Alicia y Cristina 7
Las sesiones de sexo continúan con la mamá y su hijita.
Nota de autor
Continuo con esta saga, advierto que está llegando a su final, para los que no les gusta el bondage ni el sado, no lo lean, tampoco se trata de ofender al lector; independientemente, como siempre, se aceptan todos sus comentarios. Un abrazo y un beso a todos.
atte. Adalberto1979
Capítulo 7
Alicia estaba profundamente dormida, ya había amanecido, movimientos en la cama la sacaron de su sueño, abrió los ojos con dificultad, pues aún se sentía cansada, hiso una mueca por la luz solar y otra por el dolor en sus caderas, se las acarició dándose masaje en ellas, sintió movimiento en la cama y enfoco con un ojo cerrado y otro abierto, ubico la imagen que provocaba el movimiento y sonrió.
Estaba yo sobre Jo, ella boca arriba con las piernas abiertas y flexionadas me recibía, nos movíamos con más pasión que sexo desenfrenado, yo me movía lento y con pasión en ella, nuestras bocas se juntaban y nuestras lenguas se enroscaban, era como si nos amaramos con gran pasión, ambos manteníamos los ojos abiertos, mirándonos directamente cuando nos besábamos, me separaba de ella para verla mejor, ella abría su boca al sentir que mi pene entraba lentamente en ella y empujaba su cérvix, podía sentir como mi verga se deslizaba lentamente dentro de la humedad de su raja, que parecía una fuente de jugos vaginales.
- Hey ustedes dos, ¿Cuánto llevan cogiendo sin mí?—preguntó Alicia mirándonos con los dos ojos después de tallárselos con ambas manos
- Hola mi amor… aaahhh— gimió Jo cuando sintió que mi verga entró muy dentro de ella
- Hola mamá buenos días, ¿cómo amaneciste?—preguntó Alicia divertida
- Me desperté con una verga dentro, fue riquísimo… aaahhh— volvió a gemir cuando yo dentro de su profundidad empuje aún mas
Yo escuchaba la conversación entre madre e hija, pero no dejaba de cogerme a Jo con la pasión que me nacía en ese momento, Jo tenía pegadas sus piernas a su pecho para facilitar mis movimientos, las movió y las enrosco en mi cintura besándome con mucha pasión, Alicia se levantó quejándose de sus caderas con un “auch” y se fue al baño, yo seguí cogiéndomela con ganas.
Mis caderas se movían lento y la penetraban profundo, ella colaboraba con mis arremetidas, sentía la gloria, sentía mi amor por ella, sentía su amor por mí, sentía que mi leche la podría embarazar y eso me hacía muy feliz.
- Mi amor, siento tu raja muy mojada—dije empujando mi verga dentro de ella
- Es porque lo está, estoy demasiado excitada, de verdad, muy excitada… aaahhh… deberías sentir mi clítoris como está muy gordo de excitación.
- Te amo— dije yo al mismo tiempo que mi verga doblaba su cérvix
- Y yo a ti… mi amor… Aaahhh
- No sabes cómo me gustaría embarazarte en este momento
- Hazlo, embarázame, quiero tener a tu bebé dentro de mí…. Si, así… te amo Aaahhh
- Me vengo… aaahhh ahí va mi leche
- Si… aaahhh la puedo sentir… aaahhh… quiero tus bebés dentro de mi… te amo mi amor aaahhh
Alicia salió del baño justo para presenciar nuestro orgasmo simultáneo, yo seguía bombeando mientras ella estiraba su cabeza hacia atrás y apretaba mis caderas contra ella usando sus piernas, era como si no quería que una sola gota de mi leche se desperdiciara
- Te amo— dijo ella mientras tenía sus últimos espasmos
- Y yo a ti mi amor—dije metiendo mi lengua en su boca
Alicia parada a un lado de la cama veía la escena de amor, su mirada era de estudio, miró como su mamá y yo nos seguimos besando con amor puro, incluso lo seguimos haciendo cuando mi aguada verga salió de ella seguida de un hilo blanco de semen; finalmente caí a un lado de ella boca arriba, sentía mi corazón latir de emoción.
