Bitácora de Thamy II
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Thamy.
La lujuria se había apoderado de mí y el deseo me consumía íntegramente. Mi destino estaba marcado. Mientras dormía se produzco en mí una metamorfosis. Me transforme en una adicta al sexo y desde ese día no he podido dejar de coger.
A los 14 años me he convertido en una licenciosa, libidinosa, desenfrenada, promiscua y ninfómana adolescente y no he dejado de coger un solo día de mi vida. Y cada día que pasa disfruto más y más del sexo y si bien he culeado con un gran número de personas, mis favoritos siempre van a ser mi papi, mis hermanos, mis primas, mis primos, mis tíos y especialmente mí adorado hermano mayor Mauricio, el que me desvirgo a mis tiernos catorce años, cuando él tenía dieciocho. Este es el relato que comparto con ustedes en esta oportunidad.
Como recordarán, en la competencia que habían tenido mi padre y hermanos, cuyo premio era desvirgarme, Mauri se había llevado el galardón y me había prometido que esta noche me iba a desflorar, y como soñé toda la noche con este momento, me desperté súper cachonda.
Cuando desperté eran las 6 de la tarde, dormí continuado casi 12 horas, era domingo y en la casa reinaba un silencio ensordecedor, me levante y fui directo al baño, me depile y tome una larga ducha, para calmar mi ansiedad y calentura, pero como el fuego nacía de adentro, salí del baño sintiéndome tan caliente como cuando ingrese al mismo.
Comencé a prepararme lentamente para lo que yo esperaba sea mi gran noche. Me unte en las piernas una exquisita crema hidratante, me coloque un gel íntimo en la concha y el ano, para sentirme fresca, además me puse mi delicioso desodorante Halloween y me rocié todo el cuerpo con mi dulce perfume Halloween.
Como todavía sentía cierta vergüenza para presentarme totalmente desnuda a los miembros de mi familia, opte por usar una diminuta braga negra de encaje, muy provocativa que apenas cubría mi conchita y mi precioso culito quedaba prácticamente al aíre.
A demás me puse una musculosa, sin sujetador, roja muy entallada que resaltaba mis delicadas tetas que estaban muy hinchadas debido a la calentura que sentía. Me mire al espejo, contemple mi figura, y sintiéndome la mujer más bella y deseada del planeta, salí del dormitorio con cierta angustia, porque no sabía realmente con lo que me iba a encontrar ya que mi familia no me dejaba de sorprender, si bien estaba predispuesta a cualquier cosa, jamás me había preparado para encontrarme sola en semejante caserón.
Busque por toda la casa y hasta los perros habían desaparecido y no había ni un solo indicio de a donde habían ido y cuando volverían, los llame al celular y ninguno me contesto y a pesar de los mensaje que les deje, no me devolvieron la llamada.
Y ahí estaba yo, sola, súper cachonda, sin saber que hacer o a donde ir o a quien recurrir, hasta que después de 2 eternas horas apareció el, mi amor, mi tesoro, el verdadero objeto de mi deseo y placer, el único hombre a quien sin reservas entregué mi corazón, mi cuerpo y mi alma. Mi hermano en el único hombre con el cual me casaría sin dudarlo un solo segundo y estoy completamente segura, que a su lado sería inmensamente feliz..
El conoce cada rincón de mi cuerpo, sabe dónde tocarme y como tocarme para enloquecerme de placer y después llevarme al éxtasis con sus besos, caricias, y deliciosas palabras. Él es el único que sabe lo que realmente siento y pienso y es el único que tiene la llave para conducirme hacia un orgasmo con solo mirarme y acariciarme, sin necesidad de penetrarme.
Me dormí en uno de los sillones del amplio salón, mirando la televisión, comencé a soñar con mi hermano, que me acariciaba y besaba todo el cuerpo, el sueño era tan real que desperté sobresaltada, y cuál fue mi agradable sorpresa, que no era un sueño, ahí estaba el besando y lamiendo mi cuello, mientras acariciaba mis piernas.
Como me había dormido no lo escuche llegar a la casa. Él estaba sentado a mi lado, tenía puesto babucha y camisa negras, ambas de una seda muy liviana y suave al tacto, olía también, su aliento era fresco, alía a menta y canela y se podía percibir el aroma de su perfume Ralph Lauren, mesclado al del cigarrillo, que lo hacía irresistible.
