Alicia y Cristina 9
continúan las vivencias de Alicia y su madre, Kim se incorpora.
Capítulo 9
Por adalberto1979.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh
Alicia gemía como loca, lo hacía sin inhibirse, no importaba si alguien la escuchaba, está demasiado excitada para ser recatada en su orgasmo.
- Bebé, que rico te la estoy metiendo por el culo… aaahhh
Gemí al sentir como ella contrajo su esfínter ordeñando mi verga, estaba muy lubricada con sus propios jugos, me había despertado temprano y como ya era nuestra muy corta, pero excitante costumbre, me pidió que la llevara a defecar, la llevé y mientras ella liberaba su mierda sentada en el inodoro me mamaba la verga, en ocasiones mientras pujaba para liberar excremento me mordía la verga un poquito, yo aguantaba, pero después la sostenía de su nuca y me movía como loco cogiéndomela por su tierna boquita sin misericordia alguna, ella hacía arqueo de vómito y ese pujar ayudaba a que defecara mejor.
Después de que terminó de evacuar, la metí a la regadera y le lave el culo a conciencia, una vez que estuvo brillando de limpio me la cogí como me dio la gana, la cambié de muchas posiciones, su boca, luego su raja y después su culo, en ese orden para poder lubricar adecuadamente sus huecos, que fueron el receptáculo de mis poderosas y sin misericordia embestidas.
En cierto momento la sostenía en una posición rara, estaba tan excitado que el hacerla estar en posiciones incómodas me excitaba mucho, la tenía cargada, ella de espaldas a mí, mis manos sostenían sus corvas, con sus muslos pegados a su tórax y a sus tetas, parecía una rana pegada a mi pecho, en esa posición la bajaba y subía sin piedad sobre mi verga, mi verga dura como roca entraba como pistón en su culito ya muy dilatado por mí.
- Si… dame fuerte—ella gemía toda excitada— aaahhh
Yo la levantaba y la dejaba caer, ella se sostenía hacia atrás con una mano de la parte posterior de mi cuello y con la otra hacia adelante del tubo de las toallas, se afianzaba para que mis caderas hicieran su trabajo de maltratarle su culito infantil.
- Bebé, estoy muy excitado, quiero joderte muy fuerte tu culo
- Si, hazlo mi amor, sabes que soy tuya, párteme si quieres… ay—gritó cuando la deje caer con fuerza sobre mi verga y después gimió de placer—aaahhh… estoy muy excitada, haz conmigo lo que quieras… maltrátame si quieres… si así…aaahhh
Su vocabulario me hacía excitar e incitaba a darle muy fuerte, como mi pervertida y nublada mente me pedía.
- Te voy a joder todo el día… aaahhh… muy fuerte
- Sí, todo el día… aaahhh
- Y en la noche te voy a volver a golpear—dije con voz ronca por la excitación tan intensa
- Si, golpéame… aaahhh… todo lo que quieras… sabes que soy tuya y haré lo que tú quieras… aaahhh… viólame… amárrame… aaahhh hazme desmayar de dolor si eso es lo que te da placer… aaahhh
La recargué hacia adelante ella tuvo que sostenerse del tubo de las toallas con ambas manos para evitar golpear su cabeza con este, así sostenida me moví como loco, sentía mi cabeza hervir de placer, no podía creer que esta niña me diera tanto placer.
En eso estábamos cuando Jo entró, nos vio y sonrió y sin inmutarse se sentó en la tasa y comenzó a defecar; mientras lo hacía nos miraba, miraba como yo estaba todo sudado cargando a su pequeña niña mientras me la jodía por su culo sin piedad, parecía que la quería maltratar en lugar de hacerla sentir bien, sin embargo los que gemidos de placer que daba Alicia demostraban lo mucho que disfrutaba ser cogida de forma tan intensa por mí.
El olor a mierda de Jo impregno el ambiente, desde hace 2 días que me pedían que las llevara al baño, ellas defecaban frente a mí, a veces me mamaban, otras solo evacuaban mirándome a los ojos mientras me masturbaban, pero después de eso, se metían a la ducha y me esperaban ahí, ni siquiera abrían la llave, yo entraba, regulaba el agua y ellas dócilmente con las manos pegadas a los azulejos ponían su culo en pompa para que se los lavara, era extraño, pero sentir la suave sensación de su mierda en mi mano mientras yo con esmero las limpiaba, me hacía enloquecer.
Realmente las sentía mías cuando las higienizaba, era un momento tan íntimo, el simple hecho de que yo limpiara de su culo la mierda, algo que no se dejarían hacer por cualquiera, solo por mí, su dueño, dócilmente aflojaban su culo para mis dedos lo limpiaran por dentro, gemían cuando yo suavemente las penetraba con mis dedos par lavarlas.
- Aaahhh— Alicia gemía mientras era jodida por mí
Jo sonriendo mientras nos veía, al parecer le emocionaba que yo me la jodiera sin piedad, porque sabía que era mi forma de demostrarles mi amor, ellas eran mías, al menos por esos días yo sería su amo
Jo se levantó y jaló la palanca de la tasa del baño, el ruido de este me indicó que ella estaba lista para su limpieza, ella entró a la regadera sin dejar de verme y se recargó dócilmente en la pared con sus manos, como si esperara que un policía fuera a catearla (Y claro que lo haría y hasta utilizaría mi macana, jejeje), yo también la miraba mientras me jodía sin piedad a su hija menor, me detuve escuchando los jadeos de Alicia terminando su orgasmo, le saqué mi verga, se oyeron ruidos extraños cuando su esfínter se fue cerrando.
- Ve al comedor, allá espéranos—dije con voz áspera mientras me dirigía a la regadera con Jo.
- Si mi amor—contestó ella dócilmente y recuperando el aire mientras salía del baño caminando con dificultad por la fuerte enculada que le había dado.
Me metí en la regadera y abrí las llaves, regulé el agua y una vez que estuvo tibia tome la regadera tipo teléfono y con jabón en mano procedí a limpiar el culo de Jo, el cual muy seguramente me jodería en ese momento. En cuanto mis dedos tocaron su culo ella levantó la cabeza como mirando al techo y abrió su boca, al parecer ya estaba excitada y ansiosa de que yo la lavara. Mientras la lavaba puse mi verga dura en su esfínter, saqué los tres dedos que la lavaban y mi verga los sustituyó, la cogida matutina habiá comenzado.
