Bailando con mi primita
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Finales año 1996 en mi barrio se había hecho ya famoso el popular baile del perreo, los niños y niñas de la calle lo bailaban sin ningún tipo de problemas, soy Rafa contaba 19 años y estaba en el dilema de estudiar, trabajar o quedarme en casa haciendo el vago y esto último era lo que hacía últimamente, cuando me levantaba casi a mediodía solo en casa mis padres trabajaban y mis hermanos Celia 10 años y Beto 7 estaban en clase, echaba un vistazo por la ventana que daba atrás a un solarcito en el que los niños y niñas que no iban a clase se pasaban todo el tiempo perreando como decían, la verdad que se lo pasaban genial restregándose, un día mirando vi que mi primita Sofía 9 años estaba llorando apartada de los demás, se fueron yendo casi todos y ella se quedo solita, abrí la puerta de atrás la llame y vino corriendo.
Que quieres Rafa, quiero saber por qué estabas llorando, me contestaba con monosílabos casi sin entenderle nada (ella tenía un cierto retraso mental, aunque no lo manifestaba mucho), al final me dijo que no la dejaban jugar al perro que yo era una lesa y se echó a llorar, yo trate de calmarla diciéndole que los tontos eran ellos y que no se preocupar por eso, llorando me dijo que es que los chicos estaban todo el tiempo bailando y pasándolo bien, que ella sabía bailar también y que le gustaba mucho pero que ellos no la dejaban y así no iba aprender más, bueno no le des más importancia a eso ellos se lo pierden, estuvimos un buen rato hablando de ello pero a ella no se le quitaba de la cabeza el desprecio de los chicos y ahí me perdi yo, le dije que si quería podía bailar conmigo, como… y ahí me cogió por la palabra, ella ya estaba bien grandota salio a mi tío y la verdad que tenía un buen culito para su edad, la mire con otros ojos y me di cuenta que el shorcito que tenía puesto que le quedaba bien apretado insinuando su rajita y su culito bien puesto, me di cuenta de mi error cuando ella se puso muy contenta y me dio un besito en mi mejilla y me dijo que pusiera música para bailar, bueno le dije pero de esto no se puede enterar nadie pues tu padre me mata si se entera que yo te estoy enseñando a bailar, siii Rafa yo no se lo diré a nadie.
Puse música no muy alta y cerré las cortinas para que no nos vieran de fuera, tenía puesto unos pantalones de deportes flojos y una camiseta, apenas estaba en el centro de la sala cuando se me pego enseguida Sofía, su culito quedaba debajo de mi verga, pero cuando comenzó a moverse lentamente hizo que se me pusiera a mil, ya no pensaba, la única que pensaba era mi verga, la cogí de la cintura suavemente me agache un poco y le puse la verga en el canal de su culito, ella giro la cabeza y sonrió pícaramente y empezó a moverse lentamente restregando su culito contra mi hinchada verga, se me escaparon algunas palabras “así mamita muévelo bien duro…” la verdad es que se movía bien sexi, me agache un poquito más y le puse la verga entre sus piernitas y la comencé a serruchar mientras ella seguía moviéndose lentamente, la oía gemir como perrita en celo, llevábamos un buen rato hasta que sin darme cuenta comencé a soltar leche como un surtidor mojándome totalmente los short, con cuidado y con vergüenza me separe y le dije que iba un momento a mi cuarto, fui y me limpie cambiándome los short, me veía en el espejo y me decía que locura había hecho que como se enteraran en mi familia me iban a matar, estaba bien nervioso por todo lo ocurrido.
Salí y fui hablar con Sofía que estaba en un sillón viendo dibujos, me senté al lado y le dije que de todo eso no se podía enterar nada pues nos matarían a los dos, exagere un poco las cosas y ella me decía que no diría nada nunca, le dije que no volveríamos a repetirlo pues no era adecuado, se echó a llorar y me dijo que ella quería volver a bailar conmigo que yo no me reía de ella y que los otros niños se burlaban de ella, le volví a decir que no era adecuado y que había un peligro que era si sus padres se enteraban de que yo le enseñaba a bailar el perreo me iban a curar bien, le dije que no podía ser y ella seguía llorando hasta que por pena le dije que a lo mejor otro día podríamos verlo, pero siempre a escondidas, se calmó y luego se fue.
Al otro día cuando me levante mire a los chiquillos de detrás de casa y allí estaba Sofía, me vio a través de la ventana y me dedico una linda sonrisa, le correspondí, al rato se fueron yendo y solo quedo ella y vino hacia mi casa, le abrí la puerta y entro rápidamente, vestía una camisetita de dibujos y una faldita bien chica, le di un besito en la mejilla y enseguida me dijo que si bailaba con ella un poco, la verdad es que estaba recaliente desde que la vi por la ventana, le dije que un par de canciones que me esperara, fui a mi cuarto y me puse un short viejo flojito y no me puse nada debajo y salí, puso la música y directamente me agache y le coloque mi verga en su canal, la tenía ya bien dura ella miro pícaramente hacia atrás y empezó a moverse rozándose por toda la longitud de mi verga, ella se movía y yo igual lo disfrutábamos enormemente, me agache un poco y al igual que el día anterior se la coloque entre sus piernitas, la serruchaba lentamente como si me la estuviera cogiendo ella gemía al igual que yo como perra en celo, ya no se oía la música nos oíamos nosotros, yo la animaba “muévete así mamacita, toda es tuya…” ya no había nadad de inocencia por su parte y menos por la mía, una de mis manos siguió su curso y le acariciaba su barriguita y siguió hacia arriba y solo se encontró con un botoncito por pezón que a ella le gustaba que le tocara, esa mano inquieta siguió tocando por donde quería hasta que siguiendo el camino de su ombligo siguió para abajo y le cogía la conchita y le acariciaba la rajita mientras ella temblando se movía, se echó hacia delante y se apoyó en un sillón con su culito bien en pompa, la serruchaba bien duro y lento, sentí como dejaba ir su cuerpito y me di cuenta de que se estaba corriendo, aproveche yo también para hacerlo llenando mis short de leche, pare un momento y luego me fui a mi cuarto a recomponerme y cambiarme, cuando volví a la sala, Sofía estaba mirando dibujos como si no hubiese pasado nada.
