Anna, annita, mi annita
padre e hija amantes en secreto.
Anna
Entro a su habitación, ella esta dormida tal como le pedí que lo hiciera, totalmente desnuda y sin arroparse, yo iba vestido solo con mi ropa interior mi pene ya erecto y bien duro como piedra deseando enterrarme dentro de ella una vez mas y hacerla mía salvajemente, amarla y llenarla con tanto semen como me fuera posible, la amo más que a nada y siempre que puedo se lo demuestro, mi hija es la mujer más hermosa del mundo.
Mi Anna tiene casi 9 años, los cumplirá en un mes y lo que nos ha pedido como obsequio es un paseo a una granja de ponis pues ella quiere montar un poni blanco como una princesa, ella es tierna, dulce, amigable y le gusta ayudar a las personas sin hogar incluido animalitos, a diario por las tardes nos obliga a su madre y a mí a llevarla en el auto a dar alimento a perritos y gaticos y sándwich a personas sin hogar, ella es un amor de niña, al menos en su vida pública pues secretamente y desde que tiene 5 años mi Anna es una muy fogosa amante deseosa de leche y mucha verga.
La historia de cómo se inició en el sexo no me corresponde a mi contarla debido a que no fue a mí a quien ella entrego su inocencia pero fui el segundo en su lista y desde entonces es mía y de nadie más, ella es blanca, pelirroja como su madre delgada con un trasero delicado y dulce, ojos color miel y pecas en parte de su torso, era un ángel terrenal, yo por mi parte soy alto, musculoso por trabajar en construcción e ir al gimnasio, soy semi velludo en piernas y brazos, soy un poco más oscuro de piel cabello al ras y ojos marrones, mi dotación? Pues unos sencillos y normales 19 centímetros ni tan gruesos ni tan delgados, un pene normal para alguien normal, mido 1.90 metros y le saco dos cuerpos a mi hija de unos 1.20 metros y en peso le llevo como unos 5 o 7 tantos, quizás más.
En fin, entre a la habitación y cerré la puerta con seguro, después de algunas casi descubiertas veces tomo la precaución de asegurarla para que su madre o su hermano mayor no nos descubra, me acuesto a su lado y la rodeo con mis fuertes brazos atrayéndola hacia mí, besando su carita angelical y sus tiernos y dulces labios hasta sacarla de su soñoliento sueño, ella me ve y se sonríe abrazándome alrededor de mi cuello
– Hola papi, que bueno que ya estás aquí, estaba esperándote
– Yo también estaba ansioso por llegar mi reina pero sabes que debo esperar a que tu mama se duerma
– Si, lo sé pero te extrañaba
– Bueno ya estoy aquí mi reina que deseas que haga este humilde servidor por ti?
– Chúpame la concha papi hazlo
– Como ordenes mi reina
Me bajo por su cuerpo besando su piel hasta llegar a su entrepierna de olores dulces y juveniles, abrí aquellos labios vaginales carnosos y rosados para poder ver un clítoris igual de pequeño y apetecible, lo lamí y lo volví a lamer, lo puse entre mis labios y lo chupe y lo seguí chupando haciendo que mi niña se retorciera de placer y me tomara de los cabellos apretándome contra su ingle para que mi lengua entrara tanto como pudiera meterla, para ese entonces mi pene estaba tan duro como piedra que casi le abría agujero al colchón, la masajeaba de sus nalgas y su espalda y pellizcaba sus ínfimos pezones de sus aun invisibles senos, me deje llevar por largo rato mamándole la vagina y dándole placer.
Después de unos 20 minutos chupándole la conchita creo que era mi turno de recibir placer y mi Anna era experta en hacérmelo como me gusta, me acosté boca arriba con las piernas abiertas, ella se arrodillo entre ellas y tomo mi pene con sus dos manitas y comenzó a olfatearlo, besarlo desde la base a la punta y de regreso, saco la lengua y la paso desde la base de las bolas hasta la punta, realizo todo este ritual una y otra vez hasta que abrió la boca y atrapo mi glande entre sus labios y comenzó a succionar, enrollaba su lengua alrededor de mi cabeza y seguía mamándomelo, haciéndome gemir de placer mientras con las manitas me masturba y sobaba las bolas al mismo tiempo, me tenía al borde de la locura.