- Aaahhh—gimió Jo al sentir mi penetración.
No sé cuánto tiempo pasó, escuché cuando la puerta del baño se abrió y entró Alicia, creo que ya llevábamos mucho tiempo ahí dentro
- ¿Les falta mucho?—preguntó mirándonos—ya tengo hambre
Yo estaba atrás de Jo y la sostenía por sus caderas mientras mi verga profanaba el culo que le había lavado, sus nalgas rebotaban, ella gemía a cada empuje que le daba, escuché cuando Alicia entró y nos dijo que tenía hambre y ¿qué más podía hacer que alimentarla? Me moví como loco con mis dedos pulgar e índice machaque el pezón derecho de Jo, quería escucharla gritar de dolor, su grito no tardó
- Ay… aaahhh— gimió moviendo su cadera al ritmo de mis embestidas
Aceleré maltratando su pezón y cuando sentí que iba a eyacular se la saqué a Jo y jale a Alicia y le metí mi verga a su boca, no había eyaculado con Alicia, así que toda la leche acumulada por la cogida con las dos, se fue directo a la boca infantil de ella
- Aaahhh ten cómete la leche para que no tengas hambre, te hará bien
- Mmmggghhh
Solo emitió sonidos guturales, pero me miró sonriéndome mientras ingería toda mi leche, podía sentir como dejaba que se acumularan dos chorros y después movía su lengua para jalarlo a la parte posterior de su boca y tragarlo, ese si era un buen desayuno.
- Que rica, si eso necesitaba—dijo Alicia hincada frente a mi chupándose los dedos
Jo salió después de enjuagarse, se acercó a mí y me besó metiendo su lengua en mi boca mientras Alicia con esmero me mamaba la verga limpiándola igual que mis huevos, Jo terminó de besarme y salió a la cocina para preparar el desayuno, Alicia se levantó y se colgó de mi cuello, su boca se unió a la mía y me besó como ella sabía hacerlo, su boca no sabía a mi leche, eso significaba que se había comido hasta la última gota.
- Estoy muy, pero muy feliz de estar aquí contigo—dijo separándose de mí un poco—creo que si de mí dependiera me quedaría a vivir contigo para siempre
- ¿De verdad?—pregunté asombrado por lo que me decía– ¿Lo harías?
- Si, si pudiera lo haría
- ¿Y por qué no puedes?
- Pues porque soy una niña tontito—lo dijo moviendo su cabeza como si no fuera obvio– y aún no puedo decidir esas cosas, necesito el permiso de mis papás
- Entiendo, pero me halaga que quieras quedarte a vivir conmigo para siempre y ser mi mujer, bueno mi niña—le dije acariciando su nariz, ella sonrió y me besó.
La bese con mucha pasión, empezaba a desarrollar otra erección, me emocionó lo que me dijo, pero el día era largo y debía aprovecharlo con las dos, gentilmente me separé de ella que ya masturbaba mi verga con sus dos manitas.
- Vamos abajo mi amor, tenemos que desayunar—le dije tomándola de la mano y saliendo de la regadera
Me puse un short ligero y ella una pantaleta casi transparente sin corpiño y así bajamos, la cocina ya olía a alimento, Jo como una verdadera ama de casa preparaba el desayuno que olía delicioso.
- Hola Jo
- Hola mi amor—contestó ella volteándonos a ver—no tardaste nada, no me digas que andas precoz
- No mi amor, no me la cogí, solo nos besamos un rato, el día es largo—me acerqué y acaricié sus nalga por encima de la sexy pantaleta que se había puesto—y quiero jodérmelas todo el día, así que no tiraré leche nada más porque sí.
- Auch—dijo cuándo le pellizqué una nalga—eres un travieso—sus pupilas se dilataron cuando siguió hablando—pero me agrada la idea de joder todo el día contigo.
El desayuno fue ameno en la plática, Alicia le dijo a su mamá que nunca había cogido en la posición que la puse en la regadera, que sentía como mi verga le podía llegar casi al ombligo, que eso hizo que su raja soltara chorro tras chorro de excitación, incluso algo de orina, lo hablaba con una naturalidad, como si hablara del clima o algún tema similar.
Terminamos el desayuno y planeamos el día, por la tarde llegaría Kym a pasar la noche con nosotros, ellas consiente de eso no me pidieron sexo, al menos no me hicieron eyacular, si me las cogí y las hice gritar de emoción, pero no eyacule, la noche sería larga, Alicia estaba muy fatigada y necesitaba descansar, me la había cogido por su culo estando ella boca abajo y la obligue a mantener sus caderas elevadas y aguantar mi peso para hacer más potentes mis estocadas; traía sus caderas y cuerpo todo molido, incluso su pómulo izquierdo aún estaba algo morado por la golpiza que le puse el día anterior; nos dijo que tomaría una siesta, le pidió a su mamá que fuera a los barrios bajos a comprar más polvo blanco, porque quería estar muy despierta para la noche.
- ¿Te quedas a dormir con ella mi amor?
- No mi amor, mejor te acompaño, no quiero que vayas sola a esos lugares
- Gracias por ser tan lindo, considerado y protector con nosotras
Me dio un beso y de la mano salimos rumbo a los barrios bajos, íbamos en silencio, ella conducía, no sé porque a ella le gustaba conducir, igual no lo hacía mal, así que la dejaba, yo rompí el silencio.
- Estos días se están yendo tan rápido, siento que en un abrir y cerrar de ojos ya no estarán más
- Si, lo sé, los días pasan muy rápido contigo, de verdad que te vamos a extrañar
- Jo, ¿Y por qué no se quedan?
- ¿Quedarnos?—volteo a verme y regresó la vista al camino
- Si, aquí conmigo, para siempre
- Mi amor, sabes que eso no lo podemos hacer—su mirada era de angustia y pena al decirlo– estoy casada
- Lo siento, no te quería hacer mal, solo que cuando se vayan mi corazón se partirá en muchos pedazos, tengo miedo que eso pase y que ustedes no regresen nunca para reparar mi corazón—dije yo.
Creo que al decirlo ella sintió la angustia y el pesar en mis palabras porque inmediatamente se estacionó en el primer lugar que encontró, se giró hacia mí y tomó mis manos
- Mi amor, no digas eso, claro que vamos a regresar, tal vez no las veces que nos gustaría, pero regresaremos
- ¿Por qué se tuvieron que mudar?—dije yo con cara de tristeza.
