CARLITOS 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Carlitos, yo, siguia debajo del tío Mario apretando los dientes con cada estocada que recibía.
Es verdad que Carlitos había empezado y su tío se sentía con derecho a disfrutar cada vez que se le ponía la polla tiesa.
También es verdad que ya llevaba casi todo el verano ensanchando el cultivo de su sobrino, pero no por eso Carlitos era capaz de tragarse semejante pollo sin dificultad, todavía notaba como su esfínter se estiraba al máximo, hasta el punto que el roto no llegaba a cicatrizar.
A pesar del dolor que sentía no oponía resistencia alguna ya que había comprobado con anterioridad que de nada servia, pues su tío Mario insistía e insistía hasta doblegar su voluntad o simplemente le tapaba la boca para no oir las quejas del chiquillo.
Después de los primeros encuentros Carlos sentía algunos remordimientos por encelar a su sobrino, pero cuando se calentaba desaparecían de su mente y al notar el contacto de su polla con el acogedor culo de su sobrino ya no había posibilidad de parar.
Alberto, el tio menor de Carlitos, seguía mirando inmotivado el culo peludo de su hermano subir y bajar dando algunos segundos de respiro al niño de vez en cuando.
Ahora después de casi 2 meses de usar ese culto lo podía follar con mas o menos fuerza según le apeteciera ya que había comprobado que El Niño aguantaba bien y ya casi no sangraba.
Su sobrino le había hecho entender que a veces le dolía un poco pero nunca le dijo que no quería hacerlo mas.
Lo mas que le pedía era aplazarlo hasta el día siguiente o le proponía chupársela como la primera vez, por lo que su conciencia estaba bastante tranquila y su cuerpo satisfecho de volver a sentir lo maravilloso que es tener donde deslecharse.
Alberto perdio la nocino del tiempo y casi no tuvo tiempo de volver a su habitación cuando su hermano mayor termino inundando el cultivo de Carlitos.
Ya en su habitación mientras recordaba las escenas se masturbo frenéticamente mientras se imaginaba coleando al chiquillo.
La s dudas de Alberto se desvanecieron al día siguiente cuando vio a su sobrino como si nada hubiera ocurrido.
Penso en hablar con su hermano, en hablar con el niño, pero las dudas se lo impidieron.
Se dedico a observarlos pero nada hacia pensar lo que ocurría en aquella habitación.
Por las noches estaba muy atento y cuando oía a su hermano salir de la habitación se encaramaba a la silla y disfrutaba del espectáculo.
Una noche decidio observar desde el principio y casi Carlos no había entrado en la habitacion de Carlitos cuando ya estuvo encaramado a la silla.
Pudo ver a su hermano de pie junto a la cama sobándose la polla mientras observaba al niño.
Quito la sabana que cubría su cuerpo, separo las piernas del niño, después aparto un poco la tela de los calzoncillos del niño y después de escupirse la mano para embadurnar el ojete del niño y su polla lo penetro sin mas.
Su cuerpo mantenía al niño en su lugar y su mano tapaba la boca de Carlitos para que sus quejas no fueran odias durante los primeros minutos.
Lo fallo como de costumbre unos veinte minutos y se corrio.
Cuando se fue Alberto se armo de valor y entro en la habitación.
Carlitos seguia boca abajo, cuando se dio cuenta de la presencia de su tío iba a darse la vuelta, pero Alberto lo detuvo poniéndola la mano sobre la espalda y le cubrió con la sabana.
Se apresuro a encelarlo.
Su polla de las mismas dimensiones que la de su hermano entro sin ninguna dificultad ya que el culo estaba bien abierto y lubricado con la leche de su hermano.
A medida que iba metiendo del culo de Carlitos salir la leche de su tío Carlos que poco a poco fue empapando la sabana.
Alberto se sentia en la gloria disfrutando del húmedo y abierto culo de su hermano, entregado a su mete saca ya que el crío no decía nada.
Solo al cabo de un rato noto que Carlitos empezó a sollozar y recordando a su hermano le tapo la boca hasta que se derecho
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