Ahora con Silvi 1
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por gabriel11.
Silvi es otra de mis primas, ella es hermana menor de Gisel (la protagonista de mis otros relatos).
Cuando yo había comenzado a tener sexo con gi, silvi apenas era una niña; debía tener unos 12 años por lo cual no me llamaba la atención para nada.
Ella era muy apegada a mi, yo también era su primo favorito.
El tiempo fue pasando, silvi comenzó a crecer hasta convertirse en la mujer que es ahora; sin dudas silvi es la chica más linda de la familia, no hay otras primas, tías, cuñadas, etc.
que la superen en belleza (por lo menos para mi).
Ella es muy linda de cara, morocha, un poco más alta que la hermana, flaca, tiene muy lindas pechos (no tan grandes pero lindos), no tiene el súper culo que tiene la hermana mayor pero tiene buenas nalgas lindas piernas y un culo paradito y duro debido a la mucha actividad física que realiza, es vegetariana, come sano, así que para resumir.
tiene un buen cuerpo.
Como dije anteriormente, a medida que iba creciendo se ponía mejor; a mi me gustaba mucho y a diferencia de gi, silvi es más "señorita", más refinada, se viste mejor, habla bien, es estudiosa, más introvertida, más femenina.
A mi se me dificultaba mucho dar un primer paso por esa razón.
Yo para ese entonces ya no vivía al lado de la casa de mis tíos, nosotros ya nos habíamos mudado por lo cual el trato muy cercano que teníamos entre las familias se había perdido un poco; luego yo me fui a vivir sólo a otra ciudad donde estudiaba ingeniería y gisel ya se había puesto de novia con quién hoy es su esposo.
Yo seguí con mi vida de soltero en otra ciudad, saliendo a bailar y de copas casi todos los fines de semana disfrutando mi vida de soltero.
Hasta que un día me llama mi tío para preguntarme sobre alquileres en la ciudad donde estaba yo porque mi prima silvi ya había terminado el colegio y quería seguir una carrera universitaria, a lo que yo le ofrecí que se viniera a vivir conmigo y que me sobraba un cuarto ya que mi hermana prefería viajar todos los días y vivir con mi familia.
Mi tío se puso muy contento, le agrado la idea pero con la condición de que el pagaría la mitad del alquiler y no todo yo; así que dentro de poco días ya tendría a mi prima viviendo conmigo.
Llegó febrero y mi prima ya se había mudado al departamento, para colmo en argentina es pleno verano por lo que silvi se paseaba todos los días con sus short y vestiditos cortos, sin dudas es una mujer muy hermosa y yo la deseaba cada vez más e iba a hacer todo para conquistarla.
Los días, semanas y meses fueron pasando, yo en ese lapso de tiempo comencé un trabajo sigiloso que tenía que terminar con ella en mi cama, tenía que ser muy paciente, cualquier paso en falso podía arruinar todo.
Con silvi todo fue mucho más difícil pero tenía la ventaja de que ella me admiraba mucho y por ende tenía que usar eso a mi favor.
Comencé a tratar de retomar lazos que habíamos perdimos, como dije anteriormente; silvi cuando era chica era muy apegada a mi, ella me abrazaba mucho y me decía muy seguido que era su primo favorito ; mi desafío era que todo eso se vuelva a repetir.
Cada vez que volvía de la facultad me comentaba de su día y yo la escuchaba (o hacia que la escuchaba), le daba consejos de como manejarse, le daba ánimos cuando le iba mal en algo, etc.
Pasaron los meses y ella se ponía contenta porque le iba bien, me decía que era gracias a mi, me volvía a abrazar muy seguido e incluso me decía que era su primo favorito otra vez.
Yo por supuesto siempre la premiaba con alguna salida a bailar, a algún bar o al cine, también a recitales (esta salida me gustaba más).
Nos llevábamos nuevamente muy bien, parecíamos una pareja, hacíamos todo juntos.
Salíamos a correr a la mañana, nos juntábamos a almorzar, nos quedábamos estudiando toda la madrugada, etc.
etc.
Ya les dije que me gustaba llevarla a recitales y una de las razones era que como había mucha gente, para no perdernos yo la abrazaba por detrás pasando mis brazos por su cintura; de esta forma podía sentir su cuerpo incluso también a veces podía apoyarle "sin querer" mi entrepierna en sus nalgas y para colmo la mayoría de las veces ella usaba calzas como para estar más cómoda a la hora de saltar y bailar.
