Arturo y su nueva vida como padre soltero (especial)
Finalmente el abuelito Lucio conoce a Rodolfo… .
Luego de medio día de trabajo el señor Lucio se dirigió a la estación de los niños, estaba algo nervioso y emocionado, su hijo Arturo le hizo una cita con Rodolfo, por fin lo conocería, al llegar al lugar lo esperaba Rosa, una chica de 17 años quien recibía a los clientes, recorrió las instalaciones junto a ella hasta llegar a una de las habitaciones, por supuesto la mejor.
Antes de entrar le entregó una caja donde habían: unos pequeños bóxers con motivos infantiles, un splip blanco, una tanga negra y una roja con transparencia, debía elegir una, eligió la tanga negra, Rosa la tomó y lo hizo entrar a la habitación, se sentó en un sillón y esperó por Rodolfo por unos 5 minutos.
– ¡Hola!
– Hola señor Lucio, mi papito me habló de usted.
– Sí Arturo es tu papito yo seré tu abuelito- dijo dándole un beso en la mejilla.
– ¡Si!
Rodolfo se acercó abrazandolo muy feliz y lentamente desprendió la camisa de Lucio descubriendo un pecho y abdomen con vellos blancos, estaba por desabrochar el pantalón pero Lucio lo detuvo, tomó la cintura de Rodolfo haciéndolo girar y de un solo movimiento le bajo el pantalón, el llevaba la tanga roja que él había escogido, el hilo de la tanga se perdia en sus regordetas y bien formadas nalgas, le encantaba lo que veía, lo tomó acercandolo y besó ambas nalgas, las acarició, apretó, tomando el hilo de la parte posteriore lo movió hacia arriba y abajo rozando la entrada del niño provocándole un gemido apenas audible, el hombre sonrió, hizo a un lado el hilo lamiendo una y otra vez, los gemidos de Rodolfo cada vez eran más audibles, tomó al niño acostándolo boca abajo en la cama, separó un poco sus nalgas y escupió en su ano separándolo aún más para que la saliva entrara, se quitó su pantalón y comenzó a tocar su gordo pene semi erecto, el niño vió la oportunidad de saborear esa verga antes de que entrara en él, habia visto de todo tipo tamaño y color pero nunca una gruesa y algo corta como la de ese hombre, poniéndose de rodillas relamió sus labios antes de llevarla entera a la boca, su cabeza subía y bajaba a la vez que esa verga se ponia dura en su boca, la tomó con su mano tocando la parte interna de sus mejillas con el glande, el hombre tomó su pene golpeando los labios carnosos del niño y tomando su cabeza con ambas manos lo introdujo sintiendo como se contraia la entrada de la garganta, con la lengua extendida hacia afuera el pene entró y salió de su boca, el hombre estiró su brazo alcanzando las nalgas y separándolas introdujo un dedo, sintiendo como su dedo era rodeado y apretado por ese ano, Rodolfo subió a la cama abriendo las piernas y separando sus nalgas, Lucio introdujo 2 dedos moviendolos dentro como si fueran tijeras sin dejar de masturbarse, quitó sus dedos dando lugar a su pene, lentamente fue entrando en el niño sintiendo cuan apretado y caliente estaba ese esfínter, lo tomó por sus piernas levantandolas un poco, la tanga roja por la parte frontal estaba mojada y el pequeño pene del niño estaba duro, por debajo de su ropa Rodolfo comenzó a tocar sus pechos pellizcando sus pezones mientras gemia, la gorda verga de Lucio estaba completamente dentro de su ano.
– Mi… hijo tee tiene… muy bieen entrenadoo…te gustaaa mucho…
– Mee gustaaaa verloo…peero hace…mmmucho que…no meee..
viene aaaa…ver…esta con… sus hijos
– A…ellos los estaaaa entrenando…pero aún son pequeños…
– Leee da su…leche…yo quierooo… también…
– Jajaja…
Lucio aumentó su velocidad, sus embestidas eran profundas, ambas respiraciones estaban agitadas, sus cuerpos chocaban una y otra vez, el hombre liberó la pequeña verga del niño haciendo a un lado la pequeña tanga y comenzó a masturbarlo, sus gemidos eran más audibles, su culo estaba siendo embestido por una gorda verga y su pene era masturbado por Lucio, se corrió en la mano del hombre quien le hizo lamer toda su leche, levantó más su cadera recibiendo toda esa verga, el hombre pegó su torso al del niño besándolo mientras jugaba con sus rojos rizos, sus últimas embestidas fueron lentas y profundas hasta que su abundante semen lleno el recto de Rodolfo, dejó de moverse y continuó besándolo, se acostó junto a él recuperando el aliento.