- Vaya con ustedes dos, sí que se dan amor, ya me siento celosa—dijo Alicia seria, pero sin llegar a ser un reclamo verdadero, ella sabía que entre nosotros el amor y el sexo se compartía por igual
- No mi amor, no debes sentirte celosa nunca
Le dije mientras la jalaba y la bajaba a mi verga llena de mocos de su madre y míos, ella sin chistar la metió su boca y la mamó como lo hiciera un pequeño becerro en la ubre de su madre vacuna, voltee con Jo y me acerqué a ella y la besé con pasión mientras su hijita me mamaba la verga para sacar mis últimos jugos
- Me siento tan feliz con ustedes dos aquí, te amo—le volvía decir
- Y yo a ti mi amor
- Y si era verdad lo que dije, si te quiero embarazar
- Sí, también disfrute la conversación, pero mi amor, creo que eso no lo puedo hacer
- Entiendo, no soy tu esposo
- No mi amor, no me mal interprendas, no lo digo por eso, es solo que tengo un implante anticonceptivo, me lo cambio cada tres años; pero honestamente, me hubiera encantado no traerlo y que me embarazaras
- ¿De verdad?
- Si mi amor, no sé qué pueda pasar en el futuro, pero si las cosas se dieran, si me gustaría tener a tu bebé
- ¿De verdad?—ahora fue Alicia la que habló sacando mi verga de su boca
- ¿Te molestaría?—preguntó Jo a Alicia
- No lo sé, no había pensado en eso, pensé que en cuanto tuviera mi primer periodo vendría aquí para que él me embarazara.
- ¿Y no te gustaría que las embarazara a las dos?—dije yo volviéndola a bajar a Alicia a mi verga—sería lindo verlas a las dos con mis bebés dentro de ustedes
- Creo que sería lindo—dijo Alicia sacando mi verga para hablar y después volver a ponerla en su boquita
- Ya me excite solo de pensarlo—dijo Jo volviéndome a besar
- Sí, que nos embarace a las dos el mismo día—dijo Alicia mientras me masturbaba rápidamente con su manita—mami tenemos que hacerlo
Ella sentía que mi verga se endurecía y con su mano me estimulaba para que mi pene se endureciera más, lo mamaba y masturbaba; mi pene recobró, ante mi asombro, su dureza.
Alicia lo notó y con pícara mirada se levantó y se sentó sobre él, ella lo dirigió a su rajita y se perdió dentro, su rajita ya estaba muy húmeda con la conversación, eso más su saliva que dio durante la mamada, fueron el mejor lubricante natural
- Aaahhh
Gimió ella al sentarse completamente en mi verga ante la mirada de su madre y mía que arrobados veíamos a la pequeña penetrarse solita.
- Mami, la tengo toda adentro—dijo Alicia orgullosa de sí misma— me gustaría despertar siempre así… aaahhh
Su madre le sonrió, no le contestó porque su boca estaba ocupada siendo penetrada por mi lengua, madre e hija me complacían y yo como macho alfa que era para ellas las satisfacería por todos sus agujeros.
- Quiero joderte el culo
Dije separándome un poco del beso de Jo. Alicia rebotaba en mi verga como si tuviera resortes en las nalgas, se quedó sentada e hiso movimientos de un lado a otro con su cadera, se tensó y abrió su boca, el orgasmo le llegaba, el primero de la mañana.
- Aaahhh mami… mierda… mierda… mierda… aaahhh
Frente a nosotros chorreo su vagina, abrió sus ojos y su mirada era de felicidad pura, Jo se separó de mí, se hincó frente a su hija y sus lenguas se enroscaron, se acariciaban mutuamente, Alicia le pellizcaba los maduros pezones mientras Jo lo hacía sobre los pre púberes de ella, las dos gimieron al mismo tiempo torturándose la una a la otra.
- Aaahhh
Gemí yo mirando la escena y sintiendo la pequeña y apretada vagina de Alicia mojar mi escroto, mi verga brincó dentro de Alicia cuando miré como Jo escupió en su mano y llevo la saliva al culo de Alicia, pude sentir como ella metió un dedo, después dos y por último un tercero, la membrana que separaba la vagina del culo era delgada y podía sentir los dedos de Jo, que incluso me llegaron a estimular, mientras ella me volteaba a verme sonriendo viendo mis caras de placer agónico.
- Está lista—dijo Jo sacando los dedos y llevándolos a su boca
La levanté de mí y la puse en cuatro sobre la cama, apunté mi verga y la metí, esta entró y la sujeté de las caderas para hacer mis movimientos; Jo seguía hincada a mi lado y me besaba tiernamente en el cuello, mejilla y toda mi cara, mientras yo movía mis caderas, quise hacerlo igual que con Jo, quise que fuera amor puro, pero el estar viendo el culo infantil de Alicia abrirse para mí y que su madre me besara, para que mi placer fuera mayor, me hiso enloquecer, mis caderas aumentaron en intensidad y velocidad, el amor acabó y la lascivia emergió.