- Es por seguridad, tú lo sabes
- No quiero perderlas—dije ya con mis lágrimas asomando por mis ojos—pídemelo y dejo todo y me voy con ustedes, no sería estorbo, buscaría trabajo, rentaría una casa, no quiero dejar de verlas o pensar que las veré solo unos días al año
Jo se puso seria, me escuchaba y razonaba mis palabras, veía el dolor que sentía al perderlas de nuevo, por extraño que parezca ya me había enamorado de las tres, al principio solo quería a Alicia y a cristina, pero cuando llegaron Jo y Alicia, supe que estaba enamorado de las tres y sería muy doloroso perderlas.
Jo acariciaba mis manos con sus pelgares, las soltó pero para abrazarme, sentí el cálido abrazo de ella, podía sentir que ella si me quería, y que tal vez también deseaba que me fuera con ellas.
- Mi amor—dijo Jo con su rostro cerca del mío– hay cosas que no puedo cambiar, yo también te amo, he llegado a quererte tanto, suena loco y poco creíble en tan pocos días, pero así lo siento, también me duele ya no verte, pero te repito, hay cosas que no puedo cambiar.
- Lo sé—dije agachando la mirada—sé que tienes que regresar a tu casa y seguir con tu vida
Me dio un beso, acaricio mi rostro y me siguió besando en el rostro, besaba mi frente, mis ojos, mi nariz, mientras lo hacía permanecía abrazada a mí y no me soltó hasta que vio que me había tranquilizado, encendió el auto y manejo hasta el lugar que ella conocía, vimos al típico vendedor de drogas, con sudadera oscura, lentes oscuros, las manos dentro de las bolsas de la sudadera y el gorro de esta puesto en su cabeza.
- Hola, ¿tienes mercancía?
- De la mejor—dijo el tipo volteando a todos lados, mientras jugaba con sus labios con un palillo monta dientes.
- Quiero cinco sobres—dijo Jo sacando el dinero y mostrándoselo
“Discretamente” entregó la mercancía y recibió el dinero, partimos de ahí rumbo a la casa, en el regreso yo volví a romper el silencio
- ¿Sabes algo?
- ¿Qué?—contestó ella sin voltear a verme
- Alicia me dijo que estaba enamorada de mí
- No lo dudo, ella de verdad te ama
- Y me dijo que si de ella dependiera se quedaría a vivir conmigo para siempre
Jo me volteo a ver, ella sabía que Alicia me amaba, pero no esperaba que ella quisiera tomarme como pareja para toda la vida.
- ¿De verdad te dijo eso?—dijo mirándome de reojo
- Si, y te pregunto, ¿eso sería posible? ¿Qué me dejaras casarme con Alicia y se quedara a vivir conmigo?
Volteo a verme, su mirada era de desconcierto, podía sentir mil dudas en ella
- ¿Sabes por qué nos mudamos constantemente y nunca decimos nuestro paradero?
- No
- Mi esposo, poco antes de que nacieran las niñas, hizo un video, uno porno con unas niñas y por error o confiar demasiado lo compartió con un amigo, este no guardó el secreto y compartió el video, tanto que se diseminó en el internet, creo que aún lo puedes descargar.
- ¿De verdad?
- Si, el problema es, que ahora lo busca la interpol, por eso no duramos mucho en un solo lugar.
- Entiendo, pero ¿Por qué me cuentas esto?
- La cosa es que si emparentas con nosotros y atrapan a mi esposo, darán contigo y con Alicia y terminarás en prisión, ¿Quieres emparentar con nosotros así? ¿Con ese riesgo?
Me quedé callado, no conocía el motivo ella se sinceraba para que supiera a dónde me estaba metiendo, pero yo de verdad estaba enamorado de Alicia
- Sí, de verdad amo a Cristina, de verdad amo a Alicia y de verdad te amo a ti, así que no me importaría acabar en prisión, si eso me permite estar con ustedes.
Ella volvió a detener el auto, se giró hacia mí y me besó, lo hacía con mucha pasión, podía sentir su lengua explorando la mía, una lágrima de ella tocó mi mejilla, creo que esa era la forma de demostrarme que le gustó mi respuesta.
- Eres un lindo—dijo acariciando mi rostro—sé que tú la amas tanto como ella a ti, déjame hablar con mi esposo y con Alicia y ya veremos cómo se podrían dar las cosas, no nos importa si ella se quiere casar a esta edad, somos abiertos a eso.
- ¿De verdad harías eso?—dije casi gritando de emoción
- Si mi amor, lo haré—me besó y se separó de mí—pero no te hagas muchas ilusiones, primero tiene que estar de acuerdo mi esposo.
- Solo espero algo
- ¿Qué mi amor?—preguntó ella con una sonrisa de emoción, como adivinando mi petición
- Que nos permitan vivir cerca de ustedes y tú y Cristina nos visiten a diario—dije yo mientras mi mano acariciaba su muslo subiendo por la parte interna hasta llegar a su entrepierna
- Si mi amor, veré que todo eso sea posible—su mano se puso sobre mi verga erecta—a mí también me agradaría visítalos a diario, nos dimos un apasionado beso, nos separamos y ella retomó el camino.
Regresamos a casa, llegamos con la cena lista, pues esperábamos a Kym, Alicia ya se había despertado y estaba recién bañada, nos saludó yo la cargue y la besé, estaba muy contento, le susurré al oído y le dije lo que su mamá y yo habíamos platicado, brincó de emoción y grito abrazándome, Jo cruzada de brazos recargada en el marco de la sala nos veía con una sonrisa.
Preparamos la sala, hicimos bebidas con alcohol, a ellas les preparé unas margaritas, yo me serví un wiski en las rocas, Jo atenta como siempre preparo rayas para ella, Alicia y para mí, esnifamos los tres, ya no fue estresante sentir el vigor que la droga me daba, ya me empezaba a gustar, las miré mientras las dos limpiaban su nariz y chupaban sus dedos, levanté mi bebida y brindamos por una buena noche, en eso escuchamos el sonido del timbre, Kym había llegado.
