Ayudando a mi hija 2
En mi relato anterior conté como llegue a está relación incestuosa con mi pequeña hija de 5 años. .
Continuando con la narración, luego de comprobar que mi pequeña hija podía sentir placer sexual, llegó el momento de comenzar con su tratamiento de penetración y esperma dos veces al día.
-Amor, ¿estas bien?. Pregunto al ver que su respiración su relaja.
– Sii, papi, ahora tengo mucho sueño. Dice y cierra sus ojitos.
– Amor, aún no te duermas, papi tiene que poner su medicina dentro de ti. Ella abre sus ojitos y asiente.
No me atrevo a quitarme toda la ropa. Mi pequeña vuelve a cerrar los ojos del cansancio, no debe ser fácil tener un orgasmo siendo tan niña.
Sólo bajo mis pantalones y mi polla sale dura y gruesa. Agradezco que mi pequeña tenga sueño y no vea los 21 cm de largo y 5 de grosos de mi pene.
Busco un pañuelo y le tapó los ojos. No quiero que su mente recuerde que su propio padre la desvirgo.
-Bebe, vuelve abrir las piernas como hace un momento. No lo hace y me percató que se volvió a quedar dormida. Con mis manos temblando de anticipación separo sus muslo y veo esa vagina tan pequeñita y cerradita.
– Perdóname mi amor. Digo y me ubico entre sus piernas. Con mi mano llevo la cabeza de mi polla a su entrada. Respiro profundo y presiono. No se mete y vuelvo a intentar. Sus labios están aún llenos de fluido y un poquito de sangre. Vuelvo a intentar y nada. Esta muy cerradita.
– Amor, despierta, tienes que ayudar a papi a poner tu medicina. Digo y ella se mueve.
– Papi, ¿ Cómo vas a materia?. Pregunta con un bostezo.
– Con una inyección que papi tiene entre sus piernas. Digo y ella intenta quitarse el pañuelo y no la dejo.
– Amor papi no puede ponerte la medicina porque no dejas que entre, tienes que dejar que papi te penetre. Digo y ella abre más sus piernas.
Vuelvo a empujar pero no entra, busco en su habitación algo que me sirva como lubricante. Sólo veo vaselina que uso para evitar la fricción de su piel con la ropa cuando le queda muy apretada.
Busco el frasco y me unto mucha vaselina en la punta de mi polla, también le hecho mucho e en su huequito. Me vuelvo a ubicar y empujó, ahora si entra la cabeza.
-Ay! Papi duele. Dice mi pequeña e intenta moverse pero le tomo fuerte de las caderas.
-Amor, tienes que aguantar, es para que te curres. Digo y ella aprieta mi polla con sus paredes.
– Voy a meter un poquito más, relájate bebé. Estoy a nada se eyacular. Estoy penetrando a mi hija., mi bebé de 5 años. Vuelvo a empujar y se meten otros dos centímetros.
– Nooo, papi, duele mucho. Dice y le acaricio su cabello.
– Tranquila mi amor, ya casi estoy llegando al final. Bajo la mirada y casi me corro. Mi pequeña a dejado entrar toda mi gruesa cabeza. Vuelvo a empujar y ahora entra como 5 centímetros. Mi pequeña comienza a llorar pidiendo que no siga que le duele mucho. Estoy tentado a sacar mi polla pero no quiero que mi pequeña sufra al no tener hijos.
– Ya casi termino amor, aguanta un poquito más. Digo y empujo hasta que siento una barrera que no me deja continuar. Ya llegue a su himen, no voy a dar marcha atrás. Respiro y dejo caer mi todo mi peso, mi pequeña grita y la aprieto para que no se mueva.
– Ya está amor, ya llegue al final, tranquila. Intento consolarla pero su llanto sigue. Siento como sus paredes aprietan mi polla. Miro y entró más de la mitad. Me sorprendo, nunca pensé que una niña podía albergar tanta polla. Intento moverme pero sus paredes me están apretando mucho. Su vaginita es tan apretada que estoy a nada de llenarme su útero con toda mi leche.
– Me duele papi, no te muevas. Dice y hago lo que me dice. Creo que ya ha sufrido mucho por hoy.
Ella comienza a aflojar y apretar inconscientemente su paredes, eso hace que no aguante mucho y la lleno de mi esperma.
-Ya mi vida, no llores, ya papi te dio tu medicina. La consuelo y me salgo con mucho cuidado. Me subo de nuevo el pantalón y le quitó el pañuelo de sus ojitos.
– Papi, no quiero más medicina, eso duele mucho. Dice con lágrimas. Veo el desastre que hice. Su vagina está muy abierta, llena de esperma, sangre y resto de su himen. Las sábanas están todas manchadas.
– Ven amor, vamos a darte un baño, y luego vamos a ir donde el Doctor. Digo arrepentido de todo lo que acaba de pasar. Acabo de desvirgar a mi hija de sólo 5 años. Lo peor fue que lo disfrute.
La baño muy bien limpió su vaginita y le pongo una ropa suelta para que no le rose. Llamo al doctor antes de salir de casa para ver si tiene tiempo y me dice que me espera en su casa.
Esta vez si nos vamos en mi coche. Mi pequeña habla de cosas infantiles mientras de mi mente no pasa lo que acabo de hacer. Puedo ir a la cárcel si alguien se entera.
