Aprendizaje Sexual Oportuno
Un mundo diferente.
nota del autor: entrego la segunda aparte, como siempre les digo, no me canso de editar y reescribir, pero me tengo que poner un auto stop, si no nunca acaba, bueno aquí les dejo la segunda parte, espero la disfruten leerle, tanto como yo escribirla. Saludos, besos y abrazos.
adalberto 1979
Capítulo 2
Ella estaba tendida sobre la colchoneta, solo era una niña de 7 años, pero tenía sus piernas totalmente abiertas para permitirme estar entre ellas, su pequeña vulva totalmente expuesta a mí.
Ella me miró, esa tímida y suave vulnerabilidad y necesidad que yo conocía tan bien acechaba en sus ojos castaños claros: el deseo de una niña pequeña de complacer, pero sobre todo de ser complacida, de ser aceptada, de ser inclinada hacia abajo y adelante y ser rellenada salvajemente con una ración completa de semen por todos sus huecos, como una prueba líquida de cuánto la amaban.
Mi polla estaba rozando su puerta, la punta de mi glande abultado apenas descansaba entre sus labios hinchados. Nada era más dulce que el coño de una niña, sin pelo, inocente y sonrojándose con el calor hirviente de su excitación cuando la polla de un hombre maduro y excitado se frotaba contra él.
Moví mi pelvis hacia adelante y tiré de ella por los hombros, reposicionándola ligeramente sobre la colchoneta. Amaba muchísimo mi trabajo, metiendo mi polla carnosa en niñas preadolescentes todo el día. Es un hombre afortunado que disfruta de su vocación en la vida.
Me incliné, envolví mis dedos alrededor de mi circunferencia y la tallé contra su raja de arriba a abajo, extendiendo mi líquido preseminal, mezclándolo con el chorrito de jugo del coño que se filtraba, iba lento, pues como había dicho antes, era una rajita poco trabajada.
Miré a la pequeña Sandy, a Bea y Lisa con sus ojos almendrados, la esbelta Mercedita, la encantadora y nalgona Amber; amaba a todas las chicas de mi clase, las había follado a todas docenas de veces. Todos estaban con los ojos desorbitados mientras miraban el lugar donde la hombría de su profesor estaba cebada en el diminuto coño de Emily, lista para darle la bienvenida a la clase tal como lo había hecho con todas ellas.
Empujé lentamente, deleitándome con la sensación de los pequeños labios resistiendo brevemente y luego cediendo. El calor de succión envolvió la cabeza de mi polla. Emily gimió y apretó la tela azul con los dedos.
Su coño era todavía pequeño y apretado más allá de lo creíble, eso significaba lo poco que había sido cogida y la mucha necesidad que tendría de hombre; posiblemente el pene de su hermano aún no alcanzaba el tamaño de un hombre adulto, lo podía adivinar por la estreches de su coño; empujé mi verga lentamente en su coño, mi cabeza se fue dentro y luego deslizándome una pulgada más profundo, era como estar en el cielo con ese apretado hueco, empuje un poco más antes de sentir resistencia.
Emily gimió y respiró agitada, como si la verga le hubiera sacado el aire a la fuerza por la presión en su pequeño y apretado coño. Su respiración agitada se convirtió en un chillido y una sacudida repentina, cuando me detuve ya tenía poco más de aproximadamente una pulgada y media de mi polla palpitante enterrada dentro de ella. No está mal para una niña de 7 años, pero podría hacerlo mejor con un poco de práctica y entrenamiento.
Jim y yo trabajaríamos con ella y obtendría una A en Penetración al final del verano. La mayoría de mis chicas obtuvieron las mejores calificaciones en esta área, capaces de abrir las piernas y dejarse coger hasta abrirse lo suficiente para tomar toda la longitud y la circunferencia, que era considerable, de sus maestros dentro de ellas.
Pero no iba a presionar a la delicada chica. Ella ya estaba temblando de placer, los ojos cerrados con fuerza, la pelvis temblando cuando fue empalada con carne dura e hinchada. Lentamente, me retiré, justo hasta que los labios de su coño tenso comenzaron a acariciar mi glande, sentía como si fuera una boca que me quería chupar. Luego empujé hacia adelante de nuevo.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh—fueron los gemidos que Emily dio a cada penetrada que le di. Estaba lista para más.
Me puse a un ritmo creciente, follándome a la niña de 7 años que se retorcía debajo de mí, disfrutando del gritito encantado cada vez que alcanzaba el límite de su túnel apretado.
Ya podía sentirla aflojarse, los instintos tomando el control y abriendo más las piernas, las hormonas corriendo por su sangre y sacudiendo sus músculos en un frenesí excitado. Su cuerpo sabía lo que necesitaba, ansiaba la presión palpitante que estaba bombeando en ella, respondió con la necesidad claramente desesperada de la niña pequeña de que le metieran una verga. Me hundí otra pulgada adentro.
- Aaahhh… aaahhh—gimió sintiendo mi verga llegar muy dentro de ella, aunque no la hubiera metido por completo, aún faltaba poco menos de la mitad
Yo pude mirar y sentir como su orgasmo fue creciendo en ella, como una ola enorme que viene desde adentro del mar, sin embargo aún no se liberaba por completo, moví ms caderas con más intensidad, necesitaba empujarla con ellas hacia el abismo del placer en el que necesitaba desesperadamente caer.
Le sujeté su carita con ambas manos para pasar mi lengua obscenamente por ella, cuando lo hice por sus labios ella sacó su lengua y nos lamimos al mismo tiempo. Mis estocadas en su raja aumentaron, ella gemía con los ojos cerrados, le jalé la cabeza del chongo hacia atrás, ese movimiento hizo que abriera su boca, junte saliva y se la escupí en el rostro, la mayoría cayó dentro de su boca, ella al sentirlo abrió sus ojos sorprendida, pero empezó a gemir más intensamente, pude sentir como su raja se mojó más.
Junté mi propia saliva de su rostro con mi lengua, luego la hice abrir la boca, ella lo hizo y sacó su lengüita, desde mmi boca el chorro de saliva cayó colgando, llegó un momento que ese colgajo de saliva nos unió, ella contrajo su vagina recibiendo mi saliva en ella, en ese momento explotó.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh—gimió ya casi gritando, su mirada era de asombro.
Sentí como sus manitas se posicionaron sobre mis caderas sintiendo la potencia de mis músculos al hacer los movimientos de penetración, ella empezó a mover sus caderas acorde a las mías, movía sus caderas hacia arriba jalando desesperadamente mis caderas con sus manitas, al hacerlo mis estocadas fueron más profundas efectivas para arrancarle el tan necesario orgasmo.
