Buena maestra, buenos alumnos.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Esto que a continuación relataré, ocurrió hace muchos años, en la actualidad, tengo 50 años, y aún, disfruto de las mieles del sexo incestuoso, aunque me vi envuelto en un problema con la más chica de mis hermanas.
Cuando mi padre me presentó a mi medio hermana, contaba con 13 años de edad, me dijo:, Raú, ella es tu hermana Lina, es parte de la familia y estará un tiempo con nosotros mientras encuentra cupo en la universidad.
Lina tenía para ese entonces 21 años y quería cambiar de carrera universitaria, el tiempo que pasó con nosotros, fueron muy activos, de día, participabamos con juegos de mesas, cartas, ludo monópoli, etc, pero de noche, los juegos eran cosas diferentes, juegos de agarrarnos, hacernos cosquillas y mucho contacto fisico, juegos, que generalmente, me provocaban erecciones que eran de mi agrado, en una de esas noches, Lina pidió a mi hermana menor, Carolina, que para ese tiempo tenía 8 años, que fuera a ver si mis padres y Sandra, la más chica de la familia, estaban dormidos para comenzar un nuevo juego llamado anatomía.
La primera vez que tuvimos conocimientos sobre el sexo fue cuando Lina preguntó si sabíamos el porqué, yo tenía pene y mis hermanas tenian vulva, yo más o menos sabía algo, pero era información errónea, Lina se despojó de la bata de dormir y quedó en pantaletas, eso me impresionó, pues era la primera vez que veía a una mujer en ropa interior, aunque había tratado de ver a mi madre, nunca lo había podido lograr, me pidió que me quitara el pantalón de la pijama, le pregunte el motivo y me dijo que era para demostrar lo que teníamos que aprender, hice lo que me pidió tratando de ocultar mi erección luego le dijo a Carolina que se sacara la bata de dormir y también lo hizo, los tres estabamos, casi en cueros, Lina preguntó entonces si notaba algo diferente entre ella y Carolina, le dije que Carol no tenía tetas, solo unos bultitos muy chicos, ella dijo: exacto, luego se quitó la pantaleta y le pidió a Carolina que también lo hiciera, las dos quedaron totalmente desnudas y nuevamente preguntó: que diferencia hay entre nosotras, yo mirando su triangulo de pelos respondí: Carolina no tiene pelos y tu si, muy bien, dijo ella, ahora tu Raú, quitate los interiores, yo acusaba una erección algo notoria, me saqué los interioires y quedé como ellas, Carolina miraba con sorpresa mi verga, Lina me miró el pene y dijo que era algo grande para mi edad, miró a Carolina y le preguntó que si sabía el porqué yo tenía pene y ellas no, mi hermanita movió la cabeza negando y ella dijo, es algo natural que los varones tengan penes y nosotras tengamos vaginas, ¿sabes porqué hermanitaa? no supo responder y tomando mi pene, comenzó a masajearlo hasta que se me paró totalmente, Carolina quedó impresionada al ver como se había puesto y dijo: el pene de tu hermano se pone de esa forma para poder entrar en nuestras vaginas y nos den placer, Lina apretaba mi pene en una forma, que sentía lo más divino del mundo, ella se dió cuenta y me preguntó: te agrada? le dije que si y comenzó a masturbarme, era mi primera vez, nunca me había masturbado y aunque había tenído sueños humedos, esa eyaculacíon, fue la cosa más increible que me había pasado.
Carolina exclamó: Raúl, te orinaste, Lina le dijo que no eran orines, es semen, con esto nos hembarazan y tenemos nuestros hijos, Carolina dijo que no era verdad, que las sigueñas eran las que traían los niños, en ese momento Lina comenzó a explicarle a Carolina lo que era hacer el amor, tirar o culiar, como la gente lo llama, la cara de mi hermanita era de sorpresa, hasta que, medio a medio aceptó la realidad, Lina me pregunto que a cuantas chicas me había cogido, le respondí que no habia cogido con ninguna, Carolina preguntó que era eso y Lina le dijo que era algo muy rico, que los hombres y mujeres hacían para demostrarse que se amaban y que era parte del amor, me preguntó que si sabía hacerlo y respondí que no, bueno, dijo ella, aquí estoy para enseñarte, se acostó y con las piernas abiertas, me dijo: mira lo que tengo aquí, se separó los labios de la vulva y esa fue la primera vez que veía lo que mis amigos me habían comentado, luego le pidió a Carolina que se acostara tambien y que le mirara su cuevita, Carolina separó las piernas y vi su cuquita, ea diferente a la de LIna, me preguntó que si quería chuparlo, en ese momento , no supe que pensar, era como una ola de sentimientos extraños y placenteros a la vez que, no sabía que hacer, Lina me señaló una parte de su sexo donde aparecía un bultito del tamaño de uno de sus pezones, me dijo que era su clítoris, que se lo chupara porque ahí, era donde sentía mucho placer, venciendo la repulción, comencé a chuparlo, Lin suspiraba y me decía: hermanito, que bueno eres, que bien lo haces, y me agarraba la cabeza como tratando de metermela en su vagina, luego me dijo: ahora chupacelo a Carolina, ella se asustó un poco pero Lina la convenció de que probara, le dijo que sino le gustaba, no lo haría, que solo lo intentara, la vulva de Arolina casi me entró en la boca, era más pequña y sin pelo alguo, mientras le chupaba el clítoris a mi hermanita, Lina me acariciaba los testiculos y me apretaba el pene.