Alicia abrió todavía limpiándose la nariz, las dos gritaron emocionadas y se abrazaron, Jo tuvo que ir a cerrar la puerta, pues las crías ya se besaban sin importar si alguien las veía. Kim se separó de ella y la vio con atención, miró sus pómulo morado y algo hinchado, Alicia traía una blusa casi transparente y sin corpiño, así que las marcas de la tortura que le puse podían ser apreciadas, Kim acarició una línea morada que traía a nivel de la clavícula derecha
- Guau, no bromeabas, veo que has entrenado mucho con tu amante—pasó su lengua por sus labios como saboreando la imagen de cuando yo la torturé
- Si, él es muy vigoroso e intenso, creo que este año si pasaré a las rondas finales—dijo mientras las dos abrazadas se acariciaban suavemente por encimas de sus ropas
- Vaya, veo que ya empezaron la fiesta—dijo Kym acercándose a esnifar una raya sin inmutarse si yo la veía—aaahhh esta fuerte ¿dónde la compraste Jo?—dijo mirando al techo mientras parpadeaba rápidamente— ¿qué hay de tomar?—dijo mientras limpiaba su nariz y lamía sus dedos.
Alicia me miró y yo caballerosamente le llevé una copa de margarita
- Hola—dije yo cordialmente ofreciéndole la copa—bienvenida a mi casa
- Gracias, esperó que esta noche no estés tan cohibido como el otro día– ella me sonrió coqueta y bebió la mitad de un solo trago.
Era increíble lo desinhibidas que eran para tomar alcohol y esnifar rayas, yo trataba de verlo natural, pero honestamente esas escenas me perturbaban mucho, en cierta forma me sentía mal, porque si Alicia se quedaba conmigo, lo último que haría sería involucrarla en drogas o riesgo de adicciones, pero al parecer para ellas era normal, porque Jo se veía de lo más natural con una copa en su mano platicando con su hija como con otra copa si nada pasara.
Nos sentamos a charlar, a pesar de que había cena nadie quiso cenar, pusimos una de las películas que Jo me había regalado y excitados la vimos mientras platicábamos, una niña de la edad de Alicia era cogida salvajemente por un anciano, que al parecer era su abuelo, la niña gritaba “abuelo, abuelito” a cada empujón que le daba, después la ató a una madera en forma de equis y la cintareó por un rato, la niña gritaba y terminó llorando, el viejo descansó acariciando su hombro y así atada se la metió por el culo, yo inquieto miraba la película, de hecho todos estábamos poniéndonos inquietos .
Nunca había platicado con Kim, esa noche noté lo madura que era, lo desenvuelta para hablar, no se inhibía ni intimidaba, parecía mentalmente el doble de su edad, nos platicó su aventura dónde fue a coger con el jefe de su papá, y que no imaginó que fuera tan buen amante, ella lo mencionó como un “ganar-ganar”, ya que su papá había asegurado el puesto y un ascenso y ella había conseguido un buen amante.
- De verdad que es enorme—decía Kim—me gané el ascenso a punta de metida de verga en todos mis agujeros, primero en mi boca, después en mi raja y no podía faltar por último mi culo
- ¿De verdad es tan grande?
- Enorme, no sabes lo que batalle para dilatarme, hasta lagrimitas me salieron, la tiene así de gruesa—dijo juntando sus manitas y haciendo un túnel con sus pulgares e índices
- Guau—exclamó Alicia al ver el tamaño que ella describía— ¿Y cómo fue?
- Primero en su oficina me cogió por la boca hasta llegar casi a mi estómago
- ¿A tu estomago?—pregunté yo asombrado
- Si guapo, al rato te enseño como—dijo Kim mirándome coqueta, yo me sobresalté por lo desinhibida de ella– después me reventó la raja ahí mismo, mi culo una semana después cuando nos invitó a su casa de campo
- ¿En serio? ¿Solo para eso los invitó?
- Si, solo para eso, mando a mis papas a que fueran en un tur hacia el bosque cercano, guiado por uno de sus trabajadores, seguramente que le pidió que tardara horas
- ¿Y te dolió?—ahora la que preguntó fue Jo
- Vi putas estrellitas, solo me hizo mamársela y después trabajo en mi culo como por dos horas seguidas, para mí que se tomó algo—dijo Kim como pensándolo—porque no paró y eyaculo como 3 veces, me dejó el culo tan dilatado que ahora puedo meterme a mi abuelo y a mi papá al mismo tiempo
- ¿De verdad?—Alicia se tapó la boca de emoción
- Si, de verdad, ya lo hicieron—dijo orgullosa—se los pedí y lo hicieron
- Y tus papas no se enteraron
- Si, le tuve que decir a mi mamá
- ¿Y qué te dijo?—preguntó Jo toda intrigada
- Al principio se molestó, pero después de pensarlo vio que no era tan mala idea. Se lo comentó a mi papá y opinó lo mismo, obvio me preguntaron si yo quería hacerlo, si era forzado mi papá hablaría con él, pero los convencí de que me gustaba tener amante, así que me dejaron hacerlo fingiendo que ellos no se darían cuenta.
- Que bien
- Si, ahora tengo la libertad de salir con él cada que me invita, le digo que en mi casa pedí permiso para una pijamada con una amiga y él se lo cree.
- Jajaja
- Jajaja
- Jajaja—los tres reímos de buena gana con la plática de Kim
En un momento Kim y yo nos quedamos solos mientras Alicia y su mamá preparaban algo ligero para comer, algo como un entremés (creo que ninguna de las tres quería su intestino muy cargado), ella me preguntó.
- Siempre he tenido una duda—dijo dejando su copa sobre la mesa de centro de una forma muy madura.
- Si dime—contesté yo mientras tomaba un sorbo de wiski.
- Alicia y Cristina te escogieron para que las desvirgaras—tomó una pausa bebiendo un sorbo de su copa y prosiguió—cosa que hiciste muy bien, según me contó Alicia.
- Gracias por lo que me toca—dije con algo de orgullo
- Por nada, solo las referencias que Alicia me dio, creo que hay algo que ella no te contó, las dos habíamos hecho un pacto de que seríamos desvirgadas por el mismo chico u hombre en tu caso; yo te conocía en fotos y cuando ellas se fueron Alicia te dio una foto mía para que me llamaras.
- Si, lo recuerdo—dije yo sonriendo recordando la foto que Alicia me había dado donde Kim estaba desnuda—de hecho aún tengo la foto.
