Aunque la familia no sea de sangre
Un relato sobre mi hijastra .
Está mañana tenemos planes de salir con mi hijastra… me casé con su madre apenas hace un año, con el transcurrir del tiempo me he estado ganando su confianza y me ha llegado a tener aprecio.
Ella tiene 7 años, es muy delgada, tiene una cara muy bonita, su piel blanca y cabello oscuro realzan su belleza.
Por motivos de trabajo nosotros dejamos a la pequeña en manos de sus abuelos, mientras la situación mejora.
Saldremos a un pequeño parque y tendremos tiempo de calidad con ella, todo el tiempo su felicidad era visible, pasar tiempo con nosotros es muy agradable para ella.
De regreso a casa de sus abuelos, dormía tranquilamente en el asiento trasero, todo parecía transcurrir de manera normal.
Al fin llegamos, desperté a la pequeña, me abrazó y entramos a casa. Despertó y sus abuelos la mandaron a bañar. Todo seguía normal, mientras mi esposa hablaba con sus papás yo esperaba tranquilamente en la sala. La pequeña salió de bañarse con su cabello mojado y envuelto con una toalla, un blusón blanco largo y unas pantuflas de conejito.
Se me acercó, y comenzamos a platicar de nuestro día… entonces yo estaba en mi celular, cuando me pidió ver un juguete que tenía en sus manos, mire y antes de ver el juguete mire que sus rodillas estaban en su pecho, dando una imagen completa de su entrepierna, unos calzoncitos blancos que amoldaban perfectamente sus labios vaginales.
Me perdí un segundo y reaccione inmediatamente, pero una vez visto ya no puede ignorarlo… nunca había deseado tanto ver la entrepierna de una niña… distraídamente veía esa imágen frente a mí.
Con cada movimiento sus calzoncitos se movían y se aflojaban, dejando ver un poco de su tierna carne.
Empecé a jugar con sus juguetes y al mismo tiempo con ella, le hacía cosquillas leves y ella subía involuntariamente sus piernas, dejando al descubierto su vagina, llegando a cierto punto, su vagina de descubrió por completo y sujete sus piernas para poder verla bien, ella ni cuenta se daba, entre cosquillas moví su calzoncito y por puro impulso separé sus labios vaginales con mis dedos, pude ver su color rosa suave y su botoncito perfecto, ella sintió eso y se quitó de mi agarré, pero no dijo nada, solo su respiración por las cosquillas era evidente.
Su abuela paso por la sala y le pidió que guardara su ropa, ella se fue y creí que acabaría todo eso, pero en unos minutos volvió y se me aventó encima quedó sobre mí, abrazándome con sus piernas e intento hacerme cosquillas, pero la domine y seguimos jugando, seguí buscando su vagina con los dedos y al principio se quitaba, pero poco a poco se dejó tocar, cerraba sus piernas y las abría, pero ya no se quitaba, primero la tocaba sobre sus calzoncitos, vigilando a quien pasaba por ahí para disimular seguir jugando.
Cuando metí mis dedos dentro de sus calzoncitos dudó un poco, pero comenzó a soltarse y abrió un poco sus piernas, yo no decía nada, ella tampoco, lo que sucedía era en silencio.
Comencé a abrir sus labios vaginales y a meter mi dedo en su virginal entrada, ella cerró en automático sus piernas y duró así unos segundos, ligeramente la comencé a masturbar, mucha humedad comenzó a salir, con mi mano debajo de su faldón poniendo atención a los que pasaran.
Salió mi esposa de hablar con sus papás y yo saqué discretamente mi mano, mi esposa miro a su hija quien estaba recargada sobre mi, con sus ojos cerrados, y solo creyó que ya tenía sueño, la cargó y la llevo a su cuarto.
Al día siguiente salimos a desayunar, yo no dejaba de pensar en ella y que pasaba por su pensamiento infantil, me preocupaba que hiciera algún comentario inapropiado pero nada ocurrió.
