Capitulo 4
Recuerdos de mi despertar sexual en mi adolecencia. Mi terapeuta me recomendo escribirlos en 3° persona.
Laura vivía prácticamente sola con su madre, el padre de Laura era un tipo fiestero, bebedor, se drogaba cuando podía y por sobre todo era un tipo violento. Razón por la cual había estado en prisión en varias oportunidades. En el último mes, el padre de Laura había salido de prisión y decidió volver a vivir en casa con su esposa y su pre adolecente hija Laura. Este era una especie de condominio, cite, conventillo, básicamente un pasillo largo donde a cada lado están las puertas de las viviendas. Un lugar típico para familias de clase media tirando para pobres.
El padre de Laura era conocido en el conventillo por ser violento, ya todos le temían. Por eso que cuando andaba borracho, molestaba a los vecinos y nadie se atrevía a decir nada.
Laura prácticamente se había acostumbrado a vivir sin él, ya que siempre, si no estaba en la cárcel, simplemente tampoco se aparecía mucho por la casa. Así que Laura sentía un poco de incomodidad de compartir su pequeña casa con su padre, pero lo que más le incomodaba era como su propio padre la miraba. A su tierna edad ya reconocía esa mirada lujuriosa de los hombres hacia ella. Laura sabiendo que su padre era un hombre violento, que había estado en la cárcel, no sentía la valentía para poder contarle a alguien de su confianza. Pero si así fuera, ¿en quien confiar? En su profesor jefe del colegio que no perdía oportunidad de acariciarles las piernas a Laura cuando podía? Claro que no. Algunos de sus tíos que en más de alguna vez la encerró en el baño para hacerle tocaciones? Claro que no. Laura sentía que no había nadie a quien recurrir por ayuda.
Laura sentía una sensación extraña al estar viviendo en esta situación. Eso era lo que le avergonzaba más. Sentía cómo los ojos de su padre se posaban sobre ella, en su cuerpo, en sus piernas y caderas. Laura se movía de otra manera cuando sabía que su padre la estaba mirando. Laura de alguna manera quería parecerle sensual. Caminaba de otro modo cuando sabía que estaba mirándola por detrás. Sinceramente Laura no sabía porque se comportaba así. “Aquello me provoca una curiosidad morbosa” – se decía Laura.
El padre de Laura no sentía ningún remordimiento por mirar con lujuria a su propia hija, se repetía asi mismo “porque tiene que vestir asi tan provocativa”, “para que usa esas falditas tan cortas, acaso no es para que le miren las piernas?”, “porque tiene que ser tan coqueta”, siempre justificando sus deseos.
Una tarde, el padre de Laura estando solo en la casa, fue tanta la calentura que fue al cuarto de Laura y busco la ropa interior de su hija Laura, y encontró unos calzones que al solo tocarlos sintió una erección desproporcionada. Y comenzó a fantasear lo que sería cogerse a su propia hija mientras que frotaba los calzones de Laura contra su pene. No tardo en eyacular un espeso semen en los calzones de su hija, sin sentir nada de culpa, total es su casa y su familia y hace lo que quiere.
Laura viene llegando del colegio y se encuentra a su padre saliendo de casa, y Laura alcanza a darse cuenta que viene saliendo de su habitación. “Menos mal que va saliendo para no quedarme a solas con el”-pensó Laura. Pero Laura al entrar a su habitación inmediatamente se da cuenta que algo extraño pasó, y ve sus calzones tirados al lado de su cama. Los toma en su mano y se da cuenta que están manchados con el semen de su padre. Laura sintió como que si la cabeza le diera vueltas, que le faltaba el aire, un vacio en el estomago (como si tuviese mariposas), sentía un nudo en la garganta y que su boca se llenaba de saliva. Sentía mucha vergüenza pero a la vez sentía morbo. Intentaba luchar contra ese sentimiento pero aquel morbo la dominaba. No sabía qué hacer. Sin darse cuenta se encontró que dos de sus dedos estaba pasándolo por la mancha de semen que había quedado en los calzones. El sentir la viscosidad del semen y que aun estuviese tibio le provocaba una sensación que nunca en su vida había sentido. Sentía que le faltaba la respiración y que el corazón le latía más. De manera inconsciente se llevo los dedos a su boca, chupando sus dedos, sintiendo el semen en su boca. La sensación de mariposas en su estomago se intensificaron mucho más. Una de sus manos se fue a su entre piernas, comenzó a frotarse ligeramente y no entendía porque aquello le provocaba espasmos. Sentía ganas de llorar y reír al mismo tiempo. Aquello estaba mal pero sentía placer al seguir haciéndolo.
Continuara …
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