- ¿De verdad?—preguntó emocionada—bueno eso reafirma mi pregunta, ¿Por qué nunca me buscaste o llamaste?
- ¿Honestamente?
- Si
- Tenía miedo, no te conocía y no sabía cómo llegar o buscarte, eres una niña y no estaba seguro de cómo reaccionarían tus papás
- ¿Fue por eso?
- Si
- Vaya, yo solo pensé que no te había gustado, ¿Sabes? Me deprimí un poco porque no me buscaste.
- Lo siento, esa no era mi intensión.
- No importa, como quiera escogí a mi papá y él fue quien me reventó todos mis agujeros—dijo haciendo una mueca obscena de cópula con las manos—bueno mi mamá le ayudó.
- ¿en serio?
- Si, fue divertido, aún lo es—dijo mirando la nada y saboreando el recuerdo—u esta noche también lo será entre nosotros
- ¿tú crees?—contesté con esa pregunta porque honestamente no sabía cómo reaccionar ante ella
- Así será nuestra diversión
Me reí imaginando su “diversión” cuando en eso llegaron Alicia y Jo con una bandeja con pequeños rollos de jamón con queso y una uva pasa. Vaya que querían tener sus intestinos ligeros, las tres sabían que mi verga profanaría cuando hueco pudiera ser penetrado, eso me excitaba, que sin que nadie lo mencionara todos preparan terreno; Jo se me acercó y me dio discretamente una pastilla azul, yo de igual forma, discretamente la llevé a mi boca, ninguna mencionó algo, aunque todas me vieron, nadie comentó algo, Kim solo sonrió pícaramente eso me excitaba más, todos sabíamos cómo sería la noche y nos preparábamos para ello.
Ya más tarde se habían vaciado muchas copas, pero ninguno estaba mareado, el polvo blanco hacía su efecto, Alicia se levantó y jaló a Kim para que se sentara en mis piernas
- Anda Kim, siéntate en sus piernas, ¿O te molesta?—dijo volteándome a ver
- Para nada mi amor, sabes que Kim me gusta mucho
- ¿Si te gusto?—dijo Kim acercándose a mi
- ¿No lo notaste el día que te cogí en tu casa?
- Si, lo noté, pero también note que saliste corriendo como una gallina grande jajaja—dijo mientras coquetamente se sentaba en mis piernas
- Bueno, no me sentía seguro en una casa ajena—la tome con mi mano izquierda de sus nalgas y sentí su firmeza—pero ahora estas en mi casa y yo soy el amo y señor de este lugar
Alicia se acercó y abrió mis piernas para poder sentarse en mi pierna derecha, ahora tenía sobre mis muslos a dos niñas en ropa sexy, drogadas, alcoholizadas y dispuestas a tener una noche salvaje, Alicia se acercó y me besó, mis mano acariciaban al mismo tiempo las nalgas de las dos niñas, se separó de mí y Kim hizo lo mismo, mi verga se empezó a desarrollar.
- ¿Quién te gusta más?—preguntó Alicia coqueta mirando como besaba con pasión a su mejor amiga, ella siempre quería competir.
- Vamos Alicia—contesté yo tratando de ser amable con Kim lamiéndole sus labios entre palabras– sabes que me gustas mucho, pero debes aceptar que Kim es una niña muy hermosa también—cuando lo dije Kim sonrió emocionada recibiendo mis malsanas caricias por todo su cuerpo– la única ventaja que tendrías sería la que de ti estoy enamorado.
- ¿De verdad?—preguntó Alicia emocionada
- De verdad—contesté soltando amablemente a Kim y jalando a Alicia hacia mí.
Alicia y yo nos besábamos, Kim se fue acercando nosotros y beso mi mejilla y poco a poco acomodó su cara a la de Alicia y en cierto momento estábamos los tres besándonos, nuestras lenguas se cruzaban, nunca antes había hecho eso con dos niñas, era la gloria.
Las besaba con mis ojos cerrados, los abrí cuando sentí una mano hurgando mi bragueta, miré hacia abajo y vi a Jo en cuatro patas entre las dos niñas, que había liberando mi verga llevándosela a su boca, así en “cuatro” me mamó como lo haría un becerro de la ubre de su madre, se mecía de adelante a atrás para poder chuparme, volví a cerrar los ojos sintiéndome el hombre más afortunado del mundo.
De repente Jo se levantó y puso música.
- Creo que esto está muy callado—dijo al subir un poco el volumen del equipo de sonidos—niñas ¿Por qué no bailan para nosotros?
Las dos se sonrieron mirándose entre sí, se levantaron de mí y al son de la música comenzaron a moverse, Jo se sentó a mi lado, me ofreció un vaso con wiski y mientras yo lo bebía y miraba con lujuria a las niñas moverse sensualmente, ella regreso su boca a mi verga, sentí lo tibio de su boca.
Se escuchaba la canción de Leslie Gore “you don´t own me” que curiosamente hablaba de la liberación femenina del subyugo masculino, se escuchaba la suave y dulce voz de Leslie Gore que cantaba en ingles americano, al ritmo de piano en do mayor “tú no eres mi dueño♫… yo no soy solo uno más♫… de tus muchos juguetes♫…”, pero ellas al moverse sensualmente mostrándome su raja y culo, era como si hicieran lo contrario a la letra de la canción, ofreciéndose sumisas hacia mí para que les hiciera lo que yo quisiera; sus pupilas dilatadas marcaban lo drogadas y excitadas que estaban.
La noche loca había comenzado.
Media hora después Alicia y Kym seguían bailando para mí sobre la mesa de centro, estaban en una muy, pero muy sexy ropa interior, ambas traían ropa de encaje casi transparente, sus sostenes eran del mismo tipo y color, lo traía como un requisito de sensualidad, porque sus tetas eran de niña y un corpiño habría bastado para taparlas; se movían muy sensual, demasiado para unas niñas de esa edad, era como si en su escuela tuvieran una clase especifica llamada “baile cachondo”, mi pene duro como roca era mamado por Jo que solo dejaba de hacerlo para tomar de su vaso con wiski y mirar a las niñas mientras me masturbaba con una mano.
