Ana III (Entrega total)
El recuerdo de la ruptura de su himen, es el más maravilloso que conservo..
Daré un breve pero significativo salto en el tiempo. Estába a días de cumplir 15 años y Anita contaba ya con 11, durante los últimos años nos volvimos una especie de amantes, digo esto porque aún no habíamos concretado el acto, solo nos limitamos a mamar, tocar, besar y frotar, créanme cuando les digo que nos divertimos bastante. Sobra aclarar que ella ya no era una niña tan ingenua e inocente, de hecho, no sé si debido a nuestros encuentros cotidianos, se estaba desarrollando bastante bien.
Sus caderas se abrieron de tal forma que, parecían ya las de una mujer mayor, sus pechos estaban más desarrollados de lo normal, a esa edad ya podía presumir de una copa 34B, sus areolas eran rosaditas y estaba coronadas con unos pesones de tamaño regular, comenzaba a aparecer unos finos y delicados bellos en su pubis, sus nalgas Díos mío, tenía un culito como de burbuja, con un derriere increíblemente provocador, en conclusión, se veía como toda una señorita hecha y derecha.
Su rostro aún conserva a la fecha esa mirada ingenua que me mata, con algunas pecas en las mejillas que le dan aire de inocencia, sus labios tomaron una leve inflamación, boquita de mamadora diría yo.
Al igual que yo, había desarrollado bastante gusto por la pornografía y excesiva curiosidad por el sexo.
No voy a mentir, yo en la secundaria ya tenía mis propias aventuras y amiguitas, no sé si en su país de origen sea igual, pero entre los 13 y 16 años, que es la edad en que más o menos cursa uno la secundaria aquí en México, los pubertos y pubertas solo pensamos en a quien metérsela, y quien quieren que se las meta.
Pero con Ana era especial, era mágico; proibido. Se había convertido en mi putita personal, y lo más maravilloso, es que a ella le gustaba y me lo demostró en múltiples ocasiones.
Fue una tarde en la que veíamos una porno de mi colección, cuando tuvo lugar lo que a continuacion cuento.
– Alex, tu ya has cogido con otras? – Su pregunta me sorprendió un poco, ella sabía que no éramos exclusivos y que ya había tenido un par de experiencias. – Pues si, con unas amigas de la secundaria, pero a qué viene tu pregunta? –
– Les dolió cuando se la metiste? – Pregunto con interés. – Pues que ellas me allan dicho no, pero si note que al principio como que se quejaban, es más, una de ellas me asustó porque me dejó un poco de sangre en la cabecita, ya después me dijo que era su segunda ves, que ya había cogido con su novio, pero que yo la tengo más grande y gruesa, que había sido eso -.
– Quiero que me la metas; si me gusta que me la chupes y me dedees, pero quiero sentirla dentro, quiero sentir lo que sienten las muchachas de las películas, quiero ser tu mujer -. Me quedo helado, si bien entre ella y yo existía demasiada intimidad, nunca pensé en ser yo quien le quitará su virginidad, si; en algún momento cruzo por mente que hibamos a terminar cogiendo como Díos manda algún día, pero nunca pensé en ser el primero.
– Estás segura de lo que dices, eso es muy importante y especial para toda mujer, es algo que vas a recordar toda tu vida, es algo que debes hacer con amor y por amor, lo que hemos hecho tu y yo es muy rico y todo, pero lo que me pides es diferente -.
Me miró por unos segundos, suspiro y comenzó a hablar. – Alex, yo no sé si tú sientas lo mismo que yo, pero te has vuelto muy importante y especial para mí, no solo como mi primo – hablaba con una madurez y profundidad que yo no imagine en en una niña de 11 años, – Entiendo que lo que hacemos no es correcto, pero imagino que al igual que yo, lo disfrutas demasiado, tú me has enseñado y hecho cosas que no debí hacer a mi edad, pero me gustan y no pienso dejar de hacer, pero quiero más, quiero sentir, quiero vibrar, quiero conocer, y quiero que sea contigo -.
Lo que dijo me emocionó, ahí fue cuando nació el pacto que a la fecha tenemos. – Estás segura Ana? -. Si, contesto al tiempo que se quitaba su blusita de tirantes. Me apresure a hechar un vistazo al pasillo, mi abuela se había quedado dormida en el sillón de la sala mientras veía T.V. regrese y puse el seguro a la puerta.
