Amor profundo y prohibido – Parte 1
Les contare mi pasado, el como conocí el placer del taboo del incesto.
¿Qué tal? Me llamo Cris… Y ya solo Cris.
En todo caso, contare nuestras historia de mi y mis hermanas, mi mellisa Alejandra y nuestra mayor Charlotte.
No daré vueltas aunque me gustaría pero ambas se enojarían conmigo por muchas razones.
En ese entonces, cuando todo comenzó Ale y yo (¿o es yo y Ale? ¿Creo que no?) teníamos 16 y Charlotte tenía 19, era su dulces 16 de Ale mientras que yo podía engordar de toda la pizza y lasagna que quisiera en compensación durante lo que restaba de año, yo ese día de mi cumpleaños 16 no la estaba pasando muy bien ya que pese a la promesa de mis padres por no celebrar me correctamente, no era el centró de atención junto a mi hermana mellisa (yo era el mayor una hora de diferencia), fue también el día en que comenzaría mi odió por compartir fecha de nacimiento con Ale, ese día yo estaba sentado solo en una mesa muy al rincón del local que alquilaron para sus dulces 16 solo y aburrido intentaba hacer mi existencia un poco más divertida haciendo lo que sea pegar papelitos con saliva a los amigo de Ale, hacerles bromas a estos o maldecir a todos por volverme invisible, hasta que Char o Loty como le decía de cariño se me acercó y me alegro el día, pese a que todos los demás no me noten aún siendo también el día de mi cumpleaños Char gastando sus ahorros me compró una cadena de plata, simple pero para mí el mejor regalo del mundo mi hermana mayor siempre me consentía y ese día no fue diferente, su regaló para Ale fue un cupón escrito a mano para un masaje que casi me hace reír a todo pulmón cuando dijo gracias con una sonrisa falsa, tras la fiesta en la que Ale se llevó el 99% de los regalos estaba molesto con el resto de mi familia, por suerte al igual que Char mis tíos y tías no me olvidaron y al menos tuve regalos en efectivo lo cual agradezco de todo corazón hasta el día de hoy, mientras mis padres y Ale se encargaban de limpiar el local y subir sus regalos al coche para volver Char y yo habíamos vuelto a casa unos 15 minutos antes de que termine su fiesta nos sentamos en la Sala y prendimos la tv para jugar en la Xbox, disfrutaba mi tiempo de calidad con Char.
—Dime Cris ¿no te aburre estar conmigo? Jugamos siempre lo mismo, no podemos mantener la charla viva mucho tiempo y muchas cosas más —
Sabia que a veces era así pero a mí me gustaba esa monotonía, después de pensarlo no más de un minuto mientras se terminaba la oleada de enemigos del juego mire el mando de la consola y sonreí respondiendo.
—Prefiero mil veces esto a cualquiera cosa, no cambiaría estos momentos ni siquiera por la pizza o lasagna—
— ¿No bromeas? —
— Dolería, pero no soportaría no poder pasar tiempo contigo Char—
Ella sonrió y seguimos jugando hasta que los demás volvieran, esa noche no quería volver a mi habitación pues la compartia con Ale, así que le pedí a Char dormir con ella esa noche, ella dijo que si con una sonrisa que parecía que podía contagiarse de solo mirarla, pero no pude dormir el cuerpo de Char esa demasiado suave y su aroma me llenaba las fosas nasales me hacía sentir, muchas cosas, desde excitado hasta confundido, cuando pensé que ella ya dormía profundamente no aguante más y comencé a tocar su cuerpo al principio no me atrevía a más que abrazarla o tocar sus manos y mejillas pero en un desliz mi mano llegó a su pecho dónde pude disfrutar del tacto más suave que había sentido o tal vez era mi cabeza con tanta hormona y adrenalina, pero no pude parar y comencé a masajear y a apretar ambos pechos, incluso note como sus pezones se ponía duros de la excitación también jugué un poco con ellos al final cuándo pensé que despertaría puse mi rostro en medio de sus dos pechos para fingir dormir y su aroma me embriagó como una droga y finalmente caí dormido ahí, a la mañana siguiente desperté con una Char mirándome con una sonrisa.
— Extrañaste a mamá pequeñín, tranquilo es lo normal —
Se burló y se reía de mi por como había dormido.
