Camina, una vez más. Parte 1
Meses después de iniciar nuestro juego de las cosquillas, empezamos a jugar de maneras más «cariñosas», Carmi aprendió que su boquita es un muy buen soborno para no hacer su tarea. .
Los juegos con Carmi siguieron, no podría decir que cada que tenía clase, pero sí al menos una vez a la semana.
Había veces en las que llegaba a su casa y ella estaba sola, me recibía con un beso travieso, le decía ella, ya que me daba un «pico» con sus labios en los míos y yo aprovechaba para meter mi legua en su boca, a lo que ella sólo sonreía y partía a su cuarto para su clase.
Ella siempre ha sido de usar ropa entallada, supongo que imitando la vestimenta de su madre, así que si subir las escaleras, yo iba detrás de ella siempre admirando a detalle ese pequeños cuerpo de 9 años, delgado, moreno claro, unas nalguitas respingadas y redonditas que se meneaban en cada escalón. Cuando traía pantalón, apretaba su nalguitas en tono juguetón para apurarla a subir, a veces cada una de mis manos tomaban un glúteo y lo masajeaban y apretaban mientras subía riendo. Cuando usaba short, acariciaba sus piernas, a lo que ella subía más despacio dejándose hacer, me dejaba acariciar sus muslos interiores para subir a su entre pierna y meter mis dedos debajo del short, tocando así sus nalguitas y con suerte un poco de sus labios vaginales en alguna sacada.
Pero mi favorito siempre fue y sigue siendo, subir cuando trae falda, ya sea la escolar, el vestido «de los domingos» hasta las rodillas o la falda completa y a continuación les diré por qué.
Recuerdo un viernes, sus padres habían salido por un contratiempo con su abuela, así que me la dejaron a cuidar después de su clase.
Carmi tenía una falda vaquera, de esas de mezclilla, ajustada en sus nalguitas y un poco libre de sus piernas, con un estampado de mulan. Su blusa era una azul, ajustada, de manga larga pero amplia, fácilmente cabría mi mano por sus mangas, cosa que comprobé después. Ese día usaba su cabello suelto, evento que rara vez pasa, pues no le gusta usarlo así.
Basta decir que cuando llegué y me abrió después de tocar el timbre, me quedé sorprendido de ver tanta belleza en su pequeño cuerpo.
Entré, me aseguré que la ventana estuviera con cortina cerrada y al poner el seguro a la puerta, le dije: «hoy tengo ganas de jugar, mi niña»
Carmi se sonrió tan emocionada, sabía que cuando le decía eso, no íbamos a hacer nada de su clase, cosa que por cierto, a mi no me preocupaba, pues le dije que se pondría al corriente con sus estudios, podríamos jugar y «jugar», así que ella se esforzó bastante y llego a ser, sino alumna dr excelencia, sí una de las tres mejores de su salón.
-Adri, qué jugamos?
Me dijo con una sonrisa de complicidad, de esa que sólo los niños hacen cuando saben que están haciendo algo prohibido o secreto.
-Ven mi niña, primero hay que subir a tu cuarto, no?
Ella, ya sabiendo el procedimiento para cuando tenía falda, me preguntó:
-Hoy es con pantalón, o sin pantalón?
-Bajalo, cariño
Ella rápidamente se arrodilló, me ayudó a quitar mis tenis, dessbrochó el cinturón y bajó pantalón y calzoncillos de golpe, quedando mi miembro ya erecto justo frente a su carita sonriente, con sus lentes rosas que no hacían más que acentuar sus enorme ojos de emoción.
Levantó un poquito su falda para bajar su calzoncito rosa, con un osito sonriente al frente y dándomelo me dijo:
-Ya Adri, súbeme
-mmm no me convences, chiquita
-Andaleeee, vamos a jugar!!
-A ver, convenceme
-Qué tengo que hacer? Dime, dime, dime!
Me suplicaba mientras me abrazaba y su pecho chocaba contra mi pende desnudo.
-Te voy a dar una pista… Tus cachetes son muy suaves y mis manos ya lo saben, hay una parte de mi que aún no.
-Tus labios! Dame un beso!
