Amigo de la familia…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por deschain84.
Lo primero, yo soy un amigo al que invitas a una cena familiar, en plan domingo noche, según entro por la puerta ya me lanza una miradilla tu esposa después de saludarme. Tardamos en ponernos todos a la cena, porque tu hija está enganchada al ordenador y no aparece por el comedor. Cuando llega, me pongo malo, está con un pijama de nena, sin sujetador, y con sus pezoncitos marcándose. No le importa ir como va, es más, en cuanto capta nuestras miradas de lascivia, se inclina más sobre la mesa, entreviéndose el nacimiento de unos pechos preciosos. Un carraspeo oportuno de tu mujer, y empieza la cena.
Tu hija (¿como se llama?), tras pensarlo unos instantes, decide decirte que el fin de semana que viene se quiere ir con unos amigos a un chalet de la sierra. A tí no te hace mucha gracia, ya que aún es tu hijita del alma, pero finalmente accedes refunfuñando. Esto le satisface a tu mujer (nombre?), que ya veía que podía haber habido bronca si no es por tu flexibilidad. Te lo hace saber, recogiendo la mesa, con un mordisco en la oreja, y ya piensas, esta noche fiesta. Yo, haciendome el sueco, pongo la tele, y veo que echan una peli buena. Como no hay mucho que hacer al día siguiente, me permitís quedarme a verla con vosotros.
Pasado un rato, veo con el rabillo del ojo, cómo tu mujer no está prestando demasiada atención a la película, ha apoyado la cabeza en tu hombro, y su mano distraída entra en tu pantalón para masajearte. Giro la cabeza, y veo a tu hija, que está sentada a mi lado, que también los mira, con ojillos traviesos. Me mira a mí, y medio haciéndose la dormida, comienza a imitar a su madre, conmigo….
Pasado un rato, la película no la está viendo nadie. Tu hija y yo nos besamos descaradamente, mientras nos masturbamos mutuamente, y tu mujer te está haciendo una mamada de campeonato. Aprovecho la postura de tu esposa (inclinada hacia tí y con su culo en pompa en mi cara), para atacar su raja. Tu hijita, al verlo, suelta una carcajada y reacciona quitándose la parte de arriba del pijama y sentándose a horcajadas en mi polla, que ya está a mil.
Se empieza a frotar, y yo no tengo más remedio que comerle las tetas, ella se inclina sobre mí, y alcanza el precioso culito de tu mujer, que empieza a lamer con hambre.
Pasados unos minutos, cuando tus chicas están empezando a jadear, suavemente, pasamos a la acción. Nos levantamos los dos, y ponemos tú a tu hija y yo a tu mujer a cuatro patas sobre el sofá. Empezamos a bombear en sus coñitos chorreantes mietras ellas se besan apasionadamente.
El ritmo aumenta, y tras un largo orgasmo de las dos, mientras las penetramos, empezamos a masajear su ojete, que está muy receptivo a las intrusiones (el de tu hija, algo menos) al ratito, las empezamos a encular, suavemente al principio, con violencia después. Ellas gritan como posesas, pero el placer supera al dolor, y al poco, los gritos son resultado de brutales orgasmos que recorren sus cuerpos, haciendo que sus esfínteres se contraigan. Finalmente, regamos sus entrañas con nuestro semen calentito, y nos vamos a dar una duchita juntos… pero eso ya es otra historia.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!