Ahora soy su marido.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Edollan.
No podía metérselo, me di cuenta que estaba muy seca, así que tomé un buén poco de saliva y con dos dedos los puse en su vestíbulo vaginal, entonces volví con el glande a ese lugar y presioné un poco, tuve exito, sentí como mi polla se deslizaba un poco dificultosamente al interior de su vagina, comencé a menearme suavemente, en un mete y saca lento, en pocos minutos, sentí como se lubricaba la vagina y el contacto se hizo brutal
De pronto sentí que sus caderas se movían un poco, luego fueron adquiriendo ritmo, al son de mis embestidas, se lo metia y sacaba con mucha fuerza, sentí sus brazos alrrededor de mi cuello, luego sus movimientos de pubis y caderas, me llevaron al borde de correrme, sabía que ella tenía que correrse antes y de pronto comenzó, me abrazó con las piernas también, mientras nuestros cuerpos desnudos sobre la cama, se abandonaban a una sinfonía de gritos y gemidos de placer, me gritó varias veces – Así Lito… así mi amor… mássssss Lito…. mássssss… que rico asíiiiiii, y su cuerpo se curvó mientras grandes espasmos de placer la sacudían completamente, no soporté más y me corri también en forma brutal, sentí que el cuerpo se me recogía para estirarse más y más, mientras soltaba chorros de leche en su interior. Quedamos abrazados, agotados pero relajados. Mi boca buscó la suya, que se abrió para recibir mi lengua y junto a la suya iniciaron la dansa del amor, eso hizo que mi pene que había aflojado un poco, se pusiera tan duro como antes, ella suspiró diciendo
– Que sueño más maravilloso Lito, siento como si estuvieramos haciendo el amor – Entonces me atreví y le dije
– Lo estamos haciendo mi amor – Dió un brinco, que casi me suelta de su lado, así que la abracé de la cintura y así logré mantener nuestros cuerpos unidos por la penetración, trató de safarse empujándome y gritándome
– Degererado, animal, soy tu madre, estás violando a tu madre, suéltame o llamo a la policía – Le pedí suavemente
– Porfa, cálmate, primero provocas esto, luego que te das el gusto con un tremendo orgasmo te estoy violando, tranquila que tengo todo grabado – Se quedó quieta y comenzó a llorar, pero sabía que no podía hacer una pausa en mi plan, así que lentamente comencé a moverme sobre ella
La polla estaba a mil, asi que le dije – Maca te amo, te amo como loco – No me respondió nada, solo lloraba sin moverse, entonces continué con mis embestidas metiendo y sacando, sentía su vagina completamente mojada por mi semen y sus propios fluidos, trató de sacarme, pero entonces comencé a correrme nuevamente y se quedó quieta, fie un orgasmo enorme, no tenía tanta leche como en el primero, pero igual, sentí como salía líquido de su vagina y bajaba por sus nalgas a la sábana. La besé en el rostro, suavemente en los labios y sacando mi polla de su interior, me recosté a su lado, le tomé una mano, que ella no rechazó y le dije – Todo comenzó cuando murió papá, a él lo llamabas Lito, pero cuado ya no estaba tu marido, ambos recibimos su pensión del Ejercito del Aire.
¿Recuerdas? Era el 50% para cada uno hasta que yo cumpliera 25 años o me casara, así decía el seguro. Muy poco tiempo después, comenzaste a llamarme Lito, cuando te pregunté ¿Porqué? Me dijiste que yo reemplazaba a tu marido ¿No fue así? – No respondió nada, era como si estuviera inconsciente, continué – Para despedirnos y saludarnos siempre nos besabamos en la boca, los abrazos eran cada vez más seguidos y más profundos, luego ya no fueron solo piquitos, fueron besos, pero ya no tenía 12, sinó 16 años y mis erecciones eran de antología.