- ¿Te gusta lo que ves mi amor?—me preguntó Jo arrastrando las palabras en un tono algo mareado
- Mucho, siento que estoy en el cielo
- ¿Y te gustan los ángeles que te acompañan?—arrastró un poco las palabras, creo que el licor ya había surtido efecto en ella, pues su mirada también era algo perdida.
- Me siento que estoy en el cielo, que ustedes son unos ángeles, pero yo soy el mismo demonio que las va a violar y usar como meros trapos de placer—dije yo con voz ronca de excitación.
- Jajaja… ay mi amor, que cosas dices—dijo ella emocionada por mis obscenas intenciones.
Se levantó titubeante, y sosteniéndose de donde pudo fue a la mesa y esnifó dos rayas, como algo mágico solo bastaron 10 segundos para que lo mareado en ella desapareciera, el polvo no solo le había quitado lo ebria, también la animó para unirse a las niñas y empezar a bailar con ellas; nunca había visto bailar a Jo, era una verdadera bailarina sensual, opacó al instante a su hija y su amiga, las niñas la vieron animada y Alicia se sujetó de las caderas de Jo y ella de los hombros de su hija, juntas se movieron y de vez en cuando se besaron.
Kim me vio solo y se acercó a mí, se sentó a horcajadas y me beso, ya había perdido el miedo y la sujeté con ambas manos de sus nalgas, la jalé hacia mí y tallé su rajita en mi verga que estaba de fuera aún con saliva de Jo, a pesar de tener ella puesta su sexy pantaleta sentí su vulva infantil en todo su esplendo.
- Mmm que rico se siente esto—dijo Kim frotándose sobre mi verga dura
- Más rico sentirás cuando la tengas dentro de ti por tos tus agujeros.
- Aaahhh—gimió cuando escuchó mis palabras– ¿qué me quieres hacer?—su voz era de excitación.
- De todo, te voy a joder muy fuerte, quiero hacerte gritar de verdad, pero sé que no eres del todo mía, así que dime– dije yo lamiendo su cuello–¿cuál es el límite?— tomé su pequeño pezón entre mis dedos
- Solo no dejes marcas—dijo abriendo su boca al sentir como le apretaba el pezón con mis dedos—las marcas solo las pueden hacer mis papas… aaahhh… por lo demás podemos hacer lo que queramos
- ¿Te puedo nalguear?
- Todo lo que quieras… aaahhh—abrió su boca muy cerca de la mía—aguanto mucho.
- ¿Más que Alicia?
- No lo sé—me besó con mucha intensidad y después se separó de mí—pero podemos averiguarlo, si eso te excita.
- ¿Puedo usar el cinto?—dije yo ya entrando en el punto donde me perdía de verdad.
- Si tú quieres si… aaahhh—gimió nuevamente cuando uno de mis dedos buscó su rajita súper encharcada por un lado de su pantaleta
Estaba yo muy excitado y ella no se quedaba atrás, movía sus caderitas al ritmo que mi mano la estimulaba, mis dedos entraban sin problemas en ella, imaginaba cuantas vergas se había tragado esa rajita, estaba más dilatada que una mujer multípara.
La levante y la acosté boca abajo sobre mis muslos, ella sonriendo se dejó, al parecer se emocionó al ver que había perdido el miedo para con ella, acaricié sus nalgas sobre la pantaleta y ella gimió al sentirse dominada por mí, jalé su pantaleta para que se metiera entre sus nalgas.
Las dos nalgas emergieron blancas como la nieve, ella volteo de reojo para ver i cara de lujuria, apreté una nalga y después levante mi mano y la deje caer, al hacer ella lanzó un quejido que llamó la atención de Jo y Alicia.
- Auch—fue el quejido al sentir mi mano caer sobre su nalga, honestamente lo hice fuerte, quería ver hasta dónde podía llegar con esa niña.
- ¿Dolió?—dije acariciando la ahora roja nalga de ella
- Sí, pero ¿quién te dijo que te detuvieras?—dijo Kim—continua, puedo sentir como tu verga se pone más dura cuando lo haces y quiero que esta noche veas todo lo que puedes hacer conmigo
Mi mano se elevó y la deje caer de nuevo, el chasquido sonó más fuerte que la música, Jo y Alicia abrazadas seguían bailando y besándose, pero ahora también veían la escena y sonreían al ver mi cara desencajada nalgueando a Kim que valerosamente aguantaba mi castigo sin motivo ni razón.
No sé cuántas nalgadas le di, mi mano me ardía, me detuve porque vi sus nalgas más que rojas y respeté su regla de no dejar marcas, aunque en ese momento no sé porque se me antojaba dejárselas moradas, miré a Alicia y no vi en que momento había despojado de las ropas a su madre, la tenía solo en ropa interior, Jo tenía las piernas abiertas y Alicia había desplazado a un lado su pantaleta y le tenía dos dedos metidos en su raja, no los sacaba ni metía, solo los movía de adelante hacia atrás
- Aaahhh
Jo gemía intensamente y cerraba sus ojos al sentir a su hija estimularla, al parecer no era la primera vez que lo hacían, de repente vi porque Alicia hacía esa técnica, Jo gimió intensamente y un chorrito de orina salió de ella, Alicia siguió haciéndolo y varios chorritos salieron entre gemidos y quejidos de placer se su madre.
- Gane mami—dijo Alicia con orgullo, chupándose los dedos saboreando la orina materna
- Eres una puerca—dijo Jo sonriendo maliciosa hacia su hija—no sé cómo lo logras, no puedo detenerla. Me sacas los miados de una forma tan intensa… aaahhh—Jo gimió cuando ella sola se metió dos dedos en su encharcada raja
- Es un don que tengo—dijo ella jalándola a una sillón de la sala
Se sentaron primero Jo y Alicia a horcajadas sobre ella, Jo llevó el pequeño pezón de su hija a su boca y la mamó muy intensamente , creo que a Alicia le dolía un poco porque ponía cara raras cuando era mamada por su madre, pero nunca hizo por quitarse.
Yo seguía acariciando a Kim la nalgueaba de vez en cuando, la levanté como un pequeño muñeco y la hinqué en el sillón, ella se sostuvo con sus manitas del respaldo de este, le giré su cabeza y la besé, mientras lo hacía con una mano le baje su pantaleta y ella cooperó levantado sus piernitas para despojarla de la prenda íntima.