- Aaahhh… aaahhh—sus gemidos se hicieron acorde al movimiento de caderas.
Volví a repetir la maniobra de jalarla del chongo, ella abrió su boca, solo que ahora no cerró los ojos, me miró con esa mirada nublada de excitación y solo los cerró como reflejo, cuando mi enorme escupitajo cayó en su rostro, impactando sus ojos, su nariz y parte del labio superior.
- Aaahhh—volvió a gemir de placer al sentir como la escupía. Mis estocadas aumentaron de intensidad.
Ya sus caderas eran un remolino, podía sentir como levantaba sus caderitas al mismo tiempo que jalaba mis caderas para que mi verga su fuera cada vez más adentro, me sorprendí que tenía más allá de tres cuartos de mi verga en su rajita, tenía buena laxitud y tal y como estaba de mojada por la excitación permitía penetraciones más intensas. No me deje esperar y aceleré mis estocadas en ella. Sujeté su chongo para mirar su rostro lleno de mi espesa saliva, era como el mapa de un país en su bella carita.
Casi podía ver su orgasmo estrellándose a través de ella como una ola, explotando por la repentina tensión de los músculos en su coño agitado, arqueando su columna y cuello y enrojeciendo sus pezones mientras empujaban en el aire. Su rostro llenó de mi salva era la viva imagen del placer
- Vamos bebé, suéltalo… libéralo… Puff… Puff—dije yo pujando y arremetiendo mi verga dentro de ella una y otra vez, mientras colocaba mis codos sobre la colchoneta haciendo palanca en sus hombros, afianzándola para hacer más intensas y efectivas mis penetraciones.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh, siento… siento mucho, profe… profe—dijo Emily abriendo sus hermosos ojos como entre asustada y sorprendida de lo podía hacerla sentir un hombre. Posiblemente a su hermano le faltaría experiencia para hacerla sentir como yo lo hacía en ese momento—mucho… mucho… mucho que siento… profe… profe… aaahhh… aaahhh…
La energía finalmente salía de ella a través de su boca en un grito salvaje. Yo no me quedé atrás. El fuego rosa estalló en espasmos de relámpagos desde donde estaba metiendo mi polla en la niña de 7 años.
Antes de explotar, a través de la neblina del punto máximo de mi excitación, pude ver a Amber, inclinada sobre su colchoneta con un orgasmo meciendo su cuerpo de lado a lado. Bea y Lisa se habían amontonado una encima de la otra, lamiéndose ansiosamente los coños en una posición de 69, al mismo tiempo que sus dedos penetraban sus rajitas. Jim se había levantado y apuntado con su polla erecta a la cara de Mercedita, que se sentó sobre sus talones pacientemente, con sus manitas atrás en su espalda, con la boca abierta y la lengua fuera. Y a Sandy simplemente no la ubiqué, miré de lado a lado buscándola, no la encontré hasta que miré atrás y la vi acostada boca abajo a centímetros de la conjunción de mi polla hinchada en el coño de Emily, mirando con fascinación absorta, tenía su manita en su entrepierna haciendo movimientos con sus caderitas, las movía al mismo tiempo que yo, era como si con sus células espejo fuera ella la que se cogía a Emily.
La pequeña Sandy había florecido en ASO, una estudiante modelo. Amaba las pollas, amaba la polla de su papá, la mía y la de Jim, las amaba en su boca, las amaba en su coño, en su culo y ella era joven, así que habíamos trabajamos en su culo de forma más frecuente, aunque descubrimos que ella las amaba por allí, le encantaba ser enculada, ya aguantaba una doble penetración y ella nos decía que su sueño era meterse dos o más vergas al mismo tiempo en su culo, por supuesto que trabaríamos en ello.
Cada vez que me follaba a otra chica, Sandy miraba como si estuviera hechizada, observando la carne que se hundía tal como la miraba ahora, deslizándose entre los labios tensos del coño de Emily.
Emily chilló debajo de mí con un movimiento furioso de sus caderas y la abracé, hundiendo mi polla dentro con una última zambullida y sujetando el cuerpo tembloroso con fuerza mientras mis bolas se apretaban y enviaban un géiser de semen disparado hacia el útero de Emily.
- Aaahhh… Aaahhh… Aaahhh…
Fuegos artificiales de éxtasis explotaron detrás de mis ojos, la sacudida celestial que aplasta tu conciencia en un cálido éxtasis cuando te corres con tu verga crispada enterrada en una pequeña niña de 7 años.
La euforia nos inundó a ambos y el tiempo se desvaneció mientras sostenía a Emily en mis brazos debajo de mí, amantes conectados en la dulce unión de hombre y niña. El semen hirviendo salió rugiendo de mi polla, inundándose en el útero inmaduro y bombeándolo hasta llenarlo y luego rebotando en el estrecho espacio entre mi circunferencia tensa y los músculos convulsos del coño de Emily.
- Aaahhh… Aaahhh… Aaahhh… profe, siento sus chorros, aaahhh… aaahhh
El brumoso rugido se desvaneció hasta convertirse en una ráfaga de golpes en mis oídos y finalmente, en un ronroneo retumbante que resonó entre mí y el cuerpo sudoroso en mis brazos.
La había levantado de la colchoneta en mi emoción, dejando que su cabeza colgara, con los brazos sujetándola en su lugar sobre mi polla bombeando, mientras compartíamos nuestro clímax. Mi sudor caía en espesas gotas sobre ella, algunas le cayeron en su cara, pero no impidió que lo disfrutara.
Suavemente la volví a dejar en el suelo. Sus brazos y piernas colapsaron, agotados, como si toda la vida hubiera sido drenada y comprimida en el movimiento espasmódico de su pecho. Seguí abrazándola, sintiendo que el latido de su propio orgasmo se desvanecía, y finalmente abrió los ojos y me miró con la brillante sonrisa de satisfacción que luce tan maravillosa en una niña pequeña. Gotas de mi sudor caían en su rostro, ella cerraba por reflejo sus ojitos, pero los abría sonriendo.
- Buena chica—murmuré, apartando con los dedos los mechones de su cabello adheridos por el sudor y dándole otro beso metiéndole mi lengua, sentí como ella literal la chupó yo en agradecimiento moví mis caderas hacia adelante arrancándole un suspiro–¿Te sientes mejor ahora?
- Sí… Señor Rene—Tuvo que detenerse y tragar aire, asintiendo—sentí mucho, nunca antes había sentido tanto.
- No te preocupes, pequeña, de ahora en adelante serás responsabilidad de nosotros y Jim y yo te haremos sentir cosas que nunca antes habías sentido.
