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Incestos en Familia

AHORA SON DOS VI

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por XCITANTDLC.
Mis hermanos querían experimentar nuevas sensaciones, buscar otras maneras de hacer sexo demasiado excitante, mis hermanos en su mente creaban miles de planes que llevar a cabo, así que sin más echaron andar su plan, Jesús le comento a Toño de su fantasía. ¿Qué si me vendía a cambio de dinero? Todo era un juego, claro. Pero seguro que si yo veía cómo se realizaba la transacción me pondría muy cachonda, a lo que dijo Antonio pero lo hacemos de verdad. La vestimos como está ahora. Yo paso en mi bicicleta y me paro y tú me la ofreces y regateamos y yo voy y como de noche no pasa nadie por aquí, me la cojo en ese oscuro que hay detrás.

Cuando lavaba los platos, se excitaban más al verme así, con aquellos pantaloncillos que hacían mis piernas más largas, se acercaban para acariciarme las nalgas subiéndome el pantalón. No digas ni una palabra, me ordeno. No quiero que se entere Toño, se excito tocándome las nalgas y me ordeno que lo masturbara, me quite los guantes y comencé, tras meter mi mano en sus calzoncillos, para masturbarle. Le agarraba el pito y lo meneaba en mi mano cerrada, que mecía con suavidad. Mientras le masturbaba me dijo, no tenemos dinero, nos hemos gastado mucho dinero en el supermercado, el gasto de las golosinas no estaba previsto, esta noche te vas a tener que prostituir. Chuy metió mano entre mis muslos, presionando su mano contra mi sexo, cubierto por la suave tela del pantalón. Solté el pito para estrujarle levemente los testículos y decirle, está bien hermanito lo que tú quieras, pasando un dedo por su pene y estallo, al sentir que se estaba corriendo, alargue la palma de mi mano para recoger esa lechita que me daba, acariciaba la cabeza y seguía tocándole el pito, proporcionándole un placer suplementario y diciéndole dulzuras como "Nene malo".

Eran las once de la noche, la cuadra en absoluto silencio, la preocupación por mi hermano mayor que desde hace rato había salido en bicicleta hacía. Valery acompáñame que Antonio no aparece vamos a buscarlo, salimos y a mitad de la cuadra que me dice: colócate en esa esquina no entendía pero así lo hice, el quedo un poco rezagado y cerca de una puerta. Un coche pasó y al verme redujo la velocidad. Sin duda no podía imaginar que hubiera putas dentro de aquella urbanización, habrían pasado cinco minutos hasta que una voz se escuchó. ¡Oye! ¿Es tuya? Y tuya si pagas bien, no lo podía creer mi propio hermano me estaba prostituyendo ¿Y que es pagar bien? Dos mil es mucho. Por ser para ti mil. Dile que se acerque a ver si me gusta. Me hizo un gesto para que me acercara a su lado ¡Venga! Toma y cogió el dinero.

Mira. Aquí detrás tienes un descampado oscuro y limpio. Le indico a la vuelta de la esquina. Boqui abierta no lo creía mi hermano era capaz de entregarme a un desconocido, me miro y me dijo que lo siguiera y así lo hice aquel hombre se adelantó en bicicleta, estupefacta por eso caminaba siguiendo a ese hombre y chuy me seguía a una distancia prudencial. La luz de la calle iluminaba algo más aquel solitario descampado, avance hacia el lugar, donde me esperaba, anonadada por la situación, comenzó a besarme en la boca, ese hombre se sacó el pito y yo se lo acariciaba, me dio el preservativo, diciéndome, pónmelo con la boca, rompí la funda y tras colocar con la mano el preservativo en la punta del pito, me agache para introducirme el pene en la boca, di varios empujones, aunque no muy bien, pues tuve que terminar de colocarlo con la mano.

Ponte de espaldas y quítate los pantalones, lo mire a la cara y era Toño, obedecí y siento como mi hermano me obligaba a doblar la cintura para ofrecerle mis nalgas. Mi hermano se puso detrás de mí agarrándome de las caderas, jugo con su pene entre mis muslos y me la metió lentamente. Las luces de un coche nos asustaron pero pasaron de largo. Mi hermano metió las manos en mi camiseta para magrearme los pechos con lujuria mientras me montaba. De pronto sacó una mano tomándome del pelo, tirando de mi cuello hacia atrás embistiendo muy agresivamente. Se meneaba con toda la fuerza, yo me sostenía valiente, apoyando sus manos contra la alambrada del seto. Estaba segura de que mi hermano se había corrido pero seguía embistiéndome y no paró hasta que comencé a correrme, echando mi culo hacia atrás para ser cogida totalmente.

Esa noche Chuy se metió conmigo en la cama. Me comía los pechos mientras me acariciaba el sexo aún húmedo. Me ordené que no lo tocara, es más, me ordeno que me agarrara con las dos manos al cabecero de la cama como si estuviera atada, como si realmente fuera su esclava. Se puso encima mientras me lamía los pechos. Un ruido hizo que abandonáramos tan cachondo momento de seguro era Juan Carlos que pudo haberse despertado, ante esta alerta se quedó así. Por la mañana me dispuse a bañarme, el tiempo había pasado y escuche como la puerta se abría de seguro uno de mis machos quería acción, escuche como se quitaba la ropa y se metía a la regadera directamente a magrearme con la pasión de la mañana, me beso con fuerza y me cogía los senos.

