Ayúdeme a entender
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Aproximadamente cada tres meses, nos visita mi tío Jack, dicen que es por negocios. Llegó muy de noche, y me despertaron para recibirlo, aún con sueño lo salude amablemente; muy agradecido me mando a dormir.
Uyyy, ya no aguanto, al baño! Al baño!, con tanta prisa entré que no pregunté si estaba ocupado; pero normalmente me encuentro solo a esta hora, pues mis padres salen a las seis de la mañana, y ya son casi las ocho. Oops!, he oído el agua de la ducha correr, más por curiosidad que por morbo, me asomo a ver quién es…
– Hola sobrino
– Ho-hola tío Jack (dije con los ojos gachos)
– Porqué miras mi…(dijo, señalando su gallito)
– Oh! Es que… nunca he visto un gallito tan peludo y gordo.
– Tu padre debe tener uno como elmío.
– No lo sé pues nunca lo he visto.
– Bueno, eso no importa, cuando seas grande tendrás uno así.
– No lo creo(acto seguido me bajé el pantalón y los comparé).
– Ya verás que sí, solo debes esperar.
– Esperar?…supongo. Y que se siente cargar con algo tan grande.
– Por qué no lo averiguas por ti mismo.
Ni corto ni perezoso lo sostuve, estaba mojado y jabonoso, así que se me resbaló en ocasiones. Como por arte de magia su gallito comenzó a levantarse y a ponerse duro, mi tío me dijo que eso sucedía cuando la gente estaba feliz. También me dijo que cuando eso sucedía el que lo ocasionaba debía acariciarla suavemente de arriba hacia abajo, y como yo era el culpable, debía hacerme responsable de mis actos. Me dijo que lo besará, lamiera y lo metiera en mi boca; y como era mi tío el que lo pedía, y me lo estaba pasando tan bien, no objeté. Luego él comenzó a sobar su gallito, frenéticamente, y al cabo de unos minutos, mientras su gallito permanecía en mi boca, disparó copiosos chorros de una espesa sustancia, mi tío me dijo unos segundos antes TRAGALO TODO!, y pues… no me quedó de otra ya que mi boca estaba tapada por su gallito, estaba caliente y asquerosamente pegajoso, aun después de escupir una parte, se quedó el sabor acre en el fondo de mi garganta.
Ya de noche, mientras cenábamos, tomé la palabra, y dije:
– Hoy en la mañana vi a mi tío bañándose, EL TENIA UNA COSA ENORME Y PELUDA…(cuando terminé de decir esto mi padre, visiblemente enfadado, me regañó)
– Esas cosas no debes decirlas en la cena, y menos aún porque eres sólo un niño.
(Me castigaron, durante un largo periodo, sin televisión) más tarde en la noche, mis padres salieron a una reunión de trabajo. Mi tío me acompañaría esta noche, y me haría dormir temprano, es decir antes de las nueve, más claramente, en veinte minutos. Cumplido el tiempo, mi tío me envió a dormir, tuve que acatar la orden sin objetar pues mis padres me han enseñado a obedecer a mis familiares adultos.
– Subo en un rato
– (Voltee la cabeza, algo intrigado) claro
Después de cambiarme, me recosté para descansar mientras venía mi tío, pero me dormí antes de que llegara. Me despertó una tibia mano, que acariciaba mi cuello, mientras otra me liberaba del cobertor. Cuando mi tío notó que estaba despierto, me dijo: tengo una sorpresa para ti – Cuál? (pregunté, muy intrigado) – Es un juego parecido al, de la mañana – Pero mi papá me regaño por contarlo en la cena – Sí. Pero esta vez no le vas decir nada.Así no te castigarán y podrás disfrutar de nuestro juego – (Dudé, pero lo que me dijo mi tío parecía conveniente) no sé – Te gustó lo de la mañana? – Sí. Pero vamos a hacer lo mismo? – No. Esta vez yo haré todo, y tú solo disfrutarás, te parece bien? – Sí. Y como jugaremos? – Ya verás, solo espera un poco…
Me bajó el pantalón, (objeté, pero me tranquilizó saber que él también se lo bajó) puso su mano izquierda sobre mi cintura, y en su otra mano puso saliva, que luego embarró en su gallito. Después lo inclinó dirigiéndolo a mi anito, y de a pocos empujaba, al principio no me molestaba; pero cuando trató de meterlo, empezó a dolerme, y le pedí que se detuviera; pero una vez más me tranquilizo con sus palabras, me dijo que solo me dolería al principio, que luego todo sería diversión, decidí creerle.
Se pasó mucho tiempo intentando, pero yo no quería que todo eso entrara (y apretaba mis nalguitas para no dejarlo pasar). Mi tío cambio de posición y me dijo que esto también era parte del juego, y sujetando mi cabeza la dirigió a su gallito, me dijo que me lo metiera en la boca, como en la mañana (esta vez no dudé). No me cabía entera; pero mi tío empujaba su gallito dentro de mi boca, y dijo: si cabe en tu boquita también puede entrar en tu hoyito…
Devuelta a la posición inicial, pero esta vez, ya no es su saliva la que cubre su gallito, es la mía. Intenta abrir mis nalgas, con sus manos, y desliza la cabecita morada entre ellas (es enorme, pienso que no me va entrar). Lo dicho su gallito no ingresa, se mete un dedo en la boca, y lo lleva hacia el intermedio de mis nalguitas, lo usa para ensanchar mi anito. No duele tanto pero, no me siento muy cómodo con su dedo moviéndose dentro de mí.
Dos dedos, está moviéndose algo rápido, pero… huy…tres dedos, duele, pero resisto, pues confió en lo que dijo mi tío, “Luego del dolor, viene el placer”.
– Estas preparado?
– Para qué?
No esperé mucho por mi respuesta, envolviendo un poco de piel en la cabecita morada, empujó contra mi anito; dolió más que tener sus dedos dentro, pero menos incómodo; movía suavemente la cabecita morada, dentro de mi anito (a veces la cabecita golpeaba algo dentro de mis entrañas y me dolía mucho, pero no se comparaba con los roces que su gallito le daba a mi ano, sentía como si estuviera cagando; pero a diferencia de estar en el baño, esto lo disfrutaba).
Todo tiene final;y el juego se acabó cuando mi tío descargó gran cantidad de “moco” de su gallito. A poco de hacer esto mi tío dijo “GRACIAS SOBRINO”
*Mi tío se fue al día siguiente, en la mañana*
En la tarde, aún adolorido por la intromisión de su gallito, me fui al baño, para liberar mis entrañas, que estaban llenas de pofis y de “moco” del gallito de mi tío. Al entrar, escuche a mi papá bañándose, y decidí comprobar lo que había dicho mi tío (aquello de…tu papá debe tener una igual), cuando corrí la cortina para verlo, mi padre se sobresaltó, para luego resondrarme, cuando terminó, sólo pude responder: Papá, en la noche mi tío me enseño a jugar con su gallito, y mi ano, y si no estuviera adolorido jugaría contigo. Mi papá puso un gesto de horror he incredulidad (como nunca le había visto), y me dijo, al oído: Tranquilo hijo, ya todo paso…
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