Me acerque a ella un poco nervioso, no podía creer lo que estaba a punto de pasar, la tomé tiernamente por el rostro y la bese en los labios, la abrace y acerque su cuerpo al mío, comencé a tocarla como de costumbre, frote su espalda y baje poco a poco hasta sus nalgas. La carge y ella puso sus piernas al rededor de mi cintura, me senté sobre el borde de la cama y desabroché con una mano su sostén.
Cuando sus hermosos pechos estuvieron descubiertos, comencé a lamerlos uno a uno, fue ahí cuando note algo que hace mucho tiempo no había sucedido, su cuerpo temblaba, más que de exitacion, de nervios, pregunté de nuevo, – estás segura – su respuesta fue besarme con una pasión que jamás había sentido en ella, se incorporó y con sus labios fue bajando por mi pecho, al tiempo que con sus manos bajaba el shorts que llevaba puesto, saco mi verga y comenzó a tocarme como lo hacía abitualmente, beso la cabecita y jugó un poco con su lengua, lamió de arriba a abajo por sobre el tronco y por fin se la comió toda. Después de tanto tiempo prácticando, se había vuelto una experta.
Su cabeza subía y bajaba, con los dedos su mano derecha masaguio mis huevos, mientras con su mano izquierda no dejaba de jugar con mi verga, así estuvo al rededor de unos 5 o 7 minutos, intercalada su mamada con una puñeta.
Mi verga estaba rígida, en su mayor esplendor, brillaba un poco por la saliva que Anita dejaba en ella, mis huevos estaba sumamente retraídos, escurriendo un poco de saliva que ella dejaba caer de su boca, con un tono entre rosado y rojizo, provocando por el favor oral que me proporcionaba.
Se paró frente a mi y regrese la cortesía, baje y quite su pants, sentado frente a ella comencé a besar por sobre su calzoncito lamí su rajadita y note que estaba bastante mojada, más que en ocasiones anteriores, era una especie de invitación a que la tomara y la penetrara de una ves, pero logré contenerme.
La senté en el filo de la cama, hice de lado su calzoncito y comencé a lamer y chupar su puntito (clítoris), mientras así esto, introduje mi dedo medio en su puchita, chupaba y metía, chupaba y metía. Ella estaba muy exitada, sus labios vaginales estaba inchados, suspiro y termino mientras tensaba todo cuerpo, aproveche este momento para introducir un segúndo dedo, yo no dejaba de chupar y dar leves mordiscos a su clítoris.
– Metemela porfavor Alex, quiero sentirte dentro -. Me coloque frente a ella y puse mi almuada bajo sus nalguitas, frote mi glande contra su puchita como de costumbre, pero trataba de contenerme para no penetrarla de golpe. Así estuve unos minutos, hasta que también como de costumbre, tuvo un orgasmo y sentí sus jugos vaginales sobre mi glande; justo en ese preciso instante empuje mi verga, aprovechando que su puchita estaba más que lubricada.
– Haaaaaaaa no mames, me duele- grito mientras se tapaba la boca. No supe que hacer, – Te la saco – fue lo único que atiné a decir. – No, déjala un momento, solo dolió cuando entró la cabecita, ahorita ya está pasando – me quedé inmóvil por un momento, luego, sin meterle más la verga acerque mi rostro al suyo y la bese durante unos minutos. – Ya no duele, métela toda – Dijo decidida.
Comencé a empujar lentamente, podía sentir la humedad y el calor de su puchita, parecía que me abrazaba la verga con ternura, al mismo tiempo ella tenía ambas manos cubriéndose la boca, conteniendo un grito quizás. Derrepente sentí algo de resistencia, era su imen que empujaba, como negándose a ceder, sabía que era algo que debía esperar, pero no pensé que haría al estar en esa situación, – duele – acento con la cabeza pero también con un gesto de su mano me pedía continuar.
– Quieres que empuje y te la dejé hir – quitó sus manos de su boca u decidida me dijo – Si métela toda, quiero sentirte dentro y que me hagas tu mujer – La abrace y dejé hir parte de mi verga de una sola estocada.
Al entrar mi verga, pude sentir como su imen se rompía, ella me abrazo tan fuerte que sentí que me hiba a lastimar, también contigo un grito mordiendo mi hombro, sollozaba pero no sé separaba de mi, por fin éramos uno mismo al estar dentro de ella, estuvimos abrazados un par de minutos, hasta que ella comenzó a moverse, – te duele, quieres que la saqué – ella no contesto, solo se movía de arriba a abajo, de pronto jadeando comiendo a hablar.
