Aprendizaje Sexual Oportuno 3
Ahora la educación en casa.
Nota del autor. Entrego la tercera parte, tardé más de lo que imaginan en terminarla, pero finalmente lo hice. Espero disfruten leerla, tanto como yo escribirla.
saludos, besos y abrazos.
adalberto1979
Capítulo 3
Dejé caer mi maletín justo a tiempo para agarrar a Camila por debajo de las axilas, que brincó a un metro de mí y usando su impulso la elevé en el aire.
- Hola mi niña—Me reí. Camy chilló de alegría y envolvió sus brazos alrededor de mi cuello. Su cabello rojo y sus coletas se balancearon con el impulso. La falda de su vestido amarillo ondeó detrás de ella y luego se quedó inmóvil mientras completaba el giro.
- Papá, finalmente estás en casa, no sabes cuánto te he extrañado—Mi hija me apretó el cuello como si hubiéramos estado separados durante 10 años en lugar de 8 horas.
Nos fundimos en un apasionado beso a plena luz del día, en plena calle, ella ladeó su cabeza para que mi lengua le entrara más, era como si quisiera meterla la lengua tanto que le podría llegar hasta su culo; mi verga se endureció abultando en el pantalón, pero nadie le dio importancia a tan efusivo saludo, la seguí besando era mi momento más feliz del día.
- Adivina a qué—dijo separándose un poco de mí.
- ¿Qué mi amor?—dije yo ahora poniendo mis manos en sus nalgas por debajo de su falda, así la sostuve.
- Vino el papá de Isela, y ¿recuerdas que ella dijo que su mamá le compró una mascota?
- Si mi amor, lo recuerdo—mis manos acariciaban sus bellas y redondas nalgas.
- Bueno, ¿adivina qué?—volvió a peguntar cual niña era.
- ¿Qué mi amor?—le contesté con una sonrisa, mis dedos jugueteaban con el elástico de su pantaleta infantil.
- Se lo trajo y era un lindo hámster, así de pequeño—me mostró el tamaño utilizando ambas manos—y era tan adorable, Isela me dejó abrazarlo y él se movió y se metió mi camisa papá y era tan lindo que…
Mi niña mostraba una enorme emoción con la nueva mascota de su amiga, tanto que ya no pudo hablar, yo estaba riendo, abracé su cara pecosa más cerca y la besé en la boca de nuevo.
- Mmmggghhh… Mmmggghhh… Mmmggghhh—Camy finalmente se derritió en mis brazos mientras la abrazaba con fuerza, sentí como su boca se abrió y sacó su lengua para que se enroscara con la mía.
Al final del día, nada se sentía más dulce que la boca de mi pequeña bebita presionada contra la mía, los labios cediendo y ligeramente separados bajo la presión de su papá. Mis dedos se sumergieron debajo de su pantaleta infantil con voluntad propia, bordeando su mojada vulva y sumergiéndome dentro de ella.
- Aaahhh—gimió mi pequeña con los dedos paternos estimulando su rajita.
Bueno, y que podía decir yo, solo que ni una cosa en el mundo podría sentirse mejor que la mojada raja de mi hija. Camilla había sido el sol de mi vida durante 10 años, una pequeña azucarada y animada niña con labios de rubí, sensuales y suaves, de entre los cuales emergían los más eróticos gemidos que mis oídos podrían escuchar.
Entre con ella cargándola, antes de hacerlo salude con la mirada a mi vecina, que regaba su jardín, ella sonriendo miró todo, era una buena mujer, me la había cogido tantas veces que había perdido la cuenta, a ella y a su hija de ahora 16 años. Cuando recién cumplió los 9 años, su mamá me la empezó a traer, me la cogí muchas veces, su papá se había ido cuando ella era muy pequeña, así que como buen vecino me la cogía cuantas veces lo necesitó, eran hermosos nuestros tríos, lamiéndonos todos.
Cerré la puerta de la casa de una patada detrás de mí y dirigiéndome a la sala, me seguí besando con mi hija, ella seguía con sus brazos alrededor de mi cuello. Esta fue realmente la mejor recompensa para un padre trabajador al final del día. Una niña riendo en mis brazos, un dulce y apasionado beso desde el corazón, la sensación de ella acurrucándose contra mí y la anhelante presión en mis pantalones al saber que pronto estaría metiendo mi abultada verga en su diminuta vagina de niña de 10 años, inundándola una y otra vez hasta llenarla con fértil semen. Camy se movió contra mí como un gusano hiperactivo.
- ¿El papá de Isela vino con ella?–Yo pregunté mientras mi dedos seguían hurgando su vagina.
- Sí, papá, Bruno también vino, me dejó jugar con el hámster. Isela lo llamó Billy. Qué nombre tan estúpido—resopló cuando la bajé en la estancia.
- ¿Y cómo le llamarías a un hámster?
- Bueno, obviamente lo llamaría Cooper—Entró pavoneándose en la sala delante de mí.
- ¿En serio, Cooper?—dije yo caminando atrás de ella, admirando sus bellas e infantiles nalgas.
- papá—volteo a verme hacia atrás—ese es el mejor nombre que un hámster pueda tener.
Ella puso los ojos en blanco como si hubiera hecho la pregunta más tonta del universo, y no pude evitar reírme.
Había estado pensando en conseguirle una mascota de todos modos. Tal vez un perro. Podría divertirse con un perro, si le enseñara a tener cuidado y lo entrenara bien. Hoy en día teníamos todo tipo de escuelas para adiestramiento canino, que si bien, el semen canino no contaba con todas las enzimas del humano, ayudaba mucho a tener orgasmos en las niñas y mitigar su necesidad de verga, eso ayudaba a los varones de la casa a descansar un poco.
Si, el perro era la mejor opción como mascota, pero un hámster también era una posibilidad. Dejé las llaves y el maletín sobre la mesa de la cocina y me aflojé el cuello de la camisa.
- ¿Bruno te cogió hoy, mi niña?
- Sí, papá. Vimos una película con Isela, luego nos turnamos y él se corrió dentro de las dos
- ¿Qué película viste?
- Isela quería ver La Sirenita, pero eso es como… aburrido—Hizo un gesto de molestia con las manos—Es una película tan antigua. Cosas de niños ñoños. Así que cambiamos al canal familiar. A Bruno le gustó mucho eso—dijo volteándome a ver con cara de complicidad.
- ¿Y qué película vieron?—pregunté con mi mano moviéndose.
- Pequeñas esclavas, un clásico—exclamó haciendo movimientos obscenos de cópula con sus brazos y caderas.
El canal familiar habría significado algo diferente cuando yo era un niño. Ahora era un concepto muy diferente, presentaban entretenimiento que las familias veían cuando querían divertirse juntos. Porno generalmente, niños y niñas de todas las edades siendo follados, había todas las clasificaciones hardcore, softcore, sado, tabo, etc. Con historias para aquellos a quienes les gustaba eso. Incluso había películas con drama intenso que te hacían llorar y después eyacular con las escenas sexuales que se desarrollaban, tenías sus premios a mejor actor, mejor escena, mejor guion, etc.