Le dije que no podíamos volver bailar así pues era muy peligroso, que si se enteraba su padre me iba a matar, se pegó a mí y me decía que ella no se lo diría nunca a nadie, pero que quería seguir bailando igual, seguimos bailando todos los días y cada vez me atrevía a meterle mano a todos sus rincones, ella empapaba también sus braguitas y un día me dijo que su mama la riño por tener las braguitas tan mojadas.
Ese día traía una faldita sueltita y le dije entonces que entonces lo mejor sería que se quitara las braguitas para que no se le mojaran, sin ningún recato se las quito rápidamente y se puso de espaldas para comenzar el “baile”, le dije que yo entonces me quitaría el short para que no se mojara tampoco, se rio y me dijo que sí, me lo quite enseguida y me pegue a ella dejando mi verga en el canal de su culito, ella giro su cabecita hacia tras riéndose y moviendo su culito sensualmente, mis manos recorrían sus cuerpito acariciándola por completo, me agache un poco y le puse mi verga entre sus piernitas, note el calor que desprendía su conchita y lo mojada que estaba, la serruchaba lentamente mientras ella se apoyaba al sillón, en una de estas ella llevo su manita hacia abajo y agarro el pedazo de verga que sobresalía por delante y en su inocencia me dice “es más grande y gorda que la de Don Ramón” queee le dije parándome, ella dándose cuenta de que metió la pata intento como llorar y le volví a decir “como sabes tú como la tiene Don Ramón (era el dueño de una tiendita), ella sollozando un poco me dijo que no se lo dijera a nadie por favor que él le daba dulces cuando se dejaba tocar por él y que le dio algún dinero cuando se dejaba meter un poquito la verga, me senté en el sillón y ella a mi lado, le dije que me contara, me dijo que desde hacía unos meses iba a la tiendita y él le propuso eso y que como a ella le gustaban mucho los dulces pues no le importaba que la tocara y que cuando le tocaba su puchita a ella le gustaba, que un día le saco la verga y que se la toco un rato, otro día se la restregaba por su puchita y que le gustaba mucho y así, hasta que un día le dijo que le daba un billetito si se dejaba meter un poco la verga, que al principio le molestaba un poco pero que le gustaba mucho, pero ya te la ha metido toda, nooo solo un trozo y enseguida echa su leche y se queda sudando mucho eso no me gusta, el que la leche, noo que suda mucho, pero desde que bailo contigo no voy por allí aunque el me hace señas para que vaya, te gustaría que yo te metiese un trozo de mi verga, siii se ve bien grandota y dura.
La lleve a mi cuarto y le dije que nos desnudáramos para no mancharnos, no hubo ningún problema, le dije que nos besaríamos un poco primero para prepararnos y así hicimos al principio no se soltaba mucho pero desde que le toque su rajita, se volvió loquita y se puede decir que me comía la boca como desesperada, era bien caliente la niña, me puse sobre ella y la empecé a serruchar, mi verga se deslizaba por toda su rajita, ella no paraba de gemir, me besaba el pecho y por donde podía, le dije que iba a ver si le podía meter un poquito mi verga y me dijo que siii, restregué un poquito su rajita y se la coloque en la entradita, apreté con cuidado y entro un poquito, le dije que si le dolía y me dijo que muy poco, la saco le dije, nooo sigue así que me gusta mucho, me movía muy lento para no hacerle daño, notaba que cada vez le entraba un poquito más.
Lo hacía con mucho cuidado, ya le había clavado la mitad y le volví a decir si le molestaba, me dijo que casi nada y que le gustaba mucho, seguí así un ratito más y me di cuenta de que le entro un poco más y de repente ella abrió más las piernitas y las paso por detrás de mí y se puso a gemir como loca pidiéndome que le diera más, se estaba corriendo y se me nublo toda precaución, le di un poco más fuerte y note que se la clave casi toda, al darme cuenta me pare y le dije si le dolía y me dijo que al principio si pero que cada vez le gustaba más y quería como que le entrara más, seguí moviéndome hasta que se la clave por completo, ya la tienes toda bebe te gusta, siii, entonces comencé a moverme lentamente sacándosela casi toda y después metiéndosela lentamente hasta los huevos y entonces ella se puso a gemir otra vez como poseída se estaba corriendo otra vez y no aguante más y se la clave toda echándole mi leche dentro de su puchita, que sensación más rica, la agarre con cuidado y me deje caer de lado, seguí girando y la puse sobre de mí, ella se apretaba contra de mi con su cuerpito pegado tanto a mí que parecíamos uno solo, luego de un momento le dije bajito que si le había gustado lo que habíamos hecho, si me gusto muchísimo, te molesto, al principio un poquito pero luego no solo me gustaba, le bese su pelo y estuvimos así un rato hasta que nos levantamos y nos aseamos.
Mas adelante les seguire contando como seguimos con nuestro baile
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