Abuse de mi madre y ahora somos amantes. Parte 2
No podía creer el horro que había hecho, el deshonor, el pecado cometido. Mi madre, mi pobre madre, siendo penetrada por mí, y llenándole la concha con mi leche..
Ni bien desperté y tome conciencia de mis actos, entre la resaca de la noche anterior y lo que había hecho, tuve que salir corriendo al baño, en donde abrace el inodoro y comencé a vomitar todo.
Y allí, mientras la cabeza me daba vueltas, podía ver cómo me encontraba sin pantalones o calzoncillos, y como mi verga estaba bañada con los jugos de mi madre mezclados con mi semen… y estos dejaban un pequeño hilo pegajoso en el piso que se dirigía desde el baño, por todo el pasillo a la habitación de mi madre, donde esta se encontraba llorando.
De alguna manera irónica, el hilo pegajoso de nuestros jugos genitales, seguían conectando mi verga y su concha, la cual casi podía ver semi abierta, con su vulva, sus labios morenos y carnosos, y de cuyo agujero vaginal materno, aún chorreaba mi semen.
Una vez pude dejar de vomitar, continúe en el baño. No tenía cara, no tenía razón para salir, no podía verla a los ojos, no podía ni hablarle… escucharla llorar, solo rompía mas y más mi corazón de hijo.
Ambos nos quedamos así, en esa situación por lo que parecieron horas.
Yo hacía rato sentía los calambres y la incomodidad del piso duro, pero ahora era insoportable.
Por más destrozado emocionalmente que me sintiera, la incomodidad y el frio eran mayores.
Me levante despacio, ya que aún me sentía un poco mareado.
Tome una toalla del lavamanos, y comencé a limpiarme.
Al tocarme, no lo podía creer, me sentía bien, descargado, y casi excitado de nuevo.
Pero solo use la toalla para ir lo más deprisa a mi habitación, en donde me encerré.
No mire la puerta abierta de la habitación de mi madre… no podía, no quise, no tuve el coraje.
Una vez encerrado en mi habitación, me vestí, y me recosté.
Me puse mis auriculares, puse música con el volumen alto, y trate de ahogar mis penas con algunas lágrimas y llanto.
Pensé que estaba listo para llorar ríos y ríos de lágrimas… pero llegado un punto, no pude llorar más.
Es curioso como si alguna vez uno imagina estar en una situación así, lo normal sería drama total… pero eso solo pasa en las películas, acá ocurre que la realidad es mucho más cruda y simple.
Llegado un punto te cansas de llorar.
Y por más arrepentimiento que tengas, hay cosas de la vida diaria que siguen volviendo a vos, como las necesidades.
Necesidades de dormir, de mear de cagar, de comer…
Llegado un punto, a tu cuerpo le importa un carajo el drama mental que tengas, necesita sus necesidades básicas.
Primero deje de llorar… no tenía más lágrimas.
Luego, y después de un rato de darle vueltas al tema de no saber cómo enfrentara mi madre o que pasaría ahora, quizás ella me denunciaría, pues me quede dormido.
Me desperté como a eso de las 9, 10 de la noche.
Necesitaba mear, y necesitaba comer.
Espié por la cerradura y estaba todo a oscuras.
Salí silenciosamente de mi habitación, pero el piso de madera de la casa hizo su típico ruido delatándome.
Pude escuchar los pasos de mi madre en su habitación que procedió a echarle llave a la puerta.
Eso me calmo pero me perturbo al mismo tiempo.
El que tenga miedo de mí… de su propio hijo…
Era lo normal, la viole, la penetre en forma intensa según recuerdo.
Por otro lado me alegre, me calmo. No tendría que verle la cara.
Procedí ir al baño, luego me lave un poco, y luego a la concina, en donde tome varios alimentos, como para hacerme algunos sándwiches, tome una botella vacía, grande de gaseosa de esas que mi vieja guardaba por ahí, y me metí de vuelta a mi habitación.
Me encerré allí por un par de días, a la espera de lo que fuera a pasarme.
Usaba la botella vacía para mear, y así evitar ir al baño y cruzármela.
Pude escuchar como ella también había salido de su habitación casi con miedo seguramente, y había estado haciendo cosas.