Mi hermano se levantó, me alzo en sus brazos y me llevo hacia un sector de la casa que no conocía, es más ni siquiera me había dado cuenta de su existencia, porque estaba en el sótano, en el trayecto beso delicada mente mis labios a medida que pronunciaba las palabras más dulces y tiernas que yo había escuchado hasta ese momento.
Llegamos a una habitación, muy bien decorada en tonos blanco, negro y toques de rojo, era una salita de estar muy íntima, a la izquierda había una puerta que conducía al baño, a la derecha una que llevaba a un espacioso vestidor y en el frente una que te conducía al dormitorio.
Al entrar a la misma, me bajo al piso, me pregunto si necesitaba pasar al baño, le respondí que sí y me acompaño al mismo, y cerró la puerta de tras de mí. Al salir del baño me invita a pasar al vestidor diciéndome que me tenía que cambiar de ropa, la idea me súper excito así que le seguí. Sobre una gran cómoda había una bombachita muy pequeñita de un delicado encaje, con estrás a los costados, un sujetador también muy pequeñito, un porta liga y medias transparente, todo haciendo juego en color rojo.
Me ayudo a sacarme la musculosa y la braguita que tenía puesta, y reviso todo mi cuerpo en busca de bello, abriéndome con las manos la concha y el culo, como vio que estaba completamente depilada, comenzó a vestirme, primero me coloco la bombachita, luego las medias, después el portaligas y por último el sujetador. Todo esto lo hacía sin decir una sola palabra, con la mayor solemnidad posible, como si fuera un antiguo rito sagrado.
Saco de uno de los cajones de un mueble que estaba a mi espalda una preciosa caja de terciopelo bordo, que en la tapa tenía escrito en letras de oro Bulgari, la abrió y en su interior había un precioso collar de perlas negras, que lo tomo en sus manos y me lo coloco muy suavemente. Para terminar, me coloco una preciosa túnica negra transparente que me llegaba hasta el tobillo, con varios botones blancos al frente.
Me tomo de la mano y me conduzco al dormitorio, también decorado en negro y blanco, la cama era inmensa, en el respaldo se podían ver tiras de seda negra y blanca colgando del mismo, y las sábanas estaban cubiertas de pétalos de rosa roja.
La habitación estaba increíblemente decorada, se oía una deliciosa melodía oriental, una mezcla de hindú y árabe, a la derecha había un precioso altar con imágenes que yo jamás había visto con anterioridad, a los cuales mí hermano saludo muy respetuosamente. Habían jarrones en blanco y negro distribuidos por toda la habitación con rosas rojas y jazmines. También varias velas encendidas, como así también sahumerios con un delicioso olor a mirra y canela.
A la izquierda había una mesita con una bandeja de plata y sobre ella una botella de Jack Daniels, una botella de Pepsi, 2 vasos de un finísimo cristal, una caja de cigarrillo marlboro gold touch, un encender que parecía de oro y un cenicero de cristal, con forma de ostra. A lado de la cama había una mesita chiquita donde había un frasquito de aceite para masajes, varios frascos de perfumes y un lubricante íntimo.
Mi hermano, me acostó suavemente sobre la cama, y él se sentó en el borde de la misma y comenzó a besarme profunda y apasionadamente, lamiendo y chupando mi lengua y mis labios, mientras acariciaba suavemente mi cuerpo, sobre la túnica. Cada uno de sus besos me hicieron perder la razón y desde ese momento mi cuerpo y mi alma ya no tuvieron salvación.
Lenta y suavemente comenzó a desabotonar cada botón de la túnica, hasta desprenderla totalmente, y comenzo a acariciar suavemente mi vientre, volviéndome a besar tan delicadamente como solo él lo puede hacer. Yo estaba a mil, mi concha latía como loca, estaba super mojada y cada vez que estaba por llegar a un orgasmo él se detenía por un ratito y volvía a comenzar lo que estaba haciendo en ese momento.
Me saco delicadamente la túnica, como su hubiera sido una prenda sagrada, y me contemplo por un rato, recitando unos versos que no tenían ningún sentido para mí, pero que sin embargo no sé porque me ponían la piel de pollo.
Lentamente me quito el sujetador y comenzó a acariciar, lamer, besar y a mamar mis tetas, empezó a morder mis pezones, al principio sentí cierto dolor y estuve a punto de pedirle que parara, pero después fue tanto la ola de placer que invadió todo mi cuerpo, que me entregue totalmente a él, para que haga con mi cuerpo lo que quisiera, y no me arrepentí de mi decisión, porque fue sublime.
