Arturo y su nueva vida como padre soltero (7)
Arturo observa al gobernador con los tres niños… .
El niño relajó su esfínter y soltó toda la leche, las niñas con sus habidas bocas chuparon toda la leche de ese dilatado culo.
José se levantó tomó sus ropas y salió de esa habitación quedando Estefanía y Gisela con el gobernador, las niñas se subieron y de pie sobre la cama se desnudaron, Aquiles encendía un cigarro y las observaba, las niñas se pusieron de espaldas al hombre y comenzaron a tocarse la una a la otra, Estefanía tocaba las nalgas de su hermana separándolas y besando cada cachete, dejó caer un hilo de saliva que se escurrió a lo largo, introdujo dos dedos en su boca para penetrar analmente a Gisela quien exponía aún más su trasero, con la mano libre rozaba su vulva y besaba a su hermana, mordió su labio estirando lo hacía afuera y soltandolo, paso su lengua desde la barbilla hasta la nariz, se detuvo en la boca y se dieron un beso muy baboso ambas abriendo la boca ampliamente observando de reojo a Aquiles quien ya estaba duro tocando sus testículos, dejando el cigarro en un cenicero.
– Vengan aquí, saluden a esta verga que las extrañó y esta llorando a mares por ustedes.
Las niñas de arrodilleraon ante su pene duro y lamieron toda la exención, ambas jugaban con sus propias vulvas mientras comían esa verga, Gisela la chupó introduciendola hasta la mitad, Estefanía se puso detrás de su hermana y lamió su orificio vaginal a la vez que introducía dos dedos, mientras que tragando la verga fue más allá de la mitad, pasando por su garganta arrancado gemidos del gobernador, ahora tenía tres dedos dentro, sacudía sus caderas, ya estaba lista, se puso en cuclillas y se dispuso a sentarse suavemente en ese pene pero su hermana la tomó de los hombros y empujó fuerte hacia abajo haciendo que sea clavada vaginalmente y profundamente de un solo movimiento, Gisela ahogo un gemido de dolor, fue callada por ese hombre quien tapó su boca dificultando su respiración, Estefanía reía mientras se sentaba en la enorme panza de Aquiles quien empezó a embestir bruscamente a Gisela, no estaba teniendo cuidado una y otra vez la penetraba duro, la niña aún sentada en esa panza fue tomada por su cara y él mordió sus mejillas, su nariz y boca, la hizo chuparle dos dedos y se los introdujo en el pequeño ano no preparado de la niña quien también gimió de dolor, agregó otros dos dedos de forma bruta, los retiró e insertó los cuatro dedos de una vez, ahí estaba ese pesado hombre cogiendo a esas dos niñas pequeñas muy duro, ante los gemidos de las niñas que eran casi llanto el gobernador se corrió dentro de la vagina de Gisela llenandola de su blanco semen, salió de ella y tomó a la otra niña obligando a que lamiera su ano, la niña se resistía pero la diferencia de fuerzas era mucha. Gisela se puso de pie y acosto en el sillón en posición fetal, aun sentía dolor, mientras que su hermana era forzada a lamer el culo de ese hombre el cual tomó su flacido pene y empezó a masturbarse, de a poco recuperó la erección y pidió a la niña que introdujera sus dedos en el, la niña obedeció pero se notaba en su cara que eso le daba mucho asco. No pude seguir presenciando eso, hasta a mi me estaba dando asco, ¿cual era el sentido de hacer esto si no era de placer mutuo?
Mi erección estaba siendo evidente, debía salir de allí y sin ser visto entré en mi camioneta estacionada a unas calles del prostíbulo, ya estaba sudando y muy acelerado, me dirigió de vuelta al Rancho, por la carretera casi a mitad de camino ví a un niño regordete de unos 9 años con un sobrero rojo caminando junto a su bicicleta, detuve la marcha junto a el
– ¿Niño que haces a estas horas con este sol tan fuerte ?
– Estaba en el Rancho de doña Dolo…estaba haciendo unos trabajitos- dijo algo nervioso.
El niño estaba sudoroso y con la cara roja de estar tanto tiempo caminando al sol. Le Ofrecí llevarlo al pueblo, tome su bicicleta y la puse en la caja de la camioneta y el se subió en el asiento del coconductor.