Cam y yo teníamos algunos programas favoritos. La noción de prohibir a una niña demasiado joven, para ser mostrada por la cámara siendo cogida de mil y un formas, ya no existía.
Pero la idea de la polla de otro hombre penetrando el estrecho coño de mi niña, me estaba excitando en demasía. Bruno era un buen amigo. Cuidé de Isela cuando lo necesitó y él cuidó de Cam cuando ella también lo necesitó.
En realidad, no había ninguna recomendación oficial, pero la mayoría de las chicas parecían inquietarse si pasaban más de 8 horas sin sexo, y Cam, en su forma hiperactiva habitual, apenas podía pasar más de 4. Así que por lo general, pedía a alguien que la atendiera, si ella iba a estar en casa mientras yo estaba en el trabajo.
El sofá estaba justo allí, donde muy seguramente le habría hecho rebotar su pequeño cuerpo desnudo sobre su rígida verga, con su típico entusiasmo y luego le habría hecho chillar cuando le disparara el semen hirviendo dentro de ella.
Camilla movió los hombros y se pavoneó bajo mi mirada. Le gustaba cuando su papá la miraba. La carne tensa de mi polla estaba a punto de reventar mis pantalones al mirar a mi hija de 10 años, ella lo sabía y se movía sensual para mí.
- Date la vuelta cariño—dije pasando mi lengua por los labios para mojarlos.
Se giró lento, moviéndose suavemente de un lado a otro, como danzando mientras se iba girando, no dejo de verme mientras lo hizo, incluso quedó mirando hacia atrás para seguirme viendo, su sonrisa marcaba lo feliz que estaba de excitarme con solo moverse frente a mí.
Actualmente la danza erótica era impartida de forma oficial en las escuelas, incluso les enseñaban pool dance, era hermoso ver a las niñas con sus piernas completamente abiertas hacer piruetas en los tubos, debo reconocer que en mi recámara había uno, donde mi pequeña me bailo infinidad de horas, incluso aprendió a sostenerse de él mientras yo la penetraba salvajemente por todos sus agujeros.
Me dio la espalda obedientemente y me incliné hacia adelante y abajo, pasando mis manos por sus costados y sintiendo sus curvas infantiles a través de la fina tela del vestido amarillo. Tan precioso, tan suave, tan sensual. Pasé mis dedos por su cabello rojo, oliendo el champú floral infantil. Cam arqueó el cuello y se echó hacia atrás con una sonrisa.
Mi hija era tan dulce, todo un entusiasmo brillante y una energía de niña pequeña sin límites. Mis manos fueron más abajo, sobre sus esbeltas caderas, y levanté el vestido amarillo para ver dos pequeños globos perfectos de carne perfectamente ahuecados por un pequeño par de bragas blancas de algodón.
- ¡Papá!–Ella se rio como una niña, derritiéndose en mis brazos, al sentir mi mirada lasciva en su pequeño trasero—no seas travieso.
- Si, lo haré, sabes cuánto me gusta hacer travesuras contigo.
- Ay, papi—dijo derritiéndose en mis brazos—me gusta que seas travieso
Conocía a mi hija por dentro y por fuera, podía sentir sus corrientes calientes apenas ocultas bajo la superficie. Un toque en su hombro, y ella levantó sus brazos sobre su cabeza. Recogí la falda y luego le subí el vestido por la cabeza, dejando al descubierto el cuerpo desnudo de mi niña.
- ¿Te gusta lo que ves?—dijo con voz sensual.
- Mucho, te voy a joder tan fuerte que vas a llorar.
- ¿Prometido?—dijo abriendo y cerrando su boca ansiosa, como si fuera lo que esperara de mí, meneándose como una pequeña serpiente delante de mí.
Pasé mis manos por todo su cuerpo, había sacado la genética de su madre, que cabe decir que ella tiene un cuerpo de infarto con medidas casi perfectas, nos habíamos divorciado, ella decidió irse de voluntaria a los países africanos pobres, en donde había pocas mujeres y necesitaban voluntarias para satisfacer las necesidades de los niños y hombres, habíamos terminado la relación en buenos términos, ella se fue y me dio la custodia total de Cam, a veces venía al país y se quedaba con nosotros, obviamente nos la pasábamos cogiendo como conejos los tres. Lo dicho, no había rencor ni resentimientos en nuestra relación. Tenía mucha experiencia con niñas, nuestros encuentros eran tan intensos, que pasaban a ser enfermos, usaba todo tipo de dildos y arnés en Cam, mi hija terminaba gritando de placer, toda orinada y llena de semen. A su madre le encantaba montarle su cara y tallarle la vulva en la boca, lo hacía hasta que orinaba de placer, haciendo que mi niña se tragara la orina, incluso era tanta que casi se broncoaspiraba, eso solo provocaba que me fuera sobre mi exesposa y le diera por el culo hasta reventárselo.
Cam seguía de espaldas a mí, yo estaba sentado en el sillón y sus nalguitas quedaban muy cerca de mi entrepierna, yo la seguía acariciando, besaba su espalda, su cuello, ella inclinaba su cabeza a un lado para permitir mis besos y caricias en todo su cuerpo. Noté sus nalgas rojas y marcadas.
- ¿Te nalgueó Bruno?—dije acariciando la marca del golpe.
- Sí, mucho, ya sabes cómo es él—dijo mi pequeña retorciéndose con mis caricias.
- ¿Usó la tabla?—pregunté dándole un pellizco.
- Si, sabes que me encanta que usen la tabla conmigo.
Dejé que se diera la vuelta de nuevo y me mirara, su sonrisa era un poema en su rostro. Dios, ella era encantadora. Flexible, esbelta, con un hermoso pecho plano, con la cantidad perfecta de curva en sus caderas y redondez en sus hombros. Su vientre era suave y firme a la vez.
Solo tenía 10 años y no había pasado un día, desde sus 5 años de vida, sin que no hubiera metido mi polla furiosamente entre los hermosos labios de su boca, en el apretado túnel de su coño o en la calidez de chocolate de su pequeño culo fruncido. 11 años era la edad promedio de fertilidad hoy en día y ella también tenía casi esa edad. Más efectos secundarios del virus.
Algunas familias consideraron casar a sus hijas tan jóvenes, si el embarazo estaba sobre la mesa. Era su elección y todos tenían que decidir por sí mismos. Pero no podía soportar la idea de que mi niña dejara el nido.
El próximo año por estas fechas empezaría a ovular y debía ser yo quien la preñara, ella estaba de acuerdo en eso, tendríamos un hijo en cuanto ovulara y después llevaríamos control prenatal por un tiempo, pero más adelante planearíamos un segundo, un tercer y no sé cuántos hijos más entre nosotros.
Mi hija seguía danzando frente a mí, pero el dolor en mis pantalones amenazaba con astillar mi carne torturada.
- Vamos, cariño—le dije, tomándola de la mano y llevándola al sofá–¿Es aquí donde tú y Bruno cogieron?–Yo pregunté.
- Si, papi.
- ¿Aquí te nalgueó?
- Si, con la mano y después con la tabla.