Llegaba a casa y era masturbación segura recordando mis manos en su cintura, sus nalgas, su olor, su cuerpo sudado.
Ella siempre me agradecía por las salidas ya que cuando vivía con sus padres era muy difícil que la dejaran salir a un boliche y menos a un recital de rock, aunque según me contaba, siempre se las arreglaba igual para salir con algún noviecito.
Los días pasaban y yo ya no daba más, incluso llegué a hacer algo que jamás había hecho.
Una noche en el baño me hice una paja con una tanga suya que encontré; ahí fue donde me dije que había llegado la hora de pasar a la siguiente fase.
Una noche llegué de cursar y ella estaba en su cama leyendo un libro, entonces yo llegué la saludé, me acosté boca abajo al lado suyo y le apoyé uno de mis brazos sobre su vientre; la miré y ella sólo sonreía, luego me levanté y me fui a mi habitación.
Otra noche sentados en un sillón viendo una película (estaba aburrida) me recosté apoyando mi cabeza en sus piernas, ella me acaricio tiernamente el cabello hasta que me dormí; luego me despertó cuando ya había terminado la bendita película y nos fuimos a dormir.
Otra noche nos quedamos despiertos hasta muy tarde acostados en su cama y hablando mal de otra gente, encima hacia frío así que nos tapamos, entonces ella apoyó su cabeza en mi pecho y dormimos así toda la noche, fue la primera vez que dormimos juntos.
Después de esa noche, las siguientes también dormíamos juntos, en mi cama o en la suya abrazados, haciendo "cucharita" o con su cabeza en mi pecho.
No se si era para pasar el frío o porque ella también quería sentir mi cuerpo; lo real era que cuando no iba yo, ella sola se metía en mi cama a dormir conmigo.
Todas las noches me despertaba de madrugada y me metía al baño a masturbarme, luego volvía a la cama y la abrazaba no pudiendo creer que tenía a una hermosa mujer durmiendo conmigo y no me la podía coger.
Un sábado salimos a un boliche a bailar y antes de contarles como término esa noche, les comento que salir a un boliche a bailar era un calvario para mi, entre mis amigos que querían conquistar a mi prima y preguntándome cosas toda la noche, también los desconocidos que se le acercaban por la misma razón, no terminaba disfrutando nada, igual ella sola se encargaba de revotarlos uno por uno, pero igual me molestaba.
Ya en casa y acostados en mi cama acordándonos y riéndonos de algunas situaciones en un momento de silencio intenté besarla.
Silvi: ¿qué haces? ¿no ves que soy tu prima?
Yo: disculpa, soy un estúpido.
Silvi: no digas nada, mañana hablamos.
Se enojó se dio la vuelta pero no se fue a su cuarto, se quedó conmigo; le pedí disculpas nuevamente, la abracé y dormimos así toda la noche.
En la mañana me despierta.
Silvi: me voy a casa gabi, mañana vuelvo.
Yo: bueno Silvi anda tranquila y cuídate.
Silvi: mañana hablamos, no creas que me olvidé lo de anoche.
Entonces mi prima se fue y yo me quedé con la bronca de que había metido la pata, lo hecho hecho estaba pero tenía que arriesgar, ahora sólo me quedaba saber cual sería la consecuencia.
Por fin ya era lunes, ese día estuve todo el día en la facultad, las horas parecieron interminables hasta que llegué a casa y ya estaba Silvi preparando la cena, me puse muy contento, mi prima volvió.
Hasta el comienzo de la cena nuestro trato fue un poco distante (no me animaba a hablarle) hasta que ella rompió con el silencio.
Silvi: ¿por qué lo hiciste?
Yo: no sé, fue un impulso.
Silvi: ya somos grandes, no me decepciones gabi.
Yo: porque me gustas y creí que me ibas a corresponder el beso, nada más.
Silvi: esta mal gabi somos primos, sácate eso de la cabeza.
Espero que no se vuelva a repetirse.
Esa noche ella no se apareció en mi habitación así que tuve que dormir sólo como antes.
Al día siguiente mientras corríamos en una plaza tuvimos otra conversación.
Silvi: disculpa por lo de ayer, no quise ser tan dura.
Yo: quédate tranquila yo te pido disculpas otra vez, el que la embarro fui yo.
Silvi: es que no quiero que cambie la relación que tenemos, a mi me gusta mucho estar con vos.
Yo: no va a cambiar, pasado pisado ¿te parece?
Silvi: sí, me parece bien.