– Ahora entiendo esas salidas raras que hacia Arturo…jajaj.
– Jaja…¿podemos hacerlo otra vez?
– No soy tan joven, necesito más tiempo para recuperarme.
– Esta bien.
En unos minutos el niño se sentó en el abdomen del hombre de espaldas a él moviendo sus caderas de adelante hacia atrás, tomó el flacido pene del adulto y comenzó a lamerlo, aún flacido era un pene gordo, levantó su cadera meneando su trasero para Lucio quien le dió unas nalgadas, tras cada nalgada su ano se apretaba, no resistió y lo tomó llevándolo hasta su boca, Rodolfo se apoyo del respaldo de la cama mientras su culo estaba en la boca del hombre, su lengua entraba y salía de su húmedo esfínter que había sido llenado de su semen hacia uno a minutos, el niño movió sus caderas frenéticamente, eso le gustaba mucho, su pequeño pene comenzo a reaccionar, sus gemidos inundaron la habitacion, se puso de pie quitándose la tanga llena de semen de Lucio y de el, tomó la verga del hombre y se la introdujo en la boca tomando los muslos y levantando su cadera, introdujo sus propios dedos mientras mamaba esa verga, su mandíbula ya dolia.
– Me duele la boca…
– Ven aquí.
Lucio lo besó mientras el se colgó de su cuello, el hombre puso 2 dedos en su ano y el niño lo alentó a que introdujera más, tenía 4 dedos dentro y estaba gimiendo como loco, pego su pelvis a la del hombre frotándose contra él corriendose.
– Perdón…
– ¿Por?
– Me vine antes.
– Jaja eso no importa, eres joven, puedes hacerlo muchas veces. Pero ahora es mi turno.
– Si abuelito…
Su verga estaba dura otra vez, el niño la tomó introduciendola en él de un solo movimiento, cerro los ojos sintiendo como se volvía a abrir paso ante esa verga, Lucio estaba sentado apoyando sus manos hacia atrás, el niño era el único que se movía, si era por tener una verga en su culo no le importaba hacer todo el trabajo, sus nalgas chocaban con las piernas del adulto, se había corrido hacia muy poco y estaba sensible, su cuerpo temblaba con cada movimiento, el hombre tomó el cuerpo del niño con un brazo y caminando hacia el espejo, lo embistió duro gimiendo y viendo como entraba y salía su pene de él, ambos gemian, lo tomó fuerte y con sus últimas embestidas se corrió dentro, volvieron a la cama desplomándose agitados, el niño llenó de besos a su nuevo abuelo quien lo abrazo felizmente, se durmieron unas 2 horas.
– Lamento no haberte conocido antes Rodolfo – dijo acariciando la cabeza del niño.
– Mmmmm…quiero otra vez… – murmuró semi dormido.
– Estoy muy cansado…
– No importa…porfa…
El hombre no podía decir que no a esa carita adornada con rizos rojos y ojos verdes, ambos estaban cansados, acostados de lado el hombre tomó su pene masturbándolo y rozando la entrada del niño, presionó su glande entrando otra vez en Rodolfo quien movió hacia atrás su cadera, esa pose era la más cómoda para no moverse demasiado, solo sus caderas eran las que se movían, Lucio buscó los abultados pezones del niño tocandolo y arrancandole un gemido, el niño se novia dejando entrar y salir esa verga, su cara era de puro gozo, tomó su pene y movió su mano pero el hombre lo detuvo, al ser su tercera vez iba a tomar más tiempo que antes y el quería correrse juntos, Rodolfo no necesitaba masturbarse, simplemente con una buena verga que se moviera bien podía hacerlo, los movimientos eran lentos pero firmes, en cada embestido Lucio gemia acompañado de los continuos gemidos del niño, aceleró la embestidas y el mismo tomó el pene de Rodolfo, el movimiento de sus caderas provocaban que también moviera su mano, le dió una última embestida muy dura indicando que se había corrido, con su verga aún dentro movió más rápido su mano haciendo que el niño se corra en su mano, la llevó a su boca y lo hizo lamer todo, el niño chupaba la palma y los dedos desesperadamente y así junto a Rodolfo habían pasado toda la tarde encerrados «conociéndose» . Al final Lucio volvió a su Rancho sin saber cuantas veces lo había hecho con Rodolfo, simplemente habia pasado un muy agradable momento que sin dudas repetiría.
De camino a su camioneta por el largo pasillo de las habitaciones vio a una niña semidesnuda correr y entrar a una habitación y detrás a otra niña que él juraba que era la misma niña que vio antes pero con un strap on del tamaño de ¿un caballo? , no sabía si estaba muy cansando o estaba alucinando, su cuerpo dolía y solo quería volver a su casa a descansar.
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