Bella Muchacha
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Cheketa.
Ya es medianoche
Estaba por dormirse la muchacha de cabellera negra, larga y sedosa, rostro angelical de ojos grandes, expresivos, de color miel, labios pequeños pero carnositos.
También posee un cuerpo muy sensual.
Con tan sólo 21 años, le belleza de esta chica no tiene igual.
Porta unos pechos de tamaño mediano pero redonditos, usa unos escotes que hacen llamativas ese par de melones y ese lunar que sobresale en los inicios del seno izquierdo es sin duda un exquisito adorno de ese par de bellezas.
Su cuerpo es sensual, cintura sexy, vientre plano, trasero prominente y piernas largas y torneadas, bastante sexy la muchacha.
Ella estaba de visita en casa de sus parientes, llegó de sorpresa, pues es oriunda de una ciudad lejana y ella vino a visitarles, ella se encontraba en dicha ciudad por otros asuntos y decidió saludar a su familia.
Se encontró con la novedad que no estaban y solo se encontraban su sobrino estudiante universitario y el tío político de él.
El tío no era viejo, era un tipo de treinta y tantos años pero que se casó muy joven con su mujer que es la tía del estudiante y la prima de la muchacha.
El sobrino y el tío, bueno, el primo… la recibieron de forma muy efusiva, les dio mucho gusto saber que esa muchacha los había visitado.
Y bueno, se estaba preparando para dormir, pues, se sentía algo cansada por el viaje realizado y porque ya era tarde.
Ella traía una bata-vestido azul, ella lo usaba de bata de dormir pero, llega a media pierna y también podía usarse como vestido, pensó que para esa noche estaba bien.
Estaba dando las últimas vueltas en la recámara, justo cuando ya se disponía a acostarse en la cama, llega su sobrino, un muchacho simpático, de 18 años que apenas iniciaba su carrera universitaria, es atlético y dedicado a sus estudios.
Por no haber mucha edad de diferencia ellos se veían más como primos que como sobrinos aunque él le habla con respeto.
La muchacha lo quiere mucho, como un hermanito pequeño.
Lo recibió tranquilamente, se recostaron juntos en la cama, él estaba un poco preocupado por circunstancias personales suyas y le estaba contando sus vivencias de estudiante a su tía.
La muchacha lo escuchaba pacientemente, le daba consejos, ella le platicaba otros detalles y después, ambos quedaron dormidos, no era extraño, habían hecho eso muchas otras veces.
Al día siguiente, ella despertó y vio a su sobrino, abrazándola tiernamente, se veía que el cariño era sincero, le dio un beso tierno en la frente y lo despertó, pues tenía que arreglarse para irse a la universidad.
Él se despertó, al ver a su tía le sonrió y le dio un beso en la mejilla expresándole que tenía una tía muy bella.
Acto seguido, el chico se levantó, se metió a bañar y se marchó a la universidad.
La muchacha seguía en la recámara sin saber bien que hacer durante el día o si se iría de allí.
Aun media somnolienta, se dirigió al baño, que estaba saliendo de su habitación a mano izquierda, se refrescó un poco la cara, se lavó los dientes y regresó al cuarto.
Cuando entró se sorprendió ver allí al primo…
-¿Qué haces aquí?
-Curioso, esa es la misma pregunta que yo me hago de ti.
¿Qué estás haciendo aquí?
– Vinee….
(la interrumpe)
– ¿Qué es exactamente lo que estás haciendo aquí?
-Vine a ver a mi familia.
– ¿Ah sí? – Se levanta y se acerca lentamente a ella.
-¿A tu familia cuando están fuera y yo estoy solo? Se fueron de vacaciones… Se lo dijo mientas acercaba su rostro intimidantemente a la boca de ella.
Ella sutilmente se mueve y aleja de él.
– Yo no lo sabía.
¿Qué? ¿Te molesta? Si quieres me voy si tanto te molesta mi presencia.
Nunca me dijeron que no estarían.
– Jajaja molestarme… ¿No te dijeron? ¿Sabes? No te creo.
– Es la verdad
– .
Sabías que yo estaría sólo por eso viniste.
Es demasiada coincidencia que vengas para acá en estas fechas con una supuesta “visita sorpresa a tu familia” y hecha una mamasita, -(le jala el vestido de la parte del escote) – cuando sabes que no están aquí.
–¡Déjame en paz…! – Trata de alejarse de él pero él le bloquea el paso.
-Eres una chica muy astuta.
–la intimida tanto que con sus pasos, sutilmente va haciendo que ella quede cerca de la cama.
-¿Acaso viniste por esto?
Acto seguido se abalanza sobre ella y caen en la cama.
Trata de besarla.
Ella forcejea pero él la supera en fuerza, tamaño y peso.
Es casi el doble de ella.
Es demasiado fuerte.
No puede hacer mucho para frenarlo.
El fácilmente la inmoviliza en la cama.
Toma sus brazos y los coloca de par en par en la cama.
El prosigue a besarle el cuello y los hombros.
-Hace mucho que deseo este momento
Ella trata de persuadirlo pero no sirve de mucho, más que para torearlo más.
Mientras él besa su mejilla y lame libidinosamente sus labios carnositos.
Se incorpora un poco y le jalonea el escote, esta vez con más fuerza y logra que se deslice un poco.
Permitiendo ver su protuberantes y deliciosos senos.