- Mami… mami… me llega… me llega muy fuerte… aaahhh—giró un poco la cabeza y medio me vio— sí, jódeme con tu verga… mierda… jódeme fuerte… si, así, mas… mas… mierda… aaahhh
Alicia gimió como una pequeña cerda al tener su segundo orgasmo del día, sus palabras solo fueron un aliciente para mí para acelerar mis estocadas, apreté mis dientes al sentir como su culo cedía ante mis estocadas y mi verga la penetraba sin compasión, era extraño, el sexo con Jo fue romántico y lo disfrute, ahora con Alicia era salvaje, grotesco, totalmente carnal.
- Gracias… gracias por meterme tu verga en mi culo, me gusta como me lo partes, me gusta como me tratas… Aaahhh—dijo gimiendo y chorreando su raja— ahu
Gimió y se quejó cuando mi mano soltó su cadera par nalguearla, abrió más su boca y frunció mucho el entrecejo cuando sintió mi mano nalguearla varias veces, mi frente empezó a sudar, apreté mis dientes con furia, voltee a ver a Jo y se metía mano en su raja mirando como sodomizaba a su pequeña hija y la maltrataba sin compasión, eso me llevó al éxtasis y sentí mis huevo vaciarse, no sin antes nalguear tres veces más la nalga derecha de Alicia dejándola totalmente roja.
- Me vengo
Dije entre pujidos y sin poder evitarlo puso los ojos en blanco y vacié mi leche en su recto, todo esto mientras la bombeaba como loco, sentí que hice sonidos muy raros con mi garganta, se le metí rápido y profundo, mis arremetidas fueron tan fuerte que la hice quedar acostada en la cama, lejos de asustarse movió su culito al compás de mi metidas haciéndome llegar al cielo.
- Aaahhh te amo—dijo entre gemidos
- Y yo a ti bebé, te amo mucho
Continué arriba de ella, mis caderas se movía lentamente saboreando su culo, voltee a ver a Jo, que estaba acostada de lado masturbándose, cerró sus ojos y sólo escucho nuestros gemidos, eso fue suficiente para tener su propio orgasmo con sus deditos, me desacoplé de ella y caí entre las dos, ella inmediatamente se acurrucaron conmigo y acariciaron mi sudado pecho, cerré mis ojos para recuperar el aire y los abrí, de verdad me sentía el hombre más afortunado del mundo con ellas dos a mi lado.
- ¿Qué haremos hoy?— pregunté aún fatigado
- Lo que tú quieras mi amor, eres nuestro dueño
Dijo Jo mientras se acercaba a mí y me besaba metiendo lengua, sentí como Alicia hiso lo mismo y me giré para besarla a ella.
- Bueno creo que por lo pronto nos bañamos los tres y después planeamos el desayuno
- Si mi amor
- Si mi amor
Contestaron las dos casi al mismo tiempo, desnudos entramos al baño, la regadera fue un mar de placer, los tres juntos nos enjuagamos y nos lavamos, cabe mencionar que Alicia fue a cagar en el mismo baño donde su madre y yo nos bañamos, después regresó y yo le lave su culo con agua y jabón, después Jo hiso lo mismo, era extraño el haber escuchado las flatulencias de las dos, pero me dio mucho morbo cuando después de eso, sin haber usado el papel higiénico, se metieron a la regadera para que les lavara el culo.
Jo entró sonriéndome, el aroma era a defecación, lejos de darme asco me excitó, Jo me vio directo a los ojos, estos eran de sumisión, se volteo dándome la espalda y con sus manos abrió sus nalgas.
Así que sus huecos fueron enjuagados con mis dedos arrancándoles orgasmos, mi verga casi al final se erectó cuando sentí en mis dedos la mierda del culo de Jo mientras era lavado con agua y con jabón, eran mis hembras y sería yo quien les lavara el culo después de cagar.
Después, ya encarrilado en lo que les hacía, hice a Alicia orinarse estimulándola con mis dedos, no quise correrme, tenía todo el día para mis juegos perversos con ellas dos, no había prisa, la leche era valiosa y debía ser depositada como se debía en alguno de sus agujeros de hembra.
Eran cerca de las 11 de la mañana, almorzábamos huevos con tocino y jugo de naranja que Jo preparó, en eso el celular de Jo sonó con un mensaje entrante, ella se levantó y lo revisó, lo leyó atenta, un segundo mensaje llegó y ella sonrió, captó mi atención
- ¿Qué pasa?