– Ah mi amor que rico, me la mamas demasiado bien como siempre
– Aaaghmmmmm shiiii papi me gusta tu verga es delishiosha
Ella se podía perder horas mamándomela pero ya deseaba clavársela y hacerla mía, le pedí que se subiera encima y ella misma se la metiera hasta donde pudiera tenerla, se abrió de piernas y se inclinó sobre mi mientras yo sostenía mi pene con una de mis manos y con la otra la instaba a bajar sobre él, cuando sus labios vaginales tocaron la punta de mi pene sentí un correntazo por todo el cuerpo y cuando se comenzaron a abrir para dejar que mi vera entrara fue lo máximo, la he follado muchas veces pero cada vez parece que fuera la primera vez, el calor que emana de ella, lo apretado que es su pequeño coñito y lo tierna que se ve siendo clavada por mi buen trozo de carne, es una locura.
La cabeza fue entrando hasta quedar atrapada en su interior, ella gimió, cerro sus ojos y se quedó un momento sintiendo como sus paredes se estiraban con el grosor de mi glande, luego volvió a bajar otro poco y casi medio pene entro, la sensación era demasiada rica uff que delicia, la tome de las caderas y la hice bajar hasta que la punta de mi pene toco el final de su útero, casi todo mi pene entro creo que unos 16 centímetros más o menos, nos quedamos inmóviles, sintiéndonos mutuamente, mi pene palpitaba dentro de ella y su vagina palpitaba alrededor de mí, unos minutos después ella no pudo aguantar y comenzó a moverse, subía lentamente hasta casi sacarlo todo y volvía a bajar igual suave hasta volver a tocar su fondo uterino con mi carne, yo la tomaba de las caderas mientras.
Ella colocaba sus manos sobre mi pecho un poco velludo para tomar apoyo al subir y bajar, yo tomaba sus caderas y piernas mientras mis huevos se restregaban en sus nalgas cuando ella bajaba, sus jugos vaginales me lubricaban el pene y hacían más fácil la penetración, más suave y creo que hasta más profunda, mi Anna era toda una perrita deseosa de sexo y yo era su esclavo sexual, ella me cabalgo por un buen rato comiéndose mi pene con su agujerito que me succionaba hacia adentro, ella gemía de placer y me hacía gemir a mí de igual placer a pesar que alguien pudiera escucharnos, no nos importó por un momento.
La saque de encima de mí y la hice colocar de rodillas apuntándome con su magnífico y blanco culo, escupí sobre la punta de mi pene y lo dirigí hacia sus labios vaginales que se abrieron gustosos para recibirme, la metí hasta tocar el fondo y comencé de nuevo a clavármela bien rico como a ella le gusta, la tome de la cadera y le daba fuerte, duro y rudo a gran velocidad para después suavizar las embestidas y ser más apasionado acariciándole el clítoris con uno de mis dedos mientras mi pene la atravesaba com carne en brazas.
– Ah papi me gusta, dame más mas quiero maaaas
– Si mi nena tómala toda, ah si toma la verga de papi aaahg que rica estas
La tome de la cadera y acelere mis movimientos y la intensidad de ellos, cuando movía mi cadera hacia adelante clavándosela hacia que ella se levantara un poco debido a la fuerza con que mi pene chocaba dentro de su útero, ella gemía o se quejaba y yo disfrutaba de hacérselo, pasamos casi media hora follando y yo aun sin signos de eyacular, antes de ir a su cuarto me había follado a mi mujer y como todos saben la segunda vez uno tarda más en acabar, la coloque boca arriba con sus piernas abrazando mi cintura y me deje caer sobre ella dándole tan duro como podía y como ella me pedía y 15 minutos después mis testículos estaban vaciando cada gota de leche dentro de ella dejándola repleta del jugo paterno.