- Gracias, aaahhh—dijo apretando la base de mi verga con su manita, como un intento de que endureciera y entrara ella hasta el fondo, subió sus caderitas metiéndose mi verga dentro de ella, lo hizo 5 veces como un intento de que el momento no desapareciera, pero finalmente la soltó y cayó exhausta hacia atrás.
Mi pene flácido se atascó brevemente, como si no quisiera irse, pero finalmente salió a sorbos de su coño cuando me retiré y un pozo de líquido viscoso siguió después, formando una mancha oscura en la alfombra.
- ¡De acuerdo!–Jim aplaudió dos veces y llamó la atención de la clase.
La mayoría de las chicas estaban descansando en sus colchonetas, disfrutando del resplandor de sus propios orgasmos. Mercedita estaba usando sus manos para lamer la racha de semen que Jim le había echado en la cara.
- Adelante, enrollen sus colchonetas y guárdenlas—continuó, levantándose y abrochándose el pantalón–¿Trajeron todos sus informes hoy?
Un murmullo general se elevó de las chicas mientras se subían las faldas y shorts y comenzaban a tirar de sus esteras de regreso a la pila. Su tarea había sido observar el apareamiento de un animal de su elección y tomar notas.
Los compararíamos en clase y discutiríamos cómo los hábitos de crianza de los animales difieren de los humanos. Era parte de nuestro nuevo plan de estudios, ahondar mucho sobre sexo seguro con animales. Las chicas curiosas podrían meterse en problemas o acabar lastimadas sin la educación adecuada.
Jim ayudó a las chicas mientras yo me sentaba en cuclillas, tratando de recuperar el aliento, espesas gotas de sudor seguían saliendo de mí cuerpo, Sandy se acercó a mí serpenteando como una víbora y metió mi verga a su boca, me mamó un rato sacando las últimas gotas, sus manitas acariciaban mis huevos colgantes como campanas y su cabeza hacía suaves movimientos de arriba abajo.
Probablemente tendría que ir a la ducha. Me sentía como un desastre sudoroso, pero al mirar a la pequeña Emily desnuda tirada en la colchoneta frente a mí, mordiendo su meñique derecho sonriendo felizmente, mientras el semen se escapaba de su coño, sentí la familiar oleada de satisfacción. Llevar esa preciosa sonrisa a la cara de una niña hizo que todo valiera la pena.
Después de que Sandy acabara de limpiar mi verga, ayudé a Emily a enrollar la alfombrilla azul, con manchas de semen y todo, la cargué y la llevé lavarme rápidamente en la ducha adjunta a mi oficina.
Durante todo el baño no dejamos de besarnos, le chupé y besé todo el cuerpo, la acariciaba toda, me detenía en su rajita, la masturbaba, le metía dedos, le metí dos dedos en su rajita y el pulgar en el culo, así las masturbé ferozmente hasta hacerle gritar mientras tenía un buen orgasmo soltando orina, se asustó, pero después lo disfruto, un segundo orgasmo miccional la hizo temblar de emoción, le estaba agarrando el gusto a eso y vaya que lo seguiríamos haciendo. Ella acariciaba mi semi erecta verga, a veces la metía a su boca y la chupaba, no llegó a endurecerse, pero se sentía divina su manita y su boca en ella.
Utilizando el jabón le metí un dedo en su culo, después dos y finalmente tres, así le masturbé el culo, todo ese tiempo la besé apasionadamente, sentí como tembló su último orgasmo con mis dedos ferozmente entrando y saliendo en su culo, muy seguramente virgen, trabajaría en eso la siguiente semana.
Cuando salimos, la vestí y me vestí a mí mismo, entramos de la mano al salón de clase justo cuando Jim había organizado la clase en un círculo para el tema “compartir experiencias”.
- Muy bien ¿Quién quiere ir primero?–preguntó Jim, mientras yo tomaba asiento a su lado. La mano de Sandy se levantó, ella tenía que participar siempre.
- ¿Alguien? ¿Alguien?—Jim Miró alrededor de la habitación con exasperación. Sandy agitó su mano frenéticamente, moviéndose en su asiento como si tuviera un polvo que picaba en su trasero. Ella siempre quiere ir primero.
- Está bien, Sandy—suspiró resignado.
- ¡HURRA!—Sandy chilló y saltó de su asiento, luego se paró en el centro del círculo con los brazos cruzados detrás de la espalda sosteniendo su informe.
- Este es mi informe—leyó la niña de 6 años poniendo sus manos con su libreta frente a ella—El profesor Rene dijo que teníamos que mirar a los animales teniendo sexo, así que le pregunté a mi mamá y ella me ayudó. Dijo que lo había hecho muchas veces.
Continuó como si leyera un periódico.
- El nombre de nuestro perro es Max. Tiene una gran verga roja de 8 pulgadas de largo, la medimos. Es extraña y puntiaguda. Como no tenemos una perra, mamá se ofreció como hembra, puso a Max en la cama y lo entusiasmó mucho con su mano, después con su boca y me mostró cómo lamerlo. Le chupé la verga un rato a Max, mi mamá me ayudó a que me metiera toda esa verga dentro de mi boca, empujando la cadera de Max hacia abajo y mi cabeza hacia arriba, así hizo que toda la verga de Max entrara en mi garganta, solo quedo afuera de mis labios, la enorme bola de carne en su base.
Tomó aire y continuó
- El semen del perro es realmente salado y sabe un poco raro, pero es bueno. Mamá me enseñó cómo ponerle calcetines especiales a Max para que se ponga sobre ti sin lastimarte. Dejó que Max la follara en la cama 3 veces mientras papá vigilaba, dice mi mamá que siempre debe haber alguien vigilando. Ella explicó cómo un perrito tiene un bulto en su polla llamado nudo o botón y que se atascará en una chica o en las perritas, así es como las perritas mantienen su semen dentro para después tener muchos bebés perritos—dijo finalizando su informe, la sesión de preguntas iniciaba ahora.
- Muy bien Sandy, ¿participaste tú en ello?—pregunté interesado.
- Sí, mi mamá dijo que primero iría ella y haría que se agotara nuestro perro para que perdiera energía y no fuera tan brusco conmigo, cuando lo hizo correrse 3 veces, me puso en medio de la cama sobre mis rodillas y manos, yo me reía pues me sentía extraña, después mi papá me puso un crema en mi rajita para excitar a Max.
- ¿Max te penetró?—volví a preguntar.
- Sí, mi mamá y papá lo montaron sobre mí y Max se movió muy fuerte y rápido sobre mi rajita. Sentí la fuerza de sus patas en mi cintura, nunca antes había sentido tanta fuerza, así como desesperado, pero me hizo sentir muy bien.