Entonces nuestra relación siguió como siempre, volvíamos a hacer todo juntos otra vez, seguimos compartiendo todo, hasta la cama.
Días después llevé a una amiga a casa, a Silvi no pareció gustarle mucho (se le notaba en la cara) pero no me importó; la metí en mi habitación y tuve sexo con ella, no lo hice con la intención de darle celos a mi prima sino que por necesidad de sexo, todas las noches durmiendo con Silvi, en algún momento tenía que descargar jaja.
Continuaba el crudo invierno; una sábado a la noche viendo una película y tapados con una frazada en el sillón, pasaban una escena de sexo (no recuerdo el nombre de la película), ella comenzó con sus preguntas.
Silvi: ¿Eso le hiciste a la chica que trajiste el otro día?
Yo: soy un caballero yo, no hablo de las chicas con las que me acuesto, menos de lo que hacemos en la cama (sólo lo cuento en esta página)
Silvi: jajaja está bien que no le cuentes a tus amigos.
¿pero a mí?
Yo: ¿por qué te tendría que contar a vos?
Silvi: porque sí, soy mujer.
Yo: y eso que tiene que ver?
Silvi: bueno está bien no te enojes, me tenías que responder con un si o un no nada más.
Comencé a hacer como que me tapaba los oídos para no escucharla y ella siguió.
Silvi: ¿la chupaba bien por lo menos? Podías haberte conseguido algo mejor jajaja.
Se reía de mi, en ese momento le arroje una almohada y ella me la devolvió.
Ya no seguí viendo la película, me quedé pensando en la actitud de mi prima, nunca se había dirigido a mi de esa forma tan pícara y sobradora, en ese momento parecía que había conversado con una chica totalmente distinta.
Comenzó nuevamente la semana y yendo a la facultad me encontré con esa "amiga" que había llevado a casa hace algunas noches y me dijo algo que me dejó totalmente desconcertado.
Amiga: Hola gabi ¿cómo estás?
Yo: bien, otra vez volviendo a cursar.
Amiga: te fui a buscar el sábado, tenía ganas de estar un rato juntos y no estabas.
Yo:¿el sábado? Si que estaba.
Amiga: tu prima me dijo que no, que te habías ido y ella no sabía adonde.
Yo: el sábado.
(pensé unos segundos; entonces le tuve mentir) ah si salí un rato a lo de un amigo, pero poco tiempo, igual nunca le digo a mi prima adonde voy.
Nos despedimos y me fui pensando por que Silvi le mintió sí yo estaba en casa y no me avisó, luego recordé lo que pasó ese mismo sábado a la noche; me costó aceptarlo pero llegué a la conclusión de que mi prima estaba celosa, no había otra explicación.
Esa volvió a ser una luz de esperanza para mi, tenía que intentarlo otra vez; Silvi tenía que ser mía.
Esa tarde volví a departamento y ella ya estaba, entonces le pregunto sólo para ver su reacción.
Yo: ¿vino alguien a buscarme?
Silvi: no, nadie (parecía indiferente)
Yo: iba a pasar una chica ¿segura qué no?
Silvi: no vino nadie te dije (se metió a su habitación)
Después de esto estaba seguro que mis sospechas eran ciertas así que por la noche lo iba a intentar nuevamente.
Se hizo la noche y ya en mi cama hablábamos sobre nuestros estudios, luego a ella le dio sueño, se tapó con una frazada y se puso de espaldas.
Yo pensé un instante y tome valor; me acerque la abracé por detrás y le di un beso en la mejilla.
Yo: mi primita hermosa (ella estaba sonriendo)
Silvi: que lindo!!! ¿Viste que podés ser un tierno cuando querés?
Yo: con vos nada más, pero no le cuentes a nadie (nos reímos)
Me acerque un poco más hasta apoyar todo mi cuerpo sobre el de ella, mi miembro comenzaba a crecer dentro de mi pantalón y yo se lo apoyé más en sus nalgas, seguí dándole besitos en el hombro y acariciándole la barriga; nuestras respiraciones eran más intensas, ya se podían escuchar.
Lo estaba disfrutando, estaba seguro, hasta que a ella le ganó la razón.
Silvi: basta gabi, yo no soy como las chicas que te gusta traer, soy tu prima, respétame.
Yo: pero sí no estábamos haciendo nada malo, si te molestó perdóname aunque no me parece que te tenga que pedir disculpas, vos no me paraste desde el principio.
Silvi: deja de hablarme así, respétame te dije.
Somos familia no podemos hacer esto.