Yendo al baño, comiendo algo…
En los dos días en que estuve encerrado, con algún escape bien entrada la madrugada, pensé que ella llamaría a la policía, o a mi hermano o hermana o alguien…
Ambos nos aislamos totalmente, más de lo que ya estábamos.
Para colmo de males, mi vieja no tenía donde ir, no se podía viajar y el forro del gobernador metió medidas para volver a restringir las salidas.
Llego el tercer día… y yo me estaba comiendo la cabeza con lo hecho.
Las cosas no podían seguir así… yo había hecho algo terrible… había violado a mi madre.
El que estuviera borracho no era excusa… de hecho en el fondo, comencé a pensar que el alcohol solo hizo aflorar lo que había dentro de mí un monstruo.
Yo solo me comí tanto l cabeza que una madrugada, tras otro de esos momentos de lágrimas y arrepentimiento, y escuchar a mi madre llorar otra vez, salí al patio, corte el cordel que había para la ropa, y entre de nuevo a mi habitación.
Tenía pensado quitarme la vida… no podía con el arrepentimiento, la culpa, y la excitación.
Eso era lo que más me estaba matando, el hecho de que parte de mí, cuando pensada en lo ocurrido, comenzaba a excitarse.
Así que mi plan era ahorcarme.
Le deje una nota muy corta de arrepentimiento a mi madre al pie de su puerta, pidiéndole perdón, y procedí a ahorcarme… o eso creía.
Cagón total… primero, no tenía los huevos para hacerlo, de solo pensarlo, comencé a temblar como un maricon y me largue a llorar de nuevo.
Por otro lado, aunque hubiera tenido los huevos, ocurría que no tenía donde puta atar la soga.
Así, entre llantos y sollozos, me quede dormido.
Al día siguiente, me despertaron unos golpes fuertes en la puerta.
Mi primera impresión, es que se trataba de la policía.
Luego escuche la voz de mi madre que me decía
—Abrí Manuel, abrí la puerta!
Su tono era de enojo, no de tristeza, así que asumí que estaría acompañada por la policía.
Sentí temor de abrir la puerta, hasta que los golpes cesaron.
Pude sentir unos pasos corriendo, un golpe de la puerta de la cocina, y luego de unos segundos, unos golpes en la ventana.
Corrí la ventana y era mi madre, quien estaba con lágrimas en los ojos y enojada al mismo tiempo.
Una expresión que cambio a alivio cuando me vio aún con vida.
Le abrí la ventana y me corrí. Ella entro, y luego la cerro, cerrando también las cortinas.
Luego se acercó a mí, y me dio una cachetada.
—No te atrevas a matarte pelotudo, me entendes? No te atrevas a matarte, la puta que te remil pario.
Primero pensé que estaba enojada porque era como la salida fácil, y yo debía pagar por mi crimen, pero luego se lanzó hacia mí y me abrazo.
—Vamos a arreglarlo, si? Vamos a hablarlo y solucionar esta cagada pero por favor no me dejes, mi bebé.
No me decía bebé desde chico. Aquello fue una sorpresa y en gran medida, un gran alivio.
Ambos caímos rendidos en mi cama, en donde nos abrazamos y lloramos.
Los siguientes días, fueron raros.
Retomamos parte de nuestras vidas normales, si a eso podemos llamarle normal el estar encerrados, y nos tratábamos casi como antes… pero el asunto de la charla no surgía.
Así que tras más de una semana de lo sucedido, le dije:
—Mamá… yo estoy listo para hablar del tema cuando vos quieras… si queres hablar del tema o directamente olvidarlo todo.
—Ok… bueno… hay que hablarlo, no lo podemos olvidar, yo no lo puedo olvidar, la puta madre…—me respondió entre sollozos.
—Bueno, no lo olvidemos… sé que lo que hice es grave… Pensé que por ahí…
—Aaah… la puta madre que me pario… no sé cómo decírtelo… seguro vas a pensar mal, te vas a enojar.
—No, no… te prometo mamá que no me voy a enojar, me merezco lo que me digas y me hagas. No me voy a enojar por nada de lo que me digas. Al contrario, aceptare los castigos por mi cagada.
—Te lo voy a decir sin pelos en la lengua entonces: desde lo ocurrido quede caliente.