- ¿Se vino dentro de ti?—pregunté abrazando a Emily que se sentó a mi lado.
- Si, su leche es muy, pero muy caliente, incluso la que me escurrió por las piernas se sentía caliente.
- ¿Te dio por el culo?—ahora el que preguntó fue Jim.
- Sí, pero mi papá dijo que la verga de Max era muy grande, así que papá me la metió primero para que se acostumbrara mi culo, me puso mucha crema azul. Mientras papá me enculaba mamá se la mamó a Max para mantenerlo excitado. Papá dentro de mí se movía hacia los lados, decía que eso era para dilatar más mi culo.
Ahora teníamos todo tipo de tecnología, existían cremas especiales para hacer que las vaginas y culos se dilataran lo suficiente para tolerar vergas grandes sin lastimar a las cachondas niñas, la más común era la llamada crema azul.
- Cuando mi papá creyó que ya estaba lista le avisó a mi mamá que levantara al perro y es que ella lo tenía boca arriba para estarle mamando la verga mientras mi papá me preparaba, y mientras mi mamá fue levantando a Max, papá me sujetó del cabello jalando mi cabeza hacia atrás hasta hacerme gritar de dolor y ya cuando grité desesperada, papá se movió muy intenso hasta que se vino dentro de mí, así le gusta venirse a él, le gusta hacernos gritar de dolor, después de eso me la sacó y me puso en medio de la cama y Max me montó, solo que no podía metérmela por el culo, se movía muy rápido y desesperado, tanto que su verga se iba a mi rajita, papá lo detuvo de las caderas para que mamá le guiara la verga a mi culo, después lo soltaron para que Max pudiera moverse cuan fuerte el necesitaba.
- ¿Te cogió muy fuerte?—volvió a preguntar Jim con un enorme bulto en su entrepierna.
- Fuertísimo—enfatizó Sandy—me tumbaba hacia delante de tan fuerte que me daba por el culo, así que mamá tuvo la idea de llevarme al mueble kama-sutra, me pusieron ahí empinada, papá ató mis piernas de los postes en la base inferior y mis manos de la parte delantera del mueble, tiraron de las cuerdas muy fuerte inmovilizando mis caderas sobre el mueble, después papá ajustó la altura del sillón a nivel de nuestro perro para que pudiera hacer más fuerza al penetrarme y ahora sí, Max me hizo ver estrellitas, mi rajita se mojó tanto que ya no supe si era yo o la leche de Max.
- ¿Y Max te abotonó?—pregunté.
- Si, fue riquísimo. Papá lo empujó de las caderas hacia mí y mamá con dos dedos empujó el botón hasta hacerlo entrar en mi culo. Aquí traigo unas fotos.
Sandy las mostró y se las pasó a una de las chicas y estas se fueron pasando de una a otra para ver como el enorme perro enculaba a la pequeña pero cachonda Sandy, todo por etapas, podía verse como le fue metiendo la verga en el culo hasta que entró su botón, después el papá lo giró para que quedaran culo a culo, en la última se podía ver al perro tirando hacia adelante desfigurando el culo de Sandy, la cual tenía la boca abierta y los ojos apretados, tal y como si estuviera gritando de dolor, era la típica escena de hoy en día, una niña con cara de intenso dolor, estando atada a su mueble kama-sutra, abotonada a un perro enorme y siendo tirada por este.
La tarea había sido observar animales teniendo sexo con OTROS animales, pero cuando Sandy terminó y se volvió a sentar, tan orgullosa de sí misma por su informe perfectamente entregado, supuse que sus padres le habían ayudado, decidí que no me importaba. Amber fue la siguiente.
- Papá nos llevó a mí y a mi hermana al campo a mirar caballos—comenzó a leer su informe—Fuimos a un gran rancho de sementales, donde los crían. Un caballo enorme se llamaba sombra, era tan negro que su pelo brillaba, el señor nos dijo que ese era un semental y tenía una polla realmente grande, así de larga—Ella mantuvo sus manos bien separadas—Los caballos no se acuestan boca arriba. Siempre tienen sexo así como los perritos, con el caballo semental encima…
- ¿hicieron algo con el caballo?—pregunté interesado.
- Si, el señor nos dejó lamerle la enorme verga a sombra, pero primero lo ató de las patas para que no nos fuera a lastimar y mi hermana y yo nos la pasamos casi media hora lamiéndole la verga, mi hermana quiso metérsela en la boca, pero la verga era realmente enorme, simplemente no pudo, pero creo que algo le estimuló al caballo, porque soltó un enorme chorro de orina haciendo que mi hermana cayera sentada en un enorme charco de orina riendo, mientras el caballo la seguía orinando en su cara, en su boca y todo su cuerpo. El señor tomó la enorme verga del caballo a modo de manguera y se la apuntó a la boca a mi hermana, para que tragara orina de un semental, se tomó como medio litro de orina.
Sonrió como recordando el gracioso momento, después continuó.
- Le dije a papá que intentáramos metérnosla en la panochita, pero papá dijo que aún y con la crema azul, no podríamos porque era enorme, pero nos prometió que algún día lo intentaríamos, cuando fuéramos más grandes. Sin embargo si nos dejó que el señor que cuidaba al caballo nos cogiera por todos nuestros huecos, el señor le dijo a mi papá que tenía meses sin cogerse a una niña, así que mi papá a modo de pago nos dejó toda la tarde con él, nos recogió cerca de las 10 de la noche para llevarnos a casa a cenar y bañarnos.
- ¿Se las cogió mucho ese señor?—pregunté interesado
- Huy si, bastante, se vino como 5 veces en cada una de nosotras, nunca se quitó las botas ni las espuelas, me las encajó en el muslo cuando yo estaba a cuatro patas y el arriba de mi como montándome, me jalaba el cabello como si fuera rienda y hacía ruidos con la boca como arreando un caballo—dijo mostrando la parte externa de ambos muslos, donde aún estaban marcadas las espuelas.
- ¿te lastimo?—pregunté yo.
- Poquito, no sé si fue a propósito o qué, pero si me hizo sentir rico, incluso cuando me encajaba sus espuelas, estaba muy ganoso de nosotras, pero hizo algo raro.
- ¿qué cosa?—pregunto Jim.
- Jijiji—rio tapándose la boca—hizo que mi hermana relinchara como yegua mientras él la montaba, sacó algo así como un látigo pequeño de plástico y con eso le dio en las nalgas a mi hermana, fue muy divertido Jijiji, más cuando el empezó a gritar que era su potranca, que ya era su potranca domada, que así es como un semental se cogía a su hembra.