- ¿Te dolió?–Ella asintió.
Me senté en el sofá y me eché hacia atrás, con las piernas abiertas, mi verga dura como roca estaba tapada por mis pantalones, pero abultando obscenamente. A un gesto mío, extendió la mano y me desabrochó el cinturón, tirando hacia atrás de las solapas y ayudándome a quitarme la ropa interior hasta que salió un hinchado trozo de carne roja.
- Dios, papá, brincó como conejo jajaja—dijo riendo cuando el elástico superior de mi bóxer lo jaló mi pene desde el glande, hasta que este se zafó golpeando a todo lo largo en mi abdomen
Cam siempre pensó que la energía elástica de mi pene erecto era algo deliberado. Extendió la mano y lo jaló con los dedos, haciéndolo rebotar en el aire.
- Aaahhh—gemí sin poder evitarlo.
El simple toque de los dedos de mi hija en mi polla, envió un escalofrío por mi columna. No podía esperar más. Extendí la mano, agarrando la cinturilla de sus bragas de algodón por las caderas se las bajé, ella levantó sus piernitas para ayudarme a quitárselas. Mi pequeña se paró frente a mí completamente desnuda, la delicada flor de su coñito sin pelo asomaba entre sus piernas, estaba rojo, estaba hinchado, había sido penetrada por otros hombres ese día.
Suavemente la acosté boca abajo sobre mis muslos, miré sus nalgas marcadas por la tabla, Bruno sí que le había dado fuerte, levante mi mano y la dejé hacer con fuerza, ella gritó
- Ay—pero contrario de lo que pudieramos pensar en la lógica, ella volteo a verme y me preguntó–¿No quieres usar la tabla?
- No, quiero sentir el mismo dolor que tu
Miró al frente sonriendo y aceptando mi respuesta, pero volvió a gritar al sentir nuevamente mi mano golpearle sus infantiles nalgas. Así fue una y otra vez, hasta que sentí sudor en mi frente.
- Muéstrame cómo te cogió Bruno—jadeé, con mi mano temblorosa manoseándole su vulvita, no sé ni cuantas nalgadas le di, mi mano me dolió y me cansé, estuve tentado a usar la tabla, pero ya quería estar dentro de ella.
La idea de empujar mi polla dentro de mi niña me puso duro como una roca, pero también la idea de que otros hombres lo hicieran me puso aún más duro.
*****
Habíamos compartido la Navidad con la familia de Bruno, y tras abrir los regalos me había follado a su hijita, Isela. Se lo hice tan fuerte como pude hasta que ella gritó, mientras que él hacía lo mismo con Camila, todo uno frente del otro. Rayas de coca a medio esnifar estaban en la mesa de centro, eso nos puso como motos. Fue una navidad de locos e inolvidable, las atamos, las torturamos, las nalgueamos, las orinamos, las dobles penetraciones no faltaron.
Las hicimos esnifar a ellas. Cam estornudó sin poder evitarlo, bruno la tomó y la nalgueó mientras se carcajeaba, yo me carcajeaba igual. Las acostamos y metimos nuestras caras en sus entrepiernas. Lenguas adultas y hábiles, gritos infantiles de placer, se orinaron por nuestros estímulos sin poder evitarlo, atrapamos la orina con nuestras bocas para después escupírselas, ellas reían con los ojos a medio cerrar, con sus manitas al frente intentando detener los chispazos de orina que salían de nuestras bocas, nos las cogimos por la boca, mas rayas esnifadas por ellas, más para nosotros, profanamos salvajemente sus culos, nuevamente gritos infantiles. Obligué a Isela a que me chupaba el culo, ella metió su lengua en él y creo que me estimuló demás, una enorme flatulencia se me escapó directo a su boquita, reímos a carcajadas.
- Eres un puerco—me decía Bruno, aventándome un trapo para limpiar mi sudor, pero su mirada cambio a perversa e infame y me retó—pero ¿A que no lo haces otra vez?
- ¿Me retas? Lo hago—dije yo después de esnifar dos rayas, sentándome en el rostro de Sandra—vamos, puta, chúpame el culo. No, no uses tu lengua, dije que lo chuparas, tal y como lo haría una puta.
Le dije a Isela que me lamía como siempre lo hacía, ahora quería que me lo chupara, necesitaba ese estímulo, sentí como pegó sus labios a mi ano y lo empezó a chupar. Cerré mis ojos y me concentré, Bruno no perdía detalle mientras se cogía por la boca a Cam, sentí la burbuja viajar por mi intestino, pasé mi mano derecha atrás y sujeté a Sandrita de su nuca, puje mordiendo mi labio inferior, la flatulencia salió, ella por reflejo se iba a quitar, pero mi mano preventiva, se lo impidió y no la solté hasta que liberé todo mi gas en su boca.
- Guarc—hizo un arqueo de vómito cuando finalmente la liberé, para después vomitar; todos reíamos a carcajadas, incluso Isela lo hacía entre vómito y vómito, era aberrante la escena de Isela a riendo carcajadas entre sus vómitos—eres un pinche puerco, creo que me aventaste mierda en la boca.
La pequeña con el dorso de su mano limpió el vómito que la manchaba en su boca, se acercó a la mesa y esnifó una raya.
- Ponte en cuatro—me dijo contundente.
Yo obedecí al verla tan decidida, se hincó atrás de mí y volvió a chupar mi culo, era como si quisiera sacarme la mierda, su mano derecha pasó entre mis piernas y masturbó mi verga, vi como bruno hizo lo mismo con mi pequeña, yo voltee a ver a Isela y le dije sonriendo.
- ¿Y si se me sale otro gas?
- Haz lo que tengas que hacer—dijo ella separándose un poca para después regresar a la succión anal, sus pupilas dilatadas por el polvo blanco y la excitación.
Acabaron desfallecidas, tiradas a mitad de la sala, oliendo a semen, a orina y a mierda, bruno y yo seguimos esnifando y tomando alcohol, reíamos de todo, nuestros penes seguían erectos, una idea pasó por mi mente, se lo hice saber y él sonrió asintiendo, fuimos con mi vecina, ya era de madrugada, tardó en abrir, estaba profundamente dormida, pero nos vio desnudos con erecciones y olorosos a sexo, sonrió y se colgó de mi cuello besándome.
- Bienvenidos—fue lo único que dijo antes de besarme con su lengua por delante.
No hubo más palabras, nos jaló de la verga a los dos y entramos a su casa, fuimos a su habitación, ahí estaba su hija, estaba desnuda, había todo tipo de arneses y dildos tirados en toda la habitación, ella dormía plácidamente boca abajo, su culo estaba rojo y dilatado, me subí suavemente para no despertarla, escupí en mi mano y la embarré en mi glande, apunte a su culo y se lo metí de un solo empujón
- Ay mami, pero ¿Qué…?—volteo a verme y me sonrió emocionada—René, mi amor… aaahhh… aaahhh… aaahhh
Gimió una y otra vez con mis penetraciones, bruno ya empinaba a mi vecina que corría con la misma suerte por su culo, nuevamente todo empezó, otra tanda de sexo salvaje, tortura, orina, doble penetración; las dejamos igual, casi desmayadas tiradas en la regadera donde rematamos dejándolas en un charco de orina, cuando salimos abrazados y riedonos, el sol ya brillaba en el cielo. Hacía frío.
