Alicia y Cristina 4
El reencuentro.
Nota del autor
En la anterior página cerré esta historia en el capítulo 3, pero un día me desperté con una idea nueva para esta historia, así que la retomé, espero les guste y hagan comentarios para saber si sigo o no.
Atte. adalberto1979
Capítulo 4 “El regreso”
“Dicen que el planeta es redondo, dicen que siempre está girando y dicen que de tanto giro, todos terminamos encontrándonos de nuevo”
Anónimo
Estaba mirando la televisión, miraba un video que me había regalado Jo, en él había porno, pero no cualquier porno, era el que se producía en su club, solo para ellos y entre ellos, la regla era no compartir con nadie que no fuera miembro y por ningún motivo intentar comercializarlo, pero para Jo yo era ya un miembro, así que antes de irse me regaló toda una colección, me hiso jurar que con nadie lo compartiría y primero lo destruiría antes de que lo vieran.
En la pantalla un hombre sodomizaba a su hija, mientras lo hacía, un coro de gemidos impropios salían de la boquita de la niña, se escuchaban voces, de personas presentes, alentándolo a hacerlo más fuerte, el tipo no se hacía del rogar e intensificaba los movimientos de cadera provocando chillidos en su pequeña hija, ¿y cómo saber que era su hija? Pues porque ella misma lo llamaba papá.
Mi pene reventaba en mis pantalones, procuraba no masturbarme con esos videos, sentía que podía hacerme adicto o algo así, prefería solo calentar motores y después buscar el canal porno en el cable y vaciar mis testículos mientras miraba a una mujer adulta tener su orgasmo
- ¡Papi!… ¡ay!… ¡duele!
- ¿Me detengo?
- Nunca, nunca se te ocurra hacerlo aaahhh— el padre arremetió más fuerte apretando sus dientes por el esfuerzo que hacía
Sin poder evitarlo toque mi pene por encima de mi pantalón, pensamientos de mis andares hacía un año, me hicieron sentir nostalgia y recordé como cristina lloraba cuando la enculé la primera vez, pero se enojó cuando sugerí detener la penetración; nada más me importó en ese momento, “al diablo si fuera adicción”, saque mi pene y me masturbé furiosamente.
Sentía como mis huevos quería explotar, cerré mis ojos imaginado que estaba enterrado en el culo de cristina, mientras dedeaba el de Alicia, sentía mi orgasmo inminente cuando de repente sonó el teléfono de la casa
Ring… Ring… Ring…
Me levanté respirando hondo, trataba de recuperar el aire y de que mi frecuencia cardiaca se normalizara, me acerqué al teléfono mientras este seguía timbrando como si ese fuera el único objetivo en su existencia, interrumpir mi placer, tomé el auricular
- Hola
- Hola Joshua
Mi corazón que apenas estaba recuperando su frecuencia normal, volvió a acelerarse como si quisiera iniciar la carrera de los 100 metros planos
- ¿Alicia?
- Sí, soy yo, hablaba primero para decirte que te he extrañado mucho
- Y yo a ti
- Jajaja lo sé, pero no me interrumpas
- Perdón
- Bueno y segundo, también hablo para decirte que tengo dos semanas libres, que quiero verte y si tú quieres, puedo pasarlas allá contigo
Mi corazón se aceleraba cada vez más, tuve miedo de tener un infarto, su simple voz me estaba excitando, ahora me decía que quería pasar dos semanas conmigo
- Bonita, nada me daría más gusto que volver a verte y pasar todo el tiempo posible contigo
- Bueno, entonces no se hable más, llegaré contigo mañana después de las seis PM, ¿crees que puedas ir por mí al aeropuerto?
- Por supuesto, estaré ahí desde las cinco, esperándote
- Llegaré al andén B, pero te veré en el A, tu sabes, es por prudencia
Recordé que ellos no querían que yo supiera dónde vivían actualmente, respeté eso
- Si princesa, te esperaré en el ala A y no me moveré de ahí hasta que tu llegues ¿de acuerdo?
- Si, te quiero mucho… mucho y de verdad ya quiero verte y enseñarte lo que he aprendido…Hasta pronto
- Hasta pronto
Escuché cuando ella colgó su bocina, el identificador marcaba “numero privado”, talvez ni siquiera marco de su casa, solo lo hiso de un público, eso no importaba de todos modos, lo importante era que mañana vería a mi princesa y estaría con ella dos semanas.
Recordé algo y caminé de nuevo al televisor, el papá ahora nalgueaba a su hija, sus nalgas eran rojas de tanto golpe, mi verga seguía dura, la saqué y continué masturbándome, solo que ahora cerré los ojos y solo escuché los infantiles gemidos y quejidos de placer, vacié mis huevos, mis chorros fueron tan potentes que salpiqué mi cara, nunca antes lo había hecho, ahora mi mente volaba, volaba como nunca.
Eran las 5 de la tarde y yo ya llevaba 15 minutos esperando a Alicia, me sentía como quinceañero, mis manos temblaban, mi boca seca; practique varias formas de saludo, desde el súper serio hasta el mega entusiasta, sabía que ese entrenamiento solo era basura, porque en cuanto viera a Alicia, me quedaría con cara de bobo y sin saber que decir.
El vuelo posiblemente se atrasó, porque eran las 6:30 y Alicia no aparecía, pensé hasta lo peor como que ella se había arrepentido o su papá y mamá no le habían dado permiso, hasta pensé que el avión se había desplomado haciéndome perder a mi adorada Alicia, maldije mil veces mi último pensamiento, no quería perder a mi princesa, prefería pensar que ella no tendría el permiso solicitado y que solo me volvería a hablar para disculparse.
De pronto en el pasillo de anden la vi, venía caminando mirando en todas direcciones, traía unos lentes oscuros, como si fuera una figura pública alejándose de los paparazis, traía un vestido color amarillo claro, semi-holgado que le llegaba por arriba de la rodilla, al caminar este se elevaba un poco, justo para ver parte de su muslo, imaginé mi mano deslizándose por ahí hasta su rajita.