Eso sí le gustó a mi hermana, después me dijo que ella cerró los ojos e imaginó que era sombra el que se la metía en el culo.
Ya al final nos llevó al baño y nos metió a la regadera, pensé que nos iba a bañar, pero no, solo nos empezó a orinar y es que ya a esa hora se había tomado muchas cervezas, unas veinte o más, incluso nos dio a nosotras varias, y la verdad ya estábamos tan mareadas que no nos importó que nos orinara,. Al contrario mi hermana y yo le tomamos la verga y nos tomamos su orina, que por cierto sabía mucho a alcohol, fue como tomarnos otra cerveza, pero tibia y desde su verga, jijiji—rio finalmente tapándose la boca
Todos aplaudieron al finalizar su informe, yo suspiré y me recliné satisfecho en mi silla, todas se esmeraban en sus tareas. Una a una fueron pasando a leer sus informes y Escuchar a las chicas leerlos ya me estaba poniendo duro otra vez.
Emily estaba a mi lado, ya no se despegó de mí en toda la clase, miraba mi verga y después a mí, yo sonreí y la saque, al hacerlo ella se abalanzó y la metió a su boca, la mitad de los informes los escuché con mi verga dentro de la boca de Emily a veces empujaba su nuca para hacerla que le entrara más, ella tocía, pero el moco que salía de su boca lo embarraba en mi verga y mis huevos, para lubricarlos al acariciarlos, regresaba su boca a mi verga y ella misma agarraba mi mano para ponerla en su nuca, le había agarrado el gustillo a que la sometiera sobre mi verga. Sentí que iba a eyacular así que la sostuve con ambas manos de su nuca y cuello y a oprimí contra i verga mientras le soltaba la leche, ella tosió hizo ruidos extraños, pero no la parte, incluso salió semen por su nariz, no la aparte hasta que terminé de eyacular, cabe decir fue bastante leche, la sostuve mientras tenía mis ojos en blanco y mi boca abierta, mirando hacia arriba, como agradeciendo al cielo por tanto placer.
Al soltarla su cara era toda una obra de arte, sus ojos llorosos, lagrimas escurriendo por sus mejillas, su cabello más allá de lo despeinado, su boca hinchada y dos hilos gruesos y espesos de leche saliendo por su nariz, cabe decir que la sonrisa en su rostro marcaba lo feliz que estaba, recogí los dos hilos de semen de su nariz y se los di a tragar, ella chupó mis dedos desesperada, como si no lo hiciera rápido su esencia se iría.
La jornada escolar casi había terminado, pero tal vez podríamos arreglar una reunión antes de que recogieran sus maletas y se dirigieran a los autobuses. Escuchar a Sandy y a las demás me había emocionado tanto, y nada le daba a una niña una despedida tan agradable para el día como una buena gota de mantequilla blanca en la boca o en la cara. Si al menos algunas de nuestras niñas no salían de nuestra clase con depósitos frescos de semen en la barbilla o goteando por las piernas, entonces, francamente, Jim y yo no estábamos haciendo nuestro trabajo como maestros.
Pero apenas necesitábamos el estímulo. Ambos éramos profesionales, dedicados a nuestro trabajo de follar con niñas pequeñas y guiarlas hacia la estabilidad y madurez sexual, y yo no hubiera cambiado mi trabajo por nada en el mundo.
Una a una las niñas fueron saliendo del salón de clases, a modo de despedida Jim y yo estábamos en la puerta con nuestras vergas duras por fuera del pantalón, ellas pasaban, nos besaban en la boca metiéndonos lengua, para después mamárnoslas un rato.
Amber me besó y mientras lo hizo me masturbó, era la última en salir, lo había hecho a propósito, pues quería algo más, recordé que ese día no me la había cogido, así que, como buen maestro que era, la recargué en la pared y la despojé de su ropa de la cintura hacia abajo, ella con sus manitas pegadas a la pared volteaba hacia atrás mirándome, sus enormes y estéticas nalgas emergieron, era la más nalgona de la clase, cuatro chasquidos sonaron en cada nalga cuando mi mano las golpeo, ahora estaban rojas y su raja mojada y lista para mí. La tomé de la cintura y guie mi verga a su raja, se la enterré de un empujón.
- Aaahhh, sí, que rico—gimió la cría al sentirse totalmente empalada.
- Te voy a joder tu raja y tu culo como te gusta, te lo haré tan fuerte que vas a llorar—le dije al oído, ella gimió al escucharme.
- Si profe, si mi amor, házmelo cuan fuerte puedas, hazme gritar, lo necesito
Con mis piernas flexionadas, empecé a mover mis caderas hacia adelante y arriba, para hacer una penetración más plena, Amber gemía como loca, su rajita súper mojada marcaba lo excitada que estaba. Flexionaba sus caderas hacia atrás cuando sentía que yo empujaba, eso hacía que entrara más profundo e intenso, hacía ruidos con su boca al respirar mientras era penetrada salvajemente por mí, sus nalgas rebotaban a cada embestida.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh… profe, por favor—dijo cual sumisa podía llegar a ser, al mismo tiempo que tomaba mi mano derecha y la llevaba a su cuello, eso le gustaba a ella.
Antes de sujetarla del cuello, guie mi verga a su culo, pude ver cómo puso sus ojos en blanco cuando sintió mis huevos chocar con su raja.
- Profe… aaahhh—abrió su boca como hipopótamo cuando sintió como le entraba mi verga en su culo mientras yo apretaba su cuello.
La hipoxia le daba mucho placer, la sujeté con mi mano izquierda de la cadera, mientras mi mano derecha oprimía su cuello, para después sujetarla del cuello con ambas manos, ella se arqueaba hacia atrás, sin soltar su cuello giré su cara para que volteara hacia mí, después la besé metiéndole la lengua, ella como pudo me correspondió, pues le llegaba poco oxígeno al cerebro.
No había misericordia ni amor en esa cogida, yo la amaba, pero ahora lo que necesitaba era verga no amor, ella necesitaba ese orgasmo y mi leche dentro de ella, y para ella cuanto más salvaje mejor.
- Mmmggghhh—gimió dentro de mi boca
Así en esa posición me moví cuan fuerte pude, mis caderas hacían el típico chasquido al golpear sus nalgotas infantiles. Sentí el cosquilleo en mis huevos y ya no lo quise detener, grité apretando mis dientes mientras le daba fuerte en el culo.
- Gggrrrhhh—gruñí en su oído apretando más su cuello.
Sentí como dejó de salir mi leche y solté un poco su cuello, ella respiró, pero solo para gemir su orgasmo.