- Feliz navidad, bruno
- Feliz navidad René—dijo mientras chocábamos nuestros puños.
Nuestros penes colgaban como trompas de elefante, de los meatos salían hilos de moco, los dos por reflejo tomamos el propio y empezamos a masturbarnos para ponerlos duros, nuestras niñas nos esperaban en casa. Las despertaríamos siendo ensartadas ferozmente
*****
Había pocas cosas más calientes que ver una polla gorda metida en el lindo y pequeño coño de tu hija. Había sido una gran Navidad. Todavía tenía la cinta.
Camila se subió sobre mí en el sofá, sentándose a horcajadas sobre mis piernas con una sonrisa ansiosa en su rostro.
- Bueno papi primero empezamos así—Se dio la vuelta y se dejó caer en mi regazo, mi polla latía entre sus nalgas—Vimos televisión por un rato.
- ¿Qué vieron en la TV—pregunté yo acariciando su pancita.
- Vimos pequeñas esclavas y una nueva, una de época antigua donde el sexo con niñas era delito, de una niña que llega con su mamá a un barrio nuevo y se enamora de su vecino, se la coge todos los días, y la niña planea hacer que su mamá se case con él, lo logra, pero la mamá un día llega temprano y los sorprende, la niña le explica que está enamorado de él y como planeo el matrimonio, para tenerlo dentro de la casa.
- ¿La mamá lo entiende?—pregunté, ahora pasaba mis manos por su vulva.
- No solo lo entiende, sino que lo permite y finalmente termina participando, la película acaba con un trío donde la niña recibe doble penetración, su nuevo papá por el culo y su mama por la vagina con un dildo.
- ¿eso excitó a Bruno?
- Bastante, sentía su verga súper dura entre mis nalgas.
- ¿Y después que pasó?
- Isela estaba sentada con nosotros y me dio a Billy para que lo acariciara. Era taaaaan lindo papá
Se inclinó hacia atrás y estiró el cuello para mirarme, flexionando mi polla dolorosamente contra mi estómago.
- Estaba descansando un poco, mientras yo me sentaba así en el regazo de Bruno—Hizo un movimiento de abrazo con los brazos—Pero luego el hámster comenzó a moverse y saltó en mi vestido por el escote—Imitó a la pequeña criatura subiendo por su pecho y desapareciendo bajo su escote.
Froté los hombros y el pecho desnudo de mi niña mientras lo imaginaba, las niñas riendo y retorciéndose mientras el bulto peludo se movía debajo de la delgada tela amarilla.
- ¿Qué paso después?– Yo pregunté, sin dejar de acariciarla obscenamente.
- Bueno, Isela pensó que era gracioso, pero Bruce dijo que deberíamos sacarlo antes de que lo aplastáramos, así que Me levantó el vestido así, papá—Sus manos acariciaron lentamente desde sus muslos hasta sus caderas—él, Estaba realmente duro. Billy había corrido a mi espalda, era muy escurridizo, así que metió la mano para encontrarlo—Sus ojos brillaron mientras movía mis manos, simulando los dedos inquisitivos sobre su cuerpo. La barra de hierro apretando contra su trasero era prueba de lo emocionada que estaba poniendo a su papá.
- mmm, ¿él anduvo así?—Mis manos acariciaron su camino por su espalda desnuda y se detuvieron en sus nalgas. Les di un apretón, disfrutando el agradable apretón de la grupa de mi niña de 10 años.
- Sí, papi—Cam estaba jadeando pesadamente—Me frotó el trasero por un rato. Se sentía… tan… aaahhh
Su cabeza cayó hacia atrás contra mi hombro, las fosas nasales dilatadas.
- Fue así, papá—Con el cuerpo contraído, se colocó contra mí—aaahhh, aaahhh
Dio un pequeño tirón y estremecimiento cuando toqué su trasero, cortándola de su conversación. Las dulces pendientes de su trasero caían hasta la diminuta y arrugada hendidura. La sensación de que presionaba contra la parte inferior de mi polla palpitante era indescriptible.
- ¿Encontró a Billy aquí abajo?—bromeé, manteniendo la presión en su trasero.
- No papá, él…. aaahhh, corrió hacia adelante—Sus ojos estaban vidriosos por la sensación de las grandes manos de su papá frotando su cuerpo desnudo. Ella era una chica tan delgada. Sus dos suaves nalgas caben en mis manos con espacio de sobra.
- ¿Oh? Entonces, ¿Bruno, puso su mano… aquí?»
Las yemas de los dedos hambrientos recorrieron sus muslos y se sumergieron para encontrar la hendidura sin vello entre sus piernas. El calor nebuloso empañaba mi cerebro, la visión erótica de mi pequeña niña sexy con la falda levantada y los dedos de Bruce sumergiéndose en sus bragas.
- Sí, me frotó el coño un poco. Billy estaba… aaahhh… se movía sobre mi estómago, aaahhh… aaahhh—El calor creciente estaba provocando un rubor en su pecho mientras gemía entre palabras—Incluso… cuando finalmente lo sacamos, Isela lo sostuvo y yo… aaahhh… aaahhh
Se dio por vencida, ya no pudo hablar, la estaba llevando a un inminente clímax, arqueó la cabeza contra mi hombro para mirarme.
- Papi…
Me miró con los ojos cerrados, orbes verdes preñados de su desesperada petición. Podía sentirla moviéndose contra mí, acariciando el cuerpo de su papi para sentir el firme deseo de su polla contra su trasero. ¿Qué padre podría decir que no cuando su pequeña lo miraba con esa expresión hambrienta?
Pocas cosas pueden igualar el apetito salvaje de una niña cachonda de 10 años, y Cam tenía una energía ilimitada.
Me quedaba dormido todas las noches, con ella acurrucada en mis brazos, el calor succionador de su coño envolvía exquisitamente mi polla; a veces, a media noche, me despertaba y solo me movía dentro y fuera de ella hasta eyacular, muchas ocasiones ella ni siquiera despertó y cada mañana me despertaba con su lengua y labios saboreando el sabor de su papá debajo de la manta. Me mamaba la verga con gran maestría hasta hacerme eyacular, ese era su primer desayuno, mi leche en su boca.
Pero quería molestarla un poco más. Cuando sentí que su vagina se mojaba en exceso dejé de frotar su coño y puse mis manos detrás de mi cabeza, sonriendo y recostándome en el sofá.
- Dijiste que empezaste así, cariño. Muéstrame cómo terminaste
- ¡Papá! Eres muy cruel—Cam, adoptó el puchero enfadado que siempre hacía cuando los dedos de su papá dejaban su entrepierna antes de tiempo.
Solo sonreí ante el labio tembloroso y la mirada conmovedora y suplicante en su rostro.
