CAPITULO I “El Bichito”
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por socra.
CAPITULO I “El Bichito”
Hola, soy Miguel.
Tengo 38 años y estoy casado con Irene, también de 38.
Mi mujer tiene un físico más propio de la Europa del este que de aquí de España: piel muy blanca, pelo castaño claro, 1.
65 cms y muy delgada (50 kg).
Yo en cambio soy un tipo normal, 1.
80 y 90 kg.
Ni gordo ni flaco, ni guapo ni feo.
Vivimos en Barcelona.
No tenemos hijos, no los buscamos porque estamos bien así, preferimos centrarnos en nuestra vida y el tiempo fue pasando.
Nuestra relación es bastante tradicional.
Tenemos sexo una vez por semana, sexo bastante tradicional, con preservativo y más romántico que pasional.
Por más que lo he intentado no puedo sacar ”mi lado oscuro” con mi mujer.
Siempre le pone calificativos despectivos a aquellas prácticas sexuales que no son de su agrado o se alejan de lo tradicional.
Yo la respeto y no haría nada en contra de su voluntad.
Entiendo que uno no elige lo que le gusta y nadie puede obligarte a lo contrario.
Hasta aquí mi vida parecía una vida normal.
Por motivos de trabajo ella viaja con asiduidad.
Esta vez el destino era Las vegas, el próximo mes.
Irene representaba a su empresa en un congreso lleno de marcas y compañías relacionadas con la nutrición.
Eran ni más ni menos que 9 días.
Tiempo más que suficiente para dedicarme a mí mismo, ver un poco de porno y mal comer.
Hasta la fecha ese era mi pequeño secreto.
Hicimos una comida un poco especial a modo de despedida y para desearle suerte.
Vinieron mis suegros y mi padre (mi madre falleció).
También vino Sara, la hermana de Irene y entre una copa de vino y una de cava salió el dichoso tema de los niños…
-Carmen (mi suegra): …y qué? Para cuando me hacéis abuela? Se os pasará el arroz!!!
Casi escupo lo que estaba bebiendo.
Me lo temía, tarde o temprano saldría de nuevo el dichoso tema.
-Sara: Mama!!! Déjalos en paz que siempre estás con los mismo!!- Contestó Sara antes de que pudiésemos decir nada.
Le agradecí el gesto, la verdad.
Mi mujer y yo nos miramos y antes de que pudiera contestar mi suegra ya iba otra vez a la carga…
-Carmen: Pues no sé qué esperáis.
Estáis más cerca de los 40 que de los 30 y yo quiero ser abuela.
Sara no puede porque no tiene pareja…si la tuviera también se lo diría.
Hay que hacer bebés!!! Cuanto más esperéis es peor, más o costará tenerlos y más os costará ir detrás de ellos.
Mi suegro no sabía dónde mirar.
Mi padre en cambio se reía a carcajada.
Irene se indignaba abriendo los ojos como platos.
Yo me disponía de nuevo a contestar pero otra vez me cortaron cuando solo había cogido aire para soltarle una fresca a mi suegra.
-Sara: Además de liarla no tienes ni idea mama!!.
Eso es un tema que no se trata en una comida familiar.
Cuando quieran ya se animarán!!! Y sobre lo otro que has dicho…tengo una sorpresa
Irene y yo nos miramos con sorpresa.
“Parece que la cosa va a dar un giro!!” Me decían los ojos de mi esposa.
Las cejas de mi suegra se arqueaban.
Se hizo el silencio…
-Sara: Esto que os voy a contar lo he meditado mucho.
No es cosa de un capricho.
Tengo 35 años y no me va mal.
He tenido muchos desengaños amorosos pero eso no me ha quitado la ilusión de ser madre.
Por eso, no encuentro mejor momento que ahora para deciros que está decidido.
-Se hizo el silencio y soltó la bomba- Voy a ser mamá.
Nos miramos los unos a los otros, no sabíamos que decir ni por donde iban los tiros.
Desconocíamos ese deseo oculto que mi cuñada albergaba y más aún, desconocíamos que lo deseara tanto.
-Carmen: Anda calla la boca que siempre tienes que dar la nota! Tú siempre igual.
-Sara: Mama que lo he pensado mucho, he ahorrado, estoy en un trabajo que cobro bien por hacer media jornada y el hecho de no tener pareja no me va a impedir tener un hijo.
