Berenice, una niña curiosa. Capitulo 5
Por fin a solas con mi primonovio… (Relato largo).
No los aburriré con los detalles, solo les diré que durante varios meses estuvimos así, besándonos y acariciándonos cada que se podía, cada que mi abue se descuidaba o cada que encontrábamos un pequeño momento a solas. No importaba si eran unos minutos o incluso solo pasar cerca el uno del otro y que el me apretara las nalgas o yo pasara mi mano por el bulto de su pantalón o le mostrara bajo mi falda (algunas veces no me ponía ropa interior para que me viera mejor). Solo pudimos estar a solas un par de veces en todo ese tiempo, solo unos minutos tristemente, y durante esos ratos íntimos I me decía que quería metérmela, que en cuanto tuviéramos oportunidad lo haríamos; esa oportunidad llego unos meses después…
Las cosas entre mi tía y mi mamá se habían tornado mas delicadas. Mis papas se separaron porque mi papá le fue infiel a mi mamá y ella volvió a las andadas de andar de fiesta lo cual le molestaba a mi tía porque siempre acabábamos en su casa, no era porque estuviéramos ahí sino porque le decía a mi mama que mamá evadía sus responsabilidades y que ya no estaba en edad de hacer eso; incluso mi abue estaba molesta por su actitud.
Uno de tantos días mi mama me dijo que uno de sus amigos la había invitado a su boda, pero que pidieron no llevar niños y me pregunto si me parecía buena idea que le dijera a I que nos cuidara unos días pero que no le dijéramos a mi tía ni a mi abue para que no la estuvieran molestando.
No podía creerlo, iba a estar prácticamente sola con I porque a C lo podíamos entretener fácil para estar solos, bastaba con decirle a I que trajera su videojuego y lo tendríamos todo el día pegado a la pantalla sin preocuparnos por él. Acompañe a mama a la escuela de I para verlo fuera de su casa y decirle el plan, era sencillo, mamá iba a pedirle a mi tía que dejara a I acompañarla a la boda porque no quería ir sola y a nosotros nos dejaría con papá (cosa imposible porque ellos no se hablaban) y como las vacaciones de fin de año estaban a la siguiente semana no había nada que lo impidiera. I dijo que si, seguro pensaba lo mismo que yo: esta era nuestra oportunidad. Los arreglos se hicieron rápido, mi mama le dijo a mi tía lo que habíamos quedado, mi tía dijo que, si I quería entonces adelante, pero que no lo dejara beber (él ni bebía, solo fumaba ocasionalmente).
Fue una semana larga, no había día que no me llenara la cabeza de fantasías de todo lo que haríamos.
Cuando mamá llego con I a la casa empecé a sentir un hueco en el estómago, era la adrenalina. Nos sentamos a la mesa para hablar los 4, las reglas eran sencillas, no podíamos salir solos ni sin permiso de I, lo teníamos que obedecer (claro que lo iba a obedecer en todo lo que quisiera, pensé para mis adentros) y si nos portábamos bien cuando regresaran nos llevaría a un balneario (de antemano sabía que portarnos bien estaba fuera de nuestro alcance), todos dijimos que sí, que nos portaríamos «bien»; mama le dijo a I que desempacara mientras ella iba al supermercado a comprar todo lo necesario para los días que no estuviera (comida y cosas así); nos fijamos que mamá se alejara en el carro, tendríamos al menos 30 minutos, él lo sabía, ya había ido otras veces con ella y empezó a urdir su plan, lo primero que saco I de su mochila fue una consola portátil que de inmediato pidió C, se fue a su cuarto e I me jalo al baño, bajo la tapa del inodoro, me hizo hincarme sobre ella y me dijo que pusiera las manos sobre el tanque de agua, subió mi falda al tiempo que bajo mi calzón hasta las rodillas, voltee hacia atrás y lo mire mientras sacaba su pene del pantalón, la verdad es que nunca lo había visto bien, la vez que trato de metérmelo estábamos a oscuras en su cuarto y no se veía, muchos menos en nuestros otros encuentros tan limitados