-No, no son mis labios
-Ya sé, tus codos!
-No amor, estás fría!
-Ash! Dime, ya dime
-Estás sobre él.
Se quedó pensando un momento y de repente como si de la más grande idea se tratara, dio un paso atrás, bajo su mirada y sin pensarlo tomó mi pene con sus dos suaves manitas y lo acercó a sus cachetes, lo frotaba de arriba a abajo, pegaba su cachete con algo de fuerza, hacía que la cabeza tocara lo más posible la parte más «gordita» del cachete y lo dejaba ahí unos segundos.
-Ahora el otro cachete pero sin que se separare ni un poquito de tu cara, mi vida
Le dije, y ella buscaba formas, intentó por su cien, pero los lentes le estorbaban y le dije
-por ahí no, amor, prueba otra forma
-Jajaja sí Adri, amm… A ver así?
Pasó la cabeza de mi pene por su nariz, pero lo levantó igual por los lentes
-No, ya perdiste otra oportunidad. Es la última o sino ya no hay juego
-Nooo, yo quiero jugar! Amm… Oh! Ya sé!
Tomó mi pene con una de sus manitas, lo acarició un poco contra su cachete izquierdo y con miedo o pena, lo pasó despacio a su boca, sus labios húmedos y suaves de niña estaban dándome una de las mejores sensaciones de mi vida en tan sólo uno o dos segundos que tardó en llegar a su cachete derecho. Legando ahí, hizo lo mismo, pasó mi cabeza por su cara, arriba, abajo, sobre sus labios, a sus orejas, su frente. Me tenia al 100 y sin aviso me dice:
-Listo Adri! Ya podemos jugar!
-Ufff muy bien mi pequeña, entonces, ya sabes qué hacer.
Levantó su falda lo suficiente para abrir sus piernas, su blusa la hizo rollito y detuvo con su boca, dejándome ver sus pechos empezando su crecimiento, que puntee un poco con mi pene desnudo unas cuantas veces para luego masajear sus peones con el mismo. Tomé mi ropa, y agachandome, la cargué por la cintura, ella rodeo mi cadera con sus piernas y dejó mi pené justo en su entrepierna.
-Ya estás lista, cariño?
-Sii!! Súbeme de caballito!
Subía cada escalón lentamente, procurando dar un brinquito para que mi pene empujara un poco su vagina, tan caliente y suave. Ella sólo me abrazaba y reía, pero no una risa de niña, empezaba a reír fuerte y ruidosamente por suspiros que contenía en cada punteo.
Al fin, llegamos a su cuarto, la senté en su cama y dije:
-Bien amor, hoy serás una muñequita chi las que te gustan y yo jugaré contigo, va?
-Si tío! Soy tu muñeca, juega conmigo mucho!
Ella estaba sonrojada y se notaban gotas de sudor, pienso que ya estaba muy deseosa de «jugar».
Empecé diciendo:
-quién a dejado esta muñeca tan hermosa aquí!? Será que se le olvidó a mi sobrina? A ver, vamos a ver si es de ella, debe de tener alguna marca o nombre.
Empecé a revisar todo su cuerpo sentada en la orilla de su cama, primero sus pies, le quité unas botas vaqueras, sus calcetas de miré sus pies jugetonamente, ella sólo sonreía y se aguantaba la risa como en juego. Subí a sus piernas, las abrí de par en par, acariciando sus muslos y llegando hasta su vagina, la cuál toqué con mis dedos, jugando un poco abriendo y cerrando sus labios, exparciendo un poco de su ya emergente humedad en su piernas dije
-Creo que se le sale el agua a ver si puedo tapar la fuga
Y metí un dedo en ella si aviso ni consideración, a lo que ella intentando mantener su papel, sólo respondió con un «ahfffhhhhh» apretando sus labios. Deje mi dedo ahí unos momentos, no entró ni la mitad, pero eso fue suficiente para hacer ligeros movimientos que sólo hacían que su cara se pusiera más y más roja y cerrara sus ojos intentando contener cualquier movimiento y ruido.
-Bien, creo que ya la tapé. Bueno, a ver… De quién es esta hermosa muñequita.