Hasta que descubrí que tomabas pildoras para dormir, entonces comencé a entrar a tu pieza, como duermes desnuda, me era muy fácil acariciarte y masturbarme cada dia a tu lado, eso me mantenía tranquilo, pero ahora tengo 19 años y mi amor por ti es cada dia más grande, ya somos un hombre y una mujer y el tremendo orgamo que tuviste recién, no fue de fantasía, fue real auténtico y te hice gozar como nadie en el mundo ¿O no? – Tampoco respondió, pero no soltó mi mano, me di cuenta que calibraba mis palabras, asi que continué – Mira Maca nos fuimos uniendo poco a poco, solo que tu no quieres aceptar que también me amas, que me deseas y que en este mismo momento, estás desconcertada, pero en el fondo ya sabes que eres mi mujer, mi esposa, mi amante, eres el único amor de mi vida y yo soy tu último – Me soltó la mano diciendo
– Voy al baño a ducharme, si grabaste algo, bórralo, porque no voy a denunciarte, pero no creo que quieras humillarme – Se levantó y se fue a su baño en su pieza, pues de hecho la había llevado a la mia y era en mi cama donde la había poseido. Fui a mi baño y me duché, estaba un poco asustado, pero sabía que tenía que ser muy firme si quería lograr que fuera realmente mi mujer. Salí de la ducha y me puse a revisar el video en mi ordenador, la cámara había captado toda la escena, obviamente me puse a mil y salí en busca de Maca. Me asusté mucho, eran las 9 de la mañana y no estaba en la casa. Se me pasaron muchas películas, un suicidio, la policía, abandono de la casa. Me vestí rapidamente, cuando iba a salir, ella venía entrando, le espeté
– ¿Donde fuiste Maca? Estaba por salir a buscarte, me dejaste muy preocupado – Me respondió lacónica
– Fui a la farmacia – Le insistí
– A la farmacia ¿A qué? – Curiosamente sonrió y dijo
– A comprar la tableta del dia después, porque tengo 39 años y podría quedar embarazada, eso en primer lugar y luego compré condones, porque si quieres tener sexo conmigo, será con preservativo o nada. Eso si nuestra relación será solo sexual, porque me diste mucho placer, mucho más que tu padre, pero si además quieres que sea tu mujer, te falta lo principal, conquistarme – Me dejó helado, pero me fui tras ella y le dije
– Por favor vamos a probar esos condones – La tomé en brazos y la llevé ahora a su pieza, la puse sobre la cama y en pocos segundos estabamos desnudos y con el condón puesto, cuando se abrió de piernas para recibirme, sentí el amor más grande del mundo, así que sin pensarlo, le comencé a sucionar y sobar los senos, luego besé su vientre, pasé la lengua por la cicatriz de la cesárea, por donde había nacido, hasta llegar a su vulva, la comencé a languetear del ano al clítoris, ella llevó sus manos a mi cabeza y me acarició el pelo, mientras hacía suaves movimientos de caderas, me concentré en su clítoris, con la lengua, lamiendo y succionando, ella comenzó a moverse un poco más brusca, así que la tomé de ambos muslos y la sujeté con fuerza, levantó su pubis y comenzó a extremecerse de placer, no se comidió en gritar
– Clávame… penétrame… súbete y méteme tu polla Lito, ven… ven…. asiiiiii…, asiiiiiii… mi amor… mi amorcito… haces feliz a tu hembra, más mi amor, quiero más, ven súbete y penétrame hasta los huevos, quiero sentir ese pollón adentro de nuevo… ven mi amor… –
Y comenzó a sacudirse nuevamente, un nuevo orgasmo la sacudió entera. Salieron pequeños flujos de líquidos de su vagina, los lamía y sentí el sabor más maravilloso del mundo, un elixir mágico, no dejé de lamerla hasta que había tomado hasta la última gota, pero cuando pensaba subirme sobre ella, le vino un nuevo orgasmo y nuevamente ese líquido fantástico, tuvo seis orgásmos y yo seis bebidas maravillosas, hasta que me subí sobre ella y nuevamente sentí el placer indescriptible de penetrar su vagina, ahora de una mujer receptiva, muy despierta y sobre todo dispuesta a gozar, a ser feliz, a ser la mujer de su hijo, para siempre.
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