APOYANDO A MI PRIMA DIVORSIADA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por MONTANA16.
Hace un tiempo tuve una experiencia así, con una prima divorciada quien me pidió apoyo, ya que con ella nos llevamos bien desde pequeños, aunque la familia le decía a ella que no confiara mucho en mí, ya que era todo un lobo y que solo buscaba caperucitas para comer jajajajaja.
Vivió un tiempo en mi casa, su hija Ali, la mayor tenía en ese entonces 9 años y la menor Susy de 7.
Tuvo problemas con su exesposo, algo fuertes y me pidió ayuda, ya que sus padres, ósea mis tíos, son algo tradicionalistas en el que la mujer pase lo que pase, no debe separarse del marido y no aprobaban su separación, por ello recurrió a mí, por lo que le dije sí.
Ella vivía en la capital, así que al venirse a Acapulco, clima cálido, a las niñas les costaba andar con pantalón y blusas como en la capital, así que le dije que no había problema si querían andar, ya sea shorts o faldas y ya en desmadre les dije que si querían podían andar hasta en calzones.
Todas lo tomaron a risa, aunque no tardaron en tomarme la palabra, porque mis sobrinas fueron las primeras que estuvieron de acuerdo, decidieron andar en la noche solo con sus pantaletas blancas y corpiños, de esos de algodón, que son algo grandes como fundas de almohadas.
La confianza y relación entre las niñas y yo, fue rápida, jugaba con ellas, bromeaba, las abrazaba y platicaba, cosa que su padre no hacía.
Yo acostumbraba a andar en short y sin nada de bajo y al jugar a las cosquillas, luchitas, almohadazos el contacto era inevitable pues entre contacto y contacto les rosaba sus nalguitas, tetitas y puchita, unas veces con mis manos, otras con el bulto que se me formaba debajo del short.
No tardó mucho en que la relación de confianza pasara una relación de extrema confianza entre ellas y yo.
Varias veces entre juegos, ellas acomodaban sus nalguitas sobre mi pelvis o en frente de mi cara.
Todo lo tomaban con gracia y en broma, había en ellas una necesidad de figura paterna, de una presencia masculina que las hiciera sentirse seguras y a la vez amadas y comprendidas, por lo que en mi encontraron esa figura.
Su mamá, solo reía y les decía pero sin regañarlas que me tuvieran compasión, nunca les prohibía nada o que no jugaran así conmigo.
A los pocos días que llegaron a vivir conmigo, tres para ser más exactos, fuimos de compras al súper, principalmente para distraer a las niñas, como para comprar despensa.
Al recorrer todos los pasillos del súper, vimos ropa interior para chiquillas algo sexy, mi prima las vio y las agarro, le dije que esas les quedaban a sus niñas y que se verían bastante sexys y hermosas, ella solo sonrió con picardía.
Las miraba con gran entusiasmo y volteaba a ver a sus nenas que curioseaban con las demás prendas.
Eran conjunto de un bóxer de puro encaje con blusita de la misma tela en diversos colores.
La verdad eran muy sexys para ser para niñas.
Mi prima era bastante joven, la quería mucho, también me gustaba y tenía un muy bello cuerpo.
Las niñas exclamaron que les gustaba mucho la ropa por lo que termine comprándoles varias prendas, no eran tangas, solo si, ropa muy sexy para su edad.
Esa misma noche cuando llegamos a casa, mi prima les dijo que antes de cenar primero se metieran a bañar, por lo que corrieron al baño para luego ponerse las prendas nuevas.
Ali la mayor se puso un conjunto de bóxer y blusita de encaje en color azul, la más chica, Susy un conjunto de bóxer floreado y blusa del mismo tono.
En lo que ellas se bañaban encargamos una pizza.
Cuando salieron de bañarse cenamos en la sala y entre juegos por la posesión del control de la tele, ellas se me encimaban, lo cual me excito porque entre la luchita, separaban mucho sus piernitas y su tierna intimidad la tallaban contra mi pierna.
