Adueñándome del culo de los mellizos mixtos

Los mellizos son mixtos debido a que uno es varoncito y la otra es nena. Ambos van a la escuela a sexto grado, y son los hijos de mi prima Sara..
Como  inicié el relato, los hijos de mi prima Sara son mellizos mixtos., Laurita y Ricardo. Ambos son de tez blanca, rubios y de ojos verdes. Lo llamativo es que si bien son de sexo distinto son prácticamente iguales en su fisonomía. Ambos son de estatura mediana para su edad, de cuerpecitos bien torneados, a veces si uno los mira desde atrás, no sabe quien es quién. La pequeña diferencia se da cuando uno los mira de frente, ya que a Laurita se le comienzan a notar los pechitos puntudos. Por lo demás, podrían pasar uno por el otro.

Yo estoy en cuarto año del secundario, soy un flaco, alto pero esmirriado, ni siquiera puedo decir que tengo algo de lindo. Es más, me cuesta mucho tener amigas mujeres, no me dan bola. No tengo nada que sobresalga, a la vista. Pero sí tengo algo con lo que sobresalgo, y es mi miembro, siempre la naturaleza algo te dá para sobresalir de los demás. Es que tengo una buena poronga, el otro día con mis amigos en la pileta nos las medimos y la mía midió 23X5cms. La circunferencia de la cabeza entregó 17cms, y en la parte de la base del tronco tiene 7cms de lomo.

Y la verdad es que la única novia que he tenido, mayor que yo dos años, lo era por que descubrió en la pileta del club el tamaño de mi tripa y luego disfrutó por un tiempo de  mi verga a diario. Me enseñó mucho sobre el sexo, es una putita bárbara. Pero se cambió de casa, se fue a vivir a otro barrio y ya no nos vemos casi nunca.

Yo paso todo el día solo en casa, mi madre y mi padre son médicos, por lo que salen a la mañana temprano y suelen regresar tarde, casi por la noche. Por lo que dispongo de nuestra casa a mi antojo. Hace una semana, el miércoles pasado, aparece Sara en casa a las cuatro de la tarde, apurada y agitada, venía a pedirme si podía cuidar a los mellis por que Ella debía presentarse ante el juez por su juicio de divorcio. Todo un drama con el marido. Un terrible hijo de puta, si me lo permiten. Mi prima es mayor que yo 6 años. A sus 22 años está genial, muy buena. Es bellísima, podría haberse dedicado al modelaje sin problema alguno. Nunca lo intentó.

Obviamente que dije que sí, no había problema, además los mellizos son geniales, muy cariñosos y respetuosos. Laurita cada vez que me ve me salta encima para que la alce a upa y me besa suavemente en los labios. Costumbre que tiene. Ricardo es un poquito más parco, pero es una divinura de chico. Los dejó y se fué más que corriendo, llegaba tarde a la reunión. Los chicos estaban acostumbrados a que en casa se los atendiera, así es que preparé una merienda cuantiosa, como a ellos les gusta. Hicimos panqueques con dulce de leche, les gustan mucho. Chocolatada, y mediaslunas con jamón y queso. Todo un refrigerio. Ambos niños disfrutaron a pleno de la merienda. Pero al final de la misma, cuando llegó la hora de comer los panqueques, algo me llamó la atención, es que uno no deja de ser depredador nunca. Y la verdad es que siempre sentí cierta atracción por los niños. Y esta parejita no era la escepción.

Qué fué lo llamativo, que tanto Laurita como Ricardo se metían los panqueques de punta y los chupaban como si fueran chupetines, Laurita en un momento sacó la lenguita y lamía el dulce de leche como a un helado. Y eso despertó en mi un deseo sexual que nunca antes había tenido hacia Ella. Me imaginé lo lindo que sería que la niña me chupe la verga así. Obvio que la pija comenzó a pararse. Como yo andaba en casa solo, estaba con el pantalón del piyama, sin calzoncillo y con una remera. Ricardito no se quedaba atrás y engullía el tubo del panqueque golosamente. Más me calentó. Pero obvio que siendo prácticamente mis sobrinos, tenía cierto recelo. Pasó el momento más no mi calentura. Terminamos de merendar y llevamos toda la loza a la cocina, y Lauritase pone a lavarla. Como la mesada es alta, suele poner una banqueta para estar cómoda. Se apoyó de panza en la mesada y comenzó con la tarea, yo vengo del living con unas tazas y me encuentro con su hermoso y relleno culito moviéndose de un lado para el otro, mientras lavaba, la niña se movía cantando. Mi verga se puso al palo, y no resistí la tentación, simplemente la tomé de la cintura y con el pretexteo de que se podía correr la banqueta la apreté contra mi. La verga quedó justo calzada entre sus nalgas. Laurita al sentir la dureza de mi pija, sonriendo se da vuelta y me dice Tito, tenés tu pito duro. Yo suavemente la punteaba, luego del comentario, siguió lavando la loza pero ya tiraba su culito hacia atrás buscando más contacto con mi palo. Estaba sonrosada y respiraba algo agitada. Haciéndome el tonto paso mi mano hacia adelante y la coloco entre sus piernas, sobre su vagina. Al sentir mi mano,  Laurta abrió un poquito las piernas y le hizo lugar para que entre más cerca de su cuevita, y con mi dedo mayor inicié una caricia sobre la zona de su clítoris, que estaba durito y sobresaliente. Al tocárselo por primera vez, la niña se estremeció y gimió. Esta excitada. Yo seguía con mis caricias. Con la otra mano me adueñé de su tetita, Sus pezones estaban duritos y erguidos. Al oído le pregunté si le gustaban las caricias, sacudió la cabeza afirmando, por lo que seguí refregándole mi verga en su culo, las caricias en su conchita y en sus tetitas.