Al dispersarse la gente note que no venía sola, su mamá venía de la mano de Alicia, ella venía también sexy, con un vestido verde esmeralda que le llegaba a la misma altura que a Alicia, la diferencia era que ella presumía un generoso escote, su rostro también era protegido por enormes gafas oscuras, las dos traían una coleta simple, parecían hermanas o un clon la una de la otra.
Me levanté y Alicia me miró, sus ojos se iluminaron, soltó a su madre y corrió hacia mí, brincó y en el aire yo la atrapé, sus piernas me rodeador y mi boca se pegó a la suya, fue un movimiento imprudente, ella se dio cuenta tarde, ya cuando todos miraban, separó su boca de mí y sonrió
- Hola te extrañe mucho
- Y yo a ti princesa
La imprudencia de Alicia fue cubierta por su madre que sonriendo se acercó y nos sonrió
- Vaya que tu hija te extraño, hola mi amor
Se paró junto a mí y me beso con loca pasión, hubo algo de lengua, las personas dejaron de mirar, perdiendo interés al notar que era una familia que se reencontraba, pasé m mano por su cintura y sentí la suavidad de su piel, ella no hiso por quitarse, siguió con el beso hasta que la gente dejo de vernos
- Puf, fui imprudente—dijo Alicia sintiéndose apenada
- No te preocupes hija, es por la emoción— dijo su madre y volteo a verme mientras me decía– deberías saber cuánto ha hablado de ti, no esperaba la hora para volver a verte
Jo seguía hablando de forma natural a un lado mío, mi mano seguía en su cintura, honestamente no la quise quitar.
- Bueno hay que irnos
Dijo finalmente Jo separándose lenta y suavemente de mí, como si no quisiera dar a notar que estaba incomoda con mi mano y solo había que irnos de ahí, para compensarlo me tomó de la mano.
Caminamos los tres de la mano, llevaba a cada una de ellas tomadas de mi mano, llegamos a mi auto y Alicia literalmente se escurrió para ganar el asiento delantero, Jo sonrió
- Te dije que te había extrañado mucho
Tranquilamente se subió al asiento posterior, el mozo venía atrás de nosotros y guardó las maletas en la porta equipaje, le di propina y se fue, subí al auto y apenas Alicia notó que ya estábamos solos los tres, se abalanzó sobre mí y me besó, ahora si nuestras lenguas se reencontraron, mis manos fueros a sus ya más desarrollados pechos, apreté su pezón arrancando el deseado gemido de placer, voltee a ver a Jo que sonriendo nos miraba desde el asiento de atrás
- Por mí no se detengan, pónganse al día, es más si quieres Joshua, yo puedo manejar y Alicia y tu viajan en este asiento, así tendrán más diversión
- ¿De verdad?— pregunté yo volteando a verla mientras siento la lengua de Alicia acariciando mi mejilla
- Claro, te dije, mi hija te extraño mucho, no sería cortés de mi parte limitarles su reencuentro
No nos hicimos esperar, los tres salimos del auto, yo entré al asiento posterior por mi lado y Alicia lo hiso por el suyo, Jo se sentó frente al volante, encendió el auto e inició la marcha, para cuando arrancó Alicia y yo estábamos besándonos de nuevo, mis manos fueros a su vestido y lo desabotoné de la parte de arriba, traía un corpiño rosa, lo tomé y rompí, ella rio cuando lo hice, recordamos nuestros tiempos de brusquedad, mi mano izquierda se posicionó sobre su pezón izquierdo y lo apreté con fuerza, Alicia gimió fuerte, pero su gemido quedó ahogado dentro de mi boca, ya que mi mano derecha la sostenía de la nuca para afianzarla a mi boca, mi lengua estaba muy adentro
Jo por el retrovisor nos miraba de vez en cuando, mi mano fue ahora a su pezón derecho y lo apreté dos veces, la primera fue intensa y la segunda fue criminal, separé mi boca, quería escucharla quejarse de dolor
- Aayy… aaayyy
Fueron los dos gritos que dio de dolor, ella llevaba sus dos manos en sus costados, era la forma de decirme que era mi sumisa y podía hacerle lo que quisiera sin que ella intentara detenerme, Jo ni siquiera volteo a ver cuando ella gritó, manejaba indiferente hacia mi casa, ella conocía perfectamente el rumbo, mucho tiempo fuimos vecinos, la orientación no era problema.
- Te extrañe princesa
- Aaahhh
Fue el gemido que dio al sentir como me agaché y metí el pezón más próximo a mi boca, mi mano se perdió bajo su falda, llegué a su entrepierna y ella las abrió para facilitar que mi mano llegara a su entrepierna, era mi sumisa, palpé su raja, sentí el calor que de ella salía, pasé mi dedo y pulgar por la parte baja de su pantaleta, era sexy, de encaje blanco y la jalé hacia abajo de sus piernas, ella levantó su cadera para facilitar que la despojara de su prenda íntima, respiraba agitada, estaba evidentemente excitada, yo igual
- Aaahhh, si así
Fue el gemido y quejidito que de su tierna boca salió al sentir mis dedos palpar su regordeta vulva infantil; mis dedos iniciaron un mete y saca, ella apretó mi mano, pero solo dando a notar lo mucho que le gustaba mi dedeada, yo chupaba sus pezones rosas, los alternaba, después metía mi lengua en su boca, ella me recibía con su lengua, besaba su cuello, escuchaba su respiración agitada, me atreví a chupar un poco en su cuello, me detengo, pues por poco y le marco con mi boca, eso hubiera sido problema, ¿cómo ocultaríamos un chupetón en el cuello de una niña de 9 años.
- Te quiero dentro de mí, quiero recordar cómo se sentía tu verga dentro de mí.