de tiempo, lo observe y era enorme, como los de los chicos de las “películas de amor”. Uso los dedos de una de sus manos para separar mis nalgas y con la otra jalo hacia atrás la piel de su pene mientras lo metía entre ellas, masajeaba mi ano con la punta de su pene y la frotaba de arriba abajo siguiendo la línea de mis nalgas, se sentía raro, pero era rico, siguió haciéndolo varios minutos, cada vez más y más rápido, había un líquido saliendo de la punta que me hacía sentir viscosidad y algo de incomodidad, pero no quería que se detuviera, me gustaba mucho tenerlo así. Unos minutos después tomo su pene con una de sus manos y lo empezó a frotar más abajo, justo en mi vagina, lo metió entre mis piernas y me pidió que las cerrara, que las apretara, y así lo hice, se empezó a mover de adelante a atrás, el tronco de su pene se restregaba por lo largo de mi vagina, empecé a jadear bajito para que C no escuchara que en el baño su pequeña hermanita estaba siendo sometida a placeres que a esa edad no debía conocer…estaba hirviendo, su pene se había puesto más duro, podía sentirlo, la humedad de mi vagina lo empapaba y lo que le salía a él me empapaba a mí; justo ahí conocí otro fenómeno del sexo… los ruidos sexuales… no solo era su pubis y sus testículos chocando contra mi piel, no, era también el ruido de su pene y los fluidos de ambos frotándose entre mis piernas y mi vagina; sentía sus manos agarrando mis nalgas con firmeza y jalándome hacia él para embestir su pene en la abertura de mis piernas, tuve un orgasmo delicioso, estaba muy sensible pero el seguía moviéndose más y más rápido, estaba en las nubes, la sensación era muy intensa y estaba por conocer otra cosa que solo había visto en las películas… de imprevisto saco su pene de entre mis piernas y hundió la punta entre mis nalgas, muy cerca de mi ano, uso sus manos para apretarlas fuerte y aprisionarlo entre ellas, empecé a sentir algo caliente y húmedo que corría en medio de mis nalgas y escurría entre mis piernas, no sabía que era y solo atine a preguntarle a I si se había hecho pipi, me dijo que no mientras empujaba más su pene como si quisiera meterlo en mi ano pero ese líquido que empapaba el interior de mis nalgas lo hizo muy resbaladizo, solo se salía hacia arriba. Soltó mis nalgas y su pene salió de entre ellas, lo mire y estaba aún erecto, pero ya apuntando hacia abajo y estaba mojado de algo blanco que goteaba, hice el ademan de querer bajarme del inodoro, pero me dijo que no me moviera porque iba a limpiarme, me quede así mientras el pasaba papel entre mis nalgas y mis piernas, luego uso toallitas húmedas que teníamos también. Cuando acabo me quito los calzones que estaban manchados por lo que había escurrido entre mis piernas y me dijo que fuera a cambiarme, le pregunte que era lo que me había echado:
-«Es mi semen, mañana te cuento bien que es, pero no es nada malo, tranquila”
Me quede con la duda pero no pregunte más, sabía que al día siguiente por fin me enteraría de todo, eche a correr al cuarto, mamá estaba por regresar y no podía permitir que encontrara a su pequeña hija sin calzones, con la vagina irritada y preguntando que era el semen…
Casi no pude dormir, I y yo dormíamos en el mismo cuarto, pero en camas separadas porque eran individuales; a I le dieron la cama de C y a él lo mandaron a una colchoneta al suelo, quería meterme en su cama, pero no podíamos permitirnos ser descubiertos por mi mamá y que todo se acabara ahora si para siempre. No sé a qué hora me quede dormida, lo que me despertó fue el ruido de mamá arreglándose bien apurada mientras I le ayudaba a terminar su maleta, me levante y los ayude a subir sus cosas al carro, nos despedimos y en cuanto la vimos irse empecé a sentir otra vez un hueco en el estómago, esa sensación de adrenalina al saber que lo que íbamos a hacer estaba más que prohibido.
