AHORA SON DOS IV
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por XCITANTDLC.
Andaba con la espinita de querer comprarme ropa quería cambiar mi guardarropa pero para ello tenía que tener algo más de dinero, pensaba que con lo que había ahorrado no sería suficiente comprar algunas mudas así que le pedí a mi padre un poco de dinero y tras poca insistencia con mi padre, logre que me diera una buena cantidad para cambiar mi guardarropa.
No sería hasta el fin de semana para que fuéramos a comprar mi ropa, sábado a medio día le pedí a Jesús que me acompañara al centro comercial a comprar unas cosas, sin preámbulo al llegar a la estación del metro y con la muchedumbre a su máxima capacidad fuimos devorados al llegar aquel transporte pues entre empujones acezamos al metro, ahí entre la multitud note como mi hermano se pegaba más a mí y como su verga estaba cada vez más tiesa, pues tanto la tela de su chándal como la de mi falda eran finas, así que notaba como su verga crecía. Después empecé a sentir su mano tocándome el culo, yo solo llevaba debajo de la falda una tanga, el que había apartado ligeramente, me estaba sobando con toda tranquilidad el ano haciendo círculos, sin quererlo me excité. Su dedo pequeño entraba un poco en el agujero del culo y con el gordo empezó a masajearme la vagina, en aquel momento estaba excitadísima no era capaz de decir nada.
En la siguiente parada, aunque bajaron algunas personas, seguimos igual de apretados, entonces ahhhhhhhhhhh, el espasmo recorrió mi cuerpo mi clítoris se abrió, el placer me hizo apretarme más a Jesus. Decidí darme la vuelta y pegada al mismo con mi mano le sobé por encima del chándal, su pene al poco de frotar empezó a crecer, mi hermano me morreó fuertemente la boca metiéndome la lengua y recorriéndomela toda, al tiempo que su verga lanzaba chorros de semen al pantalón manchándolo. Seguimos besándonos sin darnos cuenta que la gente del metro se había bajado, pues estábamos ya dirigiéndonos al final de la línea.
En aquel vagón solo quedábamos él, una mujer madura y otro hombre de unos 65 años, por lo que aproveché para bajarle el pantalón y empecé a chuparle su verga aún caliente, que ya había vuelto a ponerse tiesa, le lamía el glande dando círculos con la punta de la lengua, notaba sus gemidos, en esto Chuy me separó la cara, me tumbó en un asiento, me rompió el tanga y empezó a cogerme, sus embestida eran fuertes, y sus huevos me golpeaban en el culo, ¡que gusto! Él me la metía y me la sacaba casi toda, con lo que la fricción era con todo mi sexo, los pezones los tenía completamente tiesos y todo mi cuerpo temblaba deseando el orgasmo, cuando la verga volvía entrar sentía como su glande se ensanchaba y me rozaba las paredes, no podía más, le grité; ¡vamos, vamos, cógeme, cógeme toda si, si! Yo pensaba que, en cualquier momento vendría alguien y nos insultaría, pero entonces otra verga, aquel hombre me la puso en la cara, comencé a chuparla con gran deseo, pues estaba muy excitada; la verga de mi hermano seguía penetrándome como nunca la había sentido, le chupé el glande, el hombre gimió soltó un poco de líquido y su verga creció un poco más, entonces noté como unas manos más delicadas tocaban mis tetas las retorcían, sobaban los pezones, ¡oh que placer!, no podía más. La verga de la boca estalló en una lluvia de semen, me lo tragué todo, en ese momento no podía más de placer.
Habíamos llegado al final de la estación, nos bajamos y arreglamos nuestras ropas, caminamos hacia el centro comercial y Chuy me abrazaba como si fuéramos unos enamorados, más bien parecíamos novios, durante el camino platicábamos de trivialidades. Al momento de llegar al centro comercial, había mucho de donde escoger, pues eran puras minifaldas cortitas, pantalones ajustados y blusas escotadas. Al verme la ropa puesta me di cuenta de que se me veía muy bien y que tendría babeando a más de uno. Después de varios minutos salimos de la tienda con ropa nueva, y de hecho me había dejado puesta una minifalda azul cielo muy pegadita y una blusa blanca escotada. Solo que al ver mi colita en el espejo me di cuenta de que mis boxers se marcaban mucho en mi faldita, a lo que chuy me sugirio cambiar también de ropa interior.
Entramos a una tienda de lencería, escogí varias prendas, pero todas eran tangas y brassieres que resaltaban mi pecho, además de que con las tangas ya no se me marcaría el boxer en mi colita. Así que salimos de la tienda, no sin antes haber cambiado los boxers que traía puestos por una tanga, al salir de la tienda empecé a sentir las miradas de todos los hombres en mi colita, me sentí extraña y excitada de cómo se comían mi culito con los ojos.
Al llegar a casa, Toño se sorprendió al verme con esa faldita tan corta y mi tanga que se marcaba en mi colita, hay hermanita ya alcanzas muy bien el timbre, a lo que Jesús solo asintió para después irse a encerrar en su cuarto.