—Sí, te entiendo, yo también estoy caliente conmigo mismo, me odio…
—No bebé, no entendes… Dios, la concha de la lora… no estoy caliente de enojada, estoy caliente de caliente, de excitada, de puta… tu madre es una puta que se ha estado pajeando pensando en la manera en que me cogiste a la fuerza. Los últimos días me pajeo pensando en tu verga y como me llenaste de leche, luego me considero una puta roñosa, me arrepiento, me insulto y me pongo a llorar.
Aquello me dejo sin aliento, sin habla… solo pude atinar a decir “aah…aja.”
—Mis lágrimas no son porque mi propio hijo me violo estando borracho, mis lágrimas son porque violaste a tu madre, y me gusto, y no dejo de pensar en tu verga entrando en mi concha mojada… ahora mismo estoy tan caliente que me importa una puta mierda, quiero cogerte, quiero montarte. Tu madre quiere ensartarse en tu pija y exprimirte toda la leche.
Yo seguía sin habla, estupefacto, sorprendido.
Sin ser consciente, ocurrió que todo aquello me provoco una buena erección que se re notaba por mi pantalón de buzo.
Era algo subconsciente, yo aún no terminaba de analizar lo que mi vieja me estaba diciendo, y mi pija se disparó sola, lo cual mi vieja había notado y le había calentado en sobremanera.
—Bueno…déjame pensarlo… hay que hablarlo… yo… no sé…
Me levante y me fui a mi habitación, en donde me recosté y trate de calmarme, ahí fue que note que iba con la pija bien parada.
No podía ser… tanta culpa, tanto drama… que mierda nos había pasado?
Yo aún estaba lidiando con todo eso, y viendo la manera de decirle que todo era un error, que eso no podía ser, cuando mi madre entro a mi habitación, casi completamente desnuda.
Yo solo pude atinar a decirle:
—Mamá, para, espera, no…
—Vos me violaste pendejo, ahora yo te voy a violar a vos.
Y se lanzó encima mío.
En cosa de nada, logro bajarme el pantalón y dejar al descubierto mi pija dura y parada, con la cabeza brillando por los jugos seminales.
Ahí mismo se acomodó, me agarro fuertemente la pija, y se la metió toda hasta el fondo de un sentón.
Aquello me dolió, obvio… fue agresivo, fuerte, a pesar de que los jugos de ambos, especialmente de ella, facilitaron la penetración.
—Aaaaaaaah… eso, hijito mío, eso… dame verga, quiero tu verga… aaaahhh… me vas a dar tu lechita quieras o no…
—Maamáaa… aaah… ay…. Para… para… no…no…
—Callate, pendejo, soy tu madre…. Obedéceme… dame verga… aaaaah… eso, así…
Se dio otro sentón mas en donde ambos sentimos como toco fondo en un beso de útero.
Podía ver sus tetas saltando, su pancita también sacudiéndose, junto con su culo moreno.
Sus piernas se agitaban y me cabalgaban con dureza. Efectivamente mi madre me estaba cogiendo contra mi voluntad.
Y mientras mi mente me decía que eso estaba mal, muy, muy mal, mi cuerpo disfrutaba a pleno.
No paso mucho en que el deseo y las sensaciones maravillosas de estar penetrando a mi propia madre, ocuparon toda mi mente.
—Lléname de leche, quiero tu leche, tu semen, embarázame, préñame, bebé…
—Mamá… no… aaah… mamá… estas siendo… muy putaa…
—Si…tu madre es una putarraca de mierda que le encanta la verga de su hijo…. Cógeme, cógeme, rómpeme la zorra, cógeme, cógeme como me cogiste esa noche… eso…asi, asi, asi, mi bebé, mi hijito lindo, cógete a tu vieja, a tu madre…aaah…
—Mamá… para…que…
Ella se inclinó encima mío, y me puso una de sus tetas en mi boca, para callarme.
—Toma, chúpala, chupa teta de mami… sácame la leche de la teta que yo te la saco de la verga…
Sus movimientos frenéticos y avasalladores, no me dejaron opción, me tenía su merced.
Habremos estado así unos cuantos minutos cogiendo, aguantando.
Yo aguantaba y no quería acabar.
Ella creo que acabo un par de veces a juzgar por sus gemidos, las cosas que me decía.