-Carmen: Ahhhh claro! Que ni siquiera hay padre, lo mismo quieres que te visite el espíritu santo.
Que es lo que quieres? Ser madre soltera? No darle un padre a un bebé? Qué tonterías estás diciendo? Tu eres una niñata que ahora se le antoja esto y mañana tener un perro.
Aquello se estaba poniendo demasiado tenso.
La celebración se convirtió en una discusión en toda regla entre madre e hija.
Los intentos de poner paz por parte de los demás solo hacían que las protagonistas subieran más la voz.
-Sara: Bueno, solo digo que lo he decidido.
No sé cuándo exactamente pero voy a iniciar el proceso.
La obtención del bichito y la fecundación in vitro son cosas que llevan tiempo y voy a empezar ya.
Se hizo el silencio.
Me hizo gracia lo de “la obtención del bichito” en lugar de decir la búsqueda de semen o de un donante o de un espermatozoide.
La cara de los comensales era un poema.
Nadie se atrevía a decir nada así que me armé de valor y me decidí a romper el hielo.
Para eso estábamos en mi casa.
Yo: Haya paz.
Estamos de celebración y para desear suerte a Irene.
Las riñas y las diferencias tienen que quedarse a un lado hoy.
Por favor haced el esfuerzo- dije mirando a mi suegra mientras los morros de ésta llegaban hasta su casa.
-Felipe (mi suegro): Un brindis por eso!! Y por que sea lo que sea que nos depare el futuro no haga que nos enfademos!- dijo pasando la mano por encima del hombro a mi suegra mientras miraba a mi cuñada y asentía con la cabeza.
La cosa quedó así, alguien saco otro tema y no hubo heridos…la velada transcurrió con normalidad el resto del tiempo y aquella celebración pasó a la historia por esa pelea.
…………………
Días más tarde fue la hora de la partida de Irene.
La acompañé al aeropuerto del Prat y empezaron los 9 días de fechorías.
Eran las 10:25, la mayor parte del día por delante.
El plan era recoger comida del MC Donalds y hacer intensivo delante del ordenador.
Pasarme por todorelatos para calentar y finalizar en una de esas webs con millones de videos porno en los cuales uno te lleva a otro y el otro al siguiente….
sin saber en cual finalizará el onanismo.
Antes que eso, había que cumplir un recado.
Pasar por casa de Sara y echarle una mano bajando trastos viejos a la basura.
Cuando llegué el panorama no era como me lo habían contado.
Tenía que desguazar un par de estanterías, un armario ropero y bajarlo desde un quinto piso sin ascensor.
Todo eso tenía que ser en el mismo día puesto que era el día en el que el ayuntamiento recogía este tipo de cosas.
Sara me echó una mano.
Aunque es menuda hizo algunos viajes con maderas de tamaño mediano.
Ella es muy parecida mi mujer, parecen mellizas.
Pelo castaño claro, piel muy muy blanca, muy delgada y no muy alta.
Estaba menos delgada que Irene, sin duda era más deportista y se notaba.
Corría casi a diario y patinaba los fines de semana.
Sin duda salió el tema de ser madre y le dije que contara con nosotros para lo que necesitara.
Evidentemente no hablaba de pagarle nada si no del apoyo moral que le faltaba por parte de sus padres.
Ella lo agradeció y seguimos trabajando.
Verla sudada hizo recordar que más de una vez había fantaseado con ella.
Con cómo tendría el coño, con cómo sería en la cama, con cómo sudaría haciendo el amor… El siguiente viaje de maderas me distrajo de mis malos pensamientos, realmente era cansado tanto subir y bajar escaleras.
Para las 16:30 ya había terminado.
El piso le había quedado bastante vacío, quería hacer una redistribución y ahora espacio no le iba a faltar.
-Sara: dúchate si quieres mientras preparo algo de comer.
-yo: No hace falta mujer, si además pensaba pasar a comprar algo de comida basura antes de ir a casa.
Tengo que aprovechar que Irene no está y comer guarrerías.
-Sara: No seas tonto, me has ayudado y te vas a ir sin comer? Que clase de cuñada crees que tienes? Anda, tira para la ducha.