– Ah mi amor que rico, te deje todo dentro, eres la mejor
– Si papi siento todo tu semen adentro que rico me siento
– Si bebe, te lo hare todas las noches tú lo sabes, mientras tenga fuerzas vas a tener leche de papi dentro de ti siempre
– Te amo papi
– Y yo a ti bebe
Reposamos unos minutos antes de recuperar fuerzas para salir de su habitación, casi a las 2 de la madrugada, me lave y me acosté en mi cama al lado de mi mujer, al día siguiente como cada día me levante, desayune y me fui a trabajar, los niños al colegio y mi mujer a sus cosas diarias, cuando llegue en la tarde me recibió mi familia como siempre alegres y emotivos, mi pequeña me abrazo y yo pose mis manos sobre su trasero hermoso y l bese de pico en los labios, reposamos y luego cenamos.
Poco antes de la media noche me levante aprovechando que mi mujer dormía profundamente me levante hacia la habitación de mi hija, entre y la llame hasta que se despertó
– Mi amor ven conmigo a la cocina quiero hacértelo en la mesa del comedor ven
– Pero nos pueden ver papi
– No si lo hacemos en silencio, ven
Cuando salimos ella iba en su bata de dormir y yo en un mono de dormir ajustado sin nada debajo, mi pene duro se pegaba contra la tela sobresaliendo evidentemente, cuando llegamos me senté en la silla y le pedí que se arrodillara y me la mamara, ella se arrodillo ante mí y con sus manitas libero mi pene tomándolo de la base con sus dos manitas con las que apenas podía abarcarlo y abrió su boquita engullendo mi cabeza y un poco más, moviendo su cabeza de arriba abajo me lo fue mamando y comiéndose centímetro a centímetro, mi cabeza chocaba contra su campanilla en el inicio de la garganta mientras yo le marcaba el ritmo con mis manos sobre su cabeza, aquella escena era la mejor tener a mi nena de 8 años arrodillada ante mi comiéndose mi pene con su tierna y pequeña boquita.
Pasados 10 o 15 minutos de estar recibiendo esa increíble mamada le pedí que se subiera a la mesa y abriera sus piernas, no aguantaba más quería ya clavársela y dejarle mi leche bien adentro, le quite la pantaletica y le deje caer suficiente saliva entre sus labios vaginales que unidos a los que ella me dejo en el pene fue suficiente para dejarle ir todo cuanto su vagina podía resistirme o permitirme entrar, sus piernas sobre mis hombros y me l coji, o dios sí que me la coji tan duro como pude haciéndola gemir sin preocuparme del ruido que pudiera hacer pues en la planta alta no podrían escucharnos, mi pene entraba como pistón en ella y la tomaba fuerte de sus caderas para tenerla firme.
– Ah sí que rico puta madre, que ricoooo tu cuca es la mejor, me encanta cogértela, quiero darte hasta morir, aaah siiii
Yo estaba fuera de mi dándole verga y clavándome a mi hija, era súper delicioso todo aquello, sentía lastima por los padres que no podían o nunca habían querido follar a su bebita, no sabían de lo que se perdían, no pude aguantar mucho y enseguida me vacié dentro de ella inundándola con mi liquido blanco, espeso, abundante y súper caliente, perdí casi todas las fuerzas en aquella acabada y así todo sudado me deje caer sobre la silla con la respiración entre cortada.
Nos vestimos y cada uno se fue a su cama a descansar esperando la siguiente oportunidad para continuar nuestra secreta aventura, follar a mi preciosa Anna era lo mejor que me pasaba en la vida.
espero les halla gustado mi relato, recuerden que pueden contactarme a traves de telegram por @andior32
para mas de mis historias visita mi blog, link aqui en mi biografia
Que delicioso relato de como te coges a tu hija Anita ella gosa cuando le metes la verga se nota que a tu hija Anita le gusta mucho coger contigo lo bonito de esto es guarda el secreto de que te la coges te felicito
Que rico es cojer con mi pequeña hija, tu relación con la tuya es muy similar a la mía, yo si le rompí el virgo a la mía cuando tenía 7 añitos y aún ahora que ya tiene 15 la sigo cogiendo
Que rico.. yo jugué con mi hija desde que cambiaba sus pañales y ella sola me pedía jugar hasta sus 11 años la disfrute jamás la penetre pero me hubiera gustado por miedo a lastimarla no lo intente pero amaba cuando ella me pedía se la chupe… O me provocaba frotando su conchita en mi pierna y me pedía la cambie así le decía ella.. ya que cada ves que la cambiaba desde bebé le frotaba mi pija o le chupaba el culito o su conchita y así aprendió..