— Se… Se sentía cómodo y… Y de alguna manera también nostálgico… Perdón no volverá a suceder Char —
Recordando lo que había hecho la noche anterior intenté huir de la habitación de Char pues tenía una erección pero ella me retuvo y me abrazó esperando a que no lo notará deje que me abrazara por unos minutos que terminamos jugando a quien hace cosquillas al otro pero finalmente parece que noto mi «erección matutina» y se sonrojó, salí de su habitación rojo y volví a mi habitación, Ale seguía dormida no le di mucha importancia me cambie y salí al comedor para ver el desayuno listo con una nota de lo siento y feliz cumpleaños con un sobre con un poco de dinero.
— espero que cumplan su promesa—
Resople y comencé mi desayuno, poco después me acompaño Char en la mesa mientras reíamos con algunos vídeos de YouTube en su teléfono.
Los demás días prosiguieron casi iguales pero Char estaba rara había cambiado su forma de vestir en casa bastante era muy llamativa para mí, parecía provocarme o invitarme a qué la vea de arriba a abajo muchas veces se agachaba y lo que llevaba puesto dejaba ver su vagina obviamente me quedaba viendola, pese a que intentaba no hacerlo, pero finalmente siempre terminaba por mirar ya sea a sus pechos o a su culo o todo su cuerpo también había veces en las que la escuchaba masturbarse en su habitación y en la ducha , no pasó más de un mes cuando mi autocontrol se desmoronó, decidí escabullirme en su habitación ya bastante tarde parecía dormida profundamente quite las mantas y sábanas con cuidado y volví a jugar con sus pechos intentando controlar mi respiración comencé a acariciar su abdomen y al ver que seguía dormida metí la mano en debajo de la ropa interior de Char casi me da un infarto cuando está salto al sentirme, pero continue después de quedarme como estatua por unos minutos, mientras acariciaba su intimidad, está se estremecía de vez en cuando y soltaba una respiración pesada, mi mano cada vez más húmeda me obligó a quitarle el pantalón que usaba como pijama y sus bragas para ver con la tenue luz lo mojada que estaba mi hermana, mi mano mojada con sus jugos e impregnada con su aroma me llevo a la locura y comencé a lamer su vulva metiendo mi lengua a sus vagina parecía que no pudo fingir más pues sentí su mano en mi cabeza mientras seguía lamiendo hasta que ella me bloqueó con sus piernas y me salpicó la cara y la boca con más de sus jugos, ambos tomamos un respiro y yo ya sabía que estaba en grandes problemas por lo que me quite el collar que me regaló y se lo entregue en silencio.
— pequeño pervertido no estoy enojada contigo —
Me susurró mientras se acercaba a mi poniéndome una vez más el collar que tanto atesoro, rompí en llanto por el susto ella me abrazó y calmó luego me beso y me miró.
— Es tu culpa por ser mi hermano y tratarme como lo haces, te amo Cris —
No sabía nada de lo que sentía y más aún ya que es un sentimiento de hace mucho tiempo.
Char me tomo entre sus manos y beso como si fuera su novio, correspondiendo al beso la abracé y toque finalmente ella me separó y se recostó abriendo sus piernas y deparando sus labios para dejarme ver sus vagina mojada y susurró mi perdición.
— Hagámoslo Cris, por favor. —
No pensaba volver a ser hermano de Char y esperaba que ella tampoco esperará lo mismo, mientras tomaba la virginidad de mi Hermana en total silencio solo escuchaba su respiración y gemidos ahogados no sabía si de dolor, felicidad o placer también podía escuchar y sus latidos y sentir su calor, la bese, mientras torpemente embestía su vagina con mi pene, no duraría mucho y terminaría por eyacular dentro.
— Idiota que… Acaso me quieres dejar embarazada —
Estaba borracho por el placer y pensar en embarazar a mi hermana me puso a mil, volví a meter mi pene dentro de su vagina y seguí embistiendo a cierto punto perdí la noción de la hora pero lo habíamos hecho tantas veces que me dolían los testículos y el pene, su cama era un desastre y sabía que si alguien entraba estábamos perdidos, el aroma del sexo llenaba la habitación, decidí abrir la ventana para ventilar la habitación antes que pudiera levantarme Char me había agarrado las piernas y me daba una mamada ya no tenía fuerza para luchar y estaba demasiado sensible como para poder sacar fuerzas, terminé por eyacular aire y ella me sonrió y me susurró.
— repitamos está noche ¿Si? —
De algunas maneras no nos descubrieron esa mañana, pero mi relación con Char ya no era de hermano y hermana, desde ese entonces.
Wooowwww, qué delicioso relato!