Decía mientras mi boca se acercaba a su cuello y mis manos empezaban a subir por sus brazos debajo de sus mangas.
-Quizás… (besé su cuello) aquí… (metí mis manos bajo su blusa desde las mangas) pueda encontrar… (comencé a acariciar sus pezones mientras mi boca estaba frente a la suya), alguna pista (apreté firme pero delicadamente sus pechos mientras metía mi lengua en su boca)
Ella comenzó a responder al beso, su lengua se movía torpemente y salvaba mucho, mientras que yo intentaba sorber toda esa saliva que tenía el sabor más dulce que he probado en un beso.
-Pues no encontré nada (me detuve abruptamente), así que ahora es mi muñeca y puedo hacer con ella lo que quiera, por ejemplo…
Le quité su blusa, el top blanco y me puse a lamer su pecho como si del helado más delicioso del mundo se tratara.
-También puedo hacer esto…
Puse mi pene en su axila y bajando su brazo, comencé a moverme como si la penetrara su pequeño cuerpo. Paré un minuto para evitar terminar el ese momento y mientras me relajaba un poco continué
-O hacerle esto…
Abrí sus piernas lo más que la falda me permitiera y sin pensarlo metí mi lengua de golpe y hasta donde la posición me permitía en su vagina, a lo que ella dió un corto pero ruidoso gemido
-AHHHY!!!!
La miré desde mi posición de rodillas y vi como sus ojos miraban al techo con la boca abierta, así que seguí, subía bajaba, entraba y salía, rápido cada vez más rápido y de repente…
-T… Tío! Pipí! T… T… Te voy a… En suciaaaaar
Ni bien terminó la frase cuando su cuerpo empezó a tenzarse, sus manitas agarraban mi cabeza intentando alejarla mientras que yo seguía bebiendo su humedad, quería que tuviera un segundo orgasmo, su voz me prendía tanto como si cuerpo sudando y respirando rápidamente.
Eché su cuerpo hacía atrás y estando recostada tuve más acceso a su interior, metiendo y moviendo mi lengua mientras acariciaba sus pechos llorando me decía
-ya… Ya… Ya… YA!!
Pero no eran gemidos de dolor, de negación o similar, porque no hacía esfuerzo si quiera de moverse.
-Ya va a salir tío!!!
En un grito apagado por una almohada que ella misma tomó, su segundo orgasmo arrasó con su reto del juego, pues en seguida su cuerpo entero comenzó a dar pequeños brincos, sus piernas se cerraron por las rodillas y comenzó a «pulsar» si vagina dejando escurrir un poco de liquido mezclado con mi saliva.
-Me encanta mi muñeca, tiene un sabor muy rico y la voz es como la de mi sobrina, creo que es hora de que mi muñeca haga algo por mi.
Aún con lágrimas en los ojos, me volteó a ver exhausta mientras la sentaba de nuevo.
Abrí su boca y comencé a pasar mi pene por sus labios mojados de su propia saliva. Cabe aclarar que aunque ya «jugábamos» a estas cosquillas y nos habíamos masturbado el uno al otro en varias formas, ella jamás había aceptado jugar con su boca pero en ese momento no se resistió, pues poco a poco iba metiendo mi miembro a su calida boquita y lejos de alejarse, comenzaba a pasar su lengua por la cabeza ya dentro de su boca. Era una sensación e imagen deliciosa!
Mi sobrina de 9 años, camina, estaba sólo con una falda levantada, con sus piernas bien abiertas, cabello castaño claro suelto dejando caer hacía atrás… Dándome un sexo oral torpe pero riquísimo!
Estuvimos así unos minutos cuando le dije
– mi muñeca necesita pintar, (sacando mi pene de su boca y tomando sus manos para que me masturbara ella, apunté hacía su hermosa carita y dos,tres, cuatro chorros de semen calleron en su lentes, entró a su nariz y a su boca que aún tenía abierta con la lengua de fuera.
Froté mi miembro en su cara y agotado alcancé una toalla sucia a los pies de su cama y la limpié.
Ella, sin decir una palabra, se acostó en su cama y viendo al techo, cerró sus ojos quedándose dormida.
Y la 2° parte?