Yo: bueno andate a dormir a tu habitación, vos sabes que me gustas mucho, ya te lo dije y seguís metiéndote en mi cama.
Silvi: no puedo creer que me digas esto, sos un estúpido.
Se levantó y se fue enojada.
Esa noche no pude dormir, me había quedado grabada en mi mente su respiración, su cuerpo, su olor, la suave piel que pude sentir mientras le acariciaba el vientre.
Estaba excitada de eso no tenía dudas, su respiración y lo acalorada que se había puesto, pero había algo que la retraía y era la "moral".
En la mañana siguiente antes de salir tuvimos una nueva conversación.
Silvi: por qué gabi por qué? me voy a tener que ir.
Yo: ya te dije todo, sos dulce, hermosa, inteligente es imposible que no me gustes.
Tenés todo lo que busco en una mujer; y sí, me parece que vas a tener que buscar otro lugar aunque yo quiero que te quedes acá conmigo.
Silvi: yo también me quiero quedar con vos pero creo que va a ser mejor que busque otro lugar, así dejamos de confundirnos, después veo que le digo a mi papá.
Yo: yo no estoy confundido, ya soy grande y se lo que quiero.
Nos vemos más tarde Silvi.
Me fui pensando en lo que dijo "así dejamos de confundirnos", se incluyó a ella; sentía algo más por mi aparte del cariño de primos, en el momento que me lo dijo no caí después me cerró todo.
Por la noche iba a intentar otra vez, ya estaba jugado, no tenía nada que perder, de todos modos ella ya estaba decidida de buscar otro lugar.
En la cena los dos estuvimos muy callados (raro en nosotros), más tarde ella se fue a su habitación.
Cuando me disponía de irme a dormir observe su habitación para ver sí estaba despierta y como sí lo estaba entré a intentar hablar con ella; me acosté en frente mirándola, ella me regaló la sonrisa más linda que tenía.
Yo tomé valor, me acerque más y le di un beso en los labios; como no me dijo nada le di dos piquitos más; cuando me disponía a besarla en serio ella apoyó su cabeza en mi pecho y me habló sin mirarme.
Silvi: basta gabi no me hagas esto, no podemos.
Somos primos ¿te parece poco?
Yo: te quiero eso es lo que importa, creo que no hace falta que te repita lo que te dije la última vez.
Silvi: pero estás buscando mal; intenta por otro lado, a otra chica.
Yo: me importas vos nada más.
Silvi: sabes que yo también te quiero, más que cualquier otro primo.
Siempre fuiste muy importante para mi, en todo.
No me quiero alejar de vos pero esto ya se está haciendo insostenible para mi.
Yo: perdóname sí te estoy incomodando, estoy siendo muy molesto.
,
Silvi: no, no lo sos.
Sos la mejor persona que conozco, siempre quise ser como vos.
En ese momento me di cuenta que había ido demasiado lejos y que estaba haciendo sufrir a Silvi por una calentura mía, me sentí un terrible estúpido, le deseé buenas noches y me fui a dormir.
Llegó el fin de semana y recordé que tenía dos entradas para un recital, las había comprado con mucha anticipación.
La verdad que no tenia muchas ganas de ir así que se las di a silvi y le dije que invite a una amiga, ella se negó porque se suponía que íbamos a ir juntos.
Mas tarde me convenció de ir (no necesitaba hacer mucho para convencerme) así que la acompañé.
Ya en el recital al igual que las otras veces, ella delante de mi y yo abrazándola por detrás ya que el show era muy concurrido y el lugar era muy grande.
Muy grande también era ya mi excitación por tenerla en mis brazos hasta que en un momento tocaban una canción de amor que a ella le gustaba mucho; mientras transcurría tomé valor y le di unos besos en el cuello.
Al terminar la canción ella se giro me tomo de la nuca y me beso desesperadamente, ya no importaba nada más, ni que fuésemos primos, ni la banda que seguía tocando, ni la gente que estaba alrededor; sólo eran besos, calientes besos.
Sus brazos pasando alrededor de mi cuello, mis manos en su cintura acercándola y apretándola mas hacia mi, nuestras bocas unidas, nuestras lenguas en una pelea que parecía interminable y nuestras salivas mezclándose.
Cuando parecía que ya no teníamos aire nos apartábamos solo un poco y nos mirábamos a los ojos seguido por algunos picos y luego volvíamos a unir nuestras bocas.
Salimos del recital y seguíamos a puros besos, parábamos en cada esquina y continuábamos, ahora ya sin mucha gente alrededor podía tocarle y acariciarle las nalgas como quisiera, al principio sonreía.
