AMANTE DE MI PADRE III
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por zoohot.
Ya con 17 años, la relación íntima con mi padre se había consolidado. Él era un macho hermoso, atlético, y era completamente mío. Teníamos relaciones sexuales prácticamente todos los días, pero fundamentalmente porque yo lo provocaba y buscaba para excitarlo.
Un día de diciembre, bastante caluroso, mi padre había salido a cumplir una de sus habituales actividades de ejercitación física. Fue a trotar por un parque cercano, mientras yo permanecí en casa ocupado en algunas tareas. Por distintas circunstancias hacía varios días que no teníamos relaciones sexuales con él y yo estaba muy excitado y ansioso por disfrutarlo.
Cuando volvió de su actividad estaba bañado en sudor. Se quitó la remera, marcando en ese movimiento todos sus músculos, y observé que su cuerpo brillaba por las gotas de transpiración. Sofocado, se fue al dormitorio a quitarse la escasa ropa deportiva y prepararse para ir inmediatamente a la ducha. Verlo en toda su hermosura de macho me excitó sobremanera y decidí provocarlo como habitualmente lo hacía. Luego de desnudarme, me senté en la puerta del cuarto de baño.
Mi padre salió del dormitorio envuelto solamente en un toallón y se dirigió al cuarto de baño dispuesto a darse una refrescante ducha. Pero me encontró sentado en la puerta, desnudo, mirándolo con deseo y provocación. Algo sorprendido, me dijo : "estoy todo transpirado, dejá que me de una ducha primero…, si querés nos duchamos juntos". Pero no acepté la propuesta, nada contesté, quería disfrutarlo así tal cual estaba. Aún sentado en el suelo, tomé el borde del toallón y tiré de él, sacándoselo, notando enseguida su atlético cuerpo empapado de sudor, el péndulo de sus enormes bolas y su gruesa verga ya algo endurecida.
Enseguida, me abracé a una de sus piernas y comencé a lamerla subiendo lentamente hasta alcanzar su sexo. Mientras él repetía en voz baja : "no…no…, esperá", froté mi rostro en sus huevos, en su verga, en sus pendejos, disfrutando de sus olores a macho, y sin darle ocasión de evitarme puse una de sus bolas en mi boca, luego la otra, luego succioné su verga lentamente, que ya estaba muy erecta y dura. Lo conocía, sabía de su incontrolable instinto, ya lo notaba excitado, caliente. Y deseaba hacerlo allí mismo, sin espera alguna.
Me recosté en el suelo y él me siguió, cubriéndome con su cuerpo, frotándome con su verga hasta que alcanzó mi boca y me besó con desesperación, dándome toda su lengua casi hasta ahogarme. Él mismo colocó su verga en mi boca mientras con una mano me acariciaba el pelo y con la otra me colocaba un dedo en el ano, profundamente.
Recostado a mi lado, se aferró a mi cintura y me dió vuelta, levantó mi cadera y comenzó a lamerme y chuparme el ano con desesperación, salivándolo intensamente. Agitado, jadeando y resoplando como un toro, apoyó la cabeza de su verga en mi ano y empujó con fuerza. Pese a mi amplia dilatación anal, la vigorosa entrada de su grueso miembro me arrancó un gemido de dolor, que lo excitó todavía más y llevó su pija hasta el fondo de mi recto. Me abrazó contra su mojado pecho con ambos brazos y empezó a mover su cadera fuertemente, copulandome intensamente, mientras me decía con furia: "tomá, tomá, mi nena, mi perrita, mi putita…". Yo disfrutaba enloquecidamente sintiendo la masa caliente y dura de su verga entrando, saliendo y revolviéndose dentro de mi recto. Así seguimos un buen rato hasta que en un fuerte gemido de ambos sentí como lanzaba abundantes chorros de esperma espeso y caliente que me colmó por completo.
Quedamos así abotonados unos minutos, mientras disfrutaba al sentirme penetrado e inseminado por mi macho , apretado entre sus músculos, gozando de sus olores y su cuerpo sudoroso.
Cuando nos desprendimos, lo acompañé a la ducha y yo mismo lo bañé con mis manos, gozando la sensasión de la preñada de semen en mi culo. Provocaciones así le hice con frecuencia, demandándole el esperma caliente con el que una vez me había engendrado.
Aun lo hacen?