1ª vez con mi tío
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi tío se pasaba las tardes atendiendo los campos y cuidando de los animales que tenía. Cerca de la noche lo oí regresar y entrar en la ducha para quitarse el cansancio y el sudor del trabajo del día. En ese preciso momento, me pareció excitante la idea de ver a mi tío desnudo y bajé corriendo hasta la puerta para mirar por la cerradura.
Sin embargo, no pude ver nada a través de la puerta, y decidí ir al cesto de la ropa de su habitación para oler su ropa sudada. Cogí sus calzones y los apreté contra la nariz, y su fuerte aroma me excitó sobremanera. Cuando quise darme cuenta estaba frotándome la conchita, fantaseando con la idea de que mi tío me follase. De repente oigo la voz de mi tío, que me llama, bajo corriendo y escucho como me pide una toalla de su habitación, que se le había olvidado coger una. Cuando se la llevo, abro un poco la puerta sin atreverme a entrar para pasarle la toalla, pero mi tío me dice:
– Pasa mujer, que no te voy a comer.
Entro en el baño, y la imagen de él desnudo me deja sin respiración. Su gorda y oscura polla descansaba sobre sus gordos testículos, mientras gotas de agua se deslizaban por todo su cuerpo. Me quedé paralizada, y mi tío dándose cuenta de mi excitación y mi sorpresa se acercó a mi sin coger la toalla que le tendía.
– ¿Eres virgen? – me pregunta directamente.
Me sonrojé sin contestar, pero fue como si le dijese directamente que si.
Entonces, me agarra con fuerza por los hombros y me obliga con fuerza a arrodillarme.
– No te imaginas lo solo que estoy aquí. – me dice – y un hombre tiene sus necesidades.
Me agarra por el pelo por detrás y aplasta mi cara contra su polla, todavía flácida.
– Abre la boca- me ordena.
Sin oponer resistencia, empiezo a chuparle la polla, mientras el suelta suspiros de placer.
– Esto es lo que necesitaba, sigue chupando. – susurra.
Su polla está totalmente dura y tiesa ahora. Sigo chupando una y otra vez, pero mi tío se impacienta y en un arrebato, empieza a follarme la boca con energía. Sus testículos golpean contra mi barbilla, mientras sus movimientos se hacen más frenéticos. En medio de un largo gemido, descarga toda su leche en mi boca. Me sorprende la gran cantidad que le sale y me atraganto.
– Bébetela toda. – me ordena mi tío.
Obedientemente, me trago hasta la última gota. Completamente satisfecho, mi tío sale del cuarto de baño sin cubrirse y me grita:
– Cenamos en veinte minutos
Esa fue la primera experiencia sexual con mi tío, pero no la última
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!