- Está bien, me hizo dar la vuelta así—Hizo coincidir las palabras con la acción, girando sobre sus rodillas en el sofá hasta quedar frente a mí, sentada a horcajadas sobre mis muslos.
Se movió de delante a atrás, una y otra vez, se acercó a besarme mientras lo hizo, sentí la tibieza de su lengua sobre la mía, mientras hizo eso desabrochó mi cinto y pantalón, sus manitas rápidamente se acariciaron mi verga por encima de mi bóxer.
- Aaahhh—ahora el que gimió fui yo al sentir las caricias de mi pequeña hija.
- A bruno le encanta que lo bese así—dijo separándose de mi—pero cuando menos lo esperé me cargó y me acostó sobre sus muslos, subió mi falda y bajo mi pantaleta, me nalgueó un rato.
- ¿Lo hizo fuerte?—dije poniéndola tal y como bruno lo había hecho
- Sabes que siempre me lo hace fuerte, ya te lo había dicho, auch—se quejó de la nalgada que le di
- ¿Y cómo obtuvo la tabla de golpear si ya te tenía encima?
- Le pidió a Isela que la trajera.
Admiraba sus nalguita infantiles amoratadas por los golpes recibidos, muchos estudios habían demostrado que los orgasmos precedidos de tortura eran más intensos y con mejores resultados, las mismas niñas llevaban en sus mochilas tablas de tortura, por si de manera fortuita alguien se la cogía, utilizara la tabla para golpearlas un rato; incluso ya debían ser tablas con certificación de empresas especializadas en ello.
Mi bóxer estaba todo mojado de los mocos vaginales de mi pequeña, ahora la tenía boca abajo apretándole las nalgas.
- Papi—dijo volteando a verme.
- ¿Qué mi amor?—dije apretando ansiosamente sus nalguitas.
- La tabla está en el mueble al lado del sillón—dijo como dándome opciones.
Voltee a mi derecha y ahí estaba la tabla, era marca Spalding, poco más larga y ancha que una regla común, hecha con madera de ébano de los altos bosques canadienses, contaba con certificaciones de calidad y bajo los requisitos de las normas actuales de tablas de tortura, incluso, en la caja existía un instructivo de uso para lograr el mayor dolor con el menor daño sobre la piel.
Tomé la tabla y la puse suavemente sobre las nalgas de mi pequeña, ella se estremeció con ese contacto. La tallé suavemente sobre sus nalgas, tal y como si fuera un arco sobre las cuerdas de un violín, en mi mente pude escuchar las notas musicales, como si estuviera interpretando una sonata de Bach. De repente levante la tabla y la dejé caer sin misericordia alguna.
- ¡Ay papi!—gritó mi niña al sentir el fuerte golpe, después gritó cada golpe que le di—ay… ay… ay
Deje caer la tabla con fuerza, mi niña gritaba, gritos infantiles de dolor que se podían escuchar hasta la calle, pero ya era algo tan común, que nadie le daba importancia.
Yo apretaba los dientes y fruncía el entrecejo al dejar caer fuertemente la tabla sobre las nalgas de mi pequeña, que para esos momentos no solo gritaba, lloraba a lágrima abierta, pero eso no me detuvo, al contrario, le di más fuerte, inhumano, con una erección muy intensa luchando por salir de mi pantalón.
- Papi… papi… ay… ay… ay
Mi niña, ahora, ya no solo liberaba lágrimas llorando con intensidad, ahora por su nariz salía líquido claro y por su boca, la cual se abría y cerraba por los gritos de dolor que daba, sus labios temblaban, lo mismo que su quijada, la seguí golpeando hasta que sus gritos fueron desgarradores, ese era el momento, la levanté y la hinqué en el sillón, ella entre intensos sollozos y lágrimas rápidamente se sostuvo del respaldo con sus manitas y paró sus nalguitas, yo solo liberé la verga por la abertura de mi bóxer, ni siquiera la ropa me quité y así la penetre, estaba tan mojada, que de un empujón entró toda mi verga.
- Si, papi, si, snif… snif… jódeme fuerte… si… aaahhh… aaahhh… aaahhh—gimió intenso sintiendo mis poderosas estocadas
La sujeté de la cintura con ambas manos y moví mis caderas hacia adelante penetrándola una y otra vez, mi movimiento era obsceno, incluso para una mujer adulta, movía mi cadera hacia adelante y cuando sentí que topaba, me movía hacia arriba como queriendo levantarla, esa técnica enloquecía a mi pequeña, sus gemidos me indicaron que esta no era la excepción.
- Aaahhh… aaahhh… aaahhh—su cabello en coletas infantiles se mecía con el vaivén de mis caderas.
Desde mi posición admiraba su espalda, lo claro de su piel, la suavidad de esta, la firmeza de sus glúteos que vibraban a cada metida que le daba, recordaba cuando me cogía a su madre, mi exesposa, era un clon de ella, con ese pensamiento aceleré mis estocadas.
- Papi… papi… si… aaahhh… aaahhh… aaahhh—tuvo un orgasmo sintiendo como aceleraba en mis estocadas
Sin soltar el respaldo se estiró hacia atrás, dejando sus brazos rectos, colgó su cabeza, que seguía en constante movimiento por mis arremetidas y sentí la inundación en su vagina, era como estar, literal, en agua.
- Bebé… mi amor, estás toda mojada, te quiero partir en dos, Gggrrrhhh—bramé acelerando mis estocadas—necesito cogerte muy fuerte.
- Si, papi, cógeme fuerte, párteme en dos… aaahhh… aaahhh… aaahhh… jódeme con tu verga… aaahhh… aaahhh… estoy toda mojada por ti, si, así, más fuerte… aaahhh—gimió sintiendo como entraba en ella como pistón de motocicleta
El chasquido de mi verga entrando en la encharcada raja de mi hija sonaba como si chacualearamos agua y literal, estaba tan mojada que eso hacíamos. Miré sus amoratadas nalgas por la tortura recibida y de entre ellas emergió su desfigurado culo, la había penetrado tanto, y no solo yo, muchos habían entrado en ella por esa puerta, eso solo me excitó más.
- Bebé ¿bruno te cogió por el culo?—dije yo muy elevado en excitación.
- Sí, yo se lo pedí… aaahhh… aaahhh… le dije que me cogiera como una puta barata… aaahhh… aaahhh
- ¿Te cogió fuerte?
- Mucho… aaahhh… me trató como le dije, como una vil puta… aaahhh… hasta él gritó de lo fuerte que me dio por el culo… aaahhh… aaahhh
- ¿Él gritó?—dije moviéndome con mucho entusiasmo, recordaba que bruno se sentía un súper saiya-jin, en cierto punto de la cogida y gritaba como si se llenara de súper energía.
- Si, así como desesperado, donde quería darme más fuerte, me hizo venir muchas veces… aaahhh… aaahhh—gimió mecida por mis embestidas.
- Te voy a coger por tu culo—dije con voz ronca, ya no aguantaba más.
- Si, papi, como tú quieres, sabes que te pertenezco y puedes hacer conmigo lo que quieras… aaahhh… aaahhh… eres mi dueño… aaahhh… aaahhh… aaahhh.