- Es el mensaje que esperaba, Cristina ya salió de cirugía, fue una cirugía delicada por lo que me comentan, pero está estable y en recuperación
- Mi amor, que felicidad, estaba tan preocupado—dije yo de verdad emocionado
- Mi hermana es una chica fuerte, yo no estaba preocupada, sabía que saldría bien— dijo Alicia con falsa despreocupación
Me levanté y fui con Jo, la abracé y la besé con mucha pasión, ella me correspondió con la misma pasión, estábamos preocupados y ahora teníamos la buena noticia de que todo había salido bien, Alicia se unió a nosotros y nos abrazó, yo la levanté para que quedara a nuestra altura y los tres nos besamos intercambiando lenguas.
El día transcurrió tranquilo, por alguna razón todo fue normal, hice mi rutina, revisé mi correo, había solicitado trabajar desde mi hogar a través de correos, me apuré a entregar lo solicitado, di enviar y me despreocupé de mi trabajo.
Fuimos al centro comercial, tomaba de la mano a Jo, compramos lo que necesitábamos, básicamente hicimos la despensa como una familia normal, llegamos al área de caballeros, Alicia algo le susurró a su mamá al oído, yo intrigado miraba, las dos rieron y ella le asintió para después susurrarle al oído también.
Alicia se alejó de nosotros y Jo se acercó a mí, yo la miraba esperando que ella me dijera algo, pero solo me miraba con sonrisa, al parecer disfrutaba mi agonía por saber.
- ¿Qué pasa? ¿Qué tanto se secretean tú y tu hija?—pregunté finalmente
- No seas curioso
- No puedo evitarlo, anda dime
- Bueno te digo—dijo Jo mientras me tomaba de las solapas de la camisa y se acercaba coqueta a mi cara– Alicia quiere regalarte algo especial, pero es una sorpresa, tendrás que esperar hasta esta noche
- ¿Qué es?
- No te puedo decir, Alicia me hizo prometer que no te diría, solo te puedo adelantar que te encantará
- Pero necesito saber
- Mi amor, no te enojes—dijo besando mis labios muy sensualmente— anda, deja que Alicia te sorprenda ¿Si? Prometido que te va a gustar
Me quedé intrigado, más cuando vi a Alicia regresar con una bolsa negra de la marca de la tienda departamental, me vio y me sonrió pero oculto la bolsa con las demás
- No espíes
Me sentenció Alicia con una mirada muy sugerente, salimos del centro comercial, entre todos cargamos la bolsas de nuestra despensa, Jo manejo y Alicia y yo viajamos, como siempre, en el asiento trasero besándonos y manoseándonos, de repente noté que Jo desvió el camino, voltee con ella y mientras Alicia me besaba el cuello le pregunté
- Mi amor ¿A dónde vamos?
- Un lugar que conozco, necesito comprar algo, ese es un regalo de mí para ti, bueno al menos una parte de él
- ¿De qué hablas?– pregunté
Alicia giró mi rostro para que la besara y le dejara de dar importancia a lo que su mamá me decía, eran cómplices y se cubrían la una a la otra, llegamos a un barrio bajo, no me sentía seguro, Jo como si nada manejaba, de repente se estacionó y apago la camioneta y giró hacia mí
- Ahorita vengo, no tardo
Y si, cumplió, no pasaron ni 5 minutos cuando regreso con una sonrisa de oreja a oreja, subió a la camioneta, nos vio besándonos
- Vámonos, ya tengo lo que necesito
Arrancó y nos fuimos de ahí, llegó al video club y rentó un par de películas, llegamos a casa, ya era tarde, nos fuimos al sofá y puso las películas para verlas, eran películas románticas, nada sexual, ni siquiera tenían escenas de sexo, solo parejas que se quieren, se separan y regresan por su inmenso amor
Al final de la última película, la escena interesante no estaba en la tele, estaba en mi sofá, nos estuvimos acariciando suavemente en nuestra piel, para terminar masturbándonos, ahora tenía a Alicia y a Jo, las dos hincadas en el sillón, pero sus manos estaban en el piso, eso hacía que el culo de las dos estuviera en pompa
- Aaahhh
- Aaahhh
Las dos gemían, pues ya dos de mis dedos entraban y salían de sus culos, madre e hija eran dedeadas en su culo por mí, cada una de mis manos se ocupaba de una de ellas; la escena era grotesca, como las dos empinadas con su cabello hacía adelante cubría sus rostros, las dos me ofrecían sumisamente sus culos, sabían que me había aburrido con las películas y me lo compensaban con la posición más sumisa que encontraron para divertirme, ninguna tocaba mi pene, al parecer ellas también querían reservar para la noche, en eso sonó el celular de Alicia
Ella como pudo se levantó para tomar el celular, mis dedos nunca salieron de ella, al final pudo contestar, era su amiga Kym
- Hola kym… aaahhh… aaahhh… sí, estamos con él, nos mete dedos… si, deja cuelgo
Colgó y después el celular volvió a sonar, solo que esta vez era video llamada, ahora nos podía ver en la forma que estábamos
- Hola Kym, ¿ya nos viste?