- Te voy a joder—le susurré al oído
- Si—dijo ella aprobando i acción
- Lo haré fuerte
- Si
- Aunque grites no me detendré
- Aaahhh
Gimió al escuchar esto último, mi verga de fuera golpeaba sus nalgas y amenazaba con meterse de un momento a otro, la tomé con mi mano y la guie a su rajita, empujé y mi verga se fue como mantequilla, lo dicho, Kim tenía una vagina muy dilatada y la penetración ya no era un problema, la sujeté de su cadera para afianzarme y permitir a mi cadera moverse a voluntad y así lo hice, vi como Kim apretó el respaldo del sillón para dejarme hacérselo muy fuerte, como yo quería hacerlo.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh
Los gemidos infantiles de Kim retumbaron en toda la sala, tan intensos que madre e hija dejaron de hacer lo que hacían para verme joderme a la pequeña Kim, que nada hacía por impedir mis fuertes estocadas en su rajita, yo me la jodía como su fuera una adulta, lejos de sentir que la lastimaba, podía sentir como su raja se iba encharcando cada vez más.
- Aaahhh
Mis empujes eran fuertes, sin misericordia, Kim gemía y gemía con mis arremetidas, en ocasiones le giraba la cabeza hacia mí y ella sacaba su lengua para ser chupada por mi mientras mis caderas hacían que mi verga entrara y saliera rápidamente de ella.
Me enderecé y la tomé de ambas caderas, me moví como loco, estaba demasiado excitado para ver si ella gritaba de placer o dolor, miré hacia donde mi verga entraba y salía y vi ese hermosos culo que tenía, ella era muy blanca y su culo no era oscuro, era de un color rosita que invitaba a besarlo.
- Aaahhh
En lugar de besarlo escupí en él, mi saliva colgó de mi boca y el hilo cayó lentamente en su culo, cuando lo hice me moví más lento para poder atinarle al hoyo que quería lubricar, mi dedo entró con una facilidad asombrosa.
- Tu culo es muy suave Kim, no me da nada de resistencia—dije yo con mi voz agitada
- Sí, es que mi papá me cogió antes de venir, quería vaciar sus huevos, porque decía que andaba muy cargado, ¿no te importa verdad?
- ¿Te coge seguido?
- A diario… aaahhh—gimió cuando le apreté un pezón al mismo tiempo que le dedeaba el culo.
- ¿Se vació en tu culo?
- No, lo hizo en mi boca, no quería que manchara el taxi y se notara su leche saliendo de mi culo… aaahhh
Gimió cuando sintió que saque mi dedo y lo sustituí por mi verga, que entró como si ese hueco estuviera hecho para recibir vergas sin problema.
- Mmm—se saboreó ella con mi glande en su entrada
Con mi lengua saboreando mis labios, puse mi mano derecha en su cadera y la izquierda en su hombro, quería sujetarla bien para poder cogérmela fuerte y salvajemente, tal como yo quería.
- Te lo voy a meter de un solo empujón, ¿estás lista?
- Espera—dijo volteándome a ver—deja me sostengo para que lo puedas hacer así—puso sus manos en el respaldo y lo apretó—ahora
- Toma pequeña puta—fruncí mi entrecejo y apreté mis dientes como si estuviera enojado.
- Aaahhh
Gimió cuando de un empujón metí la totalidad de mi verga en ella, mis huevos chocaron con su raja, sentí la humedad de esta directamente en mi escroto.
De ahí en adelante solo fueron gemidos y quejidos de ella sintiendo como la penetraba intensamente, mi mano se levantaba para nalguearla, ella gemía más intenso cuando lo hacía, Jo se levantó quitando a Alicia de su regazo y se acercó a mí y me beso, yo le correspondí girando mi rostro hacia ella, después se separó un poco de mí y me susurró al oído
- ¿Por qué no te la llevas a la habitación? y ahí te la coges en la cama como te de tu gana
- Sí, eso quiero– Le iba a sacar la verga para llevármela a mi recámara cuando Jo me detuvo.
- No, llévatela así, quiero verte ensartándola por el culo mientras caminas
- Aaahhh—Kim gimió cuando escuchó la petición de Jo.
Puse mi mano derecha en su abdomen y la izquierda a nivel de su cuello, me levanté del sillón y sentí como la niña se quejó al sentir que mi verga servía de apoyo para soportar el peso de sus piernas, eso poco me importó, camine hasta donde terminaba la sala, justo ahí sentí la necesidad de entrar y salir de su pequeño culo, la sodomicé un rato y después caminé, Kim gemía y abría y cerraba su boquita cuando yo la penetraba sin piedad por su culo, su cabello caía ocultando su rostro, para mí era igual, la iba a disfrutar sin tapujos ni piedad.
- Kim, tu culo me está volviendo loco—dije con voz ronca entrando en ella muy intensamente
- ¿te gusta?… aaahhh… es tuyo, pártelo si quieres, me dejaré hacer… aaahhh… lo que quieras… aaahhh… seré tuya por esta noche… aaahhh—gimió Kim intensamente con mis bruscas arremetidas.
Kim sabía que decir para elevar la excitación de un hombre, en cuanto acabó de decir que podía partirla en dos si me apetecía, mi cadera empujó fuertemente como si quisiera aventarla muy lejos de ahí, pero mis manos la tenían muy bien sujetas.
Llegué a mi habitación y la empuje sacándosela, ella cayó en la cama, su culo quedó en pompa, pude ver lo dilatado de su ano que aún no se cerraba, se veía rojo de los bordes, estaba tan dilatado que pude ver las carúnculas que están en el recto, mi verga soltaba jugos de lo excitado que estaba, Kim se sentó y me miró coqueta.
- ¿Quieres sentir algo rico?—pregunto sonriendo como si no le hubiera molestado lo brusco que fui con ella
- Si—dije excitado de curiosidad
- Ven siéntate en la cama—dijo golpeando suavemente con su manita señalando donde debía sentarme.
Me senté en la cama, pensé que me quería hacer una mamada o poner mi verga en sus tetas, pero no, me sentó muy al borde de la cama y me hizo sujetar con mis manos mis propias piernas de las corvas, las levanté y caí acostado boca arriba, parecía yo una rana, ella se hincó frente a mí y me dijo.
- Esto te va a gustar—dijo con una seguridad impropia de una nena de esa edad. Bajo su cara y se metió entre mis nalgas, su lengua acarició mi culo.