Aceleré con sus palabras, me gustaba escuchar eso, que ella era mía y podía poseerla como quisiera, me detuve y se la saqué, la acosté boca arriba en el sillón, estaba algo incómodo, intentaba poner sus pies en mis hombros, pero se resbalaba, ella lo notó y tomó sus piernas por sus corvas pegándolas a su pecho, eso abrió su culo para mí.
- Te amo—le dije por su gesto de ayuda, facilitándome encularla.
- Y yo a ti, papi—contestó mi pequeña con su voz de ángel—eres el amor de mi vida.
Tomé mi verga con la mano derecha, la pase por su raja para mojarla de jugos vaginales a modo de lubricación, la acomodé en la entrada de su culo y empujé, el glande entró, mire a mi pequeña, su semblante cambió, abrió su boca y puso sus ojos en blanco, su cara se desfiguró toda, era como si un demonio la hubiera poseído y le desfigurara el rostro.
- Papi—alcanzó a decir como un balbuceo que me incitaba a meterme más en ella.
Empujé más y no me detuve hasta sentir que mis huevos quedaron entre sus nalgas, le saqué cerca de la mitad de mi verga, pero solo para regresarla cuan fuerte pude, mi pequeña gritó.
- Aaahhh… papi… estas todo dentro de mi… aaahhh—su cara seguía desfigurada, sentí la necesidad de un exorcismo, pero estaba demasiado caliente para detenerme.
- Puff… puff… puff—pujé a cada despiadada embestida que le di. Pero estaba muy incómodo.
Quería ir a mi recámara para estar más cómodos, pero no quería dejar de cogérmela, así que la levanté, ella abrió los ojos y me sonrió. Se flexionó agonizantemente, con mi verga en su culo, dura como roca, era como una vara palpitante purpúrea de deseo, dentro del cuerpo de mi pequeña niña. Con un movimiento suave la levanté en mis brazos y me puse de pie. Cam se rio y pateó las piernas con deleite como siempre lo hacía cuando su papá la recogía. Liviana como una pluma. Dulce como la luz del sol. Ella se rió y acarició mi brazo mientras la llevaba por el pasillo a la cama.
Mis caderas no dejaban de moverse, ella gemía a cada empujón que le daba, volteaba a verme, me sonreía y me besaba.
Un padre tiene un deber con su hijita. En todo caso, nuestra sociedad enfatizó eso aún más ahora. Predicadores y mojigatos habían insistido en las virtudes de la abstinencia. Los había visto en la televisión, cuando el sexo todavía era un misterio para mi joven mente. Ahora, esas mismas ideas, habían sido reemplazadas por otras que predicaban el amor, el cuidado y la devoción a las niñas del mundo, pero sobre todo, a la obligación sexual actual para con las niñas.
Independientemente de todo, solo sabía una cosa, nada era más para mí, que la sonrisa inocente de la princesita que llevaba en mis brazos, mirando a su papá con adoración y hambre en sus ojos, moviendo sus caderitas para que mi verga entrara más en ella.
Acosté a Camila suavemente sobre la sábana y me tomé un momento para admirar las esbeltas curvas de su cuerpo desnudo. La luz del sol, a través de las cortinas transparentes, se movía sobre su piel juvenil, provocando ondas que jugaban en su pecho plano, en las adorables curvas de su barriga y caderas. Mis ojos se deleitaron mientras rodaban por el cuerpo de mi hija hasta la hendidura entre sus piernas, una capa de humedad resbaladiza cubriendo las laderas de sus diminutos labios sin vello.
Siempre había querido cuidar de Camilla yo mismo. No tuve necesidad de inscribirla en clases de ASO, pude enseñarle a mi pequeña todo lo que necesitaba saber sobre sexo aquí mismo, en nuestra habitación, en la cama que habíamos compartido juntas desde que dejó la cuna.
En verdad, apenas había tenido que enseñarle nada. Cam era inteligente y captó cada indicio sutil del deseo de su papá, casi sin necesidad de explicación. Ella sabía cómo calentar a un hombre, cómo desvestirse y prepararse, cómo tomar una verga en su boca y el hacerlo en casa le dio la cantidad justa de atención o cómo tomar una verga endurecida en su culo sin gritar aunque le duela, normalmente una niña podría aprender estas cosas en la escuela, pero Cam siempre había sido la estudiante perfecta en casa.
Me puse sobre mi pequeña, me incliné y besé uno de sus pezones, girando suavemente el otro con mis dedos. Los diminutos dedos que se enroscaban en mi cabello me dijeron cuánto le gustaba esto incluso antes de que la presión de mis labios provocara un jadeo entrecortado y juvenil de su boca.
- Papi… aaahhh—la palabra gorjeó de sus labios como el arrullo de una paloma.
Besé su cuello, dejando que mis manos se flexionaran contra la suave piel de su pecho plano. Un aleteo se acumulaba en los muslos de mi hija. Dejé la presión por un momento, sintiendo cómo ella se movía debajo de mí como un gusano, impaciente, deslizándose de espaldas sobre las sábanas para tratar de persuadir a la carne colgante de su papá para que se deslizara contra su coño. Cam estaba llena de energía.
La enterré en un beso, apretándola contra las sábanas, luego enganché mis manos con fuerza bajo sus axilas y me di la vuelta para ponerla encima de mí. Ella chilló de alegría ante el cambio repentino, las coletas temblando mientras su cabeza se inclinaba hacia adelante. Conocía las señales: tendría que cansar un poco a Camilla, si no quería estar en la cama toda la noche. No es que me hubiera importado, pero una niña de 10 años puedía tener una energía feroz en la cama, y se divertiría más gastándola encima mío.
- Te extrañé papá—Se sentó a horcajadas sobre mi entrepierna, jadeando ligeramente. La luz dorada del sol de las persianas trazó su cuerpo desde atrás, la silueta de un ángel esbelto.
- Yo también te extrañé cariño. Pienso en ti todo el día—Froté mi mano hacia arriba desde sus caderas, agarrando su pecho de nuevo y apretando los puntos sensibles hasta que ella gimió y se mordió el labio—Las vacaciones de verano ya casi están aquí, bebé. Pasaremos mucho más tiempo juntos.
- Sí, papá. ¿Podemos ir de viaje otra vez?—dijo retorciéndose como una serpiente sobre mí.
La había llevado a la playa durante un mes el año pasado. Había sido glorioso, los dos nadando y jugando en la playa durante el día y teniendo sexo desenfrenado en el balcón de nuestra habitación del hotel durante las noches, disfrutando de las puestas de sol y la cálida brisa del océano. Camilla había estado adorable en el pequeño bikini de tiras que le había comprado.
- Claro cariño. Podemos ir a la playa otra vez, o donde quieras.
Ella asintió hacia mí, con una sonrisa en su rostro como si acabara de ganar un premio. Cam nunca me deja olvidar una promesa. Ya estaba más que comprometido. Como si eso fuera todo lo que había estado esperando, se inclinó hacia adelante y levantó las caderas, deslizando su mano hacia abajo para envolver mi verga y alinearla con los labios sonrojados de su coño.