Me encogí de hombros y dirigí mis pasos hacia el baño.
Una vez dentro vi que no había cerrojo, era normal, ella vivía sola.
Mi mente empezó a jugar conmigo y enseguida me imaginé como entraría para abalanzarse sobre mí.
Aquello no sucedió y el final de la ducha tuvo que ser con agua fría para disminuir mi erección.
Me puse el pantalón sin calzoncillo y la chaqueta del chándal sin camiseta debajo, ambas prendas estaban muy sudadas.
Al salir la mesa estaba puesta, vio que en la mano tenía la ropa sucia y me la pidió para meterla en la lavadora.
Se la di y empezamos a comer mientras se lavaban mis calzoncillos junto a sus bragas y el resto de su ropa.
Macarrones con tomate y una cervecita sin alcohol, la verdad es que no estaba mal.
Me recordaron a los macarrones de mi madre.
Mientras comíamos hablábamos un poco de todo, de series, del trabajo, de cómo son sus padres…
Después de comer me dio el bajón.
Tanto subir y bajar escaleras tenía que pasar factura.
Nos sentamos en el sofá para que bajase la comida y me quedé frito.
Yo: Qué hora es? Dije sorprendido al ver que desde la ventana no entraba luz y se adivinaba la noche.
Sara: Las 23:30.
Madre mía menudo tronco durmiendo.
Se ve que estabas cansado.
No he querido despertarte.
Estabas tan a gustito que te he dejado dormir.
Entonces reparé en que me había descalzado y me había tapado con una manta.
Me había quedado dormido mirando hacia la tele y ahora estaba estirado a lo largo del sofá.
Vaya tela pensé, todo el día perdido.
Pero la verdad es que había dormido superbién.
Me sentía cómodo con Sara, había confianza.
Tenía unas ganas de mear impresionantes.
Me dirigí al baño mientras ella me preguntaba si me quedaba a cenar.
No supe contestarle, estaba todavía iniciando mi sistema operativo.
Caminaba descalzo rascándome la cabeza desando llegar al baño.
Mi única preocupación en ese momento era aguantar hasta estar delante de la taza.
Me dispuse a mear al fin…
Pero qué coño! Pensé, mientras corté la micción para redirigir el chorro.
No sabía si fruto de haberme despertado recientemente o de no estar atento pero el chorro de pis que se suponía que tenía que salir hacia delante no lo hizo.
En su lugar salió medio de lado del orificio de mi miembro, como si parte del agujero del glande estuviera cerrado.
La presión hizo que todo volviera a la normalidad y el cauce de ese río fue a buen puerto.
El estropicio ya estaba hecho.
Me había meado por el suelo, por la pared y por encima de la cisterna.
Ese fallo de puntería que todos los hombres tenemos de vez en cuando.
Lo raro era que fuese tan bestia.
Terminé de mear y lo limpié todo bien.
Limpié mi miembro con papel puesto que también me había manchado a mí mismo.
Guardé mi miembro y me pareció que rozaba algo fresquito con él, como mojado.
Volví a sacarlo y vi que en el pantalón tenía una pequeña mancha que acababa de tocar con el glande.
Aquella mancha parecía de semen
Me quedé en estado de shock.
Me desperté de golpe.
Mis ojos se abrieron como platos y pensé que me había corrido.
Sí, eso debió ser.
Una polución nocturna, eyaculé mientras dormía? Efectivamente debió ser así, por eso el atasco en agujero del miembro al mear.
No puede ser! Un sueño erótico con mi cuñada presente? Qué vergüenza!! Y si he gemido o algo? No, no, no… si fuera una polución nocturna tendría el pantalón más mojado….
“La obtención del bichito y la fecundación in vitro son cosas que llevan tiempo y voy a empezar ya.
”
Las palabras de mi cuñada volvieron a mi mente.
Sentía un nudo en el estómago.
Qué coño ha pasado aquí!!! No puede ser.
¿Sí o no? Pero qué cojones!! Me miré al espejo.
Con los pantalones medio bajados, el miembro en la mano y un sinfín de preguntas en mi cabeza.
Sara me ha utilizado?!!
Continuará…
Por favor decidme que os ha parecido el relato.
Espero vuestras críticas a ésta fantasía.
Podéis escribirme a socrales82@hotmail.
com
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