Luego se sentaban en el descansa brazos del sillón, sin descuido alguno y me mostraban más allá de sus encantos.
Mi prima que llego a sentarse a un lado solo veía y reía de las ocurrencias y juegos de sus niñas
Yo solo las agarraba de sus hombros o espalda, de sus caderas o piernas, no tocaba más allá, aunque mi excitación estaba al máximo.
No sé si mi prima se daba cuenta o no, ya que no me decía nada, solo reía.
Así transcurrieron dos días en los que me hacia el disimulado cruzando la pierna o las manos para que no se me notara la erección que me provocaban sus roces o la forma tan descuidada en que se sentaban o posaban al pararse, más que nada, para no llegar a molestar a mí prima.
Pero el entusiasmo de ellas era tremendo, al segundo día de las compras, estaba acostado por la mañana serian como las 08 ; 30 y como de costumbre, durmiendo desnudo en mi recamara.
Entraron las niñas y se me encimaron, entre risas me pedían que jugara con ellas, a la vez me pedían que las llevara al parque, casi al instante me desperté y como es normal, cuando uno despierta por las mañanas, tenía una erección, como estaba cubierto solo con la sabana el bulto era súper evidente, pero ellas no les importo o no se dieron cuenta.
La más chica se subió casi en mi pecho y la mayor sobre mi pelvis, casi sobre mi miembro.
Brincaban sobre mi como cabalgándome.
En eso entro mi prima quien vestía una bata rosa clara de algodón a medio muslo por la que se le podía apreciar lo blanco de su pequeña pantaleta de encaje.
Nos miró, sonrió y solo les dijo, -tan temprano quieren que su tío les haga caballito- a lo que ellas dijeron –si- y comenzaron a moverse sobre mí, mi prima si se dio cuenta de mi erección, mas no decía nada, solo sonreía y miraba.
En el movimiento de sus caderas, la mayor se fue haciendo para arriba, por lo que les dijo mi prima, -le van a sacar el aire a su tío-.
Entonces pararon y se hicieron para atrás y al hacerlo, Ali quedo justo sobre mi miembro.
Sentí el calor de su puchita, su cuevita cerradita, que si no hubiera sido por la sabana y su pantaleta que traía ese día, la hubiera penetrado.
Mi sobrina dejo de hablar al sentir la dureza sobre la que estaba sentada, se comenzó a mover, pero no de arriba abajo, sino de adelante para atrás recorriendo todo lo largo de mi miembro y solo hacia ruidos entre gemidos y risas.
Arrecio sus movimientos de caderas.
Mientras mi prima a quien voltee a ver esperando no se molestara por lo que podía apreciar, solo miraba sin decir nada, no había ni molestia en su rostro, solo miraba hasta que solo se salió del cuarto y oí la puerta del baño que se cerró.
Mientras la mayor continuaba sus agresivos movimientos hasta que se detuvo de golpe y solo se recargo sobre su hermana quien seguía moviéndose, luego de unos minutos se bajó y se fue rápido a su cuarto, dejándome la sensación de humedad sobre la sabana y mi miembro.
Yo estaba súper excitado y tenía unas ganas locas de tocar sus puchitas, de lamerlas, más me contuve y me conforme con acomodar a Susy, quien estaba sobre mi abdomen.
La baje a mi pelvis y ella se dejó acomodar, cuando sintió que estaba sentada sobre mi duro y erecto miembro, me miro y sonrió, puso sus manitas sobre mí pecho y comenzó a mover sus caderas igual que su hermana, solo que no tan recio, que si no hubiera sido por la sabana y su pantaleta, también la hubiera penetrado.
Sentía claramente su puchita, su cuevita como fue como con su hermana.
Estaba calientita y ya húmeda.
Se movía de adelante para atrás de una forma dulce y excitante por varios minutos, en los que oí cuando salió mi prima del baño y que se dirigió a la recamara para decirle a Ali que se metiera a bañar.