Alicia estaba en su punto máximo, ya quería ser cogida por mí nuevamente, sentí como su raja se mojó y se mojó, moví mis dedos de arriba abajo machacando su punto G, deje de besarla para ver como abría su boca mientras gemía, su entrecejo estaba fruncido y sus ojos miraban la nada
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh… mierda… mierda… esto se siente tan jodidamente bien… aaahhh
Sentí como liberó un poco de orina, la sobre estimulé en su pequeña vejiga y no pudo evitar soltarla, su boquita soltaba palabras impropias de una nena de su edad, ya la quería penetrar, pensé en bajar su cabeza a mi verga y hacer que me mamara, pero no quería desperdiciar esa humedad, la levanté como un muñeco y la puse en cuatro sobre el asiento trasero, rápidamente abrí mi pantalón, liberé mi verga y la apunté a su rajita, empuje fuerte mientras la sostenía de ambas caderas, ella gimió cuando sintió mi glande chocar nuevamente con su pequeño cérvix
- Aaahhh mierda
Nuevamente su boquita estimulaba mi sentido auditivo, apreté mis dientes y mi verga inició un mete y saca, estábamos los dos en el asiento trasero, Jo volteo y nos vio por el retrovisor, sonrió
- Joshua, los vidrios son polarizados, pero aun así se ven sus siluetas y lo que hacen, ¿por qué no mejor cambias de posición?
- Si, tienes razón, pero ¿qué sugieres?— Jo era inteligente, por eso le pedí opinión
- Bueno, tu puedes sentarte y que Alicia se siente en tu regazo, los dos mirando al frente, así solo parecerá un papá cariñoso con su hija en el regazo
- Me parece bien
Se la saqué a Alicia entre quejidos de ella, me senté en el asiento mirando al frente y Alicia mirándome con cómplice lujuria hiso lo mismo, levantó su falda para que yo pudiera guiar mi verga a su rajita y una vez que entró la soltó dejándose caer para aumentar la penetración.
- Mierda
- Mierda
Dijimos los dos al mismo tiempo al sentir nuestro perfecto acoplamiento, inicia un mete y saca bestial que obligó a Alicia a apoyarse con sus manitas en el asiento delantero; Jo volteo y vio el rostro desencajado de su hija, lo acarició moviendo su mano hacia atrás, metió un dedo a la boca de su hija y ella lo chupó cerrando sus ojos, su carita se movía con mis estocadas en su rajita, ella soltó el dedo de su mamá y gimió sin poder contenerse
- Aaahhh mierda mami se siente muy jodidamente bien, ya extrañaba a Joshua, gracias mami, gracias… aaahhh
Al parecer ella tenía permitido decir malas palabras solo cuan do cogía, fuera de ahí era una niña muy educada. Tuvo su siguiente orgasmo agradeciéndole a su madre haberla traído conmigo, yo trataba de pensar en otra cosa, para no eyacular y poder seguir disfrutando, respiré hondo y profundo, Alicia totalmente relajada se recargo conmigo, mi verga seguía dura y dentro de ella, ya no me movía, la dejaba relajarse, sentí como sus jugos mojaron mi pubis, su vagina se contraía una y otra vez
- Gracias Joshua por este placer, te extrañe. ¿Quieres descansar o quieres seguirme jodiendo?
- Te joderé todo el día, todos los días hasta que mi verga no se pare más
Le dije a Alicia respirando agitado mientras mi cadera se movía nuevamente, inicié mis estocadas cuando escucho a Jo que me habla
- Joshua, no cargaste gasolina ¿verdad?— preguntó ella mientras miraba el marcador de gasolina cerca de la “E”
- No, perdón, no pensé que esto fuera a pasar y mi plan era cargar de regreso, es que ya quería llegar al aeropuerto a esperarlas
- Bueno quédense quietos, tendré que detenerme a cargar gasolina
Alicia volteo a verme, su mirada era de diversión, sabía que haríamos una travesura, se recargó completamente en mí, Jo se detuvo frente al despachador y bajo a pagar la gasolina al encargado, regreso y nos vio, sonrió al vernos, Alicia estaba recargada en mí y meneaba de adelante a atrás con mi verga dentro de ella, sus ojitos estaban cerrados, yo también cerré mis ojos, sentía mucho placer con esa niña en mi regazo, de repente Jo nos tocó en el vidrio, era su forma de avisarnos que alguien venía.
Alicia abrió sus ojos y se quedó quieta, yo voltee hacía donde Jo miraba y vi un tipo que se acercaba a ella, era el encargado de la estación de servicio
- Perdón señora, olvido su tarjeta
- Ho gracias, mi descuido, tome
Jo sacó un billete y se lo ofreció al tipo en recompensa, a la cual el tipo declinó diciendo que solo cumplía con su trabajo, volteo a vernos y solo vio a una niña sentada en el regazo de alguien que seguramente era su padre, la falda de Alicia tapaba la deliciosa penetración que le daba
El tipo se despidió y Alicia continuó su meneo, yo la tomé se sus más desarrollados senos y los pellizqué
- Aaahhh
Volvió a quejarse, pero se movió con más entusiasmo, Jo divertida nos veía al mismo tiempo que vigilaba que nadie se acercara; terminó de cargas la gasolina y se subió al auto
- ¡Puf! por poco y los ve, que bueno que pensaste en ponerte tu falda y no el short que yo te di— dijo Jo mientras encendía el auto e iniciaba la marcha
- Sí, pero lo hice porque sabía que él se excitaría más con mi falda, siempre le gustó que me la pusiera y así me metía mano cada que se la antojaba… aaahhh
Gimió pues recordé esos momentos y acelere mi movimiento de cadera, la empujé hacía adelante, pero tome sus manos y las sostuve en su espalda, era como si la tuviera esposada, me moví como loco, su cabello volaba igual que su cabeza, se golpeaba en el asiento de Jo, ella lo notó y pasó su mano hacia atrás para sostener a su hija de la cabeza, no me impedía cogérmela, solo la detenía para que me la cogiera a mi gusto
- Mierda mamá, la verga de Joshua me llena toda… aaahhh… aaahhh
- Me vengo– Dije ya sin poder detener mi eyaculación
Sentí como salió chorro tras chorro, todos llegaron disparados a su pequeño cérvix; nuestros movimientos se hicieron cada vez más lentos, mas pausados, disfrutábamos como la frecuencia cardiaca disminuía y daba esa sensación de paz y tranquilidad que solo un buen orgasmo puede dar.