– Gracias señor hace mucho calor- dijo quitándose su sombrero.
Ví sus rizos rojos y su redonda cara pecosa, pregunte su nombre y edad, cuando giro su cara y me miro ví una cicatriz en su boca y la falta de un diente, recorde la carta con la lista de los niños, este era el mayor de todos, Rodolfo.
– Venia del pueblo, estaba con Úrsula, soy su amigo.
El solo asintió y seco su sudor con su mano, estaba a unos 10 minutos del pueblo, debia ir a la mitad de la velocidad para tener más tiempo con el y preguntar unas cosas.
– ¿Te divertiste mucho allí?
– Más o menos….
– ¿Porque?
– Si usted es amigo de Úrsula sabe lo que estaba haciendo en ese Rancho…
– Si lo se. ¿A caso no te pagaron o te hicieron daño?
– Algo así, cumplí con quien pagó por mi pero cuando salí no encontré mi bicicleta, la busque y ví a dos trabajadores, les pregunté por ella y me dijeron que los siguiera que ellos la habían visto, fui con ellos hasta un deposito pero uno me tomó de las manos contra la pared, me quitó la ropa, se bajo los pantalones y me metió su verga, el otro me sostenía fuerte de las manos hasta que el que me estaba cojiendo me tomó de la cintura y el otro me obligó a chupar su pene, cuando ya estaba duro se puso detrás del otro y también me metió su verga, me dolía mucho…me duele.
Ya traía mi verga dura después de haber visto como el gobernador se cogió a esos niños al principio y después del relato de Rodolfo estaba muy duro.
– Estas bien ahora, te llevaré a un médico.
– No, sí Ursúa se entera me encerrara por no llevar el dinero- me dijo casi llorando.
– ¿Es mucho dinero? ¿sabes, yo tengo mucho dinero?…puedo pagar por esos señores pero tendrás que hacer algo por mi.
– ¿De verdad? ¿Que tengo que hacer?
– Solo muestrame que te duele.
Detuve la camioneta, el niño se giró dándome la espalda y se bajo su pantalón, sus blancas nalgas tenían una parte roja, seguro le dieron nalgadas también, separó sus nalgas y ahí estaba un ano rosado, arrugado, abultado y aún con leche saliendo, me exitó mucho esa vista, ese niño era regordete, de baja estatura y sus nalgas muy redondas goritas y bien formadas.
– ¿Te duele mucho? – dije rozando mis dedos por abertura.
– Un poco…hay leche adentro y no sale.
Empecé a tocar su espalda sintiendo como se erizaba su piel.
-¿Qu…e…que hace?
– Shhh, solo relájate. ¿Nunca te había tocado así?
– Nnno, es…es raro.
– ¿Te gusta?
– Noo, sssi, no seee…sssii…
Estábamos algo lejos el uno del otro así que lo tome y lleve al asiento de atrás, pedí que separara más sus nalgas y seguí tocando su espalda, lo acerque y mordi su oreja izquierda, mientras bajaba mi pantalón, el niño estaba como en trance, no era conciente de mi erección ni de lo que le hacia, o iba a hacer, comenzó a gemir de forma hermosa
– Ssson.. co..como cosquillas… aaalgunass veces siento cosquillas…ricas adentro de mi… mi culo o aquí adelante.
Tomó su pene pero tomé sus manos juntas y las aparte, gire su cuerpo y lo acosté en el asiento boca arriba, ahí ví su pecho, aun siendo niño era prominente, sus pezones rosas y grandes, su pene estaba erecto, era pequeño con mucho pellejo.
-Haré lo mismo que esos hombres pero lo haré bien, te gustará, tranquilo. Nunca le haría daño a un niño tan lindo como tú.
Besé su frente, me coloque un condón y usando la leche de esos hombres como lubricante lo fui penetrando suavemente, Rodolfo arqueó su espalda y cerró sus ojos, su pene se sacudió, toque sus pechos y volvió a abrir sus ojos.
– ¿Que haaa…ace? es ra…raro.
