Aprendiendo de mi tío (2da parte)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por maduro_morboso.
Tal como dije no me olvidé mas de ese día, primero porque durante 3 días apenas podía caminar sin sentir dolor y más de una semana me llevó quitarme todas esas molestias de la cola, a escondidas mi tío preguntaba cómo estaba y yo en mi inocencia le decía que estaba bien pero por miedo no me quedaba hablando con él mucho tiempo, en cambio opté por visitar con más frecuencia a nuestros vecinos más cercanos.
Pasado el tiempo cada vez que podía mi tío volvió “a la carga” preguntando si tenía ganas de volver a intentarlo jurando que ya no pasaría lo mismo, la verdad es que mi calentura me ganaba, principalmente porque a veces me escondía a espiar mientras él estaba con mi hermanita, y pensándolo hoy me doy cuenta que siendo tan chica no lo aguantaba tanto como él necesitaba ya que se limitaba a hacerla chupar la pija y cuando se la cogía no le ponía tanta fuerza, no entiendo bien porqué pero me obsesionaba imaginarme en su lugar, siendo ella misma con esa piel tan blanca y suave, tan así que acepté hacerlo otra vez…
Un domingo en que todos estaban en plena siesta me llamó para que lo acompañe al pueblo, preparamos un carro con 2 bueyes y salimos. Me llevó a la casa de su amigo que trabajaba lavando autos en un arroyo cercano, debíamos buscar unas bolsas de semillas.
Este señor no estaba y él saco la llave del candado, abrió el granero y entramos, me dijo: “acá vamos a estar tranquilos” mirando un poco con miedo y mas curiosidad vi montones de bolsas ordenadas, herramientas y en el fondo 2 caballos cada uno en su corral, mi tío sacó una especie de carpa sobre la que nos sentábamos en el carro y la extendió sobre unas bolsas y me pidió que me desvista por completo, mientras yo me quitaba la ropa él trajo 2 baldes grandes con los que daban agua a los caballos aparentemente, uno vacío y el otro casi lleno.
Yo no entendía nada y lo miraba sin decir nada, buscó una manguera y se quitó la ropa, me decía que esté tranquilo que nada malo iba a pasar y al contrario me iba a gustar mucho; con lo que ya había pasado mucho no le creía pero irme tampoco me animaba. Trajo un tarro de grasa de cerdo y puso el balde de agua sobre otro fardo de semillas que estaba mucho más alto.
Se paró a mi costado y, me pidió que me ponga en cuatro patas y le chupe la pija, empecé a lamérsela aún estando fláccida y trataba de mojarla sacando saliva mientras le daba chuponcitos y lengüetazos metiendo y sacándola de mi boca, a todo esto él jugaba con sus dedos cubiertos de grasa en mi culito dilatándolo cada vez mas, a los 15 o 20 minutos (en realidad no sé cuanto pasó así) me pidió que me detenga, que apoye el pecho asi como estaba, que levante el culo todo lo posible y que me relaje totalmente.
Con el culito al aire no entendía que iba a hacer porque no se cambió de lugar como para eso, vi que tomó la manguera y la acomodó de manera que una punta estaba en el balde de agua mientras por la otra el chupó con fuerza hasta que vio el agua correr, con un dedo la detuvo un instante y con la otra mano volvió a hundirme 2 dedos con mas grasa pero esta vez no los dejó ahí sino que rápidamente me metió la punta de la manguera.
Me decía que me relaje y que sienta el agua para saber si me estaba entrando bien, y eso sí que se sentía bien, lo que mas recuerdo era que al principio se me “enfrió” toda la panza y era constante la manera en que el agua recorría mi interior, yo le iba contando lo que sentía mientras él supongo que regulaba de alguna manera todo; no pasó mucho tiempo en que le dije que ya me dolía, sentía como una pelota dura todo mi abdomen: Me pidió calma y que respire para tratar de que entre mas agua y acostumbrarme, no fue mucho mas lo que entró y decidió quitar la manguera a lo que agradecí.
Me hizo acostar de espaldas y levantar las piernas un rato, me dijo que avise cuando iba a ir de cuerpo, mientras me dio la pija para siga chupando; yo la tenía en la boca pero mi cabeza estaba puesta en lo duro que sentía la panza, después de un rato sentí como todo se entibiaba adentro mío dándome tremendas sensaciones que realmente me erizaban la piel, apenas me toque el pene acabé como nunca, él miraba cada señal mía y sonreía mientras me trabó la pija en la mejilla interior de la boca y haciendo presión me la estiraba hacia afuera haciendo doblar su pene en ese lugar y cuando se me escapaba hacia unos sonidos raros que lo volvían loco.
Un buen rato después las ganas de cagar me ganaban y le avisé así que me paró sobre el otro balde y me dijo que evacúe ahí mismo. Jamás me hubiese imaginado lo que sentí en ese instante, la presión con que dejaba escapar mis deshechos y la sensación inmediata de alivio fueron una sola, además sentía mi esfínter tan abierto que era increíble; pasado un rato esto se repitió 2 veces más aunque ya solo salía agua.
Me dejó descansar unos minutos y volvió a ponerme grasa en la cola, me preguntó si quería saber cómo me había quedado el culo, llevó mi mano y con los dedos me sorprendí comprobando que me entraban 3 sin ningún problema, levantó mis piernas sobre su pecho y me penetró fácilmente hasta que sentí los golpes de sus caderas contra las mías, la tenía durísima y caliente. Me cogió con fuerza unos minutos inundándome de semen las tripas, a todo esto sentí que una voz pedía permiso para pasar y le preguntó a mi tío si ya era “su turno”, yo congelado sin poder moverme le oí decir: “claro, no hay problema compadre, ya el camino está hecho”
No perdió el tiempo, apenas abrió el pantalón y saco una verga de unos 16 cm pero mucho más gruesa que la de mi tío, durísima de cabeza puntiaguda y un tanto morocha; me puso de costado y se ubicó a mi espalda penetrándome con ganas, con un brazo se apoyaba y con el otro me apretaba el muslo sintiendo mis quejidos a cada embestida, por suerte no duró mucho y me acabó profundamente, así bien al fondo me tomó el pene y me masturbó hasta hacerme acabar lo que me faltaba que no era mucho tampoco.
Mientras descansaba y me limpiaba escuché preguntar a mi tío si le había gustado todo y claro el compadre se desvivía en elogios para con nosotros.
En fin, por lo pronto no sentía tanto dolor esta vez y sí había aprendido cosas de las que ni había oído hablar, fueron casi 4 hermosas horas que nadie me las quitaría de encima…
Dos o tres encuentros más pudimos hacer con mi tío hasta que mi mamá lo encontró justo mientras mi hermanita le chupaba la pija y terminó huyendo solo con sus ropas, principalmente para que no lo agarre mi padre.
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