De repente veo un movimiento en la puerta de la cocina, era Ricardito que nos estaba observando. Estaba sonrosado y con los ojos bien abiertos. Eso hizo que me separara de Laurita, lo llamé y vino hacia mí. Pero no dejaba de mirar el bulto en mi entrepierna. Se aproximó y se puso al lado mío. Me preguntó que le hacía a su hermana. Simplemente le contesté que la tenía tomada para que no se cayera de la banqueta. Se quedó pensativo. De repente le dice a la hermana, ahora quiero lavar yo. Laura simplemente se bajó de la banqueta y se puso al lado mío. El nene se sube a la banqueta abre las canillas y mirando hacia atrás me dice, Tito a mi no me agarrás, me puedo caer. Guauu dije, parece que el niño tambien quiere probar mi verga. No me hice rogar, lo tomé igual que a su hermana, y le metí bien la verga entre los cachetes de su culo, miró de costado y sonriendo siguió lavando haciéndose el desentendido, pero se movía suavemente adelante y atrás enterrándose un poquito de la verga cada vez.

Para esto yo estaba totalmente caliente, y ya lanzado les propuse jugar a  los novios. Aceptaron y nos fuimos para mi pieza, ni lerdo ni perezoso busqué una película porno que tenía y la puse en el reproductor, ambos niños sentados en la cama no perdían detalle de la misma. En determinado momento el abuelo se hace chupar la pija por su nieta. Yo les dije que como son novios hacen eso, y como nosotros jugábamos a se rnovios, ellos tenían que chuparme la verga. Ambos asintieron, por lo que sin dudarlo me bajé el pantalón del piyama y les presenté mi rabo bien duro. Laurita tomó la verga desde el tronco, no podía abarcar todo el grosor del tronco. Y sin verguenza alguna se metió la cabeza de mi chota a la boca. Y sin saber como hacerlo, imitaba a la niña de la película que sí sabía lo que hacía. Pronto comenzó a darme una linda mamada, de repente Ricardo reclama que el quiere tambien chuparla. De mala gana su hermana lo deja, el pibe la chupa mejor que su hermana. Pronto me tenía a punto de acabar. Lo bueno que en la película el abuelo pone a la nieta boca abajo en la cama, le unta lubricante y se la coge por el culo. La piba no emite ni un quejido y se traga toda la verga por el culo sin chistar. Entonces le digo que debemos hacer lo mismo por que somos novios, así es que los hice desnudar a ambos, quedaron totalmente desnuditos, yo también me squé la ropa, mi verga parecía todavía más grande. Los mellis no se oponían a nada. Los puse en posición al borde de la cama, con sus culitos en pompa hacia mí, busqué el lubricane que mi viejo tenía en su mesita de luz y procedía dilatar ambos culitos con mis dedos, al princpio medio hubo algún quejido pero pronto estaban bien lubricados y relajados gozando de la caricia. Ricardo estaba tan excitado que tenía su verguita dura, tiene una buena verga para su edad, bastante gruesa y larga, debe andar por los 10X3cms. Primero sería Ricardito el que probaría mi tripa. Y sin dilatar más el momento apoyé el glande en su anillo trasero, y suavemente presionando firme me fui introduciendo en su ano, Gimió, estrujó con las manos las cobijas, un par de lágrimas cayeron de sus bellos ojitos, pero no se resistió. Cuando ya tenía una buena porción de verga dentro de su culo, inicié un lento vaivén, pronto el colaboraba abriéndose las nalgas con ambas manos, yo tomé su pija y comencé a masturbarlo, se rotorcía como una anguila y de repente me mojó la mano con su líquido pre-seminal, había acabado, yo aproveché el momento y se la metí hasta el fondo, lanzó un gritito y se quiso salir de abajo, pero como lo tenía apretado contra la cama no pudo escapar, habiendole enterrado bien la tripa, lo cogí por unos minutos más, finalmente le saqué la verga de su culo. Parecía el crater de un volcán, rosadito todo  dilatado. Quedó laxo sobre la cama, para esto Laurita estaba colorada y se tocaba sola la conchita, me aproximé, unté muho gel en la cabeza de mi pija y procedí a apoyarle la punta en su esfínter. Solita se abrió las nalgas permitiendo el acceso más franco de mi verga que fue entrando, apretada pero sin pausa se la meti hasta el fondo, cuando mis bolas pergaron contra sus nalgas me detuve. Ella parecía desvanecida, solo estaba entregada. Comencé a cogerla, suavemente mientras le masturbaba el clítoris con mis dedos, pronto gemía de placer, y acabó no una i no tres veces seguidas, lo que motivó que mi pene comenzara a soltar tremendos chorros de semen dentro de su culito. Tuve que esperar que mi pija se ablandara ya que le dolía sobremanera su agujero. Cuando se la saqué suspiró tomando aire. Los invité a bañarnos los tres juntos. Los hice sentarse en el bidé y les lavé su cola con agua bien fría para desinflamar su agujero. Una vez en la ducha yo los enjaboné a ellos y ellos a mi, ambos se entretuvieron un buen rato con mi poronga. Se comenzó a parar de nuevo e hice que ambos me la chuparan hasta que les acabé en la cara. Los mellis chuparon el semen sin hacer una mueca. Finalmente, una vez que nos secamos y vestimos tuve que tomarles la promesa que no debíamos contar nada de lo ocurrido ya que nunca más los dejarían venir a mi casa y a mi me meterían preso. Ambos estuvieron de acuerdo en que nunca contarían a nadie esto. Pero que como éramos novios, vendrían pronto a jugar otra vez.