De regreso llegamos a su casa de nuevo, me senté de nueva cuenta en el sillón, intentando olvidar lo sucedido, la pequeña no tenía excusa para venir conmigo y quizás hasta algo de miedo tendría.
A los 5 minutos viene hacía mí con un shorts que no ajustaba sus piernas, en esta ocasión lleva un calzoncito azul, parecía algo viejo, pude verlo por qué se sentó de igual manera con sus rodillas arriba, ahora llevaba consigo un libro de colorear, se sentó en la alfombra y uso una mesita para colorear, yo estaba en mi celular, cuando la miré note que su mano derecha sostenía un color amarillo y su otra mano se escondía en su entrepierna.
Observe con cuidado y veía como su manita subía y bajaba por encima de su ropa tocando su vagina, su carita parecía tranquila pero su manita estaba muy inquieta. Me acerque para ver si reaccionaba de alguna manera pregunté que coloreaba y me contestó muy normal, pero no dejaba de tocarse, solamente dejó de hacerlo cuando mi esposa vino a preguntarme algo pero cuando se fué siguió en lo suyo.
Con mi mano izquierda toque su pierna para ver su reacción, y ell se dejó, subí a su cintura y seguía dejándome, toque su vientre y con sus piernas atrapó su mano cerró los ojos y presiono sus manos, parecía como si hubiera tenido un orgasmo.
Enderezó su espalda, y siguió coloreando, creía que ya no haría nada más, pero su manita seguía moviéndose entonces cruzo sus piernas dejando su vagina libre, desde mi lugar podía ver su calzoncito, se acomodó y siguió masturbándose, ahora paso su abuela y se dejó de tocar y apenas se fue siguió haciendolo, entonces puse mi mano en su pierna y con calma la deslice dentro de su ropa, a ella no parecía importarle, metí mi mano bajo su calzoncito y dejó de tocarse, apenas y con mi dedo la toque con su mano me presionó, y con mi mano dentro de su ropa ella movía la suya, como guiandome, así la comencé a masturbar, despacito y con calma, había mucha humedad otra vez, intenté meter mi dedo dentro pero al parecer le dolió, intenté de nuevo y esta vez me permitió meter un poco, igual despacio empecé a dedearla, poco profundo para que se acostumbrara, ella intentaba concentrarse en su libró de colorear, mientras yo iba cada vez más profundo, ella simplemente no pudo más y volvió a tener otro orgasmo y me orinó poquito la mano, me pidió permiso y se fue al baño.
Ya no esperaba que pasará más, así que volví al sillón y seguí en mi celular, de regreso la pequeña volvió muy contenta, y sin decir nada se sentó frente a mí, tomo un peluche y se puso a jugar con el, yo la dejé jugar ahí, a los minutos la mire jugar y ya no llevaba nada de bajo del shorts y no sé si era a propósito pero cada vez que volteaba a verla abría las piernas.
Mi esposa salió de vuelta y tuvimos que ir a comprar algunas cosas, nos quedaríamos a comer ahí.
De regreso mi esposa y su mamá se fueron a la cocina y su papá salió a comprar bebidas y me quedé solo con la pequeña, ella no perdió tiempo, jugando con sus peluches frente a mí comenzó a masturbarse por encima de la ropa, le hice una seña con la mirada para que se me acercara y muy obediente se acercó a mí, pero ahora la senté en mis piernas y nos pusimos a jugar ella con su peluche y yo con su vagina, está vez ya podia meterle mi dedo más profundo, y cada vez que le metía más el dedo ella solo decía «Auch» y daba un brinquito, pero nada más, durante los primeros minutos me daba miedo estar así y que alguien viniera, entonces ambos fuimos a preguntar si ya estaba la comida y cuando llegamos en ese mismo instante mi esposa nos gritó que nos fuéramos de ahí, que ella nos hablaría si necesitaba algo, que tardarían un rato así que nos entreruvieramos con algo, en eso su mamá nos dice que si quería fuéramos a su cuarto y viéramos la tele, me cayó muy bien la noticia pues su cuarto cruzaba la puerta el pasillo la sala el baño y otro cuarto, la puerta de la cocina hacia ruido cada vez que se abría, así que quien sea que saliera de ahí nos daríamos cuenta.