I no se apuró, quería estar seguro de que mamá no regresaría. Como C aun no despertaba nos fuimos a meter al cuarto que era de mi papá (para ese entonces ya se habían hecho arreglos en la casa y ahora todos los cuartos tenían puerta y cada uno de mis papás tenía el suyo por separado), me subí encima de él y nos frotamos un buen rato, pero con ropa aun, así, aunque mama regresara, tendríamos tiempo suficiente para fingir estar haciendo otra cosa. Ya me urgía de verdad que pasaran las 5 horas que le iba a tomar a mamá llegar allá y marcara por teléfono para avisar que llego bien. No era desnaturalizada, claro que me preocupaba que mamá llegara bien, pero también era la señal para nosotros para poder por fin hacerlo.
Desde la noche anterior estaba hirviendo, la escena del baño me acelero totalmente. Continuamos hasta que tuve mi primer orgasmo del día, me quedé un ratito acostada en su pecho mientras el masajeaba mis nalgas por debajo del pijama.
Un rato después C se levantó, nosotros ya estábamos en la cocina. I nos hizo de desayunar y luego nos acostamos los 3 en la cama de mi mamá a ver la tele, nos acomodamos de lado, él atrás de mí; jalo una cobija para taparnos, pero no por frio, más bien para que C no viera el pene que estaba entre las nalgas de su hermana y la mano de I que manoseaba mi vagina debajo de la ropa interior. No nos podíamos mover mucho así que el vaivén de su pene era lento, se resbalaba hacia abajo y se iba directo a mi vagina, yo no podía ver la película, en lugar de eso miraba a C que se reía a unos centímetros de mí. No podía creer que estuviera haciendo eso justo a su lado, aguantaba las ganas de gemir y solo me mordía los labios disfrutando el enorme pedazo de carne que se tallaba contra mi vagina. De repente tocaron la puerta y como cuando se dispara un resorte el pene y la mano salieron de mí, C corrió a la puerta mientras I y yo acomodábamos nuestra ropa y aventábamos la cobija lejos, el aroma a sexo no era fuerte pero ya estaba ahí, debíamos tener más cuidado. Para fortuna nuestra no era mamá, eran los amigos de C que preguntaban si podía salir a jugar; I no estaba muy convencido porque eso implicaba que lo acompañara lo cual arruinaba nuestros planes de estar solos, pero a lo que lo invitaban era a la casa de uno de ellos a jugar videojuegos, era perfecto, el niño vivía en la misma torre de departamentos y al no salir a la calle I no tenía que acompañarlo. Uno de los niños le dijo a I que si lo dejaba hasta las 6 y por supuesto que le dijo que sí.
Mamá tenia 4 horas de haber salido, en poco mas de una hora estaría llamando y aun tendríamos mucho tiempo antes de que C regresara.
C se fue…
Por fin solos…
Ya solo debíamos esperar un rato más a que sonara el teléfono, queríamos que fuera perfecto y que nada saliera mal.
Mientras pasaba el tiempo nos sentamos a la mesa y me hablo del sexo y de sus diferentes formas (anal, vaginal, oral), de lo que era el semen, me hablo del periodo y de que aún no podía quedar embarazada; saco su pene y lo puso frente a mí, puso mis manos sobre el y me mostro como podía masturbarlo, me dijo que podía meterlo a mi boca y que incluso me podía beber el semen. Me senté en sus piernas y lo llené de preguntas a las cuales respondió con tranquilidad mientras acariciaba mi vagina y yo jugaba con su pene usando mis pequeñas manos, lo movía de un lado a otro y subía y bajaba la piel de la punta. También pregunte si su pene me cabria y me respondió que era muy difícil que me entrara todo, me cargo y me sentó en la orilla de la mesa, mis piernas colgaban, me hizo recostarme y luego se desabrocho el pantalón; pensé que ya había llegado el momento, pero solo recargo su pene sobre mi estómago
-«Mira»-, me dijo.
Levante la cabeza solo para ver ¡y su pene llegaba desde la entrada de mi vagina hasta arriba de mi ombligo! Le pregunte si todos los penes eran así de grandes y me dijo que no, que algunos eran más chicos e incluso había más grandes, salí corriendo a mi cuarto directo a mi mochila de la escuela, tome mi regla y regrese, estaba atacada de risa y el también cuando puso su pene en la mesa y yo la regla a un lado para compararlo
22 centímetros…
En ese entonces no entendía lo grande que era ese número hablando de tamaños de pene y lo mucho que iba a experimentar con él, le pregunte si me podía enseñar su semen y me dijo que más tarde, porque la próxima «corrida» la quería dejar dentro de mí, que después de eso me lo mostraba.