Con Susy fue diferente, ella siguió suave, hasta que llego a un punto que arrecio sus movimientos y de repente se dejó caer sobre mi pecho, explotando yo al mismo tiempo sobre las sabanas.
Respiraba agitada, la abrace y bese en la frente, así estuvimos por unos minutos hasta que se levantó de prisa y se fue a bañar.
A la hora, estábamos almorzando como si nada, nadie comento nada de lo sucedido, solo platicábamos y reíamos de alguna ocurrencia o broma.
En ese tiempo estuve trabajando en el turno vespertino y tremenda alegría me dieron cuando esa tarde fueron a verme.
Mi prima lucía un pantalón de mezclilla azul cielo, bastante ajustado con el que lucía su bella anatomía y una blusita blanca con los hombros descubiertos, mientras Ali y Susy vestían shortcitos de mezclilla cortitos y algo ajustados con blusitas tipo playeras.
Muy bellas las tres.
Cuando llegamos los cuatros a la casa, ya en la noche hacia algo de calor.
Las niñas antes de dormir se fueron a bañar y se pusieron una pequeña pantaletita con su corpiño.
La mayor que ya mostraba bastante el nacimiento de sus tetitas lucia excitante.
Mi prima se puso un pequeño bóxer color carne, con una blusita del mismo color.
La confianza aumentaba entre Ali, Susy y mi prima conmigo entre los ya acostumbrados juegos, por lo que mi erección ya no la disimule.
Luego de cenar y de que le ayudaran a recoger la mesa, mi prima las mando a dormir, ella se fue a la cocina, mientras yo las acompañaba a la cama, donde les di un beso en las mejillas, ya muy cerca de sus labios porque a la vez ellas mismas también lo buscaban.
Me salí y fui a la cocina, encontré a mi prima guardando los trastes.
Se veía hermosa y excitante con ese pequeño bóxer que se confundía con el color de su piel.
Sus nalgas no muy grandes pero si redonditas, firmes y muy bellas.
Su estrecha cintura hacia maravilloso juego con sus piernas largas, torneadas y de músculos delineados.
Me acerque despacio y sin hacer ruido, la tome por detrás y la abrace besando sus hombros y aspirando el rico aroma de su cabello.
Ella no hizo ningún movimiento, no dijo nada, al contrario, hizo su cabeza hacia atrás recargándola sobre mi hombro, entonces le acaricie sus tetas con ambas manos y ella solo gimió, la comencé a besar del cuello, baje la mano derecha y acaricie su puchita por dentro de su bóxer, -estas depiladita, tal como me gusta, que rico- le dije.
Llegue a su botoncito y se lo presione, entonces ella volvió a gemir y empujo sus caderas contra las mías.
Le baje el bóxer, saque mi miembro ya bastante duro y goteando liquido pre seminal y se lo talle entre sus apretadas nalgas, llegando a su empapada puchita.
Apretaba por momentos sus nalgas y luego las ponía flojitas, era rico eso que hacía.
Luego, paró más sus caderas hacia atrás y separo sus piernas.
-métemela primo- me dijo en tono suplicante.
También yo deseaba ya metérsela, sentirme dentro de ella, follarla con fuerza.
A lo que decidí complacernos a ambos.
Lo centre en su empapada puchita y se lo metí de un golpe.
Estaba súper caliente.
Por unos instantes me quede quieto para disfrutar de su empapada y caliente puchita.
Luego, comencé a bombearla, primero despacio, fui arreciando mis embestidas poco a poco, ella se subió la blusa y enseguida le acaricie sus tetas, se las sobe despacio, apreté sus pequeños pezones y ella gimió con fuerza, tanto que podría haber despertado a las niñas.
Baje las manos y la agarre de sus caderas, ella se recargo sobre la alacena, la bombeé con más fuerza mi prima gemía con toda la libertad, como si no hubiera nadie más en ese lugar.
Me pedía más y más, que la bombeara con más fuerza.