Dijo Alicia apuntando la cámara a dónde su mamá seguía empinada, con las rodillas en el sillón y las manos en el piso, Alicia de espaldas a mí no dejaba de hacer cara de placer
- Guau, como quisiera estar ahí
- Pues ven… aaahhh
- No puedo, tengo examen mañana, pero después de eso estoy libre
- Bueno, ¿entonces vendrás mañana en la noche?
- Sí, ya pedí permiso
- Y ¿cuantos días te quedarás?
- Dos días ¿está bien así?
- Si… aaahhh— gimió porque aceleré en mis dedeadas, volteo a verme un instante— que rico no pares
Tuvo el orgasmo frente a su amiga que también se masturbaba mirándonos
- Te cuelgo Kym, en serio… necesito venirme y será muy fuerte… aaahhh
- Si ya vi, adiós bebé
- Adiós bebé
Contestó Alicia desesperada aventando su móvil al sillón y caer en cuatro para tener a gusto su orgasmo
- Aaahhh me viene aaahhh
Un chorrito de orina fue la señal de su exquisito orgasmo, Jo no se quedó atrás y convulsionó en serio, sentí como comprimió mis dedos con su culo y gritó fuerte
- Me vengo… aaahhh
Me sentí orgulloso de haberles provocado su orgasmo al mismo tiempo, se quedaron quietas recuperando el aliento, mis dedos seguían en sus culos, lentamente los saqué y ellas se sentaron a mi lado, estaban sudadas, sus cabellos adheridos a sus frentes, se veían escandalosamente sensuales, metí los dedos a sus bocas y los dos chuparon como si fueran gatitas mimosas.
- Que rico me vine mi amor—me dijo Jo mientras me besaba, sentí el sabor de culo en mi boca, lejos de darme asco me excitó
- Yo también, sentí como salían mis juguitos—dijo Alicia lamiendo mi mejilla— sí que sabes mover los dedos
Seguimos viendo la película, las dos a ratitos acariciaban mi verga que seguía dura, ninguna se atrevía a masturbarme o hacerme acabar, quería guardar para la noche, ya había pasado una semana y solo quedaba una semana más, después regresarían a su casa y quien sabe cuándo las podría volver a ver.
- Mi amor, ¿ya no supiste más de Cristina?
- No mi amor, ya no tendré noticias de ellos hasta que regresen, a menos que algo malo pase, no me enteraré de ellos hasta que regresen al país
- Entonces no sabremos de ellos, porque nada malo le va a pasar a Cristina
Me miró y me sonrió con amor puro, me besó y nuestras lenguas se enroscaron, sentía delicioso su beso, porque sentía su pasión y su amor, teníamos poco juntos, pero si sentía su amor
- ¿Qué haremos de cenar?—preguntó Alicia
- No sé, ¿qué quieres bebé?—contesté yo volteándola a ver mientras Jo me sigue besando
- No sé, no se me ocurre algo ¿Tú qué opinas mamá?
- Un salchichón—dijo tomando mi verga con su mano—y mucha leche
- Jijiji si, yo también quiero eso de cenar
Mis manos temblaron de emoción, sería una noche de sexo desenfrenado. A pesar de la oferta del menú, las dos se levantaron y juntas prepararon la cena, fue una ensalada tipo chef, con carnes frías y aderezo cesar, al parecer las dos querían estar ligeras de sus intestinos.
La charla fue muy amena en la cena, hablamos de todo tipo de temas, hasta de economía hablamos, ya en la sobre mesa tomé las manos de las dos.
- Jo, Alicia, estos han sido los mejores días de mi vida, quisiera que nunca acabaran, me duele pensar que en una semana se irán y no sé cuándo las volveré a ver, de verdad siento mi corazón romperse al saber que no estarán aquí más.
Las dos apretaron mi mano al ver mi cara sombría por la soledad que se avecinaba en cuanto ellas me volvieran a abandonar, finalmente Jo habló.
