Arturo y su nueva vida como padre soltero (13)
Olga volvería en 2 días junto con su hijo de 7 años, esos dos días estuvimos encerrados junto a mi padre y a mis hijos, cada vez resistían más y les gustaba, solo nos deteníamos para comer, darnos un baño y dormir..
Olga volvería en 2 días junto con su hijo de 7 años, esos dos días estuvimos encerrados junto a mi padre y a mis hijos, cada vez resistían más y les gustaba, solo nos deteníamos para comer, darnos un baño y dormir.
Olga llegó temprano por la mañana junto a su niño.
– Buen dia señor.
– Buen dia…¿como te llama pequeño?
– …
El niño era extremadamente tímido, era muy inteligente, no iba a la escuela pero sabía leer muy bien, hablaba bien el español y un poco de ruso por sus padres, había preparado algunas chocolates para el ya que le gustaban mucho y servirían para romper el hielo, estaba muy entretención comiendolos que no noto cuando Olga salió del estudio.
– ¿Me dirás tu nombre?
– …Mikhail
– Dime Mikhail, ¿sabes que haces aquí?
– Mi mami…dijo que necesitamos dinero…ella tiene que trabajar más tiempo…
– Así es, ella cuida a mis hijos, ellos son más pequeños que tu.
– Mi padre y mi tío en 1 mes enviaran algo de dinero pero no es suficiente por eso debemos quedarnos…
– Si pero…
– Pero…¿no podemos?
– Volverán a su casa cuando vuelva tu padre y tu tío, pueden vivir aquí mientras tanto. Debes ser un buen niño y obedecer a tu mami.
Olga golpeo la puerta y entró, prefirió presenciar el momento, no supo como decirle al niño que hacían en el Rancho, me lo dejó a mi pero tampoco sabía cómo decirlo.
– Si eres un buen niño pueden quedarse, obedece a tu mami y a mi.
– Esta bien, ¿que debo hacer?
– Daremos un paseo.
– Esta bien.
Recorrimos la casa, el establo, los corrales, sin alejarnos demasiado, conoció a Alan y Amalia, el también era un niño y necesitaba el contacto con otros niños, era tímido pero se llevaron bien, jugaron toda la tarde. Estaba trabajando en el estudio hasta las 7PM que fuí a la cocina por algo de comer, subí a la la habitación de los niños y estaban nos 3 jugando con Olga a su cuidado, me dí un baño rápido vistiendo me con algo más cómodo, mis hijos entraron a mi habitación.
– ¿Papi es verdad?
– Olga dijo que tenemos que compartir.
– Pero tu leche es solo nuestra..eres nuestro papi y tus vitaminas son importantes…
– Ustedes tienen su dosis diaria y nunca les va a faltar. Espero que estén compartiendo sus juguetes con Mikhail.
– Si, ven a nuestra habitación.
– No se preocupe señor, estar siendo muy buenos con el.
– Olga, preparalo y luego llevalo a mi habitación.
– Si señor.
Salí de alli llevando a mis hijos, era más temprano de lo habitual, cerré la puerta, ellos corrieron a la cama, me acerqué y baje mi pantalón enseñandoles mi flacido pene, desde abajo comenzaron a lamerlo, estirando hacia atrás mi piel Amalia introdujo mi pene en su boca, Alan lamia mis bolas , mi verga comenzó a reaccionar, tomé la cabeza de mi niña empujando más profundo, ella puso sus manos a cada lado de mi pelvis, tragandose la verga de su padre, Alan jaló a su hermana de un brazo exigiendole que era su turno, de mala gana ella se apartó, tenía la verga super dura, él la tomó con su mano lamiendo el glande deteniéndose en la uretra pasando su lengua lentamente, introdujo mi pene casi por completo en su boca, Amalia tomó a su hermano empujando hacia abajo, inmediatamente el liberó mi verga al ahogarse, su cara estaba roja y sus ojos llenos de lágrimas, ella se reía, por turnos cada uno introducia profundamente mi verga en su boca hasta que sentía su campanilla, luego lo hacia el otro, no resistiría demasiado así, aparté sus bocas masturbándome, ellos extendieron sus lenguas fuera de sus bocas esperando recibir mi leche, con 5 chorros de semen en sus caras me corrí, estaban satisfechos de recibir las vitaminas diarias, se limpiaron como gatos lamiendo se entre ellos, volvieron a su habitación. Me tomé mi tiempo donde preparé algunas cosas para Mikhail, luego de unos minutos Olga golpeó la puerta entrando con el niño envuelto en una toalla, lo sentó en la cama esperando más indicaciones.