Silvi: Siempre me gustaste, desde chiquita.
No lo puedo creer.
Yo: yo no lo puedo creer mi amor.
(mientras la besaba)
Silvi: Es muy loco esto ¿no te parece? Somos.
primos.
Yo: A mi parece que somos dos personas que se quieren y que se gustan, nada más.
Llegamos al departamento, un trayecto que lo hacíamos en veinte minutos caminando lo hicimos en casi una hora o más.
Cuando entramos, ambos creo que ya sabíamos lo que se venía, íbamos a tener sexo , íbamos a hacer algo “prohibido”; yo ya estaba acostumbrado porque lo hacia con la hermana pero para ella era algo nuevo así que comenzaba a ponerse nerviosa e incómoda.
Tenía que hacer todo lo posible para que se sienta mejor, esa noche tenia que ser nuestra si o si.
La abracé y nos besamos un largo rato, luego seguimos en un sillón del living acostados; yo por encima acariciándola toda, sus mejillas, los brazos, las piernas, la cintura, sus nalgas, la espalda, todo.
sin despegar nuestras bocas.
Ella no decía nada, solo lanzaba algunos jadeos y se le notaba mucho lo agitado de su respiración, se dejaba tocar toda y me besaba también con mucha pasión.
Después de un rato la levante, la cargué hasta la habitación y la dejé en la cama, ella solo reía (parecía muy contenta), busqué un condón, me recosté encima de ella y continúe besándola y acariciándola.
Ya no aguantaba las ganas de verla desnuda así comencé a quitarle la ropa de a poco; primero le quité la camisa, luego la calza; estaba hermosa como siempre , tenia un juego de ropa interior blanca; el corpiño de encaje ajustado que levantaba sus pechos y una tanguita que le quedaba muy bien.
Luego me quite yo la remera y el jeans rápidamente , luego el bóxer dejando al descubierto mi pene completamente erecto (ya lo estaba desde el recital), ella sólo observaba, luego se sentó en la cama y se quitó el sostén dejando al descubierto sus hermosos pechos, redonditos, con unos pezones marrón muy claro, pequeños y paraditos.
Me recosté nuevamente sobre ella y comencé a acariciar sus pechos y besarlos, también recorría sus pezones con mi lengua, continúe besándola y sintiendo su cuerpo junto al mío, su piel, su olor, nuestro calor corporal; hasta que decidí por fin tocarle la entrepierna; todavía tenia puesta la tanga que estaba totalmente caliente y mojada.
Baje hasta sus piernas, le quite la prenda y comencé a chuparle esa vagina hermosa y con el flujo que le chorreaba, estaba muy excitada.
Su vagina estaba totalmente depilada y parecía una almejita; los labios hinchados, el flujo saliendo el cual me tome todo.
Recorrí toda su vagina con mi lengua, jugué un rato con mi boca y sus pliegues, luego busqué el clítoris y comencé a estimularlo.
Ella al principio solo me acariciaba el cabello, luego comenzó a apretar más fuerte mi cabeza con su cosita hasta que se corrió por primera vez en la noche.
Nos acomodamos mejor en la cama y había llegado el momento que tanto había esperado (por lo menos yo)
Yo: ¿estás lista?
Silvi Si, quiero tenerte ya, pero despacio ¿si?
En la pose del misionero comencé a penetrarla de a poco y suave como ella quería, su vagina estaba muy caliente y apretada, a pesar de que tenía el condón puesto lo podía sentir.
Ella solo gemía muy bajito y no dejaba de besarme por nada, yo la miraba y ella cerraba los ojos cada vez que la penetraba hasta el fondo, sonreía y me miraba con ternura, parecía una enamorada haciendo el amor.
Yo solo quería penetrarla con mas fuerza pero no me animaba, tenía que seguir su ritmo.
Estuvimos así por un tiempo hasta que tuvo otro orgasmo, me abrazó fuerte y se retorció con mi miembro metido todavía en su vagina.
Luego salí y ella se recostó sobre mi con su cabeza en mi pecho a descansar.
Yo: ¿Cómo estás? ¿Estas bien?
Silvi: Si gabi, estoy bien y pensando.
Yo: no pienses mi amor, de mí no va a salir nada de lo que hicimos acá.
Silvi: Ya no pienso en eso, es que siempre soñé que me besabas, desde chiquita y que era tu novia.
Ahora estamos acá acostados, desnudos y acabamos de hacer el amor.
