3 años y mi primer recuerdo fue un orgasmo (parte 1 mi hermano)

breve historia de mi primer recuerdo, el primer orgasmo (que recuerdo) y mi primer prolapso.
Alguna vez se han preguntado ¿donde o cuando empezaron a tener gusto por el sexo? yo siempre lo tuve más que presente fue a la corta edad de 3 años de hecho, es el primer recuerdo que tengo y en este tenía un pene metido hasta lo más profundo de mi boca, empujando constante y salvaje-mente como si quisiera entrar a mi garganta por la fuerza aun si eso significaba desgarrarla por completo, todo eso fue confuso y aterrador al grado que empecé a llorar lo cual no servía de nada pues mi llanto era ahogado por esa grueso, largo y apestoso trozo de carne lo cual no mejoró al sacarla pues tenia garganta y boca hasta el tope de espeso semen, comencé a tragar y toser intentando no ahogarme con todo el semen que tenia en la boca, intentaba respirar, quitarme los restos que quedaron en mi cara, cuando de pronto sentí unas manos muy grandes tomando fuertemente mi cintura, me alzó en el aire mientras me doblaba hacia adelante y ponía su pene entre mis piernas, la sensación de su pene rozando entre mis nalgas empujando su glande contra mi ano fue electrificante y satisfactoria, me olvidé completamente de la sensación de ahogo y de no poder respirar, sentía como escurría liquido entre mis muslos era una amalgama entre los líquidos de su pene, de mi ano que palpitaba como loco y mi vagina que parecía estar babeando al ver y sentir ese monstruo frotarse contra ella, toda la confusión y terror por la experiencia previa se desvaneció al momento en que ese pene entró en mi ano, no hubo dolor ni resistencia alguna mi ano se abrió lo suficiente para dejar entrar ese trozo de carne fácilmente y al instante en que lo sintió dentro apretó fuerte para no dejarlo ir, sentí como su pene resbalaba cada centímetro de su tremendo tamaño por mis intestinos mientra mi mente quedaba en blanco y en todo lo podía enfocarme era en esa extraña sensación de cosquillas que recorría toda mi espalda desde mi ano hasta mi cabeza, el me tenia en sus manos y me estaba usando como si de un juguete sexual se tratara, cuando apenas pude tragarme toda la carga que el había dejado en mi garganta y cara empecé a jadear como animal en celo, aun no sabia que pasaba lo único que sabia es que me gustaba, me encantaba, no me di cuenta cuando el me puso a cuatro sobre la cama estaba en trance mientras miraba como a mi pancita apenas podía contener su pene mientras esta tomaba su forma con cada embestida, no pudo ver mucho porque me jaló el cabello hasta que pudo ver mi cara y procedió a meter su lengua en mi boca, eso fue lo que me llevó al éxtasis mi cuerpo empezó a vibrar mi nalgas se apretaron mi ano se amarró fuertemente a su pene al parecer el también estaba llegando pues más que detenerlo esto hizo que acelerara y profundizará sus movimientos, comencé a gritar de placer y el apretó mi cuello para callarme, su ritmo empezó a disminuir mientras sentía que algo cálido escurría dentro de mi al final dio una última embestida la cual llegó todo lo profundo que podía llegar, de mi vagina empezó a salir algo como orina mientras mi cuerpo convulsionaba, otra vez mas me faltaba el aire pero esta vez me gustaba la sensación de ahogo, paró de besarme y dejó caer su cuerpo sobre el mio cuando el por fin recupero la respiración se quitó de encima y mientras su pene salia de mi culo junto a el se salia mi recto yo no sabia lo que era y el al ver mi desconcierto me explicó que eso pasaba cuando los hermanos se amaban mucho durante mucho rato, que se llamaba colita de conejo, el me recostó sobre su pecho un momento y apenas recuperó el aliento agarró mi cabeza y la bajó a su pene, me ordenó que lo limpieza con mi boca y mientras yo bajaba casi por instinto el decía las niñas buenas dejan el pene de su macho limpio, sus palabras encnedieron algo en mi e incluso cuando su pene estaba lleno de semen, un poco de sangre y caca no me detuve en mi mente todo lo que pensaba era en que tenia que complacerlo como el a mi, ya no me daba miedo ya no quería llorar ya entendía en parte lo que pasaba, el notó lo relajada que estaba y aprovechó para meter su pene hasta mi garganta, mientras cogia mi garganta pasaba sus dedos por mi colita de conejo intentando regresarla a su lugar, empezó a forzar su camino a mi garganta hasta que mi boca tocó la base de su pene y me ordenó sacar la lengua y lamer sus bolas agarró mi cabeza bruscamente y me dio otras tres embestidas en la última presionó sus dedos en mi colita de conejo hasta que la metió y mientras él llenaba mi garganta de semen y pene yo estaba teniendo un orgasmo incluso mayor al que había sentido antes, en esta corrida duró poco pero disfruté cada embestida y al sacar su pene me ordenó tragarme toda su leche y en el mismo trance anterior procedí a hacerle caso, no dejé ni una sola gota y orgullosa abrí mi boquita y saqué mi lengua para mostrárselo, él me sobó la cabeza en señal de aprobación y volvió a ponerse el pantalón para irse; antes de abrir la puerta me miró y prometió venir a verme en la noche cuando todos estuvieran dormidos.