Me desnudé completamente acostándome en la cama, el niño estaba junto a mi sentado un poco perdido, toqué su espalda y su piel estaba fría, giró su cara viéndome muy incómodo, tomé su pecho empujandolo para que se acostara, acaricié sus brazos y sus hombros, besé su frente tiernamente, él simplemente me veía, su blanca piel se tiño de un leve rosa, besé su cuello acariciando su pecho y su abdomen, besé cada pezón viéndolo, lentamente llegue al nudo de la toalla y con la mano libre lo desate, sus ojos se abrieron en sorpresa.
– ¿Señor puedo entrar? – dijo Olga.
– … Si pasa. Será, mejor que estés presente.
– Quiero ver.
– Lo entiendo, no le haré daño.
– Quiero ver como lo hace.
-…
Sus ojos brillaban de la emoción, parecía que me la cogeria a ella. Quité la toalla descubriendo sus piernas y su pequeño pene y testículos, su cara estaba roja de la pena, lo tranquilicé tocando su cara suavemente, no quería ser brusco y asuatarlo, besé ambas mejillas y su abdomen, abrí un poco sus piernas arrodillandome entre ellas, extendí sus piernas besandolas llegando a sus pequeños pies, lami cada dedo, él se retorcia de cosquillas, toqué su ingle apretando suavemente con las dos manos su pene junto con sus testículos, besé los huesos de su cadera, su pubis llegando a su pene, lo tomé con dos dedos besando la punta, busque su uretra con la lengua, llene de besitos su pene y sus palidas bolitas, abri más sus piernas descubriendo su fruncido ano, sus blancas nalgas escondían un rosado ano muy apetecible, lami su entrada sintiendo como se apretaba más, levanté su cadera lamiendolo con más presión, introduje su pene y testículos y con mucha saliva en un dedo intente penetrarlo, busqué el lubricante ya que era imposible entrar en él sin que doliera, una generosa cantodad ayudaría, con un poco más de fuerza y tranquilizandolo con caricias se soltó un poco, lentamente mi dedo avanzó por su virgen esfínter, sus ojos se cerraron resistiendo la presión, su espalda estaba apoyada en mi pelvis, mi erecto pene rozaba con ella y le dejaba hilos de líquido preseminal.
– ¿Te duele mucho?
– Es raro…quitelo.
– No puedo quitarlo, resiste un poco.
Haciendo a un lado el dedo pero sin retirarlo usé más lubricante, introduje otro dedo esperando unos minutos, él me hablaba de lo que le gustaba hacer y comer, lo que veía en la tele, distracciones para no pesar en lo que venia.
– Señor, dar té tranquilizante antes, 30 minutos hace efecto.
– ¿Que le diste?
– Es té unas hierbas, no peligrosa.
– Me hubieses dicho antes.
Con 2 dedos dentro de él introduje su pene y bolas en la boca haciendo succión, no me medí mucho en la fuerza, comenze a sentir algo caliente en la boca y la cara del niño se arrugó haciendo fuerza.
– Baño…
– …
Moví mi cabeza negando, no resistió y se orino en mi boca, seguí succionandolo hasta que la última gota de su orina salió, su esfínter se había relajado lo que me permitía mover los dedos, los moví dentro y fuera lentamente, los quité usando más lubricante para volver a entrar, 3 dedos estaban dentro de el, aún apretado avancé un poco más, los 3 dedos estaban completamente dentro, habían pasado casi 50 minutos desde que comencé a entrar en él, la presión era menos, tenía la verga a 1000, con la mano libre acerque mi glande a su entrada, rápidamente quité los dedos sin darle tiempo a sentirse libre de los intrusos y rápidamente lo penetre, avancé casi hasta la mitad, Olga intervino viendo que el niño no se relajaba, Mikhail miró a su madre que le hablaba en ruso, asintió y cerro sus ojos separando sus nalgas, poco a poco entre en él, cuando ya no pude avanzar más me detuve besando sus labios, introduje mi lengua en su inexperta boca, cuando sentí su esfínter menos apretado comencé a moverme, salí hasta la mitad usando más lubricante y volví a entrar, tomé su cuerpo sobre el mío sentándome, sus brazos rodearon mi cuello y sus piernas mi torso, escondió su cara en mi hombro, lo embestia saliendo y entrando completamente, intentaba moverme lo más cuidadoso posible pero estaba fallando, mi excitación era mucha, a la vez que movía mis caderas con mis brazos movía su cuerpo violentamente corriendome dentro de ese apretado esfínter, besé su frente y comencé a salir de él.
– Espere.
– ¿Qué?
– Haga otra vez…
– No, es demasiado.
– Hacerlo.
– … tal vez en unos 15 minutos.
– Si, no salga.