¡es muy loco!
Yo comencé a hacerle cosquillas en el cuerpo y de paso aprovechaba para tocarla toda.
Jugamos un rato más hasta que logro besarme en la boca para terminar con las cosquillas.
Silvi: Estas cosquillas me hacen recordar cuando éramos chicos, vos nunca cambiaste; sos tan bueno y lindo como siempre.
Me encantaba jugar con vos, aunque para vos siempre fui la pequeña Silvi.
Yo: Ahora sos una mujer hermosa, ya no sos la pequeña.
Silvi: Si pero antes ni me mirabas, siempre estabas con mi hermana, me ponía celosa de ustedes jaja.
Yo: es que tenemos la misma edad, era lógico que me llevará mejor con ella.
Silvi: Si tenés razón ¿tuviste algo con ella?
Yo: No nada, nos llevábamos bien nada más.
No se porqué le respondí esto ultimo, creo que por miedo de que lo tomara mal.
Lo que logre con esa respuesta es cerrar totalmente la puerta a lo que luego seria mi gran fantasía incumplida.
Ella se puso muy contenta con esa respuesta y siguió besándome.
Silvi: Todavía no acabaste ¿te demuestro que puedo? ¿Tenés otro condón?
Yo: Si que podés y me encantaría verlo.
Me puse el condón y ella se subió sobre mí y comenzó a cabalgarme muy lentamente.
No lo hacia nada mal, aunque ya no era virgen, se notaba que no tenia tanta experiencia; igual era muy excitante tenerla sobre mi, desnuda, verla como se movía, el sentir su vagina estrecha subir y bajar, el ver las caras de goce que ponía, escuchar sus gemidos.
Siguió montándome muy lentamente por un rato, luego comenzó a aumentar la velocidad de la montada, hasta que no aguanté mas y me corrí.
Me senté en la cama con ella sobre mí y continuó moviéndose muy lentamente, tomándome del cuello y besándome con nuestros pechos unidos y mis manos recorriendo toda su espalda.
hasta que nuevamente volvió a tener otro orgasmo, mucho mas intenso que los anteriores.
Terminamos acostados, ella sobre mi besándome como si se acabara el mundo; eso si lo hacia muy bien y le encantaba hacerlo, no me dejaba respirar jajaja.
Silvi: Esta noche no la voy olvidar nunca (poniendo su cabeza en mi pecho)
Yo: Y pensar que te resistías (reímos)
Silvi: No me resistía, sólo que tenia miedo de hacer algo prohibido hasta que entendí y me dejé llevar por lo que siento.
Silvi: Te quiero, siempre te quise.
Que bueno que no estuviste con mi hermana porque te ahorcaba jajaja
Seguimos conversando por un largo rato (eso creo), esa noche las horas parecían interminables.
Después de unos largos besos ella sola me toco mi pene que siempre estuvo erecto y comenzó a masajearlo, luego bajo a hacerme el oral mas tierno que alguna vez me hallan hecho.
La chupaba muy lentamente, era delicada con las manos, solo la apretaba con los labios y me miraba sonriendo con los ojos llenos de brillo.
Me calentaba por demás ver esa carita hermosa con mi pene en su boca y su lengua llena de saliva recorriendo mi glande, siguió mamando hasta que comencé a jadear y alertarla de que iba a acabar.
Ella continuó solo con las manos hasta que saltó todo mi semen y empapó sus manos.
Creí que no se la iba a tomar pero luego comenzó a lamerse las manos y a tomarse toda la leche que estaba en mi miembro, por último lo succionó para tomarse todo.
Silvi: ¿Te gustó? ¿Lo hice bien?
Yo: Estuviste perfecta, me encantó.
Quise besarla pero no quiso y dejo tener vergüenza.
Se levantó, recogió su ropa y salió desnuda de la habitación.
No hay nada más lindo que ver a una mujer salir desnuda al baño y mucho más a ella que era hermosa.
Su cabello largo y oscuro que le llegaba a la cintura, las piernas y esas nalgas preciosas.
Al rato regreso ya bañada y perfumada, con otra ropa interior puesta y se acostó conmigo.
No me dejó ir a darme una ducha, quería que me quedara así con ella, abrazándonos, tocándonos y besándonos debajo de la sábana.
Espero que les haya gustado y haberlos hecho disfrutar un poco,Saludos gente.
Que si me gusto la verdad no, me fascino y lo que le sigue me trajo grandes recuerdo del inicio de la historia qué aun vivo