La dichosa calidez del dulce coño de 10 años de mi hija envolvió la cabeza de mi polla, los labios aterciopelados se abrieron y abrazaron la polla de su papá hasta que el glande apareció justo dentro.
- Aaahhh—gemí sin poder evitarlo, cada ocasión que entraba en ella, era como si fuera la primera vez.
- Aaahhh—ella gimió también.
Un escalofrío recorrió su cuerpo y su cuello se contrajo mientras su mandíbula se tensaba por la presión de la enorme barra colocada en sus puertas. Camilla todavía era una niña pequeña, y la vista del pene de un hombre adulto presionando su pequeño coño parecía imposible, pero era una buena niña y sabía cómo relajarse y darle la bienvenida a la polla de su papá.
Con un gruñido, se dejó caer ligeramente, metiendo una pulgada de polla palpitante en sus entrañas humeantes. Podía sentir la resistencia, ansiosa como estaba. Una niña diminuta tiende a tener un coño diminuto, e ir demasiado rápido para ella le dolería.
Sin embargo, quería partirla en dos, pero ahora ella tenía el mando. Apreté sus caderas con mis palmas, dejándola controlar el ritmo. Un breve descanso y un empujón metieron otra pulgada de la carne de su papi dentro. Le di una sonrisa alentadora, encontrando su mirada, sus ojos vidriosos con lujuria y pasión.
- Lo estás haciendo bien princesa, me estas llevando al cielo… aaahhh—Apreté su trasero por si acaso mientras ella jadeaba y empujaba de nuevo.
Los labios de su pequeño coño sin pelo se habían abierto ampliamente alrededor de mi polla, tirando visiblemente alrededor de la carne del pene de su papá.
- .. Papá… aaahhh… papi—ella gimió y empujó el resto del camino hacia abajo, enterrando toda mi longitud dentro de su coño, creo que ella también estaba demasiado ansiosa como para seguir con el juego lento.
Es como una vista al cielo, ver a tu hija de 10 años empalarse lentamente en tu erección palpitante. Camilla se estremeció de la cabeza a los pies y se impulsó en un ligero movimiento de rebote, exultante por la presión deslizante de la polla hinchada dentro de ella.
- Cariño… bebé—susurré al sentir como ella se levantaba y dejaba caer sobre mi verga.
Salieron chispas del calor chisporroteante en mi entrepierna, arremolinándose en un zumbido rosado en mi cabeza mientras mi niña saltaba encima de mí. Se había reclinado ligeramente hacia atrás, obteniendo un ángulo más profundo, usando sus piernas para levantarse y luego volver a hundirse con un gemido lloriqueante cada vez hasta que la polla de su papá tocó fondo dentro de ella.
¿En cuántas niñitas había estado mi verga dentro hoy? Casi había perdido la cuenta. Camilla, por supuesto, siendo despertada por el eje firme de mi madera matutina presionando contra su trasero. Una niña pequeña siempre debe tener una buena cogida antes de la escuela. Y Sandy, una estudiante maravillosa. Habíamos practicado anal en mi oficina antes de que comenzaran las clases mientras Jim le daba consejos. Incluso con el lubricante que teníamos allí, ella estaba muy apretada, pero la niña de 9 años estaba mejorando un poco. Los gemelos durante la clase y la pequeña y dulce Emily. Amber, el semen goteando de sus labios sonrientes justo cuando sonó la campana para terminar la clase, salió corriendo por la puerta con una sustancia pegajosa blanca corriendo por su barbilla.
Pero para un padre, nada podría compararse con la dicha del coño de tu propia hija. Cam se empujó a sí misma en un movimiento de rebote más fuerte encima de mí, mordiéndose el labio mientras el pene de su papá tensaba los labios de su pequeño coño y se hundía dentro.
Era el cielo puro entre esos muslos, los jugos de mi pequeña niña resbalaban mi polla hasta brillar mientras los músculos de su coño se estremecían alegremente alrededor de la carne abultada.
Dulce, burbujeante, afectuosa y con una amplia racha de travesuras que la metieron en problemas la mayoría de las veces: Cam lo era todo para mí, y de todos los pequeños y deliciosos agujeros en los que se metía todos los días, mi polla palpitante todavía amaba a mi bebé.
El coño de la chica mejor. Me preguntaba cómo habría sido su vida si hubiera nacido en mi generación; no tan feliz, probablemente. ¿Por qué se le debe negar a una niña los muchos placeres de tener sexo con su padre? Pero Cam me amaba ferozmente, amaba mi polla dondequiera que la pusiera, y no podría haber imaginado una vida sin el cuerpo de mi pequeña princesa presionando contra mí cada vez que estaba cachonda.
Sus manos estaban plantadas en mi pecho, su boca colgando abierta, jadeando, jodiendo mi verga, con coletas sueltas rebotando contra su espalda. Dios, mi niña era sexy. Ella me estaba empujando a toda marcha. ¿Mi pequeña novia de 10 años quería tanto la polla de su papá? Iba a dárselo.
Envolví mis brazos alrededor de su espalda, la acerqué a mi pecho y luego agarré sus pequeñas nalgas con ambas manos. Diminutos y regordetes, se ajustan perfectamente. Ella siempre encaja. Empecé a empujar hacia arriba, golpeando su pelvis hacia abajo con cada embestida. Los movimientos salvajes de su papá y los gemidos en su oído la volvían loca. Ella se convulsionó contra mi pecho, sus dedos se enroscaron en el vello de mi pecho. Ella era una cosa tan pequeña. El dulce par de capullos de su pecho plano rozaron el mío.
De repente, sus brazos sujetaron mis costados y sus muslos comenzaron a temblar fuera de control mientras su orgasmo avanzaba por el movimiento de bombeo de nuestra conexión. Yo no me quedé atrás. Ver las contorsiones de placer inundar el cuerpo y la cara de mi pequeña niña me empujó al borde, y empujé su trasero hacia abajo con un movimiento final que sacudió la cama, enterrando tanto de la polla de su padre dentro de ella como pude.
- Papi… papi… aaahhh… si, dámelo, así… fuerte…. aaahhh
La inundación cremosa estalló en lo más profundo, el semen salió a borbotones por el estrecho canal de su coño y no encontró adónde ir en el espacio tenso sino hasta su matriz. Empujé de nuevo, moliendo contra ella, el calor enturbiándose en mis bolas mientras nos estrechábamos juntos en el abrazo familiar e íntimo de un padre con su hija.
El sudor resbalaba entre nuestros estómagos, nuestras piernas luchaban una contra la otra, y las aplastantes olas de éxtasis alcanzaron su punto máximo cuando mis bolas espasmódicas se vaciaron en salvajes chorros. Cam gimió contra mí locamente. Finalmente disminuyó, la dicha se suavizó en un brillo brumoso que cubrió nuestros sentidos mientras yacíamos juntos en la cama, con los brazos entrelazados.