- Aaahhh… profe—dijo mientras su vagina se contraía una y otra vez con mi verga aun soltándole leche.
- Amber, te amo—le dije sintiendo como mi verga aguada salía de su culo.
Ella se giró y se agachó a mamármela, todas lo hacían, sabían muy bien que después de que un hombre te coge debes mamarle la verga para limpiársela. Voltee hacia abajo y vi las mejillas de Amber hundidas por la succión que hacía para sacarme la leche.
- Yo también lo amo, es mi único amor—dijo cuando dejó de mamármela y se puso de puntillas para besarme, miré su cuello marcado por mis manos, era de piel muy blanca y mis dedos se pintaron en su cuello—lo amo tanto, que quiero darle hijos algún día.
Dijo antes de prenderse de mi boca para meterme su lengüita, mi verga brincó oyendo eso, la sujete de la cintura y la besé con pasión, ahora si había amor en eso, pasaba mis manos por todo su cuerpo, me detenía en su culo recién cogido y le metía un dedo, ella se prendía más de mí, abría sus ojos me miraba y cuando yo hacía algo que la estimulara, los volvía a cerrar.
Ella estaba, como toda chica de su edad, enamorada de su maestro, solo que algún día crecería y se enamoraría de alguien de su edad, pero ahora la tenía ahí y era momento de disfrutar.
- Listo Amber, vístete y toma tu mochila, te veo el lunes—le dije.
Ella asintió y se puso su ropa, tomó su mochila, me dio un último beso y se fue brincando de felicidad, con mi leche chorreando por sus muslos. Voltee a ver a Jim y se cogía las gemelas, las tenía empinadas y se la iba metiendo de forma alterna, la que no estaba empalada, era estimulada por sus dedos en la raja, terminó en un grito de placer en la raja de una de ellas, después pudo a la otra a chuparle la raja para sacarle la leche.
Me metí a mi oficina para terminar con el día e irme a casa, tomé mi maletín y salí mirando a Jim parado en la puerta con los ojos cerrados mientras las gemelas le mamaban la verga sacándole la leche.
- Adiós niñas, las veo el lunes, adiós Jim—no obtuve respuesta, estaba en el séptimo cielo para responder.
Al ir caminando por el pasillo miré al salón que estaba enfrente del mío, la maestra Malú, chupaba la verguita de un niño de 7 años, el niño la sostenía con amabas manos de la nuca y se movía cogiéndosela por la boca, su entrecejo estaba fruncido por la concentración de cogerse adecuadamente la boca de su maestra, ella cabalgaba a otro niño, mientras otro atrás de ella se la metía por el culo, era una mujer dedicada a su trabajo.
*****
El VEL H1N3 (Virus Estimulante Del Lívido) lo había cambiado todo. Al principio, nadie tenía idea de qué hacer. Los mejores biólogos que la humanidad tenía para ofrecer habían cometido un error al tratar de desentrañar el intrincado virus y sus innumerables efectos complicados, y en su mayoría fracasaron. Tal vez no se les podía culpar. Incluso el mejor científico es solo humano, y la cruda realidad que les devolvía la mirada desde los secos cuadros y gráficos era algo que no se atrevían a permitirse contemplar.
El virus se convirtió en una pandemia incontrolable, no sabíamos cómo actuar, sus efectos eran muy extraños en las personas. Aumentaba la libido de forma patológica, a tal grado de que si una mujer no tenía un orgasmo, entraba en un estado de histeria incontrolable, entre más jóvenes mayor era el grado de histeria, ningún tranquilizante logró clamar eso, solo el orgasmo podía.
Recuerdo haber visto mapas del mundo con países en colores rojo, todas las noches en las noticias cuando era muy joven, estos fueron aumentando en número. Cada semana se añadían más. Los presentadores de noticias siempre parecían enojados, o tal vez desesperados, leyendo sus líneas con miradas preocupadas en sus rostros.
Uno locutor se había derrumbado por completo en el aire una noche, negándose a leer el apuntador y despotricando que esto era «el futuro» y que la humanidad necesitaba «aceptar lo que no podía cambiar», que la solución era tan simple y los humanos la estábamos complicando por nuestros tabúes impuestos por tradición. Había estado pegado a la televisión hasta que el equipo trató de arrastrarlo y la estación salió del aire.
Las cosas se aceleraron rápidamente después de eso. VEL H1N3 (Virus Estimulante Del Lívido), así lo llamaron, pero el nombre hizo muy poco para capturar la realidad conflictiva que trajo. Vino de la nada. Se extendió rápidamente. Las acusaciones de que solo se contagiaba a través de fluidos corporales eran falsas, pero le dio a la gente una excusa. Con el tiempo se determinó que el virus estaba en el aire.
Tenía vívidos recuerdos de mi vecino siendo arrastrado fuera de su casa, con los vecinos gritándole cosas por haber tenido sexo con su hija de 10 años. Realmente no entendí en ese momento. La humanidad estaba cambiando, la composición esencial de nuestro ADN estratégicamente descomprimida y recodificada por el virus con pequeños cambios que representaban toda la diferencia del mundo.
También hubo efectos sutiles para los hombres, aumento de la producción de tiroides y testosterona, mayor deseo sexual y longevidad, varias enzimas nuevas estaban presentes en la eyaculación. La vida masculina habría continuado casi sin cambios, si no fuera por los efectos dramáticos en las mujeres, y especialmente en las niñas.
Posterior a eso se descubrió que las nuevas enzimas en el semen ayudaban a controlar la histeria femenina mejor que los más avanzados ansiolíticos, no importaba la vía, ya fuera oral, vaginal o anal, el semen se absorbía y las tranquilizaba. Sin embargo aún y con esto, la sociedad se negaba a aceptar un hecho, esto era inevitable.
Años más tarde, durante el apogeo del problema, alguien me entregó un folleto en el campus de mi escuela secundaria, hablando de la solución simple al problema, solo sexo. Ese fue el año en que la administración gubernamental había llevado a todas las niñas a escuelas femeninas, convirtiendo el nuestro en un campus solo para niños.
Había ido con unos amigos a ver la nueva escuela que el condado había construido para las niñas: era un edificio feo, levantado apresuradamente, rodeado por un alto muro rematado con alambre de púas. Fue desconcertante.
Parecía como si todas las chicas hubieran estado encerradas en una prisión. Mientras pasaba las páginas del folleto naranja, comencé a darme cuenta de que eso era casi exactamente lo que había sucedido. Fue el último movimiento desesperado de una institución política en ruinas que no podía aceptar la nueva realidad que había visto gritar al presentador de noticias años antes.
