CAMINO AL PARAÍSO III
La familia crece..
CAMINO AL PARAÍSO III
La familia crece.
Seis meses después de la muerte del Barón-Conde Von Steinhoff su viuda Ada se casaba en parís con Lewis H. Morgan, sexto duque de Alberhite. El escándalo fue fuerte pero la clase social a la que pertenecían lo tomó sin gran aspaviento. Todos entendían que después de una vida con un anciano la viuda se casaba con un homosexual para tener los amantes que quisiera, peda se casaba con un homoxesual para tener los amantes que qusieraro lo que si sorprendió a todos es que su hija Helga de solo 13 años se casara con el Vizconde de Hoodles, que aparte de pobre también era homosexual. Ya se habían instalado en Inglaterra donde el hijo mayor de la nueva duquesa cursaba estudios. Lo más sorprendente fue que tanto la madre como la hija tenían tres meses de embarazo. Ada organizó la mansión de Hasfoshide a su manera. Contrató a toda la familia de Berta que se trasladaron con ellos como sirvientes. El padre era el mayordomo, la madre la jefa de cocina, un hermano el chofer y otro el valet de su hijo, las hermanas cocineras. Además Berta le consiguió otras seis personas de su pueblo que también practicaban el incesto y ocuparon plaza de mucamas las mujeres y dos camareros y un caballerango los hombres. Además estaban los hijos de estas parejas. En la inmensa propiedad construyó un departamento que era exclusivo del duque y su amigo el vizconde para que mantuvieran su privacidad, pero continuamente estaban en la mansión donde hacían vida social y tenían habitaciones reservadas para ellos. Exactamente al año de la muerte del Barón-Conde nació el primera hija de Ada y el duque que este registró de inmediato como su heredero. A las dos semanas nació la hija de Helga y su marido que este también registró de inmediato nombrándolo su heredero. Pero la sorpresa fue que Hilda estaba embarazada antes de cumplir 12 años y así, a los 12 años y seis meses fue madre de una niña. Para esta situación consiguieron otro noble homosexual que estaba en la miseria y una joven de la alta burguesía que se había dado a la vida de cortesana y por una fuerte cantidad de dinero, la reconocieron como hija suya. Para Hans la vida era color de rosa pues tenía tres mujeres que se desvivían por atenderlo y lo hacían feliz. Así pasaron cinco años en los que Ada dio a luz a dos niñas más, Helga una niña y un niño e Hilda, a la que habían casado con el conde de Lehiters (el noble que se había prestado a registrar a su primera hija) a dos niñas. Hans se distinguía en sus estudios y justo después de cinco años, ya en la universidad, conoció a un grupo de estudiantes que también practicaban el incesto.
Uno era francés,FrançoisBacón de 22 años que tenia de amantes a su madre de 40 años con la que tenía un hijo de 6 años y una hija de 4, y sus dos hermanas de 18 y 16 con las que tenía un hijo y dos hijas. Tenían una inmensa fortuna al ser propietarios de una cadena de fábricas textiles además de grandes extensiones de tierra tanto en Francia como en Inglaterra. Otro era un norteamericano llamado Henry Walbert de 23 años y heredero de una fundidora, ferrocarriles y una fábrica de armas en USA. Era huérfano de padres y amante de sus dos hermanas de 20 y 18 años con las que tenía tres hijas y un hijo. Otro inglés, Lord Amartine, de 25 años, no tan rico pero si muy influyente en los medios políticos ingleses al estar su familia colocada en varios ministerios y el mismo proyectado a grandes puestos. Era amante de su madre y su hermana, con la que tenía una hija de 9 años que también era su amante. Todos tenían grandes propiedades tanto en el campo como en Londres por lo que seguido estaban en contacto. Prácticamente al conocerse las familias y darse a conocer íntimamente, se formó una especie de cofradía de incestuosos que pasaban mucho tiempo juntos. Una vez al mes se reunían todos en Hasfoshide y pasaban un fin de semana delicioso. Disfrutaban mucho el poder públicamente acariciar a sus madres, hermanas e hijas sin que nadie se espantara, y como toda la servidumbre practicaba el incesto no había caras o gestos de asombro. Hans disfrutaba enormemente la vida. A diario les cumplía a su madre y su hermana Helga, pero Hilda era su gran amor. En las noches dormían juntos y a sus 16 años era una deliciosa chiquilla de un cuerpo escultural. Todas las noches después de dormir a las niñas Hilda se presentaba en la recamara cubierta por un negligé transparente que dejaba ver sus curvas. Hans la acariciaba mientras la desnudaba y después la acostaba boca arriba sobre la cama. Con su lengua recorría su cuerpo hasta llegar a su entre pierna y su lengua acariciaba los labios vaginales de su hermana hasta hacerla cimbrarse de placer, Hilda le correspondía tomando su berga entre sus manos y chupándosela con verdadero amor. En estos años había aprendido a darle mucho placer a su hermano al que correspondía en sentimientos. Cuando sentía que Hans estaba a punto del orgasmo ella se colocaba en posición de recibir el pene de su hermano en su vagina y el la penetraba con mucha delicadeza haciéndole sentir mucho placer, normalmente ella tenía dos o tres orgasmos antes de que él se detuviera para dar paso al momento final del coito. Ella se colocaba en cuatro patas o de lado para que el la penetrara analmente. La introducción era lenta, suave, delicada. Cuando ya estaba toda adentro empezaba el mete y saca que los llevaba a los límites del placer, terminado en un torrente de semen que Hans derramaba en sus entrañas. Así se dormían, unidos en el coito.