- También para nosotras han sido unos días maravillosos, Alicia ya sabía a lo que venía, pero yo no y me siento muy contenta porque me consideraste para compartir placer; y no estés triste, vendremos más pronto de lo que imaginas— miró a Alicia y luego volteo verme– recuerda que Cristina también quiere estar contigo, vendremos las tres en cuanto ella esté en condiciones de ser cogida, ella misma lo pidió, quería que tu fueras el primer hombre que la penetrara por su nueva vagina.
Me quedé mirándola, no esperaba eso, mi cara fue de sorpresa a felicidad.
- ¿De verdad? ¿No me mientes? ¿Ella de verdad quiere que yo sea su primer hombre por la vagina?
- Si tonto, ya quita esa cara de bobo— dijo Alicia riendo— era una sorpresa, pero ya mamá la arruinó; pero bueno, al ver tu cara de felicidad, me dio gusto que te dijera; mi hermana quiere que se la metas por su vagina, ha pero también no podrás olvidar su culo, tú fuiste el primero que se la metió por ahí y eso nunca lo olvidará y siempre querrá que te la jodas por todos lados.
- Si, literal, la desvirgarás por su vagina, pidió construcción de himen, sentirá dolor y sangrara como cualquier niña virginal, quiere entregarte eso, tu desgarraras su himen—dijo Jo con la mayor paz y tranquilidad del mundo, mi verga brinco de emoción
Las dos se levantaron y me abrazaron, lágrimas de felicidad salieron de nuestros ojos, sentí mi corazón latir contento, las vería más pronto de lo que imaginaba y eso me hacía el hombre más feliz del mundo.
Terminamos la sobre mesa, nos fuimos a la sala, ellas después de recoger y lavar los platos me alcanzaron, Alicia se fue a bañar, después lo hizo Jo, las dos estaban a mi lado, olían a limpio, usaban una marca de jabón que desprendía un olor a frescura, me fui a bañar yo, mientras lo hacía las escuchaba cuchichear afuera de la habitación.
- ¿Qué tanto hacen?—dije mientras con una tolla secaba mi cabeza, llevaba otra toalla cubriendo mi cintura
- Te tenemos una sorpresa
Mire intrigado, las dos estaba en ropa interior, era sexy, incluso la de Alicia, se veían radiantes, su cabello caía libremente en sus hombros, las dos traían sostén, obvio el de Alicia era más pequeño.
- ¿Y qué es?—pregunté yo mirándolas intrigado
- No seas impaciente—dijo Jo
Miré como Alicia salió de la habitación y regresó con una bolsa negra, mi pene brinco cuando vertió el contenido en la cama, era mi cinto, una sandalia, las horquillas de ropa y rufy, el consolador de Jo; las acomodó alineándolas por tamaño, después me volteo a ver y se fue desnudando, miré hacia Jo que sacaba un sobre con polvo blanco, era lo que había comprado en los barrios bajos, lo puso sobre la mesita de mi pared e hiso 3 rayas, hiso un popote con un billete y me lo dio, yo como robot lo tomé y me agache para esnifar el polvo, mientras lo hice Jo se puso en cuclillas y metió mi verga a su boca, tuvo que abrir la toalla de baño para hacerlo, sentía mi verga dura como roca, voltee mirando a Alicia que bajaba su sexy pantaleta sacándola por los pies
- Te faltan dos rayas
Me dijo Jo sacando mi verga de su boca, regresé mi cara a la mesita y esnifé otra raya, me enderecé sacudiendo mi nariz y vi como Alicia, totalmente desnuda, agarraba la bolsa con lo que había comprado en el centro comercial, cuando lo vi mi corazón latió como loco
- Este es un regalo que hago para ti— Dijo Alicia acercándose a mí.
Jo seguía en cuclillas frente a mí, mamándome la verga; Alicia me entregó mi regalo, lo tomé, era un cinto grueso, color café, era de baqueta poco trabajada, algo así como un cinto campirano, era pesado, áspero, grueso; lo tomé con mis manos, el polvo hacía efecto en mi cuerpo, Alicia se acercó a mí.
- Soy tuya, úsalo a voluntad y no te detengas, entréname; sabes que siempre te perdonaré
Jo no dejaba de mamar mi verga, sentía el líquido pre seminal que era tragado por ella, Alicia se fue a la cama
- ¿Cómo me quieres? ¿Boca arriba o boca abajo?—preguntó Alicia con la seriedad que la ocasión ameritaba
- Boca arriba
Dije yo con mi voz ronca de excitación, Alicia se acostó y abrió obscenamente las piernas para mí, le saqué la verga a Jo y le dije
- Átala para mí
Ella se levantó sin protestar y comenzó a atar a su hija, mientras lo hacía esnifé la última raya, sentía un gran valor en mi ser, podría hacer cualquier cosa en ese momento, voltee mirando como la madre ataba y sometía a su pequeña hija, para que yo pudiera hacer lo que se me diera la gana con ella; Alicia ponía cara de dolor cuando su madre tensaba fuertemente sus extremidades, Jo apretaba los dientes y fruncía el entrecejo haciendo un esfuerzo para estirar y tensar a su hija para mí, Alicia no se quejaba, me miraba directo a mis ojos, era mi sumisa.