- Te extrañe— dije a Alicia que estaba recargada en el respaldo del asiento del conductor
- Y yo ti, tengo “amigos” con quien divertirme, pero como quiera siempre querré regresar a ti, tu eres especial, por eso te escogí para que fueras el primero
Ya no hablé más, la levante cual liviana era y la acosté boca abajo sobre mí, dirigí su cara a mi entrepierna y le metí la verga a su pequeña y deliciosa boquita, ella la abrió y chupó extrayendo los restos de semen que quedaron en mi uretra, abrí mi boca de placer, vi por el retrovisor la cara de Jo, nuestras miradas se cruzaron por un momento, después ella me sonrió y siguió mirando al frente mientras manejaba; finalmente llegamos a mi casa, ella metió el carro al garaje y bajamos, Alicia limpiaba su boquita con el dorso de su mano mientras se colocaba de nuevo su pantaleta
- Bueno, si quieren ustedes acomódense en la casa mientras yo bajo las maletas— dije cual caballero
- No, como crees que haríamos eso, mejor muéstrale la recámara donde Alicia dormirá, imagino que lo hará contigo ¿verdad?
- Sí, eso quiero, si a ti no te molesta—dije de forma prudente
- No, no me molesta, anda llévala y yo bajo las maletas, solo dime cual será mi habitación
- Honestamente no te esperaba, pero puedes usar la del fondo, solo habrá que limpiarla, tiene closet propio
- No importa, yo la limpio, anda lleva ya a Alicia a tu recámara
- Si, anda llévame ya a tu recámara
Alicia, cristina y Jo conocían perfectamente mi casa, Jo sabía que habitación ocuparía, Alicia lucía tan emocionada por ir a mi recámara, que daba el aspecto de que era la primera vez en estar en mi casa.
Íbamos subiendo las escaleras, ella iba dos escalones arriba, mire sus nalgas, como se contoneaban al andar, no pude evitarlo, metí mi mano bajo su falda corta, ella al sentirla gritó de susto, pero sonrió y se dejó manosear por mí, tomé su pantaleta de encaje y la rompí del centro, dos dedos se perdieron en su rajita, el pulgar entró en su culito, ella respingo un poquito, de hecho tuvimos que detener la marcha para poder meter mis dedos dentro de ella, una vez hecho continuamos caminando.
Metía y sacaba mis dedos de sus huequitos, ella gemía y sonreía ya casi para llegar a la planta alta saqué mis dedos, note que los dedos que estaban en su rajita, traían mi leche, la detuve justo en el último escalón y pase una mano por su abdomen abrazándola y la otra la dirigía su boquita, metí mis dedos y ella al sentir el sabor de mi leche cerró sus ojitos y los chupó, era como una gatita mimosa a la que le dan leche y ella feliz la come
- Que rica, de verdad extrañaba tu sabor—dijo ella cuando le saqué los dedos de su boquita
- ¿Te gustó?
- Mucho, pero mucho y quiero más, anda entremos
Entramos a mi recámara, ella se quitó sus zapatos y descalza se subió a la cama y empezó a brincar como lo haría cualquier niña de nueve años
- ¡Yupi!
Brincaba y su cabello se quedaba suspendido en el aire con ella, se veía tan deliciosamente erótica, más cuando su falda se elevaba y deja ver sus sexys pantaletas de mujer adulta.
- Te ves hermosa haciendo eso.
- ¿Te gusta?
- Sí, me gustas mucho tú, pero dime, ¿por qué no vino cristina? ¿Acaso no me quiere ver ya?
- Ay como crees, ella está loca por ti, pero eso ya te lo explicara mi mamá, ahora quiero que veas todo lo que he aprendido, anda ven siéntate en la cama
Me senté en la cama y Alicia de un brincó cayó al suelo, fue conmigo y me quitó mi cinto, después de eso fue a mi closet y busco una sandalia, se paró frente a mí con ambas cosas
- Tengo nueve años, normalmente te diría que usaras tu mano y me dieras nueve nalgadas en cada una, pero ya soporto más, ahora quiero que escojas una de estas cosas– dijo señalando el cinto y la sandalia— me des con la que escojas 18 golpes en cada nalga
- No, no haré eso
- Anda debes hacerlo
- No, te lastimaré
- No tonto, debes hacerlo, quiero que veas cuanto aguanto
- Bueno, pero usaré mi mano
- No, te dolerá a ti y no quiero que eso pase, quiero que solo disfrutes golpearme, anda tonto usa una de estas
Pensé por un momento, que podría usar, la sandalia sería menos dolorosa para ella, pero me cansaría a mí, así que decidí por el cinto, ella sonrió cuando lo escogí
- Sí, me gusta que hayas escogido este
Se separó de mí y lentamente se despojó de cada una de sus prendas, me miraba con sus hermosos ojos claros, sus pupilas totalmente dilatadas, se giraba cada que se quitaba una prenda, finalmente se paró desnuda ante mí, se giró dándome la espalda y volteando a verme se agacho doblando sus caderas hasta tocar sus tobillos con sus manos, su raja y su culo quedaron expuestos ante mí, estaba demasiado excitado, estuve a punto de soltarle un cintarazo, pero me contuve, ella se levando y sonrió cuando vio mi erección.
- ¿Te gusto?
- Mucho
- Fui mala niña
- Mereces castigo
- Si, dámelo
Era el juego de palabras que acostumbrábamos antes de las nalgadas, mi pene está muy duro, ella se acercó a mí y sumisamente se acostó sobre mis piernas, sus nalgas quedaron expuestas a mí, las acaricié, ella se estremeció, levante mi cinto, el juego perverso había comenzado
- Ay
Grito al sentir el primer golpe del cinto, con sus manos tomó las sabanas y las apretó, imagino que no esperaba un golpe tan fuerte ¿o sí? A estas alturas ya no sabía que esperar
- Ay
Nuevamente el cinto golpeo su nalga derecha, con esa había empezado, podría alternar una y otra, pero ella quería dolor, así que eso le daría, mucho dolor; un tercer golpe cayó sobre la misma nalga, ella lejos de quitarse levantó más las nalgas apoyándose en las manos; mi mano se elevó y volvió a caer chasqueando el cinto en su nalga infantil, una y otra vez cayó, ella gritaba, sus gritos retumbaban en toda la habitación, honestamente perdí la cuenta, empecé a contar del nueve en adelante, pero estaba seguro que ya llevaba mas
Jo caminó por el pasillo rumbo a la habitación del fondo, esa sería la de ella, al pasar por mi recámara vio a Alicia acostada sobre mis piernas recibiendo el castigo, vio mi cara desencajada, con mis dientes apretados y mi expresión de furia mientras azotaba fuertemente una y otra vez las nalgas de su pequeña hija, Alicia estaba toda sudada, sus cabellos estaban adheridos a su frente, además lloraba, sus manos fuertemente apretaban las sábanas, para sostenerse y aguantar el castigo.
