Aprendiendo a ser un macho a los 4 años con papá y su amigo.
De cómo un viaje de trabajo de papá me inició en el proceso para ser un macho a los 4 años..
Relato completamente ficticio.
Mi nombre es Julio y tengo actualmente 28 años, mi vida desde pequeño fue muy diferente al resto de los niños con los que me relacionaba pues desde los 2 años mi mamá me abandonó y me dejó a cargo de mi papá que también se llama Julio. Un hombre para ese entonces de 22 años el cuál siempre había vivido solo pues no tenía más familia. Mi papá era trailero y pocas veces llegaba a casa y cuando lo hacía era porque llegaba borracho.
Me cuidaba niña Loti, una señora muy amable que hasta los 4 años se había convertido en mami Loty pues si familia tuvo problemas y se regresaron a su pueblo, recuerdo que me puse muy triste y desde ese día todo cambió ya que me tenía que ir a trabajar con mi papá.
Mi papá siempre fué muy cariñoso conmigo y a mi me encantaba serlo con él. Siempre me daba besos de piquito por todo la cara y cuando me hacía reír me metía la lengua en la boca, eso me gustaba pero yo no sabía que significaba otra cosa ya que siempre pensé que era un juego que me dijera que succionará su lengua y dejaba caer saliva dentro de mi.
Cuando papá llegaba borracho siempre le ayudaba a quitarle sus zapatos de trabajo y siempre olía sus pies, me gustaba sentir ese aroma a pie sudado, un olor muy fuerte de hecho.
Papá: Te gusta el aroma de mis pies, hijo?
Julio: Si papi… Huele feo pero me gusta
Papá: sabés, me puedes hacer masaje, eso me haría dormir toda la noche.
Yo muy feliz empecé a apretar con todas mis fuerzas aquellos pies grandotes con largos dedos… Papá se rió al no sentir nada ya que mis manitos no hacían suficiente fuerza y me dijo: – pasa la lengua en la planta del pie, bebé – yo me le quede viendo y con inocencia hice una risita tímida pero mi papá ya me había puesto el pie en la cara y no me quedó de otra más que lamerle el pie hasta llegar a sus dedos los cuales me dió a chupar, así estuve cambiando de pie y dejando muy limpios los pies de papá hasta que me percate que ya se había dormido.
Así pasaban los días cuando llegaba a casa; cuando mamá Loty se fué papá me había dicho esa noche que tendría que levantarme temprano porque iría a trabajar con él ya que no había encontrado quien me cuidara. Así fue como me despertó a las 3 de la mañana y yo no me quería bañar así que no le quedó de otra más que bañarse conmigo para aprovechar el agua y el tiempo. Fue la primera vez que miraba a papá desnudo, verlo como Dios lo trajo al mundo causo un choque en mi, me quedé atónito viendo su verga, sus huevotes, su pelusera, sus piernas pero sobretodo su culo… Wow que culo tan peludo y grande!
Julio: papá porque tú coyolito (así se le decía a la parte del hombre en mi ciudad) está tan grande?
Papá: así se pone cuando uno es adulto, mi amor. Así se te pondrá a ti cuando crezcas y seas mayor. Ahora apúrate que se nos hace tarde.
Nos fuimos en el auto hasta el lugar donde dejaba el tráiler y tomamos camino por carretera, yo iba muy emocionado porque era la primera vez que iba con papá a trabajar. Paramos para desayunar por un pueblito donde se encontró con varios amigos suyos, algunos ya los conocía porque habían llegado a casa invitados por papá. Cuando me vieron tomado de la mano de papá, Pablo me saludó y me ofreció el puño pero yo corrí a darle un abrazo, el siempre había Sido muy lindo y papá lo llevaba seguido a casa para que tomaran juntos. Pablo me cargó y me llevo hasta dentro del restaurante donde desayunamos juntos, me sentó sobre sus piernas y me daba bocados cómo lo haría mi papá pero él estaba muy ameno platicando con sus otros amigos en la mesa.
Salimos de ahí y me despedí de Pablo, me dió un beso en el cachete y una nalgada, papá solo le dijo, – déjalo, que tambien le va gustar y aún está chiquito – yo no entendía de lo que hablaban así que Pablo me subió al lado del pasajero y me dijo -te veo al regreso perrito- siempre me había dicho así de cariño.