Me volvió a subir a la mesa, jalo una silla y se sentó frente a mis piernas abiertas,
-«Que rica se ve la comida»- dijo mientras se relamía los labios.
Me jalo hacia él y comenzó a hacerme sexo oral, ahora sabia como se llamaba, dios… era deliciosa la sensación. Me puse a acariciar su cabello como vi en las películas y él acomodo mis piernas alrededor de su cuello subiéndolas en sus hombros diciéndome que cruzara mis pies en su espalda.
Mientras lamia y chupaba todos los rincones de mi vagina me conto que las chicas cuando tienen sexo a veces tienen la sensación de querer orinar pero eso es la antesala del orgasmo, me explico que se sentía como una explosión pero que era algo riquísimo; le dije que lo sentí varias veces cuando nos tocábamos o frotábamos y en especial cuando me lamia ahí abajo, me sonrió y siguió lamiendo y metiendo su lengua en mi vagina, también me dijo que se le decía «venirse» o «correrse» así que le dije que ya me había venido dos veces y que se sentía muy rico (no variaba mucho mi lenguaje, recuerden que tenía 10 años y apenas iba en quinto de primaria), también me dijo que no era gratis, que luego me tocaría hacerle lo mismo ya que lo que yo sentía de rico él también lo quería sentir, le dije que sí, que lo haría en ese momento si quería pero me dijo que primero lo primero, meterla en mi vagina, y que por eso me estaba preparando, siguió lamiendo y frotando mi vagina y mi clítoris, también la frotaba con sus dedos; yo estaba ya prácticamente sin fuerzas, a su merced…
Cuando se levantó a contestar la llamada estaba yo ahí en la mesa, hecha una ruina, semidesnuda, con el vientre adormecido por los orgasmos y la vagina empapada de saliva y lubricación. Cuando regreso me cargo como princesa y me metió al cuarto, me quito toda la ropa y se quitó la suya, me pare en la orilla de la cama y nos abrazamos de frente completamente desnudos, aun de pie sobre la cama el me sacaba varios centímetros de estatura. Sentía su pene pulsando contra mi estómago, estaba caliente y se sentía durísimo. Sus manos en mi espalda me acariciaban con suavidad y ternura. Me beso con ganas, con muchas ganas, me sentía demasiado enamorada, no importa que digan que a esa edad no podía diferenciar sentimientos, así me sentía, lo quería, lo amaba y deseaba con todas mis ganas que me hiciera mujer.
Me pregunto si estaba segura de hacerlo, que por eso me explico lo que era el sexo.
– “Si me dices que no quieres le paramos aquí y no paso nada, le seguimos como siempre, porque después de esto no hay vuelta atrás”
Le conteste que si quería…
Me acostó en la cama, abrió mis piernas y se hinco entre ellas, tomo su pene y empezó a empujarlo con firmeza contra mi vagina, sentí que entraba un poco y hasta ese momento recordé una pregunta super importante:
– “¿Que te dijo mi mamá?
Me respondió:
-«Ya está allá, regresa en 5 días»
Mi cuerpo se relajó con su respuesta, el miedo de ser descubiertos se fue de golpe, mi vagina se empezó a abrir para recibir a mi querido I, por fin, después de tanto tiempo, de tantas cosas, al fin estaba entrando en mi…
Que gran relato, continúa!!!
Increíble relato! Por fin alguien que escribe sin exageraciones que caen en lo inverosímil. Me identifico totalmente. En verdad muchas gracias por tu contribución y por compartir esta maravillosa historia.
Si gustas, podrás leer mi historia (que en cierto punto es parecida a la forma en que viviste la tuya) aquí:
https://sexosintabues30.com/author/nekkyhot/
Saludos
¡Muchas gracias por tu comentario!. Te aseguro que leeré tu relato en cuanto acabe de corregir y enviar la sexta parte del mio.
Que rico relato fan tuyo yo tuve mi primer relación sexual a los 9