-Bebe, no puedes decirle a nadie de tus intenciones, sólo el Doctor y yo debemos saber. Digo y ella me sonríe inocente.
– Bueno papi. Responde y sigue contando cosas de niñas. Llegamos a la dirección de la tarjeta y es una casa muy grande y elegante. El doctor nos espera en la entrada con la puerta abierta. Alrededor de la casa sólo hay árboles. Entramos y nos dice donde está su consultorio privado.
– ¿ Su esposa?. Pregunto por ser cortes.
– Soy viudo, vivo en está casa sólo desde hace 10 años. Dice con una sonrisa triste.
– Mi papi también es viudo. Dice la niña y le sonrió. Eso no es completamente cierto, pero no supe como explicarle a la niña que su mamá se había ido con otro hombre y nos había dejado.
– Bien, dígame Sr Eduardo ¿ como le fue?. Pregunta directo. Supongo que quiere acabar rápido con la consulta.
– Al principio no entraba, pero con ayuda de vaselina lo logre. Digo con algo de vergüenza.
– Bien, veamos si le hizo daño. Dice y llama a Mile para que se acerque a su lado.
El mismo comienza a quitar toda su ropita, y la deja desnuda. La carga y la lleva a una camilla que hay en la esquina de la habitación. La acuesta y le abre las piernas.
-¿Te dolió mucho muñeca?. Pregunta tocando su vaginita sin guantes esta vez.
– Sii, mucho, esa inyección era muy grande. Dice con inocencia.
– Seguro que si, pero debes dejar que tu papá siga poniendo la medicina dentro, para que te curres y puedas tener bebés. Dice y veo como mete un dedo.
– ¿ Te duele? Pregunta y mi niña niega. El se sorprende y mete otro dedo.
-¿ Y ahora?. Pregunta y ella vuelve a negar. El anciano continúa con la penetración ahora más rápido.
– Me hace cosquillas, me gusta. Dice mi niña con la respiración acelerada. Ver como mete sus dedos en mi hija hace que tenga una erección. El doctor mira a mi niña y mete otro dedo. Ella se queja un poquito pero luego comienza a gemir. Sus dedos largos entran y salen con facilidad. Mi pequeña no soporta mucho y se corre.
– Señor Eduardo. Puede esperar un momento fuera. Dice el doctor y salgo.
Obvio que dejo la puerta medio abierta y que quedo viendo que le va hacer el doctor a mi hija.
-Muñequita, eres muy linda, vamos a poner la medicina dentro. El doctor se baja los pantalones y la tiene erecta. No es tan grande ni gruesa como la mía. Diría que tiene sólo 14 centímetros. Mi niña lo ve y abre mucho la boca.
– Doc, ¿Esa es la inyección?. Pregunta señalando su pene. El sonríe y asiente.
– Es muy grande y gruesa, por eso me dolió con papi. Dice y el doctor sonríe de si inocencia.
– Pero antes de poner tu medicina dentro, voy a darte la en la boca, también necesitas tomarla. Dice y el baja a mi niña de la camilla y hace que abra la boca. Saco mi pene y comienzo a masturbarme. Mi pequeña es tan inocente que hace todo lo que dice el anciano.
– Eso es muñeca, ahora chupa como si fuera un helado. Dice y toma su cabeza para que mi niña no se alejes. Mi niña chupa y chupa como una experta. Cualquiera pagaría por ver una imagen así. Una niña de 5 años con la polla de un viejo dw las 60 años en su boca, nunca pensé que vería a mi pequeña dar tanto placer.
Veo que el doctor comienza a empujar la cabeza de mi niña y ella comienza a querer alejarse. El doctor gime muy fuerte y le llena la garganta de leche.
– Toma la toda, te hará crecer grande y fuerte. Dice y mi niña trata todo.
– Creo que vamos a dejar que sea tu papá quien te ponga la inyección dentro de tu vaginita, ya estoy viejo y no aguanto dos corridas. Dice y mi niña parece no entender lo que dice.
Me alejo de la puerta y me siento en la sala a esperar que me llamen de nuevo. No pasa mucho tiempo cuando llega mi niña y me abraza. Ya está vestida y muy alegre.
-Sr Eduardo, la niña no tiene ningún desgarro, corte o hematoma, creo que puede continuar con el tratamiento hoy mismo. Dice y mi niña hace mala cara.
– Esa medicina me duele, mejor en la boca. Dice mi hija, me hago como el que no entiende.
– ¿ Existe algo que me recomiende para evitar el dolor de la penetración?. Pregunto y el piensa unos minutos.
– Creo que si, espere un minuto aquí. Dice y vuelve a entrar en su consultorio. Sale con una bolsa con cremas y algunas medicinas.
– Hay algunos lubricantes, analgésicos para el dolor, y una anestesia local, además le recomiendo que use juguetes sexuales, para que la niña no sufra durante la penetración debe estar muy excitada, piense que es una mujer, necesita estar muy excitada a la hora de la penetración.
Le doy las gracias y salgo para nuestra casa, hoy mismo voy a probar todo lo que me dio el médico. Apartir de hoy mi hija va a disfrutar los placeres de sexo a plenitud.
Continuará.
excelente y gracias eh estuvo chido.
Espectacular!!!
Uffffff que rico relato síguelo
Sería lindo un trio