Cuando estábamos por regresar ví que se acercó Pablo a nosotros con su mochila al hombro y nos saludó, a mi con un beso y una nalgada como siempre. Papá le preguntó si ya estaba listo y dijo que si así que nos subimos y yo me fui a la parte de atrás porque tenía sueño así que dormiría un rato. Cuando desperté estábamos aún en movimiento y escuché hablar a mi papá y a Pablo.
Papá: que no llevamos tiempo, tenemos que entregar este cargamento a la hora indicada, si paramos nos retrasaremos. Ya sé! Ahí viene una botella has ahí.
Pablo: no me jodas así… Aquí me costará mucho, además esa botella es muy pequeña.
Papá: apresúrate o te orinaras en la ropa.
Pablo: no sería mala idea…
Dicho eso, Pablo se baja el cierre del pantalón y saca una verga hermosa, a pesar de estar flácida se miraba grande, cabezona y con mucho prepucio… Lo ví soltar un chorro de orina amarilla y mojarse la camiseta y el pantalón y mi papá solo le dijo -eres un guarro de lo peor, apúrate que te puede ver Julito – Yo miraba absorto desde mi escondite sin hacer ruido y ellos pensando que yo estaba dormido. Al rato salgo haciéndome el adormitado y Pablo me agarra y me sienta en sus piernas mojadas por su orina, me recuesta a su pecho y siento su camiseta mojada y le pregunté porque la tenía así y me dijo – es por el calor, yo sudo mucho – yo ya sabía lo que había echo así que me acerque y pegué mi cara a su camiseta mientras papá me mira y me preguntó – cómo estás bebé!? Tienes hambre? – yo le dije a papá que no, pero que si quería orinar porque había tomado mucho jugo. Papá me dijo que podía hacer en la botella que antes le había dado a Pablo y me explicó que no podíamos perder tiempo, pero a mí me daba pena pero Pablo me paró y me dijo que estábamos entre hombres y que entre machos no se tenía pena así que me ayudó a bajar mi short y mi calzoncillo para que pudiera orinar en la botella.
Hice mucho pis y Pablo tomo la botella y la olió y dijo – ah, que delicia!- yo solo lo miraba y me ofreció a oler pero yo me aparté y me dijo – a ver Julito, porque no quieres oler? Es de hombres saber distinguir un olor a macho, sino pregúntale a tu papá – mi padre se rió y asintió con la cabeza mientras decía -es cierto hijo, ya es hora que aprendas a ser un hombre y un hombre tiene que hacer lo que los machos hacen, comer y tomar todo lo que salga de su cuerpo, no tienes que sentir ningún repudio porque es parte de ti. A ver Pablo, pásame la botella- al tomar la botella, papá la olió y lamió la parte de afuera por dónde caía una gota de mi orina, luego le dió un sorbo y dijo -ah, rico. Quieres probar Pablo?- entonces Pablo dijo – claro que si, quiero probar los orines de mi perrito- Pablo tomo un sorbo casi la mitad mis orines y siguieron platicando cosas del trabajo y deportes.
Pasado un rato Pablo dijo que quería orinar otra vez pero esta vez delante de mi se bajó el pantalón y el boxer y orino en la botella casi la llena, luego le dió un sorbo y le dijo a papá -a ver, sirvete – papá tomó de la botella casi todos los orines y me pasó la botella y me dijo – es hora hijo, has visto como hemos tomado nuestro propios orines cómo los machos que somos es tu turno, quiero que tomes estos últimos orines de Pablo combinado con los tuyos- yo aún nervioso y un poco apenado le dije que me daba miedo; entonces, Pablo que aún seguía con los pantalones abajo me tomo de la cintura y me sentó en sus piernas y me dijo – tranquilo, ahora eres un macho como nosotros, tengo una idea. Cierra los ojos y abre la boca grande- Pablo tomo de la botella y enjuagó su boca (lo ví porque hice trampa al cerrar los ojos) pasó de su boca a la mía aquella orina amarilla, caliente y espumosa. Debo decir que así pasaron las horas y termino gustandome la sensación de orines en mi boca.
como sigue
Que morbo !!! Massss
Lastima no es mas lago
Me fascinó el morbo de este relato