Jo nos miró solo un pequeño instante y continuó su camino hacia su habitación donde empezó a desempacar y guardar sus prendas en el closet; yo levante mi mano una última vez y lo deje caer cuan fuerte pude
- Ay snif… snif
Respiré recuperando mi aliento, acaricié mi trabajo sobre las hermosas nalgas de Alicia, ella seguía sollozando, miré los bordes inflamados de su piel, el cinto estaba pintado en ellas, había unas partes donde por poco y le abro la piel, pase mi mano por esa zona y ella respingo, al parecer aun le dolía, eso solo me dio una idea y levante mi mano y la deje caer
- Ay– Gritó la niña al sentir mi nalgada– ¿Por qué no usas el cinto?—pregunto volteando a verme, sus ojos rojos delataban lo mucho que le había dolido
- Porque el castigo ya acabó este solo fue postre para mi
Ella se levantó y se paró frente a mí, rodeo con sus manos mi cuello y me beso metiendo su lengua, podía sentir el fluido de su nariz debido a las lágrimas, ese sabor salado de gotas de lágrima solo me excitó más, la abrace fuerte
- Estoy muy orgulloso de ti, aguantaste un castigo que muchas mujeres adultas no aguantarían
- ¿De verdad estas orgulloso de mi?—pregunto ella secándose las lágrimas con el dorso de su manita
- Mucho
- ¿Aun tienes las cuerdas en la cama?—pregunto con cara de pilla mientras continuaba secándose las lágrimas
- Nunca las quité
Nuestros ojos brillaron, la cama había sido adaptada por mí para tener cuerdas, bueno no eran cuerdas propiamente, eran pedazos de tela similares a la seda en suavidad, pero muy resistentes, tanto que podían amarrar a alguien y difícilmente se soltaría.
Saque las cuatro cuerdas que estaban adheridas a las patas de la cama, y Alicia se acostó boca arriba
- No, te quiero boca abajo
Ella sonrió coqueta y se acostó boca abajo sus nalgas estaban todas rojas, ella las agitaba orgullosa, me fui a sus pies y los até fuertemente abriéndolos hasta formar una “V”, después até su mano izquierda, rodee la cama y mientras ataba su mano derecha.
Jo pasó nuevamente rumbo al carro para bajar las otras maletas, nos vio como yo estaba fuerte y perversamente atando a su hija a la cama, sonrió y continuó su camino.
Alicia estaba atada e inmovilizada, me desnudé rápidamente y subí a la cama, metí mi cara en su entrepierna y lamí su raja, mis restos de semen aún estaban ahí, deslicé mi lengua a su culo y sentí esa fragancia especial que solo un culo de una niña de nueve años puede dar
- Aaahhh
Gimió, su raja se mojó más, sentí que ya era momento de empezar una nueva penetración. Me subí en ella y apunté mi verga a su rajita, esta se deslizó hacía adentro como si fuera yogurt tibio
- Aaahhh si
Ella volvió a gemir, mi cadera se elevó sacando la verga, y regresó rápidamente dentro de ella
- Aaahhh más
No me hice esperar y mi cadera tomó vida propia, acababa de tener un orgasmo, así que podía aguantar mi eyaculación mucho tiempo, aceleré mis arremetidas, mi cadera parecía pistón de arriba abajo.
- Más… más… jódeme más
Alicia exigía más velocidad, así que pase mi mano por debajo de su pecho, la sujete fuerte y mi cadera le dio lo que ella pedía, más velocidad
Jo pasó de regreso a su habitación, llevaba dos maletas una a cada lado, nos vio y pudo ver como mi cadera se movía obscenamente de arriba abajo penetrando una y otra vez la rajita de su hija que chillaba como cerda recibiendo mi penetración, yo estaba todo sudado y mis caderas era lo único que movía, lo hacía rápido y sin piedad, era como si estuviera acuchillando esa raja infantil
- Si, jódeme
Decía Alicia con voz ronca, mi mano izquierda la sujetaba del tórax, la derecha estaba libre, la dirigí a sus caderas y nalguee la parte lateral de su hermosa nalga
- Ay… si eso, tu siempre me das lo que me gusta, si así… aaahhh
El tiempo voló, lo mismo que mi cadera, estaba todo sudado, Alicia solo se agitaba debajo de mí, la cantidad de orgasmos se reflejaban en una vagina totalmente inundada, pero yo quería más, saque mi verga, respiré hondo, trataba de recuperar el aire, Alicia hacía lo mismo, sus ojos entrecerrados me miraban, su mirada era de paz
Me agaché nuevamente a su raja y escupí en su culo, la saliva quedó estampada en ese agujero, metí un dedo, el cual no tuvo problemas, metí un segundo, un poco forzado y el tercero fue un verdadero reto
- ¿Quieres mi culo?
- Si, lo extrañe mucho
- ¡Mamá!—gritó Alicia — ¡¿puedes traerme el KY?!
Jo no contestó, solo apareció unos instantes después, su figura en el marco de la puerta, ya se había cambiado de ropa, ahora traía una sensual bata azul que marcaba su cuerpo de infarto.
