2ª experiencia con mi tio
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
-Buenos días.- le dije
– Hola sobrinita, vaya hoy te levantaste muy temprano.
-Si, tengo ganas de ayudarte en las tareas- mentí, ya que en realidad quería saber si la experiencia de ayer se repetiría.
– Pues ya que tienes tantas ganas, ayúdame con los ponis.
Me llevó hasta el recinto donde guardaba los ponis. Tenía tres, dos hembras y un macho. Los tenía para la cría, y cuando era más pequeña, para que yo pudiera darme paseos en ellos. Sacamos a las dos hembras afuera, y nos quedamos solos con el macho.
– ¿Que hacemos ahora?- le pregunté a mi tío.
– Chúpasela. -me ordenó autoritariamente.- sacale la leche como me la sacaste a mi ayer.
Su respuesta me dejó totalmete confusa. Nunca había imaginado que mi tío me diría algo así y me quedé bastante sorprendida.
– A que esperas. – me dijo. – Sé que lo estás deseando.
Lo cierto es que contemplar la gorda y oscura polla del poni me puso algo caliente, así que me puse de rodillas y alargué la mano para tocarle la polla al animal. Cuando se la agarré, el poni pateó nervioso, pero en cuanto empecé a pajearle se dejó hacer. Entonces acerqué la cara y me metí la polla en la boca, a pesar de que no estaba tiesa, la polla del poni era mucho más gruesa y grande que la de mi tío para metérmela toda en la boca, por lo que empecé a besarle la punta. Al poco, el poni se excitó del todo y comencé a lamer toda su polla de arriba abajo. La situación me puso muy caliente y empecé a gemir y sobarme las tetas.
Mientras tanto, mi tío observaba la escena, y oí como se desabrochaba el cinturón y se bajaba los pantalones detrás de mi. Tenía la polla erecta y palpitante. En ese momento, me agarra por las caderas y me baja los pantalones y las braguitas.
Sin dejar de chupársela al poni, sentí como mi tío pasaba una mano callosa por mi conchita.
– Si que estás bien caliente.- comenta divertido.
Ni corto ni perezoso, me mete dentro la polla lentamente, mientras emite un gemido de placer.
– Ahora sentirás lo que siente una yegua cuando la montan.- me dijo.
Al momento siguiente comienza a embestir con fuerza, con su gran panza descansando sobre mi espalda, mientras su gorda polla me desvirgaba la concha. Sentí un placer muy intenso y un poco de dolor, pero se sentía muy bien siendo cogida por mi tío.
Cuando me quise dar cuenta, el poni descargó su leche en mi boca, y en tal cantidad que me chorreó por el cuello hasta empaparme la camiseta.
En ese momento, mi tío me quita la parte de arriba, descubriendo mis grandes tetas. Me las aprieta con fuerza con sus duras manos, mientras me embiste sin piedad una y otra vez.
– Menudo par de ubres tienes.
Sus embestidas acaban por hacerme llegar a un orgasmo como nunca había experimentado, y una corriente recorre todo mi cuerpo mientras grito de placer como una posesa.
Mi tío comienza a penetrarme cada vez más rápido, y derrama su caliente líquido dentro de mi como una explosión. Suelta una gemido ronco mientras aprieta mis tetas, haciéndome daño. Para terminar da unos cuantos empujones más, para dejarme finalmente tendida en el suelo, al lado del poni, mientras el se marcha abrochando el pantalón.
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