- Aaahhh
Gemí con la sensación de esa lengua pasando por los bordes de mi ano, su mano izquierda se apoderó de mi verga que estaba dura como roca y su lengua empezó a penetrarme, nunca antes había sentido eso, ninguna mujer, hombre, perro o ser vivo había puesto su lengua en mi culo, la sensación fue indescriptiblemente placentera, lo hacía suave y a veces rápido, sentí que la mierda podría salir, pero no fue así, lo que verdaderamente sentí fue su dedo penetrando mi culo, era pequeño y delgado, no fue doloroso, giró su dedo dentro de mí de tal forma que su palma quedó mirando hacia arriba, luego flexionó su dedo medio y estimuló directamente mi próstata, mientras su boca beso y chupo uno de mis huevos y su mano masturbó mi pene.
- Kim… aaahhh… Kim… Kim…– decía yo más como un balbuceo.
Mi boca se abría y se cerraba, me sentía totalmente e indefenso, no podía más que sostener mis piernas con mis manos para permitirle a esa cría estimularme como la más experimentada de las prostitutas del mundo.
Su dedo oprimió más mi próstata, eso me hizo ver estrellitas y poner cara de agónico placer, la mano de Kim se movía rápido sobre mi verga, sentí que iba a eyacular de un momento a otro, justo cuando mis huevos iban a aventar la leche, Kim sacó su dedo de mi culo, mi huevos de su boca y apretó mi verga muy fuerte, tanto que detuvo el orgasmo
- Kim—dije yo rogando
- Aun no, aún falta que sientas más—dijo Kim sonriendo, posiblemente mi cara de estúpido rogando por un orgasmo me delataba lo elevado que estaba en placer
Kim me estaba torturando, evitó la eyaculación, ¿Cómo diablos sabía ella que iba a eyacular? Y ¿Cómo supo cómo detenerla? Un último apretón alejo mi eyaculación como si fuera empezando una sesión sexual, mi verga seguía muy dura, pero lejos, muy lejos de eyacular.
- Te dije que te iba a gustar ¿Lo estas disfrutando?—preguntó sabiendo mi respuesta, yo solo pude asentir con la cabeza levantándola para ver el trabajo de esa niña
Kim regresó a lo suyo y metió su lengua en mi semi dilatado culo, la metía y sacaba, lo chupaba, se retiraba para agarrar aire y volvía a jugar con su lengua, su mano seguía masturbando mi verga, ella sacó su lengua de mi culo y me miró
- ¿Estás listo?—me preguntó como si hubiera otra respuesta, yo solo asentí.
Nuevamente metió mi huevo en su boca, su dedo medio regreso a mi próstata y su mano se movió muy rápido, en dos segundo sentí un doloroso, pero placentero, creo que el más placentero de mis orgasmos.
- Aaahhh Kim, hija de puta… aaahhh—dije yo gritando desesperado
Sentí que mi leche salía dando calambres en mis partes erógenas por el rápido movimiento del dedo de Kim, ella sacó mi huevo de su boca y metió mi verga, sus manos trabajan en mí, una me masturbaba y la otra apretaba mi próstata con su dedo, aunado a eso su tierna boquita infantil me estimulaba de una forma que sentí todo mezclado al mismo tiempo, solo pude gritar
- Aaahhh… aaahhh
Con mi nuca golpee varias veces la cama desesperado porque el placer era extraña y desesperadamente intenso. Titiritando de placer, fui soltando chorro tras chorro en la boca de Kim que no dejaba de chupar, masturbar y dedear mi culo directamente sobre mi próstata.
- Kim aaahhh… pequeña puta… aaahhh… ¿qué me haces?—decía yo desesperado por la sensación
Kim seguía moviendo su dedo sobre mi próstata, solo que ahora lo hacía lento y fuerte, como si quisiera ordeñar las últimas gotas, metía su dedo y la sacaba oprimiendo mi sensible glándula, casi moviendo era un brinco y gemido mío, termino su trabajo en mi culo y con las dos manos literalmente exprimió mi verga, apretando sus manos en la base y subiéndolas hasta mi glande, su boca pegada a mi meato urinario chupaba lo que sus manitas extraían.
- Aaahhh… Kim
- ¿te gustó?
Pregunto levantándose y quedando hincada entre mis piernas que había soltado y quedaban colgadas en la cama, miré su boca y estaba llena de leche, vi como se la tragó sonriéndome.
- Demasiado—dije yo agarrando aire—espero no hacerme adicto
Kim sonrió orgullosa, se subió sobre mí y se sentó a horcajadas sobre mi verga que regresó a su vagina, sus pupilas estaban todas dilatadas
- Alicia—gritó Kim mirando hacia la puerta, mientras sus caderas se movían sensualmente.
- ¿Qué?—se escuchó la contestación de Alicia desde la planta baja.
- Necesitamos energía acá arriba.
- Voy—Alicia contestó
Unos segundos después entró Alicia desnuda, traía su cara toda mojada, seguramente estuvo chupando la raja materna de Jo, traía una tarjeta con tres líneas blancas, se acercó a Kim y ella esnifó una, Alicia amablemente le lamió lo que quedó en su nariz y la besó metiéndole a lengua, después se acercó a mí y levanté mi cabeza para esnifar las dos rayas que me traía mi novia infantil.
- Gracias mi amor—le dijo Kim a Alicia moviéndose más intensamente sobre mi verga
- De nada reina—dijo Alicia a su novia mientras se acercaba y la besaba.
Alicia mientras la besaba bajo su mano entre las nalgas de Kim y le metió dos dedos en su culo, note como Kim contrajo su vagina de placer y se movió de adelante a atrás con mi verga dentro de ella que recuperaba su dureza a plenitud, el polvo blanco y la pastilla azul hacía su trabajo.
- ¿Los dejo solos?—preguntó Alicia mientras pasaba la lengua por la cara de Kim
- No, háblale a tu mama—dijo Kim con una cara de pervertida que hasta a mí me asustó. Alicia sonrió y salió de la habitación
- ¿Quieres que esté Alicia y Jo con nosotros?
- Sí, quiero ver como golpeas a Alicia… aaahhh—gimió cuando sintió como mi verga brincó dentro de su raja al escucharla decir eso, la fiesta apenas comenzaba…
Continuará
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