- Aquí tienen
Dejo el KY a un lado mío y vio los tres dedos que ya tenía dentro de su hija, el cuadro era terriblemente dantesco, Alicia de nueve años atada a la cama boca abajo, toda sudada, su coleta ya se había perdido hace mucho; yo hincado entre sus piernas, igualmente todo sudado, con tres dedos dentro de su culo y mi verga escurriendo jugos dispuesta a sodomizar una vez más a esa hermosa criatura
- ¿Te ayudo o puedes tu solo?— pregunto Jo con amabilidad
- Solo ábreme el KY, con una mano batallo y no quiero sacar lo dedos de tu hija
Mientras hablaba miraba a través del escote las hermosas tetas de Jo, como se balanceaban mientras se agachaba y tomaba nuevamente el KY, se parecía tanto a Kay Parker en sus tiempos de rodar la película Taboo, mi verga dio un respingo que nadie notó
- Jo abrió el tubo de KY y se acercó a mí y puso gran cantidad en los dedos que penetraban el culo de su hija
- Muévelos dentro y fuera— decía mientras vertía otro poco
Yo ya sabía cómo usar el maldito KY, pero era jodidamente erótico que ella lo hiciera por mí, y me diera instrucciones de cómo mover los dedos, después puso gel en su mano derecha y untó amablemente en mi verga, me miraba y sonreía mientras lo hacía, yo solo abrí mi boca de placer.
- Listo—dijo Jo limpiando su mano en las sábanas– voy a la cocina, cuando quieran pueden bajar, tendré algo listo para que coman
Me miró coqueta una última vez y se dirigió a la puerta, se perdió en ella y yo despeje mi mente para regresar a lo que hacía o mejor iba a hacer, joderme a esa hermosa niña.
- Voy dentro de ti
- Si, te quiero dentro
Saqué los dedos y apunte mi verga, esta se atoró, pero no tuvo mucha resistencia, se perdió dentro en el segundo empuje, al parecer sus nuevos “amigos” la visitaban de manera frecuente en su culo, no importaba, ahora era mía
Mis caderas se movía dentro y fuera de ella, lo hacía sin piedad, perdí la noción del tiempo, solo sé que fue mucho, me detuve un poco, pues sentí un calambre en mi pierna derecha, descansé y arremetí contra ella, sus gemidos estaban en toda la casa, creo que iba a acabar disfónica de tanto grito, pero no fue así, mis huevos ya querían eyacular, sentí como dispararon mi semen y este salió al recto infantil, fue una sensación de placer, bramé en el oído de ella y sentí como ella tensó sus brazos atados y tuvo un nuevo orgasmo anal
- Te quiero hermosa
- Y to a ti— Dijo Alicia con un hilo de voz, recuperaba el aire igual que yo.
- Bajaré un rato, te dejaré descansar y después subiré a joderte por todos tus agujeros, ¿oíste?
- Si, eres mi amo
Se quedó atada y vi como cerro sus hermosos ojitos, casi quedó dormida al instante, la había dejado agotada, me puse mi bóxer y baje a la cocina, entre y el olor a comida recién hecha invadía el ambiente, Jo preparaba con lo poco que yo tenía en la despensa, una verdadera comida gourmet
- Hola Jo
- Hola, se ve que se la pasaron bien—dijo al ver mi aspecto todo sudado y fatigado
- Si demasiado—dije mientras me desplomaba en la silla abriendo mis piernas obscenamente
- ¿Y Alicia?—pregunto mirando a la puerta de entrada a la cocina
- La deje atada, no te molestes, es un juego entre nosotros, las cuerdas son suaves como seda y no la lastimarán, así jugábamos los tres, las dejaba atadas y cada que podía subía y me las jodía… perdón, les hacía el amor
Me sentí incomodo usando el lenguaje que normalmente usaba con ellas, Jo no sé si sabía todo lo que hacíamos, la miré apenado y ella solo sonrió
- No te preocupes por el lenguaje, estamos en confianza y en cuanto a sus juegos, no son novedad para mí, Alicia me cuenta todo con detalles, de ser sincera creo que tú eres el más creativo de todos sus amantes
Respiré aliviado, una cosa es que ella supiera que me jodía a sus hijas y otra que yo se lo dijera en su cara, no sabía cómo podía reaccionar
- Gracias por eso, por cierto ¿por qué no vino cristina? Hubiera sido rico joder ese culo que tiene
- Jajaja si también sé eso, no vino porque, como bien sabes, ella ya tomó su decisión de que quiere ser, en este país no encontramos un cirujano que nos permitiera la cirugía de reconstrucción de sexo a su edad, así que tuvimos que hacer uso de nuestros contactos y ella está ahorita con su padre en Holanda haciendo los preparativos de la cirugía
- Ya veo, será una mujer hermosa
- Ya lo es
- Si y no aguardo el momento de verla de nuevo, espero me permitas verla
- Nunca lo prohibiría, sabes que les doy la libertad a mis hijas de escoger a sus parejas
- Pues gracias por eso también
Reinó un silencio entre los dos, ella estaba picando algo de verdura frente a mí, sus tetas se balanceaban, en ocasiones su escote enseñaba más de lo que debía, podía ver las discretas pecas que tenía cerca de su esternón, no podía apartar mi mirada de esa sensual zona, ella volteo a verme y me sorprendió mirándola, salte en mi asiento al ser sorprendido
- Por cierto, lo de la terminal, disculpa mi atrevimiento por besarte, pero lo hice para evitar miradas indiscretas— dijo Jo haciendo la seña de entrecomillas con las dedos de las manos
- Sí, no te preocupes
- No quise incomodarte, pero Alicia fue muy imprudente
- Me alegro que lo fuera, así pude probar tu boca y averiguar lo que ya sospechaba
- ¿Qué?
- Que eres una gran besadora, ahora sé de donde lo obtuvieron Alicia y Cristina
- ¿Te lo parece? ¿Qué beso bien?
- Besas divino, ojalá Alicia cometa más indiscreciones para que tú “salves la situación”
- ¿Me está coqueteando Sr. Joshua?— pregunto Jo de forma seria pero coqueta
- No lo sé, tal vez, no imaginé que vinieras, la verdad no lo contemplé, pero ahora que estas aquí he de decir que siempre admiré tú figura y tu hermoso rostro, mucho antes de que pasara lo de Alicia y Cristina, sentía envidia de tu marido
- ¿De verdad?