Una vez en el cuarto puse una película de caricatura y metí a la pequeña bajo la sábana, prendí el aire acondicionado para que estuviera frío y tener la excusa de taparnos, antes de comenzar a hacer mis cosas escuché la puerta de la cocina, tardó 20 segundos en llegar después del ruido así que tendría ese tiempo de reaccionar si salía de nuevo, solo fue a decirme que prendiera el aire, pero como ya lo había echo, se fué.
Al escuchar de nuevo la puerta continúe con lo mío, me acosté en la cama junto a la pequeña, metí mi mano bajo la sabana y mis dedos corrieron directo a su vagina, ella mantenía sus piernas cerradas así que se las abrí, para poder hacerlo mejor, y rápidamente se mojo de nuevo, yo ya no podía más, así que me metí bajo la sábana y sin que ella viera me saque el pene, apenas bajando mi pantalón, la puse de cucharita y acomodé su culito, le expliqué que mi dedo sería más grande y que me dijera si le dolía, ella me dijo que está bien.
Entonces me acomode, sujeté su estómago y comencé a puntear con mi pene su entrada, me sentía tan caliente que empujé más y más, al principio solo la cabeza se veía que entraba y salía, ella me apretaba la manos cada vez, le preguntaba si se sentía bien, y ella dijo que sí.
Me sentía en la gloria, pero necesitaba ver ese espectáculo, así que le quité la sábana un poco y podía ver cómo la cabeza de mi pene entraba y salía, eso me exito muchísimo, deje de pensar y dejé a mi cuerpo actuar, detrás de ella abrí sus piernas y con mi celular la grabé para poder ver qué sucedía de bajo, apenas 5 segundos de vídeo, no había sangre aún, lo que quería decir que su himen seguía intacto, mire su cara y estaba roja y apretando los ojos, pero no emitía ningún sonido, ya no pude más, la subí así sobre mí, su shorts dejaba un buen espacio para mí pene pero necesitaba ver todo, así que se lo quité, la senté sobre mi pene y sujentandola de la cintura comencé a meterlo, la vista era espectacular, su pequeña vagina se expandía mientras la punta de mi pene la atravesaba.
Ella no tenía razón de sí, y solo se dejaba hacer lo que yo quería, después de un momento sentí explotar, y el semen salió, su pequeña vagina no pudo retener todo y lo derramó por las orillas, ella empezó a temblar y se dejó caer sobre mí, la sujeté par evitar que por su propio peso mi pene se metiera más de la cuenta, nos levantamos unos segundos después, ella se vistió y con cuidado fuimos al baño, a mí me había caído sobre la piel así que me limpié fácil, pero ella tenía su shorts manchado, así que corrió a su cuarto y se puso otra ropa, cuando regresamos al ver la película ella me dijo, «por favor no le digas a mi mamá ni a mi abuela, no le gusta que me toque y si sabe que me masturbe contigo se va a enojar mucho»
Obviamente ella no sabía que era el sexo, pero era un alivio escuchar eso, de ahí nuestra relación fue más cercana, pero era necesario explicarle que habíamos echo.
Apenas terminé de explicarlo, ella estaba algo sorprendida, era algo muy nuevo para ella, y también le expliqué que no debíamos haber hecho eso.
Muy segura me dijo que me quería mucho y que no diría nada.
De ahí en adelante seguimos en nuestras travesuras hasta que un día por la emoción le rompí el himen, pero eso será en otro relato.
Riquísimo relato. Me gustaría una continuación
espero la continuación