Mi cerebro era un mar de emociones y comencé a disfrutar de las caricias que mi hermana mayor me daba, Lina tomó mis manos y las puso sobre los pechitos de Carolina, me decía: mientras se lo mamas, tienes que darle caricias en sus pechitos, lo hice, escuché por primera vez, los suspiros de Carolina, su vagina se humedeció de tal manera, que parecía que se orinaba y mi lengua comenzó a libar ese miquido, que sería desde ese momento, uno de mis gustos por mi pequeña hermana, Carolina arqueó su espalda y se quedó como paralizada, cerró sus muslos y tiró de mis cabellos que casi me los desprende, mi exitación era tal, que instintivamente, me subí sobre mi pequeña hermana para cogerla, Lina me detuvo y me dijo: no hermano, a ella no, es muy chica y si lo haces, la vas a dañar, tu verga es muy grande y su vagina no lo aguantaría, hazmelo a mi, Lina se acostó y me ayudó a meter mi verga en su vagina, me moví mecánicamente y eyacule dentro de ella, Lina me aprisionó con sus muslos y me apretó a su pubis, fue para mi, la cosa más grata que había sentido en mi vida, caí sobre ella con una especie de sueño, miré hacia mi hermanita Carolina y ella, con las piernas abiertas, permanecía con los ojos cerrados, cuando me repuse, Lina me dijo: hermanito, te has estrenado como hombre, a partir de esa noche, mi hermana Carolina disfrutaba de las mamadas que yo y Lina le dabamos, y yo me culiaba a Lina, Lina también me mamaba la verga y yo le acababa en su boca, ella invitaba a Carolina a participar en esas mamadas, pero se rehusaba, me dijo que no podía tirarme a Carolina por el tamaño de mi pene, que si lograba desvirgarla, tendría que meter solo un poco de mi pene por el riesgo de desgarre en la vagina y matriz.
No veíamos la hora de irnos a la habitación con Lina, pues, era para nosotros, como un mundo nuevo de placeres y sensaciones inexplicables, Lina me enseño como masturbar a Carolina y a ella como tenía que hacer para hacerme las pajas, que tento me gustaban, faltando dos días para su partida, Lina nos dijo que tenía una última lección que enseñarnos, el sexo anal, me hizo prometerle que nunca me cogería a Carolina por el culo y luego por la vagina, ya que eso traeía como consecuencia, una vaginitis de padre y señor mío, que usara condón para esa práctica, esa noche le dijo a Carolina: mira para que veas lo buen macho que es tu hermano, se lubricó el ojete del culo y me untó con esa crema mi verga, me pidió como siempre que le mamara el clítoris y cuando estaba a punto de venirse, se giró y abriendo sus nalgas con sus manos, me dijo que pusiera la punta de mi verga en su ano, cuando entré en ella, Lina pegó su rostro a la almohada y gritó de placer, me pedía quele diera duro y que no me detuviera, le di con tanta fuerza que pensé que la sacaría de la cama, esa noche fue puro sexo anal, Carolina tenía la cara roja de tanoa exitación, y al no poderla coger, le daba con el dedo en su clítoris hasta hacerla venirse, nos besabamos en la boca con lengua y todo, en fin, Carolina y yo, tuvimos nuestra mejor maestra de sexo.
Finalmente Lina se marchó a la Ilsa de Margarita, y nos hizo prometer, que tendíamos cuidado en lo que hacíamos, que no nos descubrieran nuestros padres y lo más importante, no decirle nada a nadie, ni a tios, ni primos ni menos a los amigos, así, quedamos mi hermanita y yo, con las hormonas a millón, en las noches, Carolina y yo ns besabamos y nos metiamos la mano en nuestros genitales, yo la masturbaba y ella a mi, mi mor por ella cambió, me gustaba chupar su sexo y sobre todo su clítoris, tambien lamía su ano y descubrímos, que eran orgasmos diferentes,
Cuando estabamos desnudos, yo frotaba mi pene sobre su raja hasta venirme en un mar de placer, que me hacía querer más a Carolina, los meses pasaban y siempre disfrutabamos de nuestros cuerpos, una vez, nuestros padres nos llevaron a casa de la auela, Rosa, y en casa, mientras veíamos la tele, Carolina se sentó sobre mis piernas y comenzó a moverse, mi verga reaccionó y ella, al sentir la dureza de mi verga, comenzxó a moverse lentamente de alante para atrás, yo no decía nada porque la abuela estaba en la sala viendo la tele tambien, me estaba martirizando que le dije: para mi Carol, para que me voy a correr, ella se levantó y echó a un lado su pantaleta y se sentó nuevamente, se arrecostó a mi pecho y me dijo, sacatelo, quiero que me lo pases por la raja, me asusté pero como la abuela era un poco mayor, no se daba cuenta, me saqué mi verga y Carolina se sentó nuevamente y apretaba con una de sus manos mi verga a la raja de su sexo, y yo le dabaen su clítoris, ella tenía su orgasmo y yo el mio.