- Aaahhh… aaahhh… te amo bebé—le dije moviéndome suavemente dentro y fuera de ella para dejarle las últimas gotas, Cam estaba suelta sobre mí, saboreaba el momento
La luz dorada del sol que entraba por la ventana jugaba sobre nosotros mientras descansábamos en la cama, respirando con dificultad. El calor se extendió lentamente por la espalda de Cam y mis brazos, mezclándose con el resplandor contenido del dulce vínculo de pasión que compartimos como padre e hija. Acaricié a mi pequeña, besando los mechones rojos enredados de su cabello, besando sus delicados lóbulos de las orejas, plantando besos en su frente hasta que se rió y levantó la cabeza de mi pecho para que pudiera empujar mis labios contra su boca.
Su aliento era cálido, sudoroso, y sus labios empujaban ansiosamente contra los míos, gimiendo con los sonidos de satisfacción de una niña pequeña recién cogida.
- Te amo papi—Cam movió sus brazos hacia arriba para abrazar mi cuello y flexionó sus caderas, provocándome donde mi pene medio duro todavía estaba metido dentro de ella, manteniendo una carga de esperma de papá enterrado dentro.
- También te amo Cam—Le di unas palmaditas en la espalda y me dejé llevar por mi bruma post-orgasmo. En un rato tendría que levantarme y calificar trabajos, pero por ahora era suficiente para estar aquí tumbado bajo el sol de la tarde con mi hija encima de mí.
- Hola, papi—Cam había movido su cabeza donde descansaba sobre mi pecho, rizos de pelo rojo rozaban mi cuello.
Mis dedos encontraron el punto cálido entre sus nalgas y lo masajearon suavemente, disfrutando de la tierna forma de su cuerpo preadolescente. Estábamos tan cómodos que estaba a punto de quedarme dormido, pero me di cuenta de que ella me estaba mirando.
- ¿Voy a tener un bebé?—Eso me despertó.
Cam sabía de bebés, de embarazos, por supuesto. Siempre le había enseñado bien y respondido todas sus preguntas hasta que quedó satisfecha. Pero en realidad no habíamos, bueno… aún no habíamos hablado de nuestras propias circunstancias específicas. Había estado en mi mente, seguro, y ahora sabía que también estaba en la de ella.
- Ya casi tienes esa edad, cariño—Dejo que mis dedos corran por su cabello—Tal vez uno o dos años más. Podríamos, si quisieras, pero es una gran responsabilidad y debemos asegurarnos de que ambos estemos listos primero. ¿Has estado pensando en eso?»
Hizo una pausa por un momento, con los dedos entrelazados en los rizos del vello de mi pecho mientras amasaba su espalda. La pregunta quedó suspendida en el aire, aún más relevante con una porción de mi semen metido en el útero de mi hija y conectado con fuerza a una polla que todavía estaba parcialmente hinchada por la excitación. Tenía que admitir que el pensamiento era intensamente excitante. La pequeña Cam, mi ángel, gritaba mientras la inclinaba y la llenaba de semen para hacer un bebé, la pequeña Cam, el vientre embarazado se hinchaba más con cada día que pasaba, creciendo como prueba del amor de su papá dentro de ella. Ella era una chica delgada. Si la dejara embarazada después de que cumpliera 11 años, la enorme barriga seguiría siendo dura para su diminuto cuerpo.
- Mi amor ¿si me escuchaste?—le dije y Finalmente ella asintió.
- Sí. ¿Conoces a mi amiga de la escuela, Tania?
- Si ¿Qué pasa con ella?
- Ahora tiene 12 años. Pero ya está empezando a notarse. Se ve tan feliz. No está segura si es de su papá, su tío o su hermano. Podrían hacerse la prueba, pero yo No creo que les importe mucho. Parece tan feliz.
Seguí acariciando su cabello. Los embarazos dentro de la familia no eran tan raros ahora para las niñas, aunque casarse fuera seguía siendo la práctica habitual. Los cambios radicales del VEL en el genoma humano aún se estaban estudiando, pero algunos efectos se conocían desde hacía mucho tiempo. La endogamia ya no era un problema. Vectores laterales de expresión de ADN durante el desarrollo del ovario, o algo así. La ciencia estaba más allá de mí. Pero el embarazo y el matrimonio ahora eran asuntos puramente sociales, con la mayoría de las viejas barreras ya desaparecidas.
- Bebé—Tiré suavemente de su barbilla para que volviera a mirarme. Ojos verdes, tan hermosos que podría perderme en ellos. Estaban llenos de incertidumbre—Si eso es lo que quieres cariño, entonces sí, podemos tener un bebé. Todavía está un poco lejos de Cam. Probablemente serás fértil el próximo año, y podemos intentarlo entonces. ¿Vale, cariño?»
Ella estalló en una sonrisa feliz y me abrazó alrededor del pecho de nuevo. Tal vez esperaba algo más inmediato, a juzgar por sus ojos, pero Camilla era una chica inteligente.
- Gracias, papi, te amo—dijo besándome—eres el mejor papá del mundo y te daré muchos bebés y nos los cogeremos.
Hablaríamos de nuevo cuando cumpliera 11 años, y yo podría hacerle la prueba para saber de antemano exactamente cuándo podríamos comenzar a intentarlo. La ciencia de la fertilidad humana nunca había estado más avanzada.
- Claro cariño, tendremos muchos y les enseñaremos todo en casa, tal y como lo hicimos tu y yo—Golpeé su pequeño trasero desnudo mientras se movía felizmente—pero ahora, Papá tiene que trabajar. Déjame levantarme.
- ¡Pero papá!—De repente, había pasado de las risitas felices a los ojos heridos–¡Prometiste que iríamos al parque!
Oh rayos, lo había olvidado. Ahora lo recordé. Yo lo había prometido, hace dos días, ella nunca olvida.
- Cariño, realmente tengo que hacer algo de trabajo. Tal vez podamos ir mañana, Creo.
Esos ojos. Me miraron, la decepción brotando de las profundidades verdes. Mi corazón se desgarró. El labio de Cam temblaba, la niña al borde del colapso.
¡Ok! Ok, vamos cariño.
Continuará.
Gracias por la historia, buen mundo distopico, espero que termine las otras sagas, al menos la de Tania la espero hace tiempo, un abrazo y adelante.
otro excelente relato. espero puedas seguir la saga del cartero pronto!!!
No nos dejes mucho tiempo si relatos-eroticos están muy bien escritos, mínimo déjanos relatos cortos como antes. Sigue así están muy buenos.
Hey la concha del mono, cuando vas a sacar el episodio 13 de Tania >:V
Lo he estado esperando meses!!!
Es verdad jaja ,creo que todos esperamos ese relato . Sabra que lo estamos esperando con anxias ?
Que ricos relatos ojalá publiques las demás partes fe todos tus relatos
Capitulo 4
Primero que nada hago llegar mi afectuoso saludo a Adalberto1979. Tus relatos son excelentes muy excitantes y muy bien escritos. Espero que continúes escribiendo, no nos hagas desear más porfi.
Un saludo con mucho cariño, e amado cada letra. No hay nada mejor que un papi demostrándole todo su inmenso amor a su hijita de esa manera.. ella no podría ser más feliz !! Que encanto. Que divino relato.