Toño fue a mi habitación y me dijo Valery que crees quiero que me hagas una chaqueta ¿queeeeeee? una chaqueta, hazme una chaqueta, la verdad estaba muy excitada sentía mi tanga muy húmeda y mi cuerpo muy caliente, mi hermano se acercó a mí y ya se notaba su pene bajo su pantalón, sin perder más tiempo, saco su verga y me tomo una mano y la puso sobre su verga. Una corriente sacudió mi cuerpo al contacto con su pene. Tome su pene por la base y lo rodee con mi mano, sabía lo que tenía que hacer. Aunque nunca lo había hecho, empecé a acariciarlo con dulzura y a recorrerlo con mi manita. El solo veía mis tetas atreves del escote y disfrutaba de mi caricia. Después le comencé a mover la piel de arriba para abajo suavemente, tienes unas manos muy ricas hermanita y tú lo tienes muy duro y grande, dije riendo, Toño sonrió y me pregunto si podía sobar mis tetas. Yo estaba bastante caliente y aunque me hubiera gustado dejar que lo hiciera, le dije que no. Que el solo había dicho que le hiciera una chaqueta, está bien dijo solo bájate un poco más el escote, me dijo yo solo sonreí, y con mi mano libre baje un poco mi blusa dejando ver mis tetas hasta donde empieza el brassier.
En eso estaba enseñándole mis tetas cuando me dice: arrodíllate frente a mí ¿qué?, ¿para qué? quiero verte la colita desde arriba mientras me la jalas, no dije nada, solo me agache apoyándome de sus muslos hasta quedar de rodillas, con su verga a pocos centímetros de mi cara, volví a tomarla solo que esta vez con mis dos manos y segui masturbándolo. Ohhhhhhhhhhhhhh, siiiiiiiiiiiiiiiiiii, dijo mi hermano al verme hincada, machacándole le verga frente a mi cara con las tetas casi de fuera, parando mi colita y enseñándole mi tanguita atraves de mi minifaldita.
Ahí estaba yo con su verga a punto de estallar, masturbándolo frente a mi cara, admirando su verga, de repente lo mire a los ojos y los tenia cerrados disfrutando de la chaqueta que le hacia su hermanita, entonces volteo hacia abajo y me miro. Me vio a los ojos y le sonreí muy coqueta, desvió su mirada hacia mi colita y sonriéndole aún mas pícaramente solté su verga para tomar mi minifalda de los costados y bajarlo un poco hasta mostrarle mi tanguita solo hasta donde se pierde en la raja del culo y después volver a tomar su verga para continuar con mi trabajo, que rica colita tienes Valery ¿te gusta mi colita? si claro que sí, ¿te gusta cómo se me ve mi tanguita? Siiiiiiiiii, se te ve deliciosa bien metida en tu colita, ¿te gusta que me ponga ropa tan pegada y se me marque la tanga? Siiiiiiiiiiiiiiii me encanta dijo mi hermano ya jadeando y ¿también te gustan mis tetas? pregunte con voz infantil, me encantannnnn ohhhh, las tienes deliciosas.
La verga de mi hermano se puso más dura y comenzó a tener espasmos en mi mano, sabía lo que iba a suceder, pero no supe que hacer solo me quede ahí, hincada con la colita bien parada enseñándole mi tanga y mis tetas, ohhhhhhhh, Valery me corrooooooo, no te quites, fue lo último que dijo antes de que empezara a lanzar todos sus mecos sobre mi carita, yo solo cerré los ojos y con la boca cerrada comencé a sentir como todo su esperma caía sobre mi cara, mis ojos, mi frente, mi nariz, mi boca, mi pelo. Seguía masturbándolo con mis manos sin apartar su verga de mi rostro. Toda su leche caía sobre mi cara, llenándola completamente de semen. Sentía la tibieza de sus mecos por toda mi carita y el no dejaba de eyacular, el semen se empezó a escurrir de mi cara hacia mis tetas, manchando mi blusa e incluso mi mini.
Parecía haber terminado, yo no podía ni abrir los ojos debido a que tenía el semen sobre ellos, así que intente abrirlos, pero casi de inmediato los tuve que cerrar pues me ardió un poco. Solo alcance a ver que él seguía masturbándose, de pronto me levanto por los hombros y me volteo apoyándome frente a un espejo que está en mi habitación, así que comencé a limpiarme el semen que tenía en los ojos, y al abrirlos, pude ver mi cara en el espejo. Tenía la cara totalmente inundada de mecos, el pelo, la frente, la nariz, en fin todo. Al verme al espejo me sentí en verdad una puta ya que nunca pensé que sería capaz de algo así. El semen ya se comenzaba a enfriar en mi rostro y me encanto esa sensación.
Mi hermano por su parte seguía masturbándose viendo mi cara en el espejo y después viendo mi colita. Tenía una cara que nunca le había visto. Yo iba a decir algo pero al abrir la boca sentí el sabor y la espesura de su leche entrando a mi boca y me pareció muy rico, delicioso comencé a relamerme los labios saboreando esa rica lechita, mientas mi hermano veía fijamente mi culo con mi tanga de fuera, masturbándose sin parar. No sé qué pasó por mi cabeza en ese momento, pero al ver la expresión de mi hermano, que estaba a punto de volver acorrerse, le dije: si quieres vente aquí, dije, tomando mi tanga por los costados y sacándola un poco más de mi minifalda y parando el culo, el rápidamente se puso detrás de mí, y apoyo su verga entre mis nalgas, las agarro apretándolas, estrujando su verga con mi culito, hasta que se empezó a venir sobre mi tanga, llenándome toda la colita de mecos, su semen me empapaba todo la minifalda, mi tanga que estaba fuera, mi cintura, mi espalda, en fin toda mi colita. Al terminar de echarme le leche en mi colita, de dejarme las nalgas bañadas en semen, mi hermano cayó al piso deshecho.
Yo con mi cara llena de mecos, me gire, para ver en el espejo como me había dejado mi colita. Tenía todas las nalgas llenas de semen, sobre todo en la parte de mi tanga que sobresalía de la minifalda, a partir de ahí, escurría todo el semen recorriendo mi redondo culito y cayendo hacia el piso, espero haya sido suficiente le dije a mi hermano que se recuperaba de la inundada que me dio en le cara y sobre mi colita.
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