Luego de un rato, me salí de ella, ella se hinco y comenzó a chupármela.
Se volvió a parar y se la metí de nuevo y ya no se la saque hasta que me vine dentro de ella.
No se la saqué, hasta que ella misma me dijo que quería chupármela, así término de limpiármela.
Luego se levantó, me beso la mejilla, se dirigía al baño, mientras yo me acomode el short y me dirigí a la sala, tumbándome sobre el sillón.
Oí cuando salió del baño, en eso oí también la voz de Ali fuera de su recamara que compartía con su hermana y su mama.
Llegaron las dos a la sala, me dice mi prima, que decía Ali -¿que si podía dormir conmigo?- mi prima me miro sonriendo y vio la parte baja de mi short ya sin bulto, le dijo que si, la niña entro se alegró y se fue a mi cuarto.
Mientras su mama estaba envuelta en toalla.
Mi prima se dirigió a su recamara donde estaba Susy y cerró la puerta, mientras Ali y yo a mi recamara.
Se acostó Ali y se arropo con mi sabana, apague la luz.
Ya estando acostados, yo me quite el short como acostumbraba, enseguida ella se dio la vuelta y quedo muy pegada a mi costado, pidiéndome que la abrazara.
La abrace y mi miembro poco a poco volvió a ponerse duro y erecto, acomodándose entre sus nalguitas, ella lo sintió y despacito movió sus caderas de atrás para adelante, despacio.
Le pregunte si le gustaba y me dijo que sí.
Le pregunte si quería sentir algo más rico y me contesto que si
Entonces la acomode boca arriba y me cole entre las sabanas, baje y me acomode entre sus piernas, se las acaricie desde los pies hasta sus bellos y suaves muslos.
Luego le baje su pantaletita hasta quitarsela.
Con la punta de la lengua recorrí lo largo de su rajita, despacito y poco a poco comencé a chuparle su panochita.
Sabia riquísima.
Con la punta de mi lengua jugué con su botoncito unos instantes, luego metí mi lengua en su cuevita una y otra vez, follandola así, bombeándola despacio, mientras bajaba sus manos y empujaba más mi cabeza contra su intimidad.
Por varios minutos hasta que la hice tener un suave orgasmo que la hizo que apretara sus piernas y aprensara mi cabeza.
Poco a poco fue recuperando la calma hasta que me soltó, entonces me subí y nos acomodamos de ladito, le acomode el miembro entre sus nalguitas y se lo comencé a tallar suavemente de atrás para adelante.
Llegaba perfectamente hasta su puchita.
Ella bajo su mano derecha y agarro mi miembro, empujándolo contra ella.
Solo se oían suaves suspiros de sus labios hasta que después de unos minutos termine viniéndome entre sus nalguitas, empapando su puchita y sus piernas.
Cuando termine de expulsar la última gota, ella se giró y me dio un beso en los labios, ya no nos levantamos, yo me quede así desnudo y ella solo se puso su pantaleta y nos dormimos abrazados de frente.
Fue como a las 9 cuando mi prima nos despertó para almorzar.
La recamara apestaba a sexo, mas ella no dijo nada, solo sonrió y nos dijo que nos apuráramos, que ya estaba por servir.
Ali y yo nos miramos sonriendo, nos dimos un beso en los labios, ella se paró con toda mi leche embarrada entre sus piernas, nalguitas y puchita, se fue a bañar, mientras yo me ponía un short.
Salí de la recamara y fui a la cocina, donde mi prima me recibió con un beso en los labio.
-¿disfrutaste todo anoche?- me pregunto con una sonrisa pícara.
-claro que sí, bastante- le conteste.
Ya estando en la mesa, Ali le dijo a mi prima si podía volverse a dormir conmigo, ella apenas iba a contestar cuando Susy reclamo y dijo que ella también quería dormir conmigo.
Mi prima solo sonrió mirándonos a todos.
-¡habrá que ver como se portan!- contesto.
Fueron dos maravillosos años….
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