá? ¿Almendrita lo notará? Ya, no importa, a darle no más.
Fui a preguntarles si querían Helado y al unísono, respondieron las 2 que sí, así que serví ambas porciones generosas de helado y empecé a masturbarme para darles a ambas el ingrediente final, lechita fresca directo del pene, para que ambas probaran. Tenia el pene muy erecto, viéndome en la situación en la que me encontraba, cuando sentí que me iba a venir. La primera y mas grande descarga, fue para el helado de Almendrita, por lo que quedo bien cubierto de semen. Las demás descargas, fueron para el helado de Catita, que también, recibió su buena ración, pero menos que Almendra. Tuve que contenerme un segundo, ya que mis palpitaciones estaban a mil, pero ya lo había hecho, no había marcha atrás. Antes de limpiarme, pase la chuchara que usaría catita, por mi glande, para limpiar lo ultimo de semen y algo quedo ahí, para mas morbo. Cuando les entrego los helados, ambas sonríen y felices me gritan: ¡GRACIAS ¡Me iba a disponer a entrar, cuando antes de probar las 2, Catita me pregunta de que eran los Helados…un sudor frio me corrió por la espalda
YO: ¿Es de 3 leches, no te gusta?
CATITA: Siiii, me encanta.
Mientras toma la cuchara, puedo ver que está la última descarga que había dejado ahí y la mete en su boca. Cuando empiezan a tomarse el helado, me dicen que está muy rico y proceden a tomárselo todo. No dejaron nada en los pocillos. Les pregunte que como había estado el helado y me dicen que estaba exquisito. Tenia razón Juan Carlos, esos comentarios, hicieron que se me parara de nuevo el pene.
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