- De verdad
- ¿Por qué nunca intentaste algo?— preguntó ella con curiosidad
- Por miedo, no quería ser el vecino oportunista que después metiera en problemas al vecindario
Nuevamente el silencio reinó entre los dos, ella continuó picando verdura y seguí mirándola, mi pene quería responder, era difícil, ya me había corrido dos veces, pero ella era tan sensual y la plática estaba tomando tintes tan calientes, que mi pene quería despertar
- Lo hubieras intentado— dijo ella, rompiendo el silencio ante mi asombro
- ¿Qué hubiera pasado si lo hubiera intentado?
- Primero me hubiera hecho la indigna, pero si hubieras seguido insistiendo pues…
Su mirada nuevamente fue coqueta, dejo la duda de que algo hubiera pasado, mi mente ahora volaba de nuevo, más preguntas se formaron en mi mente
- Bueno, imaginemos que hubiera sido insistente, imaginemos que hubiera conseguido algo contigo, ¿crees que eso habría limitado lo de Alicia y Cristina?
- ¿Si lo hubiera limitado no habrías intentado algo conmigo?
- Es una pregunta injusta pues tus hijas me encantan, pero en ese entonces no hubiera imaginado que ellas planeaban lo que hicieron
- Jajaja tonto, creo que eso hubiera facilitado aún más lo de que pasó con ellas, no hubiera habido tanto protocolo de convencerte
- ¿Y tu marido?
- Él nunca me impediría un amante
- Jajaja maldición debí intentarlo
Nuevamente el silencio, solo se escuchaba el cuchillo golpeando la tabla, se me ocurrió una idea y la lleve a cabo
- Jo, creo que estamos en confianza, ¿por qué o te quitas la bata? así andarás más cómoda- dije yo de modo oportunista
- ¿Quieres que me la quite? ¿No te molesta si me la quito?— preguntó con una enorme sonrisa entendiendo que podía pasar algo más entre nosotros dos
- Para nada, mírame a mí, ando solo en bóxer
- Bueno, pero te advierto que no traigo sostén
Se deshizo el nudo del cordón de la bata y la abrió, después la quitó y la puso sobre una de las sillas del antecomedor, sus pecho emergieron, eran firmes y tenía los pezones rosados, idénticos a los de Alicia, traía una sexy pantaleta color negro, que enmarcaba su estética cadera, tenía un pircieng en el ombligo, ¡diablos! Lucía tan sensual
Yo estaba con mi boca abierta, ella sonrió, creo que hasta algo de baba salió de mi boca, Jo solo me miraba y sonreía
- Cierra la boca, se te meterá una mosca— me dijo mostrando su hermosa dentadura
- Imaginaba tu cuerpo, pero al verlo sobrepasa lo que yo esperaba
- Calla, adulador—sonrió con algo de rubor en su rostro
Siguió en lo suyo, levantó la tabla y vació su contenido en la olla que tenía agua hirviendo, al girarse pude ver ese par de nalgas que vibraron con su movimiento, no por ser flácidas, sino por ser demasiado suaves, sí que ella era un verdadero monumento de mujer y una verdadera tentación a pecar
¿Qué podía hacer yo? Ella hacía tiempo me puso a su hija para desflorarla, después a su otra “hija” para que le reventara el culo con mi verga, además de enseñarme que debía “educarla” con nalgadas, sin embargo nunca hubo insinuación entre nosotros, ella nunca me coqueteo ni me dio a entender que podía hacer algo con ella, sin embargo ahí estábamos los dos, con poca ropa, ella guisando como si fuera lo más natural del mundo, yo con mi pene recién eyaculado, pero que quería despertar ante semejante mujerón.
Jo se volvió a girar, ahora recogía especies de la mesa, al verme mirándola me volvió a sonreír, su sonrisa era amable, quería hacer conversación con ella, pero el ambiente era demasiado tenso, quizás esa era la solución, romper el hielo con un acto atrevido, así o podíamos discutir de que no se debía hacer o con algo de suerte me dejaría hacerlo
Me levante, ella ya estaba de espaldas a mi ensimismada, se escuchaba el agua hervir, yo podía escuchar mi corazón latir como loco, mis manos temblorosas se posicionaron en su cintura, ella giró levemente su cabeza para mirarme de reojo
- ¿Qué haces?— pregunto algo inquieta
- Lo que debí haber hecho hace años, lo siento, no lo puedo evitar, necesito tocar tu cuerpo, es doloroso verlo y no tocarlo
Se quedó callada y quieta, su mirada era al frente, entrecerró los ojos cuando sintió mis manos tocar sus pechos, pero no los cerró, no sabía si yo hacía lo correcto o no, pero ya había empezado, ya no había vuelta a atrás, giré su cara con mi mano y la bese como ella lo hiso en la terminal
Ahora si cerró los ojos, pegué mi entrepierna a la suya y sentí como ella se sostuvo de la cocineta para que yo me pudiera apoyar, la mano que manoseaba sus tetas bajo a su entrepierna, ella gimió en mi boca cuando sintió mi mano entrar por su pantaleta y llegar a su hermosa raja de mujer, movió sus caderas al ritmo de mi mano, yo estaba en la gloria, era una mujer muy sensual que ahora yo tenía en mis manos.
- Aaahhh
Volvió a gemir, yo me maldecía para mis adentros ya que mi pene no se erectaba, creo que estaba tan agotado, que no respondería hasta que pasara más tiempo, ella se giró y me abrazo colgándose de mi cuello, se lengua entro en mi boca, su cabeza ladeada y sus ojos cerrados marcaban lo mucho que estaba disfrutando el beso.
Yo empecé a sudar frío, ahora estaba nervioso, mi pene estaba solo semiduro, pero el estrés que sentía lo hiso que quedara flácido totalmente, mis manos temblaban de nervios y más lo hicieron cuando una mano de ella bajo a tocarlo; lo palpo un rato, sintió su flacidez, abrió sus ojos, me miró directamente a los ojos, se separó de mí brindándome una sonrisa de tranquilidad
- Será mejor que comamos algo, creo que estás muy cansado
- Sí, eso es
Me dio un tierno besito en la nariz, me separo de ella y me señaló la mesa para que me sentara, yo lo hice, pero de verdad sentía mucha pena, ella sirvió dos platos, puso uno conmigo y se sentó frente a mí, aún estaba semidesnuda, sus jugosas tetas se bamboleaban frente a mí, el silencio volvió a reinar, solo escuchaban nuestros sorbos que dábamos al estofado que ella preparó
- Quiero que sepas algo— ella rompió el silencio
- ¿Qué?
