Andrea y yo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por MarioOdugrev.
Como dice Sebas.
Esto no es verdad ni mentira, todo depende del cristal con que se mira.
Esto sucedió en las vacaciones de verano del año pasado.
Mi familia y yo vivimos a dos casas de mis tíos Edu y Mary, por tanto de mis primos Antonio de 16 y Andrea de 14.
Al ser vacaciones Andrea constantemente jugaba, aunque juegos aun infantiles, en el parque que esta frente a nuestras casas, con otros púbertos de la colonia.
En 2 o 3 ocasiones vi también a 2 chicos algo mayores que la mayoría, como de 16 o más años, que se integraban a sus juegos.
La última vez antes de que ocurriera esto los vi muy confianzudos, pues en varios momentos me parecía que toqueteaban a Andrea y otra de las chicas más allá de lo que su juego suponía.
Sin embargo no pensé que hubiera alguna intención extra.
Ese día empezaron a hacer una especie de cabañita con las hojas de palmeras y algunos maderos.
Durante 2 o 3 días no vi a esos chicos, pero al cuarto día ahí estaban.
En los días previos habían jugado al medico.
Pero ese día jugaban a las comiditas.
Pues las chicas llevaron sus juegos de té, algunas galletas y otros queso, etc.
Por un momento me retire de mi puerta para ir al baño, al regresar vi que uno de los chicos y Lulú (supe su nombre después), de la misma edad que Andrea, habían desaparecido, no me llamo de momento la atención, si no cuando los vi salir de la cabaña, ella se veía sollozante y nerviosa, y él muy contrariado, pensé le había pegado o algo así.
Enseguida Andrea y el otro chico se metieron a la cabaña, eso me intrigó.
Como tenia sed decidí ir por un refresco a la tienda cercana, y al mismo tiempo ver que hacían y asustarlos, pero sin que fueran advertidos por sus compañeros de juego, algo infantil, pero no tenía nada que hacer, así que acerque por detrás, por lo que nadie me vio llegar.
Al acercarme lentamente, el sorprendido fui yo.
Ellos estaban recostados y vi que Andrea ya no traía falda y calzón, y el chico estaba explorando su coñito.
Dude en intervenir, pero al ver que él se bajaba el pantalón y el bóxer y se ubicaba, con el pene erguido, entre las piernas de Andrea decidí interrumpir su acción.
Fue tan sorpresivo que el chico aunque asustado trato de huir pero lo ataje y le recrimine por intentar violar a mi prima, él dijo:
-Nooo, Nooo, nooo, ella quiere que se la meta, desde el jueves me lo ha estado pidiendo.
Le dije: -No te creo, trataste de aprovecharte de ella, si vuelves a intentarlo te golpeare y te mandare a la policía.
Él muy pálido y tembloroso dijo:
-Nooo, por faaa.
– Esta bien, vete.
El chico salio corriendo.
Le dije a mi prima:-Vístete y vamos a tu casa.
Ella me dijo: -No hay nadie.
Mi mamá salió y Toño fue a jugar con sus amigos.
-Bueno vamos a mi casa en lo que llega tu mamá.
Andrea iba ‘asustada’.
No supe que sucedió con los demás que jugaban.
Yo estaba decidido a decirle a mi tía.
Pero sus ruegos me dejaron indeciso, pues sabia que mi tía sería muy severa y el castigo fuerte.
Además, ya en mi casa, ella siguió rogándome y llorando, me pedía no le dijera a su mamá.
Que le pidiera lo que quisiera, pero que no dijera nada.
Que me daría sus ahorros o su laptop, y otras propuestas más.
Le dije: -Es muy malo lo que ibas a hacer.
Debo decirle a tu mamá.
-Si no le dices te doy mi laptop y te la chupo.
-¿Quuuéee? ¿me quuuéee?
-Te la chupo.
-¿Me chupas quuueeé?
-Tu palito.
Tu pija.
Tu pene.
-¿Miii quéee?
-Tu verga.
Tu pija.
Entonces llego a mi mente aceptar su propuesta pero también darle un escarmiento.
Por ello le dije:
-Bueno, pero con dos condiciones.
-Sí, está bien.
-No hacer nada con el chico, ni decir nada a nadie de lo que harás y me darás.
-Estás de acuerdo.
-Siii, dijo.
Según yo la escarmentaría y asustaría, pero no despreciaría una mamada.
Pero entonces se me ocurrió pedirle algo más, y le dije:
-Y ya que quieres sentir una pija en tu coño será la mía.
Ella dijo: -Nooo, eso nooo.
Lo cual esperaba que dijera.
Pero estaba decidido a continuar el escarmiento.
Así que le dije:
-Bueno vete y le diré a tu mamá.
-Nooo, porfaaa.
Insistí, para hacer más real el escarmiento.
-¿¿¿Entonces aceptas o no???
Aparentemente resignada, dijo: -Buenooo.
Yo pensaba desnudarla y solo bajarme el pantalón, pero no el bóxer, y ponerme entre sus piernas y decirle “Te engañe”.
La lleve a mi recamara y la desnude.
Ella temblaba, yo pensaba que de miedo.
Me quede congelado, pues aunque antes estuvo desnuda frente a mi no fui consciente, y ahora sí.
