Ahora soy legal internacionalmente (3)
Tercera parte de la historia del encuentro con la sexy niña rubia que trastocó su vida, Renata cuenta sus inicios, la niña no era tan inocente..
Renata insistía en conocerme del programa infantil, en el que trabaje. Pero como estaba bebida, sabía que no la tomarían en serio. Con el pretexto de salir a fumar me escabullo a la terraza, me sentía algo expuesto.
- ¿Que te pasa Bastián, no me recuerdas?
Ella terca en su borrachera, me alcanza en la terraza y de su carterita blanca saca un porrito y me pide fuego. Tras unas pitadas me invita y yo acepto —
- Recuerdo el programa, pero eran muchos niños… Tu rostro me es familiar
- ¿Solo mi rostro? Jajaja… Eras un enfermo, me clavabas los ojos y me seguías con la mirada…
- ¿Qué hablas, de donde sacas eso?
- Las mujeres tenemos un sexto sentido
Había más gente en la terraza y ella no hablaba bajo, la conversación estaba llamando la atención, yo abro mis ojos y por suerte entiende que no es el lugar para conversar el tema
- ¿Quieres caminar por el malecón?
- Si vamos, déjame mandarle un WhatsApp a mi amiga.
- ¿De dónde sacas eso Renata? ¿Que es eso del sexto sentido? Debía dejarle en claro que nunca paso algo así entre nosotros
- Una mujer sabe cuándo un hombre la desea, algo te lo dice desde adentro.
- Pero eras una niña, no una mujer
- Pero era consciente del deseo de los hombres y como me miraban.
- Ok
Había que manejar la situación
- Mira yo nunca quise incomodar a ninguna de las niñas del elenco, de ninguna manera, lamento y te pido disculpas si te perturbe de alguna manera…
- Ja ja ja…. Tú no… eras super lindo.
- ¿Entonces?
- Eso fue una Navidad, yo ya sabía el efecto que causaba en los hombres.
- ¿Como es eso?
- Yo recibí de regalo uno de esos cubos de Rubik, en casa de mi abuela nos juntábamos los primos, somos un grupo numeroso y la casa tenía una piscina donde todos nos bañábamos. Uno de mis primos mayores siempre solía cargarme, pero yo ya era algo más grande y pesaba más, así que él me tomaba de mi trasero mientras yo con mis piernas como tenaza me sujetaba a él. Era natural que me llevara a la piscina así. La mañana de navidad, fuimos los primeros en la piscina. Hacíamos como un campamento en la casa de la abuela y aún no se despertaban los demás. Mi primo no había pasado la noche en la casa, pero llegó temprano, se puso su ropa de baño y una bata de felpa. Así terminamos en una de las tumbonas alrededor de la piscina, el debajo mío y yo sentada sobre él, con mis piernas abiertas dándole la cara, con mis manos en el cubo.
De pronto empiezo a sentir que debajo mío, precisamente en mi entrepierna, que un bulto comienza a crecer en mi primo, yo ya sabía de que se trataba, hace unos años le había abierto la puerta del baño a mi primo mientras se bañaba y vi que en su entrepierna tenía algo como un Camote. Después por mis amigas del colegio supe que se llamaba pene.
- ¿Cesar te está creciendo tu pene?
Los cachetes de Cesar estaban rosados y sus orejas también. Con una voz extraña me dice si quiero jugar al caballito, casi siempre jugábamos así. Pero esta vez me pide que me de la vuelta y me ponga de espaldas a él. Y me vuelvo a sentar, esta vez siento que su pene esta más grande y me siento sobre él y siento algo caliente en mi entrepierna… Yo usaba un bikini tipo tanga con lasitos a los lados y un polo cortito, lo chiquito de la parte de abajo dejaba mis nalguitas al aire, mas si la parte de atrás se metía entre mis cachetes. Eso era extraño para mi, nunca había sentido una erección, en realidad nunca la había visto, yo ya sabía algo por mis amigas del colegio y ahora estaba sentada en una y podía sentir la piel de su pene entre mi vagina y mis nalgas. Mientras cabalgaba a mi primo la tanga se me estaba metiendo. No sentía nada, solo algo extraño para mi. César me decía «No te detengas, no te detengas» pero yo me cansé, no me parecía divertido así que me paré y ahí lo pude ver. Era su pene, como un Camote largo e hinchado. Al ver mi sorpresa me dijo que se había puesto así porque yo le gustaba. Que tenía un lindo cuerpo, que era muy bella y excitante.
Entonces me di cuenta de lo que estaba pasando
- ¡¡¡Tú me quieres Cachar, malo!!!
- No, me dijo, solo jugar un ratito…
- ¿Jugar cómo?
