Así empezó todo…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
… Mientras veíamos alguna película me percate que mi hija sentada en el piso de la sala estaba acariciándose su vagina mientras veía la tele, al mismo tiempo que yo la ví, su madre también se percato de eso y molesta le dijo que dejara de hacerlo, pero yo con mi mirada de desaprobación hacia mi esposa le dije que la dejara, que no la regañara, así que mi hija al sentirse reprendida se subió al sillón y se acurrucó a un lado mio resguardándose de la reprimenda de su madre.
Aquella ocasión mi pensamiento fue que mi niña, mi pequeñita tenia el derecho de explorar su cuerpo y que no debía de ser reprendida por ello, así que recuerdo que me di a la tarea de hacerse saber que aquello estaba bien, que no debía preocuparse por hacerlo.
En otra ocasión viendo la tele en la sala, hacia algo de frió así que tome una manta mientras veíamos películas sentados frente al televisor, mi mujer, yo y acurrucada a un lado mio mi niña, recuerdo muy bien como estaba recostada con su cabeza en mi pierna izquierda y acurrucada con sus piernas en posición fetal reguardándose del frío y con la manta que yo había traído tapando su cuerpecito y solo dejando fuera su cabeza para que pudiera ver la tele, aquella ocasión deje mi mano bajo la cobija y acariciando sus nalguitas con mucho cariño a manera de que se acurrucara mas para resguardarla del frío, al hacerlo sentí que hizo un movimiento como acercando mas sus nalguitas hacia mi mano y en ese momento sentí algo, mi corazón latiendo fuertemente, me imagine que mi niña había sentido placer al sentir mis manos acariciando su culito, mientras en la televisión se seguia viendo el transcurso de la película
Yo empece a excitarme de sentir el culito de mi niña, asi que poco a poco empezé a introducir mi mano bajo sus bragas, con mucho cuidado a manera de no causarle molestia, o mejor dicho, a manera de saber que no la estaba incomodando, por el contrario ella seguía moviendo su culito hacia mi mano conforme yo la acariciaba, conforme eso pasaba mi excitación crecía, pero debía ser muy cuidadoso por mi mujer estaba a un lado viendo la televisión también, en un movimiento de mi mano, uno de los dedos de mi mano izquierda queda justo en su clítoris, así que dejo de mover mi mano para solamente empezar a hacer muy pequeños movimientos con mi dedo en su hermoso y delicado clítoris, solamente lo acariciaba con la punta de la yema de mi dedo, de atrás para adelante, de atrás para adelante, queriendo solo a penas tocarle, pero mi asombro fue que a mi niña le gustaba esa sensación, y empece a sentir húmedo y tibio lo que mi dedo recorría, al sentirlo así voltee a ver la cara de mi niña y estaba sonrojada y con la boquita abierta como gimiendo, pero gimiendo en silencio por sabía que si su mamá la descubría probablemente la volvería a reprender, yo estaba muy excitado con una erección tremenda que no podía desfogar de ninguna manera en esas circunstancias, pero eso fue el principio de algo…
Con el tiempo empecé a sentir esa necesidad de satisfacerla, de hacerla sentir que aquello que sentía no era malo, así que empecé a buscarme espacios de tiempo con mi nena.
En otra ocasión, su madre había salido a hacer tramites de su escuela así que me quedé solo en casa con mi nena, ese día desidi no llevarla a la escuela (no recuerdo por qué) pero recuerdo que estaba acostada en mi cama esperándome a que me vistiera por que recién me había dado una ducha, así que me observaba mientras me vestía, ella se encontraba sobre mi cama vestida con un pants y una chamarrita, recuerdo que me puse la trusa y empece a juguetear con ella, me monte sobre ella jugando y empece a bersarle el cuello a manera de juego, y mientras le decía que la amaba le seguía besando, empecé a desabrochar su chamarrita y le subí su blusita para besarle su barriguita, y ella se reía, posteriormente le empecé a bajar su pantalón y empece a besarle el coño con sus bragas puestas, después no me quedé con las ganas así que le baje sus bragas y empecé a besarle su clítoris, mi niña solamente me observaba y en mi delirio, cuando la voltee a ver, de nuevo estaba sonrojada y con los labios entre abiertos, sabía que le gustaba lo que hacía pero no me decía nada, en ese momento, le subí de nuevo sus braguitas y su pantalón, me levante súbitamente de la cama y me empecé a vestir de nuevo, pero yo estaba ya muy excitado así que en ese momento me fuí al baño y me hice una paja, paja que goce como nunca.