Acto inmediato, se dedica a degustar ese par de melones hechos por el olimpo.
Los acaricia efusivamente, mientras besa su cuello, con pasión.
Se percata de su aroma dulce, residuos del perfume que llevaba puesto el día anterior.
Ese aroma le erotizó la piel.
Definitivamente su aroma era exquisito y su piel era tersa, deliciosa muchacha.
Aspira profundamente de su cuello, su aroma un par de veces.
Buscando impregnar sus sentidos de ella.
El hacerlo le provocó estragos en su parte inferior masculina, se le paró agresivamente.
Estando así extasiado acaricia sus pechos con lascivia, acaricia sus pezones que en poco tiempo se erizaron por los roces.
Lame cada cm de sus senos con relativa delicadeza pero se excita demasiado y no resiste más y comienza a chuparle los pechos con más fiereza, tener ese par de cerezas en la boca es el paraíso.
-¡Que ricos pechotes tienes mamasita! Son una delicia.
– ¡Suéltame porfavor! Trata de quitarlo de encima pero es imposible.
La muchacha no lloraba pero estaba paralizada del miedo, no sabía que hacer, como reaccionar, ella quiere resolver el problema, llorar no resuelve nada, pero no sabe qué hacer para quitarse a su primo de encima, para escaparse.
Esta como shockeada.
Él sigue besando sus tetas, chupa y muerde un pezón mientras que el otro lo jalonea, con fuerza.
Intercambia de teta.
Las empieza a morder, con fuerza, ella se queja pero él no le para bolas.
Simplemente está vuelto loco con su exquisito cuerpo.
Ella intentando utilizar más la astucia que dejarse llevar por el pánico, trata de persuadirlo para que la deje en paz.
-No primor, no te pienso dejar ir.
No después de todas las ganas que siempre te he traído.
Nadie en sus cinco sentidos deja ir a un bizcocho como tú así de fácil y menos cuando se entrega en bandeja de plata.
La muchacha perdiendo la templanza, siguiendo más el instinto de supervivencia, forcejea con fuerza, lo golpea, lo empuja, le tira manotazos sin embargo, lo único que logró fue que él perdiera la paciencia.
La toma fuertemente del brazo, y de un movimiento la gira, quedando ella boca abajo.
Sus dedos le quedaron marcados en su piel de la fuerza que empleó.
Ella seguía forcejando, moviéndose y pataleando, él se incorpora un poco para evitar que ella soltara un codazo en la cara.
La pobre muchacha seguía forcejando en vano porque él la tenía aprisionada con sus piernas, cortándole casi cualquier movimiento de la parte baja de ella, su lucha no le servía mucho, simplemente no podía con él.
El aprovecha para desabrocharse el pantalón y sacar su miembro más erecto que nunca.
Le levanta el vestido, y la penetra de una embestida.
Ella grita, no de dolor sino de i¡mpotencia.
El empieza a follarla de con unas embestidas pausadas pero con virilidad, como si estuviese buscando el punto o mejor dicho, queriendo llegar al punto en donde explote su furia.
-¡Ay putita que rica estas! Que delicioso coñito, todo chiquito.
El sigue penetrándola sin parar, disfrutando cada movimiento.
La muchacha solo gimotea de incomodidad y trata de aferrarse a las sabanas para expulsar la frustración que siente por ser una presa fácil.
Aumentó el ritmo del vaivén, realmente se estaba prendiendo mucho.
Ella se quedó inmóvil y tratando de dispersar la mente, esperando a que terminara rápido.
Casi logra distraerse pensando en otra cosa cuando de pronto, el saca su miembro, ella pensó que se iba a correr pero, no.
Enseguida que lo sacó, intentó acomodar su pene en la entrada de su ano.
-Si tu coñito está así de pequeño, no puedo esperar para averiguar que tan apretadito tienes este culito mi amor.
Ella al notar las intenciones, se asustó realmente, ella no quizo decirlo porque más se iba a encaprichar pero, ella era virgen de allí y tenía pánico.
Salió de su letargo y intentó con todas sus fuerzas quitarlo de encima incluso perdió la compostura, empezó a suplicar que por favor no lo hiciera.
Empezó a llorar porque ella sabía perfectamente que él no iba a desistir y su llanto se hizo notar bastante.
El estaba jugando con su polla en la entrada de su anito, midiendo si podía, penetrarlo.
Empujó poco a poco.
Ella se quejaba y gimoteaba de dolor pero el no hizo caso siguió penetrando, despacio, deleitando cada centímetro que iba metiendo en ese culito virgen.
-¡Uyyy! ¡¡Que rico está!! Apretadito como me gusta, mmmmmmm.
No se inmutó en el tiempo que se llevó.
Una vez dentro, la tomó del cabello.
-Ahora si conocerás mi intensidad mamacita.
Empezó a follarle el culo intensamente, la tomó de las caderas y las utilizó de impulso para aumentar la fuerza en las embestidas.
La muchacha solo hacía quejidos de dolor, supongo.
El seguía follándola y diciéndole guarradas al oído.
Le jaló el cabello, la nalgueó varias veces.
Estaba en la gloria.
Así estuvo empalando ese culo hasta que se corrió dentro.
Le besaba la espalda mientras el semen invadía sus intestinos, besaba una y otra vez.
El se corrió completamente y después, se recostó a la altura de su nuca recobrando el aliento.
Ella se quedó allí, esperando a que la dejara en paz.
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