Jo terminó de atar a su hija, yo estaba parado, ella nuevamente se hincó frente a mí y en lo que me decidía que hacer me volvió a mamar la verga, Alicia solo me miraba, había silencio, solo se escuchaba el sonido de la boca de Jo mamándome la verga, mi corazón se aceleraba con el influjo del polvo esnifado.
Me acerqué a la cama, mientras lo hice Jo se movió para seguirme mamando, cuando llegué a la cama la cabeza de Jo estaba casi de lado, pero eso no le impedía chuparme como si la vida le fuera en ello, Alicia me seguía mirando, su mirada era nublada, creo que estaba excitada por entregarse como una total sumisa a mí, acaricié su pierna, al hacerlo ella se estremeció, como si hubiera sentido una descarga eléctrica.
- De verdad que eres muy hermosa.
Dije apretando su muslo con fuerza, ella gimió, voltee a ver la colección de instrumentos caseros de tortura que había puesto para mí, apreté con mi mano izquierda el grueso y burdo cinto que traía, lo mire y después miré a Alicia que al verme abrió su boca y entrecerró sus ojos, esa era su forma de aprobar lo que pasaba por mi mente, la cual cabe decir, ya estaba muy elevada en excitación, tanto por el polvo como por la mamá de ella que se esmeraba en tenerme excitado para golpear adecuadamente a su hija.
Tomé el cinto y lo doble tomándolo de ambos extremos, con él acaricié los muslos de Alicia, que al instante abrió su boca de forma ansiosa, pude ver como brilló la línea entre los labios mayores de ella, cuando pasé el cinto suavemente por su abdomen plano; aproveche eso y pasé el cinto por su vulva, era como irle describiendo todas las parte que serían maltratadas por el cinto, como una presentación entre ella y su instrumento de tortura.
Cuando pasé el cinto por su cara ella abrió su boca y sacó su lengua, lo lamió, era extraña la escena, Jo metida en mi entrepierna mamando mi verga, Alicia atada de pies y manos en mi cama lamiendo el instrumento con el que la haría llorar.
Ese fue el comienzo de la noche, los gritos de dolor empezarían, no sabía hasta donde llegaría, solo sé que sería más lejos de lo que ya había llegado, retiré el cinto de la cara de Alicia, ella levantó su cabeza y sacó más su lengua como tratando de seguirlo, solo que no lo pudo alcanzar, las ataduras se lo impedían, con mi mano izquierda sujete la nuca de Jo para mantenerla pegada a mi verga y levante la derecha con el grueso cinto al aire; la deje quieta en el aire para mirar la expresión de Alicia, que frunció el entrecejo y abrió su boca sabiendo lo que venía, el primer golpe cayó sobre su muslo izquierdo que era el más próximo a mí.
- ¡Ay!
Grito la pequeña niña al sentir el dolor intenso por el grueso cinto, un golpe más, ahora en su otro muslo
- ¡Ay!
Otro sobre el abdomen
- ¡Ay!
Uno a cada lado de su tórax, estos fueron fuertes.
- ¡Ay!
Cada golpe fue un grito más intenso que el anterior, Jo me tomo de la nalgas para que mi verga no se saliera de su boca por mis intensos movimientos, incluso sentí que me mamó más fuerte cuando escucho los gritos de hija al ser maltratada por mí
Mi mano se elevó una vez más, ahora cayó sobre cada uno de sus pechos.
- ¡Ay!
Con el último golpe pude ver las primeras lágrimas en sus ojitos, eso me enloqueció más y su rostro fue cruzado con dos fuertes cintarazos, uno le volteo la cara y el otro la regresó a donde estaba.
- ¡Ay!
La tortura siguió por un largo rato, la deje descansar cuando vi partes muy maltratadas por el grueso cinto.
Deje el cinto sobre la cama, ahora los otros instrumentos fueron usados, quité a Jo de mi verga y fue sobre Alicia, se la metí por cuando agujero pude, primero por la raja y rematé en el culo, ella no se quejó, al parecer la sodomización era mucho menos dolorosa que la golpiza que le daba.