Pasaban los días y mi deseo intenso por acariciarla y hacerla sentir bien se intensificaban, ella siempre era muy juguetona y le encantaba brincar en mi cama, una ocasión mientras brincaba y me decía "Papi, Papi" yo la cargaba y la volvía a aventar a la cama, en una de esas ocasiones la aventé a la cama y le hacia trompetillas en su barriga, se reía a carcajadas y luego la dejaba y empezaba a brincar de nuevo, la cargaba y la aventaba de nuevo a la cama y le volvía a hacer trompetillas, después mi malicia empezaba de nuevo a jugarme chueco y en una de esas, al aventarla de nuevo a la cama, me encargue de que la posición en que quedara fuera exacta para al agacharme a hacerle trompetillas ahora no fuera en su barriga sino en su coñito, y al hacerlo volvía a reir a carcajadas, pero cada vez menos, la dejé y se levanto a brincar de nuevo así que hice lo mismo una vez mas, pero ahora en cuanto la tuve en la cama, levante su faldita y con mi mano hice a un lado sus braguas para hacer espacio y dejar libre su coñito, y la besé justo ahí de una manera cuidadosa, un beso largo con mis labios succionando tu clítoris pequeñito, su piel blanca y rosada a la vez me excitaban de gran manera, ya no reía, de nuevo sus mejillas sonrosadas, y su boquita entreabierta me indicaban que le gustaba lo que hacia…
Cada día que pasaba buscaba ese tiempo para estar lo suficiente con ella, una ocasión mi mujer me pidio que me metiera a duchar con mi niña por que a ella no le daba tiempo ya, así que me interrumpió mientras me daba mi ducha y me dejo a mi nena en la regadera, el tenerla ahí conmigo me ponía nervioso y ansioso, mi pene se puso duro y mientras la llenaba de jabón y de shampoo en su melenita mi pene rosaba contra su espalda, ella de juguetona como siempre brincaba o se movía mucho en la ducha, asi que mi pene empezaba a sentir esa sensación de su piel de una manera extraordinaria, aquella vez no tuve que hacer nada, simplemente me corri en su espalda y mi espera se confundía con el shampoo que resbalaba por su cuerpecito…
Un día que nos quedamos solos en casa, era temprano y mi mujer ya había salido a sus clases sabatinas, así que en cuanto ella salió, yo me fuí a asomar al cuarto de mi niña y con una voz suave la llamé y le pregunté si queria venir a acostarse a mi cama, que estaba calientita, ella muy gustosa se vino a acosar conmigo, y nos tapamos con las cobijas de manera desesperada y juguetona, yo la acariciaba y ella hacia esos movimientos con la pelvis acercándose a mi cuerpo caliente, le acariciaba sus nalguitas y me la acercaba mas a mi, a mi pene que ya estaba erguido esperándola, ella me abrazaba jugando y sonriendo, y yo muy excitado la acercaba a mi con esos movimientos entre arriba y abajo, ella poco a poco dejaba de jugar para tornear su carita a ese color sonrojado, yo sabía que estaba sintiendo bien aquel ir y venir de mi pene frotandose en su coñito, así que con mi mano, tomé una de sus piernas y la acerqué hacia mi cadera, abriéndola a manera que su coñito quedara bien pegadito a mi pene, mi nena solo tenia sus braguitas puestas y yo solo mis calzoncillos, tomandola de la cintura y de sus nalgas la acercaba hacia a mi haciendo movimientos para que su coñito recorriera mi pene de arriba a abajo, ella gemía de manera muy silenciosa, y yo ya no podía más, era mucha mi exitación y verla de esa manera era hermoso, así que mi cuerpo no me respondía, no era dueño de mi voluntad y me corrí, así, simple y llanamente con mis calzoncillos puestos, aún no estaba preparado para hacer algo mas, no, aún no…
Continuará….
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