Cuando Carolina cumplió los nueve años, su cuerpo era diferente, era un poco más alta y sus pecho, eran un poco mas grandes, ya me mamaba la verga y aceptaba mi semen en su boca, cada día que pasaba, amaba más a Carolina, y una noche le dije: hermanita, no puedo más quiero meterte la vergam pero me da miedo, ella decía que quería saber que eras sentir un pene dentro de ella, hasta que una noche, cuando invitaron a nuestos padres al club de leones, decidimos, consumir nuestro amor, como siempre la mamé, por delante y por detrás, y cuando ella se vino en un orgasmo sonoro, le puse la punta de mi verga en la entrada de su vagina, la penetré lentamente y mi hermanita, abrió la boca y los ojos dejando escapar un grito que apagué con mi boca, lentemente entré en ella y permanecí quieto hasta que los musculos de su vagina, se acostumbraron a mi verga, ella me aruñó el pecho me comencé a mover con temor a dañarla, lentamente mi pene entró en ella y de la emoción, me corrí dentro de ella, me quedé apollado sobre mis manos, y ella, con los ojos cerrados, solo respiraba agitadamente, no se cuanto tiempo pasó, pero cuando ella volteó a mirarme, me dijo: hermanito, me dolio, le pregunté que si le molestaba mi pene sdentro de ella, me respondió, que se sentía raro, pero que le gustaba, a partir de esa noche, no parabamos de tener sexo, siempre llegaba temprano a casa ara estar con mi Carolia.
Nuestros juegos y encuentros, eran una manera de demostrarnos que nos amábamos, pero, siempre hay un pero, una vez, que estabamos, haciendo uno de perritos, ya que nuestros padres había salido de compras y nos pidieron que cuidaramos de la niña, Sandrita nos descubrió en pleno acto, nosotros pensabamos que estaba durmiendo pero no, ¿qué hacen?, yo sentí que el mundo se me caía sobre mi espalda al escuchar la voz de la pequeña, Carolina se asustó mucho y dijo que estabamos jugando a los perritos, ¿puedo jugar tambien? preguntó, yo no sabía que hacer, pues, estabamos desnudos,cuando me separé de Carolina, Sandrita mirando mi pene preguntó:¿porqué tienes eso asi? yo no sabía que hacer, miré a Carolina y le dije: no se que hacer, si no hacemos algo, estamos muertos, ella le dirtá a nuestos padres lo que ha visto y seremos cadaveres, Carolina le dijo: Mira Sandrita, Raúl y yo tenemos este jugo porque nos gusta, y es divertido, ¿puedo jugar yo tambien?, no se,eres muy chica, respondió Carolina,yo he visto como juegan papá y mamá en las noches, dijo Sandrita, pero cuando pregunto ellos dicen que son cosas de adultos, se asercó a mi y tomando mi pene dijo: a papá tambien se le pone grande, Carolina se llevó a Sandrita a otra habitación para hablar y yo me vestí lo más rápido posible.
Momentos despues llegaron las chicas, Carolina me dijo que Sandrita y ella habían hecho un pacto de silencio, que nunca hablaría y que sería parte de nuestro juego, yo comencé a sudar tinta por lo que había dicho Carolina, cuando llegaron nuestros padre, Sandrita salió al encuentro, fueron momentos de pánico, tensión miedo y toda la gama que encierra el temor.
Pasaron los días y dejamos de tener sexo por temor a un problema, nuevamente, nuestros padres nos dejan solos y cuando estabamos en mi habitación, es Sandrita, la que nos invita a que comencemos a jugar, desnudate Raú, me pedía mientras se quitaba la ropa, yo miraba a Carolina y le decía: esto va terminar mal, quise salir corriendo pero sería muy cobarde de mi parte hacer eso, Carolina se desvistió y dijo, Sandrita, ¿me puedesdecir que hacen papá y mamá en el cuarto? ellacomenzó a describir una escena de sexo como cualquier otro, describió que en las madrugadas papá encendía el VHS y ponía las películas que luego ellos practicaba, pero queuna vez les preguntó que que hacían y ellos le dijerosn que eran juegos de adultos, que se durmiera y apagaron el televisor, y que de ves en cuando, los veía haciendo muchas cosas,por eso es que ella quería jugar porque mamá siempre decia que era lo más divino que había, se acostó en la cama y sabriendo sus piernitas y separando sus labios vaginales me dijo, papá le da besos a mamá aquí, me das besitos? mi pene comenzó a pararse y Carolina, riendo me dijo,: ahora te toca enseñar.
Continuará.
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