Mordía, más que besar mis pezones, ya de por sí excitados por el agua, puso mi mano directamente en mi sexo. Me tenía acarralada en la esquina. Metió su dedo con decisión en mi vagina. Agarro la alcachofa de la ducha y comenzó a dirigir el agua contra mis pezones, provocando mayor excitación, luego la coloco entre mis piernas, dándome en el clítoris. Se puso de rodillas logrando ver como el clítoris se deformaba caprichosamente según fuera el agua por aquí o por allí. Mi clítoris se exhibía excitado delante de él, separo los labios suaves depilados de mi clítoris y comenzó a estimularlo con su lengua, le ayude a separarme los labios con la mano, inserto su dedo en mi conejo y comenzó a masturbarme. Me estiraba soltando el grifo para increíblemente, meterme un dedo en el culo. Entonces, emocionado y excitado, cogió mi clítoris entre sus labios haciéndolo suyo, moviéndolo hacia la derecha y la izquierda, grite de placer cuando presiono con su mano en mi dedo sobrepasando la barrera de mi ano. Introdujo en mi sexo un segundo dedo y tras, menearlo varias veces, me corrí sobre su mano, pues a pesar de mi orgasmo, no había dejado de lamerme el clítoris ni de meterme los dedos. Me quede sentada en la ducha, agotada, mientras Jesús se levantó orgulloso, él no se había corrido, pero no tardó en exigirme que lo masturbara. Lo hice al acabar de desayunar. Valery, ven y mastúrbame, me puse de rodillas delante de él sacándole la verga del pantalón y empecé a manosearlo. Su lechecita salió y mojó el suelo, pero quedó un poco de ella en la punta, por lo que dijo mi hermano, lámelo, a esto solo le di un par de lamidas.

Eran las cinco de la tarde mi hermano Antonio dormía la siesta, Jesús me indico que subiera al dormitorio y que me quitara la poca ropa que llevaba, una camiseta y unas bragas. Luego me dije que me pusiera encima de Toño, que se despertó al sentirme encima, en ese instante empecé a contornearme encima del abdomen de mi hermano, que estaba emocionado. Le baje los calzoncillos, mientras mi hermano cogió el preservativo dándomelo, coloque el preservativo sobre la punta del pene y lo deslice con los labios en toda su extensión. Me monte sobre mi hermano, que para su comodidad ya había cruzado las manos detrás de su cabeza, comencé a moverme siguiendo el ritmo que el cuerpo pedía. Antonio se iba excitando y emocionando. Alzaba la voz cada vez más ¡Valery, rico coges hermanita! Sus frases me excitaban al grado de moverme con más ganas, con más fuerza ¡PUUUUTTTAAAaaaaa! Gritó al momento que se corría, seguí moviéndome hasta que me corrí y quedándome tendida sobre el pecho de mi hermano, besándolo con dulzura y ensartada aún por su pene.

El juego que habían empezado mis hermanos me prendía a mas no poder por la tarde-noche me dispuse a ir a bañarme no sin antes Chuy me dijo que cuando saliera me secara y lo buscara pues él me entregaría la ropa que quería que utilizara, esa noche, me llamó y subí, pudo contemplarme desnuda me cogió fuertemente de la mano y comenzó a caminar ¿Dónde vamos? Pregunte, a donde a mí me dé la gana. Llegamos a su habitación y me ordeno que me tirara sobre su cama, se acercó a mí, para lamerle mis deditos, hacerme cosquillitas con su lengua. Al verme desnuda se fue directamente a mi sexo, separándome los muslos y obligándome a que las abriera lo más que podía. Poso su boca sobre la cima mi incestuoso monte de venus, para luego bajar su lengua y lamerle con avidez mi clítoris. Me excitaba tanto que mi respiración se acelerada se reflejaba en su vientre, mi sexo destilaba gotitas de néctar que obsequiaba cada vez con mayor generosidad.

Con cierta avidez mi hermano se bajó el pantalón y su bóxer, por lo que al darme cuenta puse mi pie sobre su pene excitado, decidi sobarle con mis pies su pene y testículos que colgaban levemente, pues tenía el escroto arrugado y recogido. Al sentir Chuy que estaba por correrse me pidió que pusiera mis manos agarradas a los barrotes del cabecero, lo hacía porque secretamente pensaba que estaba atada a ellos, y al sentir al sentir nuevamente mi pie en sus testículos y sobarlos unos instantes vino la descargaba de semen. Que salió manchando la sábana blanca sobre la que estábamos.

Al siguiente día, estábamos desayunando y mientras me comía una galleta, Jesús me quito la camiseta quedando en braguitas. Me beso probando el sabor de la mermelada y la mantequilla. Se bajó los calzoncillos y su pene estaba erecto y coloco con sus dedos un poco de mermelada sobre la punta de su verga, come, no me dijo dos veces, le estrujaba los huevos con una mano y con la otra, le agarraba la verga, mis labios apretaron el prepucio tras lamerme la mermelada. Extendí la mano y comenzó a magrearme las tetas, con pasión, con fuerza. Se corrió al sentir uno de aquellos lametones a lo largo de todo su pito que le estaba propinando, al ver que su lechecita salía disparada, acerque mi boca y me puse a tragarme el semen como si fuera una malteada.

2149 Lecturas/1 octubre, 2018/0 Comentarios/por sexosintabues
Etiquetas: hermanito, hermano, hermanos, mayor, sexo
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