Tenían la verga metida hasta la mitad, este niño hacia mucho que era cogido, hoy había recibido doble penetración pero nunca lo habían tocado así, seguí avanzando y la saque por completo, su culo estaba dilatado y se veía la leche adentro, lo volví a penetrar ahora más rápido, sus mejillas eran sacudidas por las embestidas, tambien su pecho con esos hermosos pezones los cueles lamí y mordí despacio, estando dentro del el los espasmos internos comenzaron, sin salir de él lo tomé poniendo sus brazos rodeando mi cuello y me giré viendo hacia adelante de la camioneta, era una posición más cómoda, mordí su hombro y tocaba sus nalgas, el empezó a moverse por si solo, su pene rozaba con mi ombligo y dejaba gotas de su líquido en el, estaba gozando, su respiración cada vez más agitada y sus gemidos en mi oído, me estaban enloqueciendo, aumenté el ritmo sacando todo mi pene y volviendo a meterlo completamente cada vez más duro, salí de el y lo giré haciendo que también viera hacia adelante, el buscó mi verga y se la puso en su ano solo, empujé su cuello inclinándolo hacia adelante y puse cada una de sus manos en los cabezales de los asientos delanteros, tomé su cadera de forma firme y lo embestí duro, ya me faltaba poco, nuestros cuerpos chocaban una y otra vez con ese ruido característico, sus gemidos aumentaron, sacudiendo su cabeza, sorpesibamente se corrió en su estómago sacudiendo todo su cuerpo, su esfínter se contrajo rítmicamente, continúe cojiendolo muy duro, llevando un brazo por delante y tomandolo del cuello pegándolo más a mi pecho también me corrí. ¿Era posible que se corriera sin tocar siquiera su pene?…
Me quité el condón guardando lo para deshacerme de el luego, limpie el semen del niño, y lo lleve hasta el pueblo no sin antes darle el dinero y advertirle que no podía contar que estuvo conmigo, le di más dinero del que se suponía, baje su bicicleta y cuando me iba me dijo que si lo volvería a ver, ¿como decir que no a esa cara regordeta, a esos ojos verdes?.
– Mira nadie debe saber de esto, no puedo venir a verte al pueblo.
– Pero eres amigo de Úrsula…
– Si pero ¿que pasaría si le dices lo que te hicieron esos hombres y que no pagaron? No debes decir que me viste. Podríamos vernos pero tendrás que salir del pueblo.
Sonrió ampliamente, en sus ojos se veía la alegría.
– Esta bien, puedo ir a su casa.
– Esa no es buena idea, debe ser un lugar apartado donde nadie nos vea, recuerda esto es un secreto entre tu y yo. Debe ser un día que no trabajes, ¿que sueles hacer en esos días?
– Veo vacas y caballos me gustan mucho.
– Toma tu bicicleta y sal del pueblo diciendo que iras a dar un paseo para ver esos animales o que irás al lago.
– Martes son mi dia libre.
– Està haciendo mucho calor estos días será mejor ir al lago a una buena hora después de las 4PM.
– Ahí estaré – se alejó moviendo su mano.
Volviendo al Rancho no podía creer lo que había hecho con ese niño y lo que podría seguir haciendo. Había ido buscando respuestas de como iniciar con mis pequeños y termine cogiendo con Rodolfo y acordando volver a verlo pronto.
Entré a mi habitación directo a ducharme, baje y mis niños estaban jugando con su niñera, los tomé en brazos y jugue con ellos, estaba más calmado de mantenerlos cerca, seguí creyendo que no era prudente avanzar tanto, aún eran pequeños, en la noche ellos ya estaban en sus respectivas camas, me puse la pijama y fui recopilando lo que había visto y hecho ese día, algún día lo haría con Alan y Amalia, debía el menos acostumbrarlos a mi cuerpo, mi presencia, mi olor, los saque de sus camas y los acosté en la mía los puse juntos, cerré bien la puerta y subí a la cama, me acerqué a ellos de rodillas sacando mi pene, tocandome, entre mis pensamientos y mis toque se fue poniendo duro, acerque mi glande a las bocas de mis hijos, quité sus chupetes y acabé rápido sobre sus caras, limpie los restos con los dedos de ambas manos e introduje mis dedos dentro de sus bocas para que tragaran la leche de su padre.
CONTINUARÁ…
El relato esta muy bueno… A rsñersr el siguiente…!!! Genial….!!!
uffffffff mi estimado es el mejor capítulo hasta el momento, me encanta q el señor ya le este agarrando el gusto pero espero q invite a su padre a saborear junto con el de sus nietos y hasta entre ellos, salu2