Panfleto tirado en la calle:
«Hecho contundente del principal efecto del virus: las niñas ahora son sexualmente activas mucho más jóvenes, ellas lo necesitan tanto como el aire que respiran». Página 1. El papel naranja impreso tenía una ilustración lasciva de una niña de 10 años boca arriba en una cama, con los dedos abriendo los labios de su coño, una mirada de desesperación suplicante en su rostro.
Creo que fue entonces cuando las cosas hicieron clic por primera vez en mi cerebro adolescente. Las noticias siempre parecían estar llenas de las mismas historias: estupro, 12 hombres arrestados. Anillo de sexo infantil: 20 hombres arrestados. Anillo de pornografía infantil en línea reventado: millones de imágenes encontradas. ¿Quién le explicaría lo que estaba pasando en el mundo a un adolescente confundido?
Mas trauma para mí cuando mi papá fue arrestado, yo estuve parado en el pasillo mirándolo todo, no me pude mover en el momento en que llegó la policía y lo arrestó por tener relaciones sexuales con la hija del vecino. Ella tenía 11 años. Después arrestaron a otro vecino y así sucesivamente, y no solo con la pequeña de 11 años, las otras niñas también fueron abusadas, al menos eso se manejó en aquel entonces.
La cosa es que ellas buscaban a los hombres, casi les suplicaban por ser manoseadas, ser penetradas, aun que les doliera (porque eran pequeñas), ellas lo anhelaban.
Era imposible que los estados construyeran prisiones y dotado de personal lo suficientemente rápido como para mantenerse al día. La cantidad de “abusos sexuales” cada vez era mayor, en todos los niveles socio económicos.
Pero siempre hubo voces de la razón: en línea o en la televisión, a menudo silenciadas rápidamente pero sonando cada vez más fuerte y más numerosas a medida que pasaban los años. La humanidad HABÍA cambiado, sobre todo las niñas. Todo estaba expuesto en las páginas del folleto.
Las perturbaciones cruciales en el sistema endocrino significaron que la biología femenina ahora requería la introducción constante de material reproductivo masculino para mantenerse saludable y mantener el equilibrio hormonal adecuado y sobre todo el mental.
Alguien mencionó que esto se podría equiparar a un holocausto zombi, por el grado de trastorno mental que podría provocar en las mujeres de todas las edades, se vio que entre más joven, mayor propensión a esos trastornos, por lo tanto mayor necesidad de semen en ellas
VEL H1N3 (Virus Estimulante Del Lívido) aceleró dramáticamente el apetito sexual, pero no todos los aspectos del desarrollo sexual. A las niñas todavía no les crecían los senos y no eran fértiles y no tenían bonitas curvas, pero sus cuerpos anhelaban vergas desde los 6 años en adelante. Incluso estudios han marcado que desde el nacimiento.
La sociedad casi se desgarró. Algunos países lo hicieron, los que eran demasiado rígidos para aceptar la verdad biológica de que el sexo con niñas pequeñas era ahora un imperativo, un hecho ineludible de la existencia humana continua. La gente se enfureció y se amotinó. Ciudades quemadas.
La propagación de Virus Estimulante Del Lívido se completó en una generación, pero tomó un cuarto de siglo para que volviera una apariencia de orden, algunas normas de la sociedad se remodelaran y se afirmaran para llenar los vacíos.
El grupo que me dio el panfleto eventualmente fue encarcelado. También recuerdo haberlo visto en las noticias. Su líder era un biólogo convertido en pedagogo que no temía la verdad: “las niñas pequeñas ahora tienen un impulso sexual enormemente amplificado, y los hombres perseguidos son los que habían estado cumpliendo con su deber más fielmente. No importa si una niña pequeña tomaba una porción de esperma en su coño o en su boca, o incluso en su culo. Las hormonas masculinas trabajaban al contacto, y el efecto más potente que evitaba la dilución de una respuesta negativa. Las niñas que no reciban semen o no tengan orgasmos de forma frecuente, desarrollaran un estado de histeria incontrolable, aunque sean medicadas en un intento de controlarlo, será inútil, pues sexo y semen es lo que necesitaban”.
Era la verdad pura y cruda, muchos no estaban listos para aceptarla.
Las niñas necesitaban recibir semen y la reacción de mejora era mayor con material genético de parientes cercanos: padres, hermanos, hijos, cuanto más cerca mejor. Los cambios en el proceso de desarrollo embrionario también hicieron que cualquier temor a la endogamia fuera olvidado. No había translocaciones genéticas por consanguinidad, un padre, hermano, tío, etc. Podía embarazar a una niña sin riesgos a malformaciones.
Quizás lo más sorprendente fue el tiempo que tomó estos hechos básicos para difundir y ser aceptados como verdad. Pero la verdad preservó, la sociedad poco a poco fue aceptando el hecho, la administración gubernamental fue cambiando las leyes, la sociedad mejoró mucho después de eso.
Habían surgido grupos pseudorreligiosos, que se opusieron a los cambios que se daban, pero la mayoría se marchitaron rápidamente debido a la persecución. Sus ideas no permanecieron. Las expectativas sociales cambiaron lentamente. El sexo con los padres y miembros de la familia era normal para una niña. Aceptado, alentado, incluso obligado por ley. No había más escuelas especiales, no había muros que alejaran a las jóvenes del miedo irracional de sus inclinaciones sexuales.
La nueva normalidad fue una liberación sexual más allá de lo que el siglo XXI podría haber imaginado. Las leyes habían cambiado a un ritmo glacial, pero eventualmente cambiaron, y se desarrollaron programas como ASO para ayudar a guiar a las niñas a través de la turbulencia sexual de sus primeros años.
Hace veinte años, las calles fuera de la escuela estaban llenas de manifestantes enojados, madres y padres que se enfurecían impotentes en nombre de sus preciosas e inocentes hijitas. Por lo general, las mismas chicas que más ansiosamente tragarían una polla entre sus labios tan pronto como saliera.
Los escándalos sobre sexo en las escuelas se convirtieron en algo común, luego en banal. Ahora los carriles estaban despejados salvo unos pocos grupos dispersos de estudiantes que seguían debatiendo el problema, aunque siempre se llegaba a la misma conclusión. Con la llegada de los programas ASO, los padres sabían que si sus chicas especiales iban a recibir pollas dentro de ellas una docena de veces al día, al menos podrían hacerlo profesionales. Sus necesidades podrían ser atendidas en la escuela y papá podría hacer el resto cuando ella llegara a casa.
Ese era mi trabajo, guiar a las niñas en su madurez y educación sexual, rellenándolas de leche y haciéndolas tener cuantos orgasmos pudiera, yo era maestro de planta, pero había voluntarios como Jim, que iban a la escuela sin recibir pago, solo lo hacían por vocación, sin embargo los mismo padres eran los que les daban bonos económicos por su noble labor.