Aproveché la variedad de instrumentos y a cada bombeada que daba era un golpe con el instrumento que tenía en la mano, use todos y ambas manos, pues a veces me cansaba de un brazo.
La sodomicé sobre ella, estaba frenético, ella estaba toda roja pues la había estado abofeteando con la sandalia, sentí como mi verga se deslizaba en su culo, levanté la sandalia y la golpee en la mejilla.
- ¡Ay!
Cuando estaba sobre ella me deje caer y la bese, sentí sus mocos por la lásgimas que salían a chorros, ya loco de excitación le chupé el cuello frenético, creo que le deje una marca en su cara lateral del cuello, en ese momento no me importó, estaba demasiado excitado, Alicia le salían lágrimas tras lágrimas, me levantaba y tomaba cualquier objeto para golpear su cuerpo, Jo se volvió mero testigo del evento.
- ¡Ay!
Los gritos y pujidos de Alicia reinaban el ambiente, estaba desquiciado, ya llevaba tiempo incontable, parecía nunca acabar, yo quería que no acabara, nunca antes me había sentido tan excitado.
Apreté su cuello, Alicia abrió los ojos al principio y después los entrecerró, me miraba tranquila, yo la bombeaba fuerte por el culo, mire a Rufy, el consolador de Jo, Alicia sabía lo que quería, entre jadeos y con la boca abierta asintió, como dándome permiso para hacer lo que pasaba por mi mente, lo tomé y se lo metí a la boca, fui rápido, pues ya quería eyacular, lo metí hasta el fondo de su garganta oprimiendo sus vías respiratorias, sabía que no tardaría en desmayarse y así fue.
Alicia casi al instante cerró los ojos desmayada y yo eyaculé gritando mi orgasmo, mientras Alicia inconsciente era sacudida por mis embestidas como mero muñeco, la solté cuando la última gota salió de semen, solté el cuello de Alicia y saque el consolador de su garganta, me sentía tan fatigado que caía a su lado recuperando mi respiración.
Ni siquiera me preocupé por Alicia, caí rendido recuperando el aire, había sido una faena maratónica, estaba acostado mirando el techo cuando sentí los tiernos labios de Jo sobre mi glande, ella también ni siquiera volteo a ver a su hija, succionó un poco para sacar mis últimas gotas, lo hacía de una forma que no podía pensar en otra cosa.
Alicia se despertó con un espasmo de respiración, como si hubiese salido de una piscina, respiró agitada, miró a todos lados y me ubicó a su izquierda, me sonrió entre jadeo de recuperación de aire
- ¿Cómo estuve? ¿Te gustó? ¿Si aguanté?—dijo Alicia buscando mi aprobación
- Estuviste como campeona—dije yo poniendo mis dedos sobre su pezón y oprimiéndolo arrancando un quejido de ella– aguantaste toda mi eyaculación en tu culo, a pesar de haber estado desmayada, creo que tuve el orgasmo de miu vida y creo también con toda sinceridad que harás un buen papel en tu competencia
- ¿De verdad lo crees?—dijo Alicia con una sonrisa en la escena bizarra de estar atada y toda roja de su cuerpo
- Si, de verdad lo creo, estoy orgulloso de ti
Giré mi cara hacia el techo, la cordura regresaba a mí y no quería ver lo que le había hecho a su cuerpo de ángel, Jo se levantó y la empezó a desatar, empezó con los brazos y una vez que estuvieron liberados se volteo hacia mi abrazándome y secando mi sudor con sus manitas, estaba torcida, pues sus pies seguían atados.
- Te amo, y te perdono—dijo viendo la culpa en mi rostro
- Yo también te amo y gracias por perdonarme
- Siempre lo haré
La besé y ella se subió en mí, Jo ya le había desatado las piernas, mi aguada verga quedó en su rajita que estaba toda babosa por la leche que le salía del culo, ella movió su entrepierna, me volvió a excitar, su cara fue pícara al sentir como me iba endureciendo, volteo a ver a su madre que sentada a nuestro lado nos miraba como nos besábamos, nuestras miradas se cruzaron cómplices y volteamos a ver su madre al mismo tiempo, ella brincó al sentir nuestras miradas y nuestras intenciones, la noche era joven, ahora era el turno de la madre.
Continuará
sigue contando amigo te tardastes mucho y bueno espero el siguiente relato y no demores me regusto mucho sale amigo… 🙂 😉 🙂 😉
los relatos de alicia y su madre me facianan lastima que su final este cerca, eres increible carnalito charro