- Tú eres muy niña, así que no podemos cachar… Pero te puedo enseñar como se hace y puedes ver como crece mi pene… Pero no podemos hacerlo aquí.
Se cerró su ropa de baño y guardo su pene.
- Vamos al depósito de la azotea…
Me tomó de la mano y yo estaba muy confundida para reaccionar, todo estaba pasando muy rápido.
Ya en el depósito de la azotea, nos encerramos
- Sabes que el hombre se excita con las mujeres bellas y sexuales como tú. Tienes un hermoso cuerpo…
Me dijo que su pene podía crecer mucho porque yo lo excitaba. Yo estaba a punto de cumplir once años el 29 de diciembre. Me consideraba bonita, pero no sexual. No entendía. Pero me dijo que por su pene me daría cuenta.
- Para que funcioné que tenemos que sacarnos la ropa y mi pene reaccionara solito.
Eso me dio curiosidad, pero también algo de vergüenza.
- Vamos, sácate el polo.
Mientras lo hacía, el jaló los lazos de mi tanguita y cayó al piso, me quedé helada, estaba solo con la parte de arriba de mi ropa de baño. El se abrió la bata y desabrocho su ropa de baño. Su pene salto, era algo largo y ya no estaba tan grande y grueso como antes. Entonces se saca la bata y queda desnudo. Tenía un bonito cuerpo porque jugaba fútbol y se entrenaba en el gimnasio, estaba bronceado menos en la parte de su ropa de baño. Ahí me dice que me saque la parte de arriba, ahora si ambos estamos desnudos. Y su pene empieza a crecer. Me dice que me acerque un poco que el contacto de las pieles ayuda más, me toma de la cintura y me pregunta si se besar. Obvio que si, pero el me dice si sabia que era un beso de lengua. Si sabía, hacia unas semanas había jugado a la botella borracha con las chicas del elenco de baile del programa y las mas grandes nos enseñaron los besos de lengua. Jugamos todas hasta las mas pequeñas, pero eso era un secreto. El acerca sus labios y mete su lengua en mi boca y comenzamos a jugar con nuestras lenguas. Veo como su pene sigue creciendo.
- Ves que funciona.
El se tira en un sofá viejo, sobre su bata
- ..
Yo me acerco y le advierto
- Cesar no me vas a Cachar
- No tranquila, no lo voy hacer, al menos hoy no y se ríe… Ven siéntate encima de mí
Veía su pene parado y me daba miedo que me penetrara, pero el lo pego a su estómago y me hizo sentar encima, ahora mirando su cara…. Lo sentía grande, caliente, estaba bajo mis labios vaginales y podía sentir su textura y su temperatura.
Mis pequeños labios se abrieron un poco y lo sentía mas grueso que cuando estábamos en la piscina. Como que se metía un poco, yo estaba muy nerviosa con una sensación muy extraña y con calor en mi cara.
- Vamos, muévete como tú sabes.,
Entonces toma mis caderas desnudas y comienza a moverme sobre su pene, entendí rápido. Su pene tenía como una funda que se deslizaba y que no lo movía de su sitio…
- Tranquila, no se va a meter, para metértela tiene que estar parado.
Yo seguí moviéndome y mis labios vaginales se abrían cada vez más, ahora ya lo sentía un poco más adentro y esa piel estaba rozando con el interior de mi vagina, me salía como un moquito, que ya no me raspaba, hasta que de pronto la cara de César cambió y su pene empezó a expulsar un líquido blanco transparente
- Sigue, sigue…
Yo le puse algo más de velocidad y tenía calor en todo el cuerpo, creo que empecé a sudar, sobretodo en mi entrepierna y mi vagina, mis muslos estaban sudorosos y mi trasero también.
- Cambiemos de posición…
Yo no entendí, así que Cesar se para y me echa boca abajo, coloca su pene entre mis nalgas y empezó a moverse muy rápido, sentía ese camote en la ralla de mi trasero, pero como estaba sudado no me molestaba. Una de sus manos empezó a manosearme y abrir mis labios vaginales para introducir un dedo, no lo metió todo apenas un poquito, pero yo estaba con ese moquito que te cuento y ahora si me gustaba, era extraño, pero me gustaba. Como que me estaba arrullando, me pareció quedarme como dormida plácidamente. De pronto paro de moverse y siento un chorro por mi trasero que llegaba hasta mi espalda, pensé que César se había orinado. Pero no era eso. Fue la primera vez que vi el esperma de un hombre.
- Renata lamento que hayas pasado por eso, pero yo nunca pretendí ni tocarte, tú eras una niña…
- Pero seguro te hacías una pajita pensando en mi
- No tampoco en ese tiempo yo tenía una novia, no había necesidad… Quieres que regresemos…
- No sé, caminemos un poco mas y damos la vuelta
- CONTINUARÁ
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