Así pasó el tiempo, entre los estudios de Hans y los placeres es del incesto. Cuando se dieron cuenta ya era hora de volver a Alemania, pues Hans había terminado sus estudios, además de algunos cursos de posgrado.
Ya estaban en 1930 y Hans volvía a los 25 años a tomar las riendas del inmenso imperio económico de la familia. Para sorpresa de Ada y el consejo directivo de las empresas, el Conde de Lehiters había resultado un gran administrador, por lo que él se quedaba en Inglaterra al frente de las empresas que la familia tenía ahí. Lógicamente cada determinado tiempo tendría que ir a Alemania para “oficiar” de marido de Hilda. Se reinstalaron en su viejo castillo de Babaría y su palacio en Berlín donde de inmediato llegó la aristocracia a visitarlos. Todos se sorprendieron al ver llegar a Ada con tres hijas de 9, 8 y 5 años además venia embarazada a sus 40 años. De aquella mujer atlética, casi hombruna, se había convertido en una mujer madura y hermosa de muy agradables redondeces. Helga a sus 23 años tenía una hija de 9 años un niño de 7, además una niña de 4 años (Dana). También los años la habían cambiado para bien y era una mujer espectacular. Pero Hilda superaba a todas a sus 21 años, tenía una hija de 6 (Jena) años, otra de 4 y además una “hijastra” anterior de su marido de 9 años, a la quería y cuidaba como propia. De inmediato Hans demostró gran capacidad para los negocios, lo que lo hizo el hombre más deseable entre la nobleza alemana. El mantenía una posición reservada por lo que se comenzó a hablar de su posible homosexualidad. De inmediato se dio cuenta de la situación del país y en una cena de empresarios le presentaron a un tal Adolfo Hitler, al que él consideró un loco, pero como era un jugador nato “patrocinó” con un par de millones de libras esterlinas al partido nazi, lo que con el tiempo le redituaría grandes ganancias.
Ada tuvo otra de sus ideas diabólicas para seguir controlando a su hijo y decidió que ya era tiempo que el iniciara sexualmente a sus hijas mayores. Hans se negaba al considerarlas demasiado niñas, pero Ada lo convenció “por el bien de la sangre”. Ada fue preparando a su hija mayor (Olga) y la mayor de Hilda (Beatriz) para quienes Hans era su tío y su hermano y lo querían mucho pues las trataba con mucho cariño. Hans comenzó con tocamientos, caricias en sus nalguitas, besos en la boca y sentarlas sobre sus piernas para que sintieran su erección, como Ada les había dicho a las niñas que era normal y que trataran de disfrutarlo, ellas así lo asumieron y llegó un momento en que querían ir más lejos. Un día que Hans estaba con ellas en su recamara Olga le pidió que le enseñara la verga y Hans le dijo que solo si se la chupaba. La niña aceptó y Hans se sacó el pene que Olga tomó en sus manos y acarició con fruición, después se hincó ante Hans y se metió la verga en su boca dando la primera mamada de su vida. Beatriz solo veía y ansiaba estar en el lugar de Olga y Hans, cuando sintió que estaba a punto del orgasmo, se detuvo, descansó un rato, y luego le pidió a Beatriz que se la mamara, ella lo hizo con muchas ganas hasta que Hans llegó a venirse, parte en su boca y otra parte en la boca de Olga. A partir de ese día cada vez fueron más lejos, como dormir la siesta los tres juntos y desnudos, pasar su pene por los cuerpos de ella hasta llegar a la penetración anal, que Ada recomendó. A las pocas semanas las desvirgó a las dos que encontraron placentero las prácticas sexuales.
Continuara………………………..
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