Tengo muchas cosas para agradecer a la vida y esta es una de esa, que mi primera vez haya sido tan fantástica, alucinante y embriagante.
Estaba transportada de placer y aún no me había ni siquiera sacado la bombacha, pero su manera de besarme y acariciarme era tan excitante y delicioso, que todo mi cuerpo se estremecía y temblaba de gozo. Me tenía hipnotizada como serpiente que encanta a su presa, estaba tan concentrada disfrutando de cada sensación que me hacía experimentar, que no me di cuenta que me había atado las manos por el respaldo de la cama, con las tiras de seda que colgaban del mismo.
Al principio me asuste, cuando tome conciencia de lo que me había hecho, pero como me sentía tan bien y era tanto lo que disfrutaba que le permití que siga haciendo lo que él quería. Después me vendo lo ojos y me dijo que disfrute de cada sensación que experimentara, que no me reprima y que me deje fluir sin temor y que confíe plenamente en él.
Lentamente empezó a lamerme el vientre, luego siento que un líquido relativamente tibio recorre mi abdomen, que pensé que había acabado encima mío, pero el olor que emanaba no era de semen, sino de un delicioso whisky (Jack Daniels, la marca favorita de mi hermano)siguió lamiendo y besando mi vientre ahora con un delicioso sabor a whisky, sin decir una sola palabra coloco el pico de la botella sobre mis labio y derramo unas gotas para que saboree la bebida, si bien nunca antes la había probado, me encanto su sabor dulzón era delicioso.
Me dio de beber unos sorbos de la deliciosa bebida espirituosa, luego empezó a derramar whisky desde mi cuello hasta mi pelvis, la sensación era deliciosa y ensordecedora, sobre todo cuando con su lengua empezó a lamer el whisky de mi cuerpo. Chupo y lamio hasta la última gota del whisky, yo a esa altura estaba a punto de explotar, estuve a punto de llegar al orgasmo cerca de 10 veces, pero él siempre se detenía cuando notaba que yo estaba a punto de venirme.
Se levantó, me abrió suavemente las piernas y se arrodillo en el medio, lentamente liberó la media de la pierna izquierda del porta liga y sutilmente quito la misma, después lamió mi pie izquierdo y chupo detenidamente cada uno de mis dedos y después lamio y beso toda mi pierna izquierda, desde el pié hasta la ingle.
Yo ya no sabía más que hacer, gemía, suspiraba, gritaba suplicaba que termine con esa agonía, necesitaba tener un orgasmo y él no me lo permitía. Era una deliciosa tortura para mí, estar a punto de acabar y no poder hacerlo, porque en ese momento el interrumpía la estimulación que estuviera haciendo.
Después realizo el mismo procedimiento con la pierna derecha. Yo no daba más, la concha me dolía de lo hinchada e inflamada que estaba por la calentura que sentía, le suplicaba que me coja, pero él seguía con lo suyo, disfrutando de mi agonía.
Luego de un rato largo, me quito delicadamente la bombachita, que para esa altura estaba totalmente mojada, sentí que hizo una reverencia a mi conchita, a punto de estallar, y murmuro una palabras que parecían hebreo, y delicadamente subió mis piernas, que gracias al yoga tengo una excelente elongación, empujándolas hasta que mis pies tocaron el respaldo de la cama y comenzó a chupar mi concha, la sensación fue increíble, me lamió completamente la concha y comenzó a chuparme con fuerza el clítoris y sintiendo un fuerte estremecimiento en todo el cuerpo y dando un fuerte alarido me vine en su boca.
Empecé a gemir y a retorcerme de placer, el corazón latía con tanta fuerza que parecía que tenía un ataque. En ese momento mi hermano empieza a morderme con fuerza el clítoris a la vez que me metía varios dedos en la concha, grite de dolor y de placer, y me volví a venir, suspirando, gimiendo y dando alarido de placer.
Mi hermano me levanta un poco más el culo y empiezo a lamer mi ano, a meter profundamente su lengua en el mismo y con su dedo lubricado con mis jugos vaginales, empiezo a dilatar lentamente mi ano.
Creí morir, cuando una electricidad de placer recorrió todo mi cuerpo, estremeciéndome completamente cuando volví a tener otro orgasmo. El siguió estimulando mi ano, creí que me iba a coger por el culo, y cuál fue mi sorpresa que al sacarme la venda, con los movimientos de la cabeza, lo veo a él todavía completamente vestido.