Me quedé casi inmóvil besando su cara, y acariciando su espalda, me acosté de lado estirando una de sus piernas y con la otra rodee mi cuerpo, lentamente comencé a moverme saliendo de él y volviendo a entrar, mi semen de la descarga anterior comenzo a salirse, ya estaba duro, por momentos sentía como su esfínter se relajaba pero volvía a apretarse, solo entraba mi glande y volvía a salir, solo lo penetaba así hasta que sentí que me faltaba poco, lo puse sobre mi dándome la espalda, sus manos tocaron el suelo, tomé sus nalgas embistiendolo profundamente, Olga se acercó viendonos muy atenta, Di mis últimas embestidas corriendo me otra vez, ella tomó su telefono tomando una foto de las nalgas del niño y mi pene dentro de su ano, comencé a salir y antes de hacerlo completamente tomó otra foto.
– Se la enviar a mi esposo.
– ¿Estas loca?
– «Por cogerte a hermano mira lo que perdiste jaja» – escribió junto con las dos imágenes y las envió.
– Borra eso.
– En la noche bodas luego de sexo juntos el desapareció de la habitación, lo buscar y encontré viendo niño dormir, estaba desnudo masturbándose, niño tenía bajo shorts, estaba ebrio solo lo hizo esa vez…
– No quiero problemas.
– No hay.
– ¿Así es como tomaa venganza?
– Si, venganza.
Se llevó al niño a una habitación acondicionada para ellos. Ella se encargó de limpiarlo y explicarle lo que había pasado, que sería casi a diario y que no debía decir nada.
Me desperté temprano a trabajar un poco, compartía el estudio con mi padre, tomandome un descanso le sugerí traer a Rodolfo a la casa por unos dias, su cara se iluminó, le pareció una buena idea.
Mis hijos entraron corriendo interrumpiendonos.
– Papi ¿que le pasa a Mikhail?
– ¿?
– No quiere jugar..
– Está cansado, juegen entre ustedes.
Seguimos con nuestro trabajo por unas horas más, mi padre estaba algo distraído viendo a la puerta.
– Si quieres puedes subir con ellos y hacerles cositas, siempre que ellos quieran jaja
– Jaja, ¿que tal el niño ruso?
– ¿Eh?
– Anoche estaba despierto y sospeche algo jaja, te oí en tu habitación, pero tranquilo te lo puedes quedar pero si me dejas a Rodolfo solo para mi.
– Jaja eso nunca.
A lo largo de los días tenía a Mikhail pegado a mi casi todo el tiempo, cada vez era más tímido menos conmigo, Olga no le prestaba mucha atención, el niño sentía el rechazo de ella y se veía asustado, en más de una oportunidad le pregunté si le hacia daño pero siempre lo negó.
Visité a Rodolfo, ese mismo día sus padres irían a verlo, quise conocerlos y espere por ellos, su madre Cristal de unos 30 años embarazada y su padre Pedro de 50, su situación económica había mejorado y podrían ocuparse de si hijo, estábamos en el patio de juegos y pude ver como Pedro veía las nalgas de su hijo de vez en cuando, me aparté junto a Rodolfo y le propuse darle una sorpresa a su padre, aceptó con gusto, primero debíamos distraer a la madre.
– Por cuestiones legales una trabajadora social les hará una pequeña entrevista por separado, acompañenme.
– ¿Por separado?
– Tampoco entiendo.
Junto a Cristal fuimos a la sala de espera para que estuviese más cómoda mientras su esposo era «entrevistado», lo llevé a una de las habitaciones donde estaba una de las niñas mayores, él estaba algo confundido y quiso irse, le bloquee el paso.
– Todos los hombres que pisan estas instalaciones no deben irse asi sin más.
– Me iré de aquí, no puedo hacer eso.
– Claro que puedes…y debes.
– Tengo esposa, esta embarazada y vengo a buscar a mi hijo para llevarmelo de este infierno y deje sta mala vida.
– Jaja, una vez estuve en tu lugar, no pude tocarle ni un pelo a la madre de mis hijos, dime ¿cuando fue la última vez que tu esposa te dejó cogerla?
-…
– Te entiendo, la masturbación ya no es suficiente, te estoy ofreciendo esto totalmente gratis.
– Nada es gratis en la vida.
– Tomalo como regalo de agradecimiento de mi parte.
– ¿Agradecimiento de que?
– Ya lo descubrirás…
Bajo su cabeza rendido, la niña le bajo sus pantalones y lo sentó en una silla vendando sus ojos y esposando sus manos hacia atrás.
– Quítame esto y vete de aquí Arturo.
– Me iré pero no puedes quitarte eso, es parte de la experiencia jaja…adiós.