– No mames Alex, esto es riquísimo, muévete, cogeme porfavor – Ante esas palabras, mi exitacion aumento y mis nervios desaparecieron, empeze las estocadas cada vez más duro, cada vez más rápido, sus mejillas estaban rojas, ella me besaba u me pedía que no para.
Estaba por fin pasando,e la estaba cogiendo, mi verga ya no tenía resistencia, entraba y salía como cuchillo en mantequilla, ella jadeaba y pujaba como nunca lo había hecho.
– Más, más, esto es riquísimo, si Alex cogeme, cogeme como a tus amigas, no pares porfavor – Yo me calentaba cada ves más con sus palabras, de pronto se me olvidó que era su primera ves, que era mi primita, ya no era más eso, ahora sí era mi putita.
Se la saqué y para ponerla de perrito, al principio nos asustó que tenía sangre sobre toda mi verga, y nos dimos cuenta de que tanto como la sábana de mi cama como su calzoncito se habían manchado, pero no nos importo, la puse en cuatro, moví de nuevo su calzon y apunte mi verga a su puchita, no me importo si le dolía o no, y de un solo golpe le metí toda mi verga, que en ese entonces ya había alcanzado casi todo su desarrollo, ya me media unos 16cm y conservaba aún los 8 cm de diámetro.
– Eres un cabrón, me dolió pero me gustó, sigue, no me la saques, chingas a tu madre si me la sacas -. Esas palabras me prendieron cabrón, se la saqué de nuevo, la tome de las caderas y de un solo golpe se la deje hir, bombeaba cada ves más con más intensidad – Te gusta, es lo que querías no, de ahora en adelante eres mi putita, de nadie más, tu puchita es mía – decía yo mientras mis huevos chocaban en sus nalgadas, ella estaba jadeando, realmente disfrutaba mi verga por fin dentro de ella. – Me estás partiendo pero no me importa, sigue, cogeme más, si, si, soy tu putita, métela toda- . Así estuvimos unos 10 minutos hasta que empezó a temblar – No mames, otra ves, hay si, sigue más duro más fuerte, haaaaáaag…..- tubo un orgasmo, pude centró sobre mi verga sus jugos vaginales y como apretaba mi verga con su puchita, eso me hizo bombear más y más fuerte hasta que sentí esa sensación inconfundible, estaba a punto de eyacular, se la saqué y la puse de frente a mí, como había visto en las películas porno, ella se apresuro a hacerme una puñeta y ofrecerme sus tetas, – Aquí papi, echamelos aquí, lléname las tetas con tu lechita – no pude soportar más y de mi verga salieron un par de chorros de esperma, ella no dejaba de jalarmela, quería sacar hasta la última gota de semen.
Unto con mi verga todas sus tetas y le dió un beso a la cabecita de mi verga, me acosté junto a ella y nos besamos, la abrace y así estuvimos un largo rato. Por fin caímos en cuenta y hablo, – Ahora sí, después de esto, quiero que lo hagamos así, ya no más dedeadas y frotadas, ahora sí ya soy una mujer, tu mujer, y mientras me sigas cogiendo así de rico, puedes tener tus amiguitas –
Después de eso, le quite los calzoncitos, – Me parece justo el trato, y estos me los quedó yo -. Aún los conservo de recuerdo, eventualmente Ana se los pone y los volvemos a impregnar con su aroma y el mío mezclados.
Hasta aquí la historia de como por fin me la cogí y como, hicimos nuestro pacto, con el tiempo y atravesó de los años vivimos muchas aventuras, si les interesa conocer la historia, comenten y háganme saber.
También tengo algunas experiencias con amigas para contar, pero sería en otra sección, si les interesa, ya les avisaré la sección y nombre del relato.
De nuevo, gracias por leerme, y créanme, disfruto mucho contando parte de mis recuerdos, saludos hasta donde se encuentren.
Muy bueno tu relato la.prima ya no queria que la tocaras ella queria probar la verga y de que se sentia tener la verga adentro de su puchita y ella fue que te pidio que le metas la verga y quedo muu contenta continua con el relato amigo
DELICIOSO!!
Sigue contando amigo, yo si quiero saber mas de tus experiencias, de como follabas a tus amiguitas.
Sigue escribiendo, te mando un abrazo.