Ella dijo:
-Pero acaríciame.
-¿Quééé? Dije.
-Acaríciame.
Eso me saco de balance, pero le obedecí.
Empecé a acariciarla.
Sus incipientes bubis se erectaron, al hacer eso, y verla desnuda hizo que mi pija se pusiera al tope y el deseo despertara en mi.
Continué las caricias hacia su coñito que tiene una ligera pelusita y empecé a juguetear pasando mi lengua por su rajita.
Y me olvide del escarmiento, y empecé a ‘pensar’ en cogérmela.
Ella gemía, entonces puse atención a su botoncito que se empezó a endurecer y empecé a chuparlo delicadamente.
Así al notar que su coño ya expelía lubricante considere estaba lista para recibir mi pija.
Me desvestí y me ubique entre sus piernas y le restregué varias veces mi pija.
Yo suponía era virgen, como resulto, aunque en algún momento lo dude, por su audacia, empecé poner mi pija en la entrada de su coñito para que fuera sintiendo la dureza, calidez y suavidad de eso que estaba a punto de recibir.
Le ponía entre sus labios vaginales la punta de mi pene y la retiraba para pasarla otra vez a lo largo de su rajita.
Ella alzaba su cadera tratando de autoempalarse.
A la tercera vez ya no me retire y empuje un poco más.
La punta de mi pija quedo aprisionada entre sus labios.
Era rico sentir mi pija besada por sus labios, pero al mismo tiempo en lugar de avanzar y empezar a cogérmela mi consciencia me recordó que era mi prima y que solo iba a escarmentarla.
Sin embargo el deseo pudo más.
Además Andrea alzó otra vez su cadera y mi pija avanzo dentro de su coñito.
Pero me contuve, no para retirarme si no para que se acostumbrara a mi pija, que aunque no es muy grande, 15 cm.
, si es gruesa.
Ella gemía y decía: -yaaa métemelaaa.
Aunque no me lo hubiera pedido, yo avance un poco más rompiendo su virgo.
Ella lanzo un largo aaayyy, pero yo no me detuve hasta penetrarla totalmente.
Ella trataba de empujarme diciendo:
-Aaayyy.
Me dueleee, aaayyy.
Sácalaaa.
Pero mi peso y su posición se lo impedían.
-¿Querías verga? Pues ya tienes la mía.
-No, aaayy.
Sacalaaahh, aaayy.
Ayyyyyy.
Me quede quieto disfrutando mi primera desvirgada pero también algo asustado por sus gritos.
Pero una vez más el placer se impuso.
Era tan rico sentir mi pija acariciada por su apretadito interior.
Yo no deseaba abandonar esa deliciosa sensación y con ello sin buscarlo logre que ella se acostumbrara a mi pija.
Aunque ella insistía en desensartarse ya sin gritar lo que provocó un ligero vaivén.
Por ello empecé a moverme en el mejor e incomparable mete saca que he vivido hasta hoy.
Aunque mi experiencia no se remota a más de medio año.
Luego de varios minutos ella empezó a ir al encuentro de mi envite.
Gemía y pedía más.
Y aunque yo quería prolongar esta cogida no aguante más y le clave lo más profundo mi pija y explote en varios metrallazos, y me quede quieto.
Pero ella continuo moviéndose hasta que dejo escapar un largo gemido al tiempo que mi pija era masajeada más por sus contracciones, ella había logrado su clímax.
Nos quedamos quietos hasta que mi pija perdió dureza.
Entonces me recosté un lado de ella, así estuvimos por varios minutos, tras los cuales le di un beso que recibió torpemente.
Le dije: -Hay que vestirnos.
Al levantarse me percate que de su coño escurría mi semen con vetas rosáceas.
Y sobre la cama pequeños rastros de sangre de su desvirgue y de mi leche que limpie.
Mi cuarto olía a sexo y ella estaba sonrosada y eufórica.
Le dije:
-Vete a tu casa y báñate.
Ella se fue.
Yo cuide de borrar todo indicio de nuestro encuentro, ventile mi recamara, y luego me puse a ver TV donde un comercial, de condones, me recordó que no habíamos usado protección y que ella ya tiene menstruación por lo podría quedar embarazada.
Así que fui a la farmacia a pedir ‘la pastilla del día después’.
En la primera farmacia no había y en la segunda me dijeron que solo se vendía con receta médica, afortunadamente en la tercera me atendió un hombre que no puso ninguna objeción, pero además me dijo:
-Recuerda que solo es en caso de emergencia y solo una vez, para otra usa condón.
Así regrese, fui a casa de mi prima, que ya se había bañado, le dije:- tómatela.
Lo hizo y me retire.
Ella me ha buscado varias veces más para repetir nuestro encuentro cuando mi tía sale.
Por supuesto no me hice del rogar, pero ya use protección.
Además me contó que en verdad ella era la que le había propuesto al chico coger, pues varias chicas de su escuela habían apostado para ver quien se desvirgaba primero.
Y que había pensado hacerlo conmigo o con su hermano pero no se había atrevido a proponérnoslo, pero que al ser descubierta decidió aprovechar haciéndose la víctima.
En mi mente agradecí esa apuesta.
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