Así había cambiado la nueva normalidad, sexo con niñas y niños, pues se vio que exceso de hormonas masculinas en niños, también repercutía en su salud, ellos también necesitan liberar semen de forma frecuente.
*****
Apenas podía esperar, mientras me alejaba de la escuela y avanzaba por la carretera hacia casa. Incluso después de dejar un regalo de despedida en el culo de la nalgona Amber, todavía estaba duro. Ese fue el regalo de VEL para los hombres. Las mismas hormonas que nutrieron los cuerpos de las niñas y niños para aumentar su libido de forma patológica, habían multiplicado por diez nuestra resistencia y erradicado la impotencia. Un anciano de 80 años podía tener relaciones sexuales de forma frecuente, no tanto como uno más joven, pero no sufría de disfunción eréctil. Yo podía follarme a tantas niñas al día como quisiera, pero en este momento solo estaba pensando en una.
Iba en el autobús mirando por la ventana, pensando en cómo había cambiado el virus, como los roles familiares había sido modificados radicalmente, hoy en un día se llamaba responsable a un papá que se cogía a todas sus hijas, incluso si terminaban embarazadas, pues el embarazo ayudaba a la salud mental.
El autobús se detuvo en una estación y miré por la ventana a una niña de algunos 10 años que cabalgaba desesperadamente a un hombre maduro de algunos 50 años, otra niña estaba sentada al lado y se masturbaba mirándolos y esperando su turno, posiblemente ni se conocían, así era ahora, si una niña necesitaba sexo, cualquier persona estaba “obligada” a darle placer.
Ya no existían delitos como la violación, el exhibicionismo, sexo en vía pública, de hecho las cárceles estaban casi vacías, los que estaba ahí eran más por delitos fiscales y cosas así. Ya no había violadores, pues solo bastaba pararte en una estación de autobús, en un parque, incluso en un callejón oscuro y las niñas vendrías solas a ti.
Sentí una mirada y voltee hacia el pasillo, ahí estaba una niña mirándome, tendría algunos 9 años, abría y cerraba su boca, como ansiosa, sus pupilas estaba dilatadas, respiraba agitada, traía una blusa escolar con solo un botón abrochado, una minifalda escolar, que apenas cubría el tercio superior de sus muslos, por los que por cierto escurría semen, en su cuello traía marcas de chupetones.
Era evidente que estaba en la etapa aguda de la infección, eso la hacía más necesitada de semen, le hice una seña para que se acomodara en el asiento de a lado, ella se hincó dándome la espalda, poniendo sus manitas en el descansabrazos, yo me baje la bragueta y liberé mi verga, dos jaladas fueron suficientes para que se pusiera dura como roca, la tomé de la base y me hinqué atrás de la niña.
- Aaahhh—gimió la pequeña al sentir mi verga irse hasta el fondo.
La sujeté de ambas caderas y la empecé a penetrar, sentía lo blando de su vagina, eso significaba lo muy usada que estaba, pero era algo que ella necesitaba, la jalé del cabello y aumenté la intensidad de mis estocadas, ella lejos de asustarse gimió más.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh.
Mi mano izquierda la sujetó del cuello, apreté un poco, sentí como ella contrajo su vagina y tuvo un orgasmo, miré su culo y estaba desfigurado, no me pude resistir, se la saqué y la nalgueé un rato, ella gimió sintiendo mis golpes en sus nalgas, cuando las vi rojas apunte al oscuro agujero.
- Aaahhh—volvió a gemir cuando mis huevos chocaron en su vagina
La bombeé con más intensidad, la cría ya gritaba de placer, algunos pasajeros mantenía indiferentes al nuestra cópula, pero otros no, otros si estaban muy atentos a lo que le hacía a la niña.
La sujeté con ambas manos de su cuello, no lo apreté mucho, solo fue para sostenerme, moví mis caderas con mucha velocidad e intensidad, el chasquido del golpe de mi pubis en sus nalgas se oía en todo el autobús, aceleré aún más, ya era una salvajada como se la metía en el culo, la niña ya gemía a grito abierto, empecé a gruñir sintiendo como mis huevos exigían explotar y así lo hice, eyacule dentro de la niña bramando de placer.
- Gggrrrhhh
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh—gimió la niña titiritando de placer, era su tercer orgasmo.
Me quedé dentro de ella hasta que mi verga de aflojó y salió sola, seguida de un hilo de semen. La niña se puso de pie, acomodó su falda mientras yo caía rendido en mi asiento. Ella se acercó a mí y metió mi verga a su boca, me mamó desesperadamente, chupaba fuerte, movía rápido su lengüita en tronco, extrayendo la leche rebosante, movía rápidamente su cabeza de arriba abajo con mi verga dentro de su boca, movía a mayor velocidad su manita a todo lo lago de mi verga con el glande en su boca, era como un zombi que devora lo que puede de cerebro, no se detuvo hasta que sacó toda la leche, después se levantó y me dio un tierno besito en mi mejilla.
- Gracias, señor—fue todo lo que dijo antes de tomar su mochila y perderse hacia la parte posterior del autobús.
De reojo miré que se sentó a horcajadas sobre un anciano de algunos 70 años y fue ella quien se movió mientras lo tomaba de la cara con ambas manos, el hombre ni dientes tenía, pero no le quitaba pasión al beso.
Miré que ya casi llegaba mi destino, mi verga recién había eyaculado, pero brincó solo de imaginar que ya llegaba a ver al amor de mi vida. Bajé del autobús y caminé algunas cuadras, cuando llegué a mi casa miré a una preciosa niña de 10 años que jugaba en el porche, apenas me volteo a ver y corrió a mí.
- ¡PAPÁAAAAAAAA!
Continuará
excelente relato uno de los mejores. creo que el mundo esta en una situacion similar, con la sexualizacion cada vez mas precoz y la cantidad de material pornografico de jovencitas que se encuentra, y cada vez mas hombres yendo a prision por ello. yo las disfrute en mi juventud durante mas de 2 decadas, espero estar vivo para cuando el mundo razone y podamos tener sexo en libertad con las peques.
Increíble, ojalá la gente entendiera el camino y viviéramos ej un mundo donde el sexo es natural
Soy tu fanática! Amo tus relatos. Me gusta leerlos a cualquier hora del día y pensar que es una realidad el que haya escuelas que eduquen así. Sería fantástico, estaría a favor de ello. Es necesaria esa educación. Que hermosa labor. Tu escritura es perfecta . Te admiro.