En un momento incluso estaba tan mojada que paso una de sus manos por su vulva mojada y chorreante de jugos, y me la metio en la boca.
—Toma, saborea mi concha… tomate mis fluidos vaginales… están ricos?
—Mmm…
—A ver, déjame probarlos…aaammm…—Y se inclino mas, besándome, dándome un gran beso de lengua, que en ese momento correspondí.
Ese fue el final para mi, el final de mi resistencia.
Ese beso me atonto el cerebro, mi conciencia.
Cuando la boca de mi madre toco la mía, sentí una enorme electricidad recorrer mi cuerpo.
Aquello me había encantado como no tenia idea.
De pronto, besar a mi madre se convirtió en mi obsesión.
—…mmm…mamá…mamáaa…bésame, bésame, bésame… te amo mamita, te amo mucho, cásate conmigo, sé mi novia, te quiero, te amo…mmm…
Aquello nos afecto mal a los dos, al punto de que ambos acabamos en un grito bastante sonoro y placentero.
Sentí como mis huevos se vaciaban dentro de mi madre. Ella directamente lo decía
—Me meo, me meo…acabo…aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah……….
—Oooooooooooooohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh…….
Pasaron unos cuantos minutos en que quedamos enganchados, atorados… abrazados. Podíamos sentir nuestros jugos sexuales correr por nuestras ingles y piernas.
Ambos nos pusimos mimosos, especialmente ella que me hacía caricias de madre.
Incluso como una madre de verdad, me acercaba la cabeza a una de sus tetas para que se la chupe.
—De chiquito te dormías chupándome la teta.
—mmmsim? Era normal siendo bebé, no?mmm…
—No, ya no eras bebé… tenías como tres, cuatro años. Fue antes de conocer a Carlos. Yo estaba caliente de tanto en tanto y me aprovechaba de que te gustaba chuparme la teta aunque no tuviera leche. Eso me calentaba… y me pajeaba mientras vos dormías y me chupabas la teta dormidito.
—mm… para…en serio?
—Sí.. .estaba desesperada… nunca llegue mas lejos de eso. En parte por que luego conocí a Carlos, y ahí me llenaba la concha a diario. Y ahora me hace falta… o me hacia falta… es en serio eso de casarte conmigo?
—mm…no… o sea, si, pero no nos podemos casar…
—Pero me amas…
—Si, como madre…
—…Solo como madre?
—Como pareja también pero… no sé como explicarlo…
—Te calienta que seamos madre e hijo, te da mucho morbo… como a mi…
—Si, algo así… encima como no consigo pareja…
—Ya no mas… vas a dejar de cogerte a esas putitas tuyas. Acá la única puta que te vas a coger a diario soy yo. Estamos? Ya no necesitas novia ni pareja… yo soy todo para vos. A cualquier otra pendeja putita que se aparezca y te toque, la reviento.
Aquellas palabras tan fuertes me calentaron de nuevo. Mi madre pudo sentir como mi pija se levantaba y se ponía dura de nuevo dentro de su concha.
—Ah, mi bebé, mi hijito quiere coger otras vez? Vas a cogerme, vas a volar a tu madre como hiciste la otra noche? Hijo de puta! Dale, cógeme, méteme tu verga… así…aaah… que rica verga que tiene mi hijo… eso…aaahhh…
Y comenzamos a coger de nuevo…
PD:
Una foto de mi madre:
Amigo te envidio, eres un crack y ojalá puedas darte esa oportunidad con tu madre aprovecha y ama a esa mujer en todas las expresiones del amor…. Además se ve que es un na mujer súper linda disfruta esas cojidas …. Me dejaste las pelotas con dolor de lo excitado que me puse leyendo esto 🤝🏻🤝🏻🤝🏻
Que buen relato sube más si te la follaste por el culo
Sube más de lo vivido está hermoso la mujer
Que no se corte. Seguimos.
Que no se corte. Seguilo.
Tan bien narrado y tan excitante, que hasta yo que soy gay ultra, super e hiper pasivo, al punto tal de nunca, jamás, haber tocado, tan siquiera una vagina, me he excitado con el relato. Besitos.
Bueno, sí, joto. Ya te vimos.
Uff con lo rico que está que me viole a mí también a diario ufff que Rica está y uff que viva ese amor 😍😋