AGOSTINA (Capitulo quinto de 7)
Tengo algo nuevo para probar.
AGOSTINA 5 (Este es el quinto capítulo de 7)
Me dormí preocupado por lo que pasó anoche y me despertaron ruidos que venían desde la cocina, Agos no estaba en la cama, con pereza y mucho dolor de huesos, me levanté y vi que estaba preparando desayuno para los dos.
Había exprimido naranjas y había café negro.
“¿Cómo estás cielo?” “¿Cómo está esa colita?”
Se reía y solo me dijo que apenas le dolía, que estaba bien, que iría a su casa para ventilar y ver si podía averiguar algo de su mamá.
Me quedé meditando…ahora la imagen recurrente era la pija del labrador en esa colita tan pequeña, pensaba si tal vez podría gozar es culito alguna vez y se me paro la pija, no muy dura, claro está.
Volvió por la tarde casi noche, yo había hecho compras para cenar con dulces incluidos.
Me dijo que su mamá todavia no había parido, que no tenía suficiente dilatación, que si en las próximas horas no pasaba nada le harían una cesárea.
Cenamos, miramos tele, me tome la última pastilla de viagra que me quedaba.
Le di un beso en la boca, respondió, pero como con pocas ganas (supongo que estaba cansada)
“Vamos a dormir chiquita” le dije, me respondió “mira que no vamos a hacer nada”
Le dije que se quedara tranquila, que entendía y nos acostamos en cucharita.
Al rato el viagra me empezó a hacer efecto, se me paraba y paraba.
Tenía apoyada la verga justo al medio de su raya.
Empecé a acariciarle las tetitas, me mojaba el dedo y giraba alrededor de sus pezoncitos que cuando los pellizqué un poquito se pusieron duritos,
Baje la mano toque entre sus piernas y estaba algo mojada, comencé a acariciar por encima de su bombacha, haciendo cada vez más presión…sentí que suspiraba, le corrí la bombacha y le introduje un dedo, se acomodó para que pudiera entrar mejor., ya jadeaba…
Le fui bajando despacio el calzón, supe que estaba despierta porque me ayudo levantando las piernas.
Volví a poner mi pija en su raya. Moviéndome lentamente, cuando me detuve fue ella la que empujaba…
Con mucho miedo al rechazo, ensalivé mi dedo índice y empecé a meterlo en su ano.
Ella solo me agarró la mano haciendo fuerza para que se lo metiera más.
Que sea lo que Dios quiera pensé y apunte mi choto endurecido en su agujerito.
Se puso boca abajo, me subí y volvi a apuntar e hice presión, solo al principio hizo gesto de dolor, fui entrando muy despacito, muy lentamente, tan lentamente que ella se desesperó y empujaba con su cola para que entre más.
Me quedé quieto, no me animaba a moverme, pero ella parecía bailar perreo se movía de un costado al otro, me estaba por hacer acabar, así que empecé a bombear mientras le acariciaba el clítoris.
¡Estaba gozando! ¡Estaba acabando! Y yo ya no pude más, fue tan hermoso llenarle el culo de leche, nos quedamos así, creo que ella se volvió a dormir y yo lo hice después que mi pija se durmió y se salió de su culo.
Era mi novia completa…
Aunque sabía que no podía durar.
Cuando volvieron con la nueva beba, pasaron días que no paso por casa, exactamente nueve días, Vino corriendo a mí, entramos y no paraba de hablar, de sus emociones, mezclaba los temas, hasta que me empezó a contar que al novio de su mama lo que más le gustaba era hacerle la cola, que se la hacía hasta dos o tres veces por día.
Dando vueltas termino diciéndome que ya no haría nada más nada conmigo, me daba besos en la mejilla y me decía “Por favor no te enojes” y yo no me podía enojar.
Le habia convidado pan casero con chicharrones, y mientras comíamos le pedí que me la chupara una vez más, aunque fuera la última.
Mhmh me dijo mientras masticaba, saqué mi chota media blanda, mordió otro pedazo de pan y así con la boca llena me empezó a chupar, con la mano que tenía un pedazo de pan me acariciaba las bolas, eso me gustó y rápidamente pude acabar, se separó, mordió otro trozo de pan mastico un poco, abrió la boca y pude ver la mezcla de pan y esperma que empezó a tragar.
Ese fue nuestro último encuentro sexual por mucho tiempo, nos cruzábamos, pero solo nos saludábamos desde lejos.
Apareció en mi puerta tres años después, me quería pedir algo y no se animaba, yo la habia visto pasar de la mano de un chico de su edad…
Le dije que me pidiera lo que sea, que si estaba en mis manos no iba a decir que no.
Era que quería un lugar para hacer “cosas” con su nuevo novio y no tenía donde ir
“¡Claro, lo puedes traer acá!”
Quiso salir disparada a contarle a su amiguito, le retuve del brazo
“Pero me tienes que dejar mirar.”
Pensó un minuto y se encojo de hombros, estaba con muchas ganas del pibe y se le notaba.
Tenía algo nuevo para probar….
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Me encantaron tus relatos, quizas por la afinidad de la edad y el gusto que tienes, segui asi!