Abrí la puerta dejando entrar a Rodolfo y la niña salió, cerré la puerta apoyándome en ella, el niño se acercó a su padre poniéndose de rodillas, lamio su pene tomando sus testículos con las manos, poco a poco su glande tocó la garganta del niño, Pedro movió su cabeza hacia atrás respirando fuerte por su boca, sin dudas le estaba gustando, los rojos rizos de su hijo subían y bajaban succionando su verga, apartó su boca dándole la espalda, acomodó su trasero sobre el pene del hombre, solo entró unos centímetros y Pedro empujó su pelvis penetrandolo completamente gimiendo en su oído, Rodolfo mordía sus labios para no hacer ningún sonido mientras su padre movía sus caderas rápidamente, se giró sentándose a horcajadas sobre él frente a frente.
-Para…me correre….dije que pares.
– Mmmm
Rodolfo detuvo sus movimientos y fue quitandole las esposas, Pedro tomó las nalgas del niño dando sus últimas embestidas violentamente, se quitó la venda viendo quien era el dueño de esos gemidos ahogados y quedó pálido como una hoja de papel, inmóvil, no articulo palabra, Rodolfo le sonrió besando suavemente su boca y comenzó a moverse, me vió de pie en la puerta y le agite la mano para que continuara.
– Gracias por embarazar a su madre para que de a luz a ese niño que esta sobre ti…
– …
No reaccionaba, el niño se arrodilló tomando la verga de su padre, la introdujo en su boca moviendo su mano, las caderas del hombre comenzaron a moverse, tomó la cabeza de su hijo obligándolo a que la introduzca completa, Rodolfo quedo rojo, casi ahogándose con ese pene, los ojos llenos de lágrimas, su padre se había corrido en su boca, tomó esa verga golpeando su lengua enseñandole que se había tragado todo su semen, Pedro estaba agitado aún perdido, le dí unos aplausos y salí de allí en busca de Cristal.
Me disculpé con ella explicándole que la trabajadora social ya no tenía tiempo y que le haría la entrevista en otro momento o por teléfono, en unos minutos volvió Pedro y se fueron juntos.
Rodolfo me pidió ir a su habitación personal con él.
– Papito, yo no quiero irme con ellos.
– ¿Por qué?
– Quiero quedarme contigo…
– Ellos son tus padres, sin intervienen las autoridades estaremos en problemas.
Me abrazó muy fuerte, su pecho rozó mi paquete, su mano buscó mi pene, me miró buscando aprobación, lo tomé en brazos, él rodeó mi cuello con sus brazos besándome y sus piernas rodearon mi cadera, me senté en la cama con él encima de mi, acaricié su espalda por debajo de su ropa, baje mis manos a sus hermosas nalgas buscando su ano introduciendo 2 dedos, me puse de pié quitando su ropa lo más rápido que pude, me fui sobre él, besé su frente, sus mejillas y su boca mientras tocaba su pecho, lami sus pezones apretandolos con los dedos, besé su abdomen separando sus piernas, su pene estaba huemedo de su líquido preseminal, lami las pequeñas gotas y tome su prepucio estirandolo hacia adelante introduciendo la lengua con movimientos circulares, empujé su piel descubriendo su glande, pasé mis brazos por debajo de sus piernas y comencé a succionar su pene, solo mi cabeza de movía, lo ví a la cara sin dejar de moverme, sus ojos estaban cerrados su boca entreabierta gimiendo, con su mano tocaba sus pezones, levanté mi cabeza y bajé mi pantalón acercando mi pene a su ano, presioné su entrada y avancé sintiendo como se abría para mi, lo penetré lentamente queriendo alargar el momento lo más posible, lo llené de besos por toda su cara, me abrazaba gimiendo en mi oído, entraba lento aplastando mis testículos en sus nalgas y volvía salir casi por completo, su pene estaba siendo aprisionado entre nuestros estómagos con el movimiento de vaivén, sus gemidos eran más altos, se estaba corriendo, me detuve unos segundos y me fui separando de el, su semen estaban en su abdomen y en el mío, levanté su cadera empujandolo hacia mí más cerca, retomé mis movimientos aumentando la velocidad embistiendolo duro, golpeando sus nalgas con mis bolas, mi respiración era muy rápida y estaba sudando, el extendió sus brazos y me pegue a él para besarlo, su lengua entró en mi boca buscando la mía, con ambas manos tomó mi cabeza despeinandome el cabello, lo tenía tomado por su cintura con ambos brazos y seguía besandolo hasta que me corrí llenando su recto, me separé de su boca viéndolo a los ojos muy agitados, lentamente salí de él acostándome a su lado, recuperando el aliento nos quedamos en silencio sin decirnos ni una palabra, ¡mierda, esta era la despedida de Rodolfo!
CONTINUARÁ…
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