- Acompañé a Alicia para que no fuera complicado el viaje, no es normal que una niña de esa edad viaje sola, pero en ningún momento quiero interferir en su reencuentro, me halaga lo que hiciste, pero no quiero que te sientas comprometido, si tienes que ahorrar energías, que sean para Alicia, ella es quien debe disfrutar eso
- Pero yo…
- No te preocupes, insisto, esto debe ser como si yo no estuviera aquí, es el momento de Alicia, perdón por lo de hace rato, me deje llevar, honestamente yo también sentía atracción por ti, se lo comentaba a mi esposo, incluso él me dijo que pasara las tardes contigo y tratara de convencerte o darte valor de actuar, pero en eso Alicia y cristina decidieron que tu fueras su primer amante, eso me hiso salir de la escena al instante, para mi ellos son primero que nada
- Pero Jo, yo no quiero que tú…
- Calla, eres el amante de Alicia y Cristina y para mí eso es suficiente
Volvió a meter un sorbo de estofado a su boca y continuó comiendo, yo lo hice en silencio, no sabía que decir, me armé de valor para hablar.
- Jo, no quiero que pienses que no me siento atraído por ti, al contrario, en cuanto a Alicia, ella estará tan satisfecha que pedirá descanso y entonces tú y yo retomaremos esta “conversación”
- Bueno eso es diferente, si ella está tan satisfecha que pide descanso y tú tienes las ganas y energías, entonces tendremos esta “conversación”
- Sí, eso me gustaría, y no quiero se atrevido, pero…
Llevé el plato directo a mi boca, con ambas manos lo sostuve y tomé todo el contenido, quería comer rápido, limpié mi boca con una servilleta y me levante, frente a ella baje mi bóxer, ella me miraba entre sonriente y curiosa, me paré a su lado, la tome por la nuca y la sostuve para bajar mi rostro a ella y la volví a besar, ella aflojó su boca y cerró sus ojos casi al instante.
Mi mano se dirigió a sus tetas, ella mantenía sus manos sobre la mesa, era como si le gustara ser sumisa, eso me dio una idea y apreté su pezón, ella gritó, apretó sus manos, pero se mantuvo quieta, esa sensación de poder y control hiso a mi pene brincar, al parecer me excitaba provocar dolor, torture sus pezones por un rato y de pronto como magia mi pene estaba duro de nuevo, la separé de mi rostro, ella abrió sus ojos con duda y preguntó
- ¿Qué pasa?
No conteste, solo agache su rostro y su boca hiso contacto con mi pene, cuando lo hiso, ella por instinto abrió su boca, gemí fuerte cuando sentí su tibia boca, era muy parecida a la de Alicia, solo que su lengua envolvía mi glande y me daba mucho placer, la sostuve de la nuca y mi cadera se movió, ella aguanto la brutal sacudida que le daba con mi verga, sus tetas vibraban con las embestidas que le daba
- Aaahhh
Gemí sin poder evitarlo, se la saque y vi como escurría baba por sus comisuras, ella respiraba agitada, la levanté y la acosté boca abajo en la mesa, sus nalgas vibraron, bruscamente baje su pantaleta, ella gimió al sentir mi brusquedad, me paré justo atrás de ella y la vi empinada.
Mierda, se veía tan jodidamente sensual, empinada para mí, esperando que se me antojaría hacer con ella, lo primero que hice fue apretar sus nalgas, después la separé y su raja y culo emergieron como la opción 1 y la opción 2
Metí y saqué dedos de su raja y después sin avisar metí esos mismos dedos en su culo, no hice tanto preámbulo en dilatación, solo los metí
- Aaahhh
Abrió su boca cuando gimió y arqueó su cabeza hacia atrás, escupí en mi mano libre y la embarré en mi glande, apunte a su raja y sin sacar los dedos la penetré, sentí lo tibio y dilatado de su raja.
Para ser honesto mi actividad sexual no bajo cuando se fueron las niñas, continué con mi vida, nada formal, solo sexo casual con condón, la chica que conoces en un antro, te la llevas a tu casa, te la coges y nunca la vuelves a ver, pero este era distinto, sentía más libertad de ser yo y no solo coger, sino explorar todas las opciones, mi mano libre empezó un castigo sobre su nalga, ella gritó, pero su raja se mojó tanto que sentía agua escurrir
- Si
Solo alcanzó a decir entre gemidos y suspiros, aumenté mis embestidas y ella gimió como loca, sentí las contracciones de su orgasmo vaginal y aceleré para que ella explotara
- Aaahhh aaahhh
Así fue, se arqueó toda y abrió su boca como hipopótamo temblando una y otra vez, yo bajé la intensidad, me fui lento hasta quedarme quieto, sequé mis dedos de su culo y se los lleve a su boca, ella los chupó, la jalé hacía mí y susurré en su oído
- Puedo con ambas… ahora sigue tu hija
- Aaahhh
- Me la joderé por el culo, pero antes la haré probar tus jugos
- aaahhh
Gimió cuando escuchó que subiría a hacer mía a su hija después de habérmela cogido, y más cuando escuchó que le haría probar sus jugos maternos.
Caminé como zombi por las escaleras, voltee a ver a Jo antes de perderme en la planta alta y la vi, continuaba ahí toda despatarrada, su raja dilatada y roja, lo mismo que la nalga que golpee, su culo se iba cerrando poco a poco
Jo estaba en el quinto cielo, sus ojos se cerraban, de pronto escucho los gritos y gemidos de su hija, sonrió desde la posición donde estaba y cerró los ojos unos minutos, necesitaba reposo, su orgasmo había sido muy intenso, durmió escuchando los gritos de dolor de su pequeña hija, que después se convirtieron en gemidos y después en un “si más… si más”
Continuará
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