APOYANDO A MI MADRE INSATISFECHA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Estos hechos sucedieron cuando yo tenía 18 años y mi madre 38 años, ella es de piel blanca, rubia, ojos azules, en ese tiempo ya éramos tres hermanos, yo el mayor de los tres, para mi madre era muy natural andar por la casa en bata de dormir trasparente con lo que se le translucían los pechos resaltando sus pezones rozados, pero no importaba porque nos acostumbramos a eso desde pequeños, sin embargo todo cambio en mi forma de verla como madre, cuando una noche que llovía intensamente un fuerte trueno me despertó, me levante al baño y cuál fue mi sorpresa al pasar frente a la recamara de mis padres encontrándose la puerta entreabierta, ellos habían llegado de una fiesta y de seguro habían tomado sus buenas copas y se descuidaron de cerrar totalmente la puerta.
Escuche quejidos y con los relámpagos logre ver como mi madre tenía las piernas abiertas y mi padre en medio de ellas le hundía una y otra vez su verga, me quede observando hasta que papa descargo toda su leche y escuche que mama le reclamaba que hacía tiempo que no alcanzaba un orgasmo y que últimamente se quedaba con ganas.
Mi padre no dijo nada, se volteo y se durmió, de seguro estaba muy borracho.
Mi madre abrió un cajón y saco un consolador como de 20 cms.
y más grueso que la verga de mi papa y se lo fue metiendo poco a poco hasta el fondo, en eso duro como diez minutos y cuando logro el máximo de excitación soltó un fuerte suspiro.
Desde donde yo estaba logre ver por instantes su hermosa concha totalmente depilada y brillante por los flujos, a partir de ese momento mi madre fue la protagonista de todas mis masturbaciones, en mi mente estaba siempre estaba la imagen de estar en medio de sus piernas metiéndole mi verga sabiendo que era más grande y gruesa que la de mi papa.
Desde ese momento comenzó mi obsesión de hacer realidad una follada con mi madre, cuando estaba en bata trataba de rosarle las tetas, algo que parecía no importarle, pero a mí sí me ponía a mil.
En una de esas ocasiones me excite tanto que me fui al baño a hacerme una puñeta, estaba a todo lo que daba, con la imagen de mi madre en la cabeza y diciendo mamita que rico te entra mi verga y tuve una corrida total, pero alcance a notar una sombra que se retiraba, y vislumbré que era mi madre que me había estado observando.
Salí por detrás de la casa porque me daba pena mirar a madre, regrese mas tarde y ella estaba sentada en la sala, note que su cara estaba roja y le pregunte si estaba bien y me contesto que algo acalorada y cual fue mi sorpresa que discretamente abrió un poco las piernas y note que no tenia pantys, le podía ver sus concha depilada y brillante, de seguro estaba muy mojada.
En otra ocasión entre a su recamara sin tocar y no espere encontrarla cambiándose de ropa, en ese momento se ponía los panty, estaba de espalda y me quede por un momento observando su blanco y rozado trasero…
esto sucedió por la misma época que se celebraban las fiestas del pueblo, mi papa había viajado a la capital y mi madre me pidió que la acompañara a la fiesta que se celebraba ese día, ella durante la fiesta se tomo algunas copas de licor y los dos por momentos bailamos, yo de vez en cuando le daba sorbos a la copa de mama y a la madrugada cuando sonó música romántica mi madre me puso sus dos brazos en el cuello y sentí como friccionaba sus senos contra mi pecho, mi verga reacciono de inmediato y se irguió como un mástil, luego ella pego su pelvis a la mía y nos fuimos a la parte más obscura del salón, allí ella empezó a acariciarme suavemente el cuello, luego mordió sensualmente el lóbulo de mi oreja y yo la apreté contra mi cuerpo y le froté con fuerza mi verga contra su concha, al igual que no dejaba de meter mi pierna entre las de ella para agitar su clítoris.
Ella acerco su boca a la comisura de mis labios y con la punta de su lengua los rozaba, su aliento era caliente y por momentos escuchaba sus suspiros, me dijo… el baile ya está por terminar, vámonos a casa.
De regreso yo manejaba y mi madre se recostó en mi hombro, note que las copas le habían hecho efecto, y empecé a sentir como acariciaba mi pierna derecha, y en respuesta yo puse mi mano derecha en su rodilla y la fui subiendo poco a poco, arrastrando su falda hacia arriba hasta rozar su concha por encima del panty, de inmediato sentí la humedad y batallando un poco logre correrle el panty hacia un lado y así meter un dedo en su concha y luego dos, ella estaba súper lubricada y excitada y con su mano empujo la mía para que mis dedos se perdieran en el interior de su concha, luego abrió mi bragueta, saco mi verga y empezó a darme una mamada deliciosa, yo no aguante mucho tiempo y cuando sentí que me iba a correr le avise pero ella me dijo… hazlo y se trago toda mi leche.
Al llegar a casa fuimos directo a su recamara y ella cerró la puerta con seguro, mis hermanitos dormían profundamente y los dos muy excitados nos quitamos la ropa y al quedar totalmente desnudos, no pare de observar el hermoso cuerpo que ella aún conservaba a pesar de sus tres embarazos y al acercarnos comenzamos a acaricianos.
Era la primera vez que estábamos frente a frente desnudos, así que ella se acostó en la cama y separando sus piernas me invito a subir sobre ella.
Como yo ya había tenido una descarga de tensión durante el viaje de regreso, no tenía el mismo afán que ella, por eso me dedique a alargar y disfrutar cada momento.
Primero nos besamos apasionadamente y ella dirigió mi polla a su cocha para que la penetrara.
Al sentirla entrar me dijo, creo que es más grande que la de tu padre, que rico, métemela toda, quiero sentir cada centímetro en mi interior y se la fui empujando suavemente hasta que toque fondo y ella emitió un quejido, comenzamos a movernos en un mete y saca delicioso pero luego me despegue de ella y me baje por su vientre hasta llegar a su concha y darle una sesión de sexo oral que la hizo gemir como loca, creo que alcanzo un orgasmo pero los dos estábamos decididos a coger el resto de la noche.
Así que luego ella me pidió que la follara por el culo y ayudados por el enorme flujo de lubricación de su concha, meter mi polla en su culo no fue muy difícil.
Esto lo acompañe con masajes de mis dedos en su clítoris y pronto sus gemidos volvieron a aflorar hasta que ella alcanzo su orgasmo y yo disfrute de su delicioso culito que me llevo a conseguir una corrida fenomenal, toda mi leche se la deje dentro y ella moviendo sus caderas consiguiendo que mi placer se prolongara unos minutos más.
Después de esa noche aprovechamos cualquier oportunidad por mínima que fuera para coger, esto duro por espacio de más de tres años, ahora yo tengo veintinueve años y estoy casado, y ella recién cumplió cuarenta y nueve y sigue tan hermosa como siempre.
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