Después me baja las piernas, desata mis nanos, me sienta en la cama y comienza a besarme nuevamente, yo temblaba de placer, sentía escalofrió en todo mi cuerpo, hervía de fiebre, producto de la calentura que tenía, él se levantó y se dirigió hacia la mesa, preparó 2 whiscola y encendió 2 cigarrillos, volvió a la cama y me entrego un vaso con bebida y un cigarrillo.
Yo comencé a fumar escondida a los 13 años en el cole, por lo tanto acepte el mismo y lo devore, con el whiscola fui más reacia, porque no estaba acostumbrada al alcohol, pero él me obligo a tomarlo, todo antes de acabar con el cigarrillo.
Al acabar el cigarrillo mi hermano se para y se quita la camisa y el pantalón. Tenía puesto una tanguita blanca diminuta, de una tela transparente a través de la cual se podía ver su preciosa pija. Mareada de placer y del efecto del whisky me acerque a él y comencé a bezar y a morder su pija a través de su tanguita.
Le saque la misma y su tremenda verga, super dura queda totalmente liberada. Su glande estaba super hinchado, y como Mauri es circuncidada, como todos los miembros, masculino de mi familia, lo pele completamente y empecé a chupar con fuerza su pija, necesitaba desesperadamente llenar mi boca con su semen.
Bese sus testículos, los mordí, lamí su pija, la mordí, mordí su glande y lo masturbe frenéticamente hasta que me llenó la boca de semen, era tan abundante que fue imposible tragarlo en su totalidad. Su aroma y sabor, tan exquisito me enloquecieron y volví a tener otro orgasmo, mientras seguía chupando su pija y disfrutando de sus alaridos de placer.
Su pija seguía tan dura como al principio, se acostó en la cama, boca arriba y me subió sobre él, sin darme cuenta del movimiento que hizo, sentí como me clavaba su tremenda verga en mi concha, la me tío de una al fondo, creí desvanecer de dolor y placer, caí sobre el suspirando y sin fuerzas para moverme.
El entonces comienza a moverse con fuerza y me agarra de las nalgas y me empieza a mover rápidamente, el dolor era tremendo, pero el placer era mayor. Con rápido movimiento me dio vuelta y él se puso arriba mío y como si fuera una vestía comenzó a cogerme desenfrenadamente, mientras aullaba de placer y yo gritaba de dolor con mezcla de placer.
En el mismo instante acabamos los dos, nuestros cuerpos se estremecieron y gritamos tan fuerte que hasta las paredes temblaron. Mi hermano me besaba con tanta fuerzo y pasión que casi no podía respirar, su pija seguía dentro de mi concha tan dura como cuando me penetro, me la saco de un tirón, me coloco en cuatro y de un solo golpe me volvió a meter su tremenda pija por mi dolorida concha, di un tremendo alarido de dolor, pero con cada movimiento el placer aumentaba y era tan delicioso que valía la pena el dolor que estaba sufriendo.
Mi hermano empezó a ronronear como si fuera un gato, estaba totalmente irreconocible, y comenzó a morderme las orejas, el cuello y los hombres con fuerza, dejándome la marca de sus mordeduras, era tan delicioso cada uno de sus mordiscos que volví a tener otro orgasmo lo mismo que él, rápidamente mi hermano me saca la pija y comienzo a chupar y a beber la mezcla de mi fluido, mas su semen, mas mi sangre, porque la concha me sangraba bastante, a la vez que metía varios de sus dedos en mi culo.
Me mordió las nalgas, el clítoris y los labios de mi conchita, que estaba super inflamada. Después se me dio vuelta tirándome del cabello con fuerza y llevo mi cabeza hasta su pija y me la hizo chuparla y lamerla, hasta no le quedo una sola gota de semen. Esto me puso como loca, sus reacciones a ratos dulce y a apasionada, a ratos violenta y agresiva me calentaban cada vez más.
Después de esto saciados de placer y exhaustos de cansancio, quedamos profundamente dormidos, hasta que mi otro hermanito nos despertó, pero eso es otra historia que se lo contare más adelante.
Espero que este relato le haya resultado tan placentero como el anterior, a mí me puso tan cachondo que voy directo a la cama